¿Qué es el cristianismo policéntrico?

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África en crecimiento

Introducción

Paul rejoiced with the Colossians, that in their day, the gospel was growing and bearing fruit all over the world (Colossians 1:6). SimEn Colosenses 1:6, Pablo se alegra con los colosenses porque, en su época, el evangelio estaba creciendo y dando fruto en todo el mundo. De manera similar, nosotros agradecemos a Dios por el hecho de que el cristianismo en África haya crecido rápidamente durante el último siglo. Según la última edición de World Christian Encyclopedia (la Enciclopedia cristiana mundial), el continente que posee el 18 % de la población mundial, África, alberga al 26 % de los cristianos. En comparación, África tiene el mayor porcentaje de cristianos del mundo, seguido por Latinoamérica que tiene el 24 %, Europa con el 23 %, Asia con el 15 %, Norteamérica con el 11 % y Oceanía xon el 1 %.1 Ciertamente, nuestro Dios se ha acordado de su gran amor y de su fidelidad por el pueblo de Israel y todos los confines de la tierra son testigos de la salvación de nuestro Dios (Salmos 98:3).ilarly, we thank God, in gratitude for the well accepted fact that Christianity has experienced rapid growth in Africa over the last century. According to the latest edition of the World Christian Encyclopedia, 26 percent of all Christians live in Africa, granting that Africa holds about 18 percent of the total world population. In relative terms, Africa has the highest percentage of the Christians in the world, followed by 24 percent in Latin America, 23 percent in Europe, 15 percent in Asia, 11 percent in North America and 1 percent in Oceania.1 Indeed, God has remembered his love and faithfulness to Israel, and all the ends of the earth have seen the salvation of our God (Psalm 98:3).

El crecimiento de África

El avance histórico del cristianismo en África no se ha dado en un solo evento aislado y es evidente que, en ese proceso, el evangelio se ha extendido gracias al poder del Espíritu Santo. El continente ha atravesado inmensas olas de transformación social que influyen en cómo imaginamos que será la tarea de la gran comisión en las próximas décadas. En términos de progreso social, durante mucho tiempo, la pobreza, las enfermedades, el subdesarrollo, el liderazgo político deficiente y la falta de infraestructura moderna han posicionado a África muy por debajo de otras regiones del mundo. En las últimas décadas, ha habido cuatro indicios de cambio que dieron lugar progresivamente a una nueva narrativa considerada en términos generales como «África en crecimiento».

Un mayor espacio de participación democrática en la política

A pesar de los núcleos de inestabilidad política y los recurrentes estallidos, en general, África goza de mayor libertad democrática de la que tenía antes de la década del 2000. Cuando ocurre algún conflicto, se resuelve en mucho menos tiempo. Esta estabilidad favorece otros cambios positivos.

Un crecimiento económico evidente

Podemos ver este crecimiento a través de una serie de índices de desarrollo como, por ejemplo, la disminución de las tasas de mortalidad infantil y la mejora del acceso tanto a la atención sanitaria como a la educación formal superior. Todas estas cosas contribuyen a conseguir resultados de vida mejores. Los jóvenes africanos se están valiendo de la tecnología, la moda, la música, la educación, el espíritu emprendedor y la iniciativa financiera para hacer que África pase de estar en los márgenes del mundo a estar en el primer plano del planeta. El arraigado afropesimismo le ha cedido el paso a la idea de que el continente es un mercado emergente de bienes y servicios mundiales, así como de materias primas esenciales para las industrias mundiales. Y si bien es cierto que esta revalorización conlleva nuevos modos de explotación, el hecho de poder acceder a plataformas mundiales que antes estaban fuera del alcance de los africanos, ahora les brinda condiciones más equitativas. 

Un crecimiento demográfico que llama la atención del mundo

Para 2023, la población de África estaba cerca de los 1400 millones de personas, de las cuales el 15 % tiene menos de 15 años. Se prevé que este número se duplique para el año 2050.2 Se espera que este aumento se concentre en países que ya tienen una alta densidad de población como la República Democrática del Congo, Egipto, Etiopía, Nigeria y Tanzania. La masa continental africana, en comparación con otros continentes, permite que sea posible albergar a esta cantidad de individuos.

Una increíble urbanización

Con el 47 % de urbanización, África está experimentando una de las tasas de urbanización más altas del mundo, con lo cual está alcanzando a gran parte del resto del mundo en este aspecto. Este desarrollo comprende el crecimiento de las infraestructuras (aunque a costa de quedar endeudados), la innovación en el sector inmobiliario, la revalorización de los derechos sobre las tierras, la superpoblación de rascacielos y la disminución de los suburbios miserables de antaño. Las ciudades que han sido renovadas tienen cada vez más rascacielos y lujosos barrios residenciales, junto con comercios minoristas, redes de transporte locales y regionales, telecomunicaciones locales e internacionales y acceso a la industria del deporte y el entretenimiento. La integración regional y el acceso están generando una expansión del mercado comercial.

Expectativas relacionadas con la gran comisión

El aumento del espacio democrático, el evidente crecimiento económico a pesar de que la marginación persiste, el aumento de la población y la rápida urbanización son cuatro cambios clave que deberían poner en primer plano el compromiso misionero en todo el continente. A continuación, destacamos algunas de las áreas de interés más importantes.

Alcanzar a los estudiantes de todos los niveles

En primer lugar, la base de la curva de la población africana creció y dio lugar a una estructura piramidal, cambio que está directamente relacionado con el crecimiento exponencial que ha experimentado el sector de la educación formal. Entre los años 2000 y 2010, las escuelas primarias y secundarias y las terciarias del ámbito empresarial de casi todos los países africanos tuvieron un aumento notable en las inscripciones de alumnos. La educación superior es un bien deseado, ya que contribuye a democratizar las naciones y a estabilizar las economías. La educación, además, ha impulsado el surgimiento de una población de adultos jóvenes conscientemente globalizada y con conocimientos tecnológicos y culturales.

Es necesario prestar especial atención a la evangelización y el discipulado de estudiantes de todos los niveles educativos. En esta nueva fase de la misión cristiana, es absolutamente vital que el alcance y el discipulado se centren en los adultos emergentes que ingresan a la educación terciaria en institutos superiores y universidades. El próspero trabajo de los ministerios estudiantiles liderados localmente y financiados por exalumnos, como FOCUS: Fellowship of Christian Unions [Comunidad de uniones cristianas de Kenia] y todos los ministerios universitarios afiliados a IFES: International Fellowship of Evangelical Students [Fraternidad internacional de estudiantes evangélicos], como IFES Nigeria, IFES Ghana e IFES África francófona, ofrece modelos especialmente instructivos para evangelizar a los jóvenes adultos en esta nueva etapa del continente africano. FOCUS Kenia, en particular, ha tenido una gran repercusión y puede brindar modelos para alcanzar a estudiantes universitarios en lugares donde dicha obra todavía no ha echado raíces. Esto es fundamental porque la población con estudios universitarios se convertirá en una clase media que influirá en las trayectorias del resto de la sociedad.

Atención a la clase media en transformación

En las décadas posteriores a la guerra, la sociedad occidental atravesó una fase de crecimiento similar a la que está experimentando África en la actualidad. La clase media occidental creció a medida que los jóvenes se graduaban de las universidades y se convertían en abogados, médicos, profesores, gerentes, expertos en administración, empresarios y una clase trabajadora alentadora con empleos estables. Si bien las condiciones de los mercados laborales cambiantes de África no favorecerán la generación de profesiones estables a largo plazo, se está formando una base de clase media trascendental, aunque no sea representativa. Esto plantea interrogantes sobre las pautas de secularización y desacralización del ámbito público y la privatización de la fe. Aunque las condiciones de las sociedades no sean exactamente iguales, corresponde a las iglesias concientizar sobre la posibilidad de que a las generaciones venideras, la iglesia les parezca cada vez menos relevante. En esta última fase del crecimiento de la iglesia africana, se ha puesto mucho énfasis en la plantación de iglesias, la cual se centra en gran medida en la conversión y el crecimiento numérico. Más allá del aumento en números, no está claro si algún segmento importante de iglesias está invirtiendo en desarrollar una visión cristiana dirigida a aquellas poblaciones que están atravesando esta metamorfosis (es decir, que literalmente están cambiando con frecuencia). Aunque esta visión no lo sea todo, los planes de estudios teológicos de los seminarios que capacitan al clero pastoral deben contribuir en su desarrollo. Frente a las múltiples visiones secularizadas que compiten entre sí y que eliminan por completo la espiritualidad, existe una necesidad urgente de que las iglesias inviertan conscientemente en inspirar una visión ética y moral bíblica para sus sociedades.

Aunque las condiciones de las sociedades no sean exactamente iguales, corresponde a las iglesias concientizar sobre la posibilidad de que a las generaciones venideras, la iglesia les parezca cada vez menos relevante.

Reconsideración de la dependencia de recursos y las condiciones de las misiones anteriores

Si es cierto que las condiciones materiales de África han mejorado, el mérito es, en parte, de la iglesia occidental (y principalmente, de las grandes organizaciones de carácter religioso, como World Vision, Compassion International, Food for the Hungry y Tearfund, entre muchas otras organizaciones cristianas financiadas por Occidente que han sido pioneras en esta tarea). Es un hecho innegable que las comunidades empobrecidas de África se han visto beneficiadas por misioneros, equipos misioneros de corto plazo e iniciativas comunitarias que han desarrollado proyectos de microfinanzas dirigidos especialmente a brindarles apoyo a las mujeres, a orfanatos y al apadrinamiento de niños. Desde hace poco, se ha comenzado a ver el beneficio de utilizar los negocios como misión para promover el bienestar material en el nombre de Cristo. El crecimiento tanto económico como del consumo de una población que siempre ha estado privada de sus derechos es lo que desea y por lo que lucha la misión cristiana.

De cara al futuro, estos esfuerzos deben ir acompañados de preguntas importantes, particularmente porque el trabajo orientado al desarrollo en África está respaldado por «La misión S. A.» de occidente.3 Hay que prestar atención a la relación entre la compasión cristiana, por un lado, y la dependencia material (más que la fe) por el otro. Las cuestiones de relaciones de poder y codependencias, por más que las intenciones sean de colaboración, exigen que los misioneros extranjeros y las comunidades donantes tengan una autoconciencia reflexiva. Del mismo modo, en el África emergente, no se debe ignorar la tensión entre la necesidad material genuina y el consumismo acumulativo desprovisto de una visión teológica bien fundamentada. Además, mientras las economías occidentales cambian (¿o disminuyen?) será necesario reevaluar las pautas de suministro y acceso a los recursos institucionales occidentales, prestando atención a la sostenibilidad de las iniciativas misioneras dependientes de la organización.4

Misión: mirar hacia atrás y hacia adelante

En el centenario de la Conferencia misionera de Edimburgo de 1910, Robert Priest hizo una reseña del capítulo acertadamente titulado Estamos frente a una nueva era de la misión y resumió las cuatro eras que dieron forma a la misión protestante del siglo anterior.5 William Carey representó la primera era cuando, a partir de 1792, llamó a los misioneros a establecer iglesias donde todavía no había llegado la cristiandad. La segunda era comenzó en 1865, cuando Hudson Taylor movilizó a su generación a enfocarse en las regiones geográficas tierras adentro donde la gente no había sido contactada con el evangelio. La tercera era comenzó cuando William Cameron Townsend fundó Traductores Bíblicos Wycliffe en 1942 y, luego, el Instituto Lingüístico de Verano en 1934 con su enfoque en «los pueblos etnolingüísticos no alcanzados» a través de la traducción de la Biblia. Según Robert, la cuarta era se hace eco de Ralph Winter con Perspectivas del movimiento cristiano mundial, la «era del reino» donde la misión se llegó a entender en términos holísticos, es decir, se debía atender a las necesidades materiales al mismo tiempo que se evangelizaba. El continente africano ha sido receptor y beneficiario de los misioneros durante estas eras de la misión, tanto cuando se enfocaron en las fronteras como en el interior, en los no alcanzados y en la etapa de misión holística. Últimamente, África ha sido relevante en dar forma a la historia del cristianismo mundial, teniendo en cuenta que la fuerza numérica de la iglesia se ha desplazado hacia el sur global y que ha nacido una narrativa de las misiones inversas. Este es el contexto que nos permite imaginar cómo debe ser el compromiso misionero en África en el futuro. En esta nueva era, dados los cambios demográficos y las dinámicas sociales, lo que África necesita es cultivar una visión teológica integral para afianzar los logros de todos los esfuerzos misioneros evangelísticos anteriores. 

En esta nueva era, dados los cambios demográficos y las dinámicas sociales, lo que África necesita es cultivar una visión teológica integral.

La juventud africana

Las iglesias tienen que estar en sintonía con la relativa juventud de la población. La socialización que da cuenta de una visión cristiana no se puede dejar en manos de las instituciones educativas estatales, aunque aun así, los estados deben seguir siendo responsables de promover la educación formal. La formación espiritual involucra más que ministerios juveniles. Es necesario cultivar un habitus teológico resiliente y favorable para la juventud mediante iglesias intencionalmente bien discipuladas, así como mediante instituciones educativas formadas por la iglesia. El Antiguo Testamento da fe del indiscutible valor que tienen los jóvenes para la misión de Dios. Pensemos en José, David, Jeremías, Josías, Daniel, Ester, Rut y también en muchos de los compañeros de Pablo, como Timoteo y Silas.

Desarrollo de una visión ética y moral

África necesita una visión ética y moral inspirada en Cristo que esté en sintonía con la nueva clase media demográfica. La tendencia de la iglesia ha sido fustigar casualmente el bienestar material, sin tener en cuenta lo que implica el enriquecimiento material para un continente que se ha visto constantemente asolado por la pobreza. Puesto que una importante porción de la población que está lista para ser parte de la clase media en medio de desigualdad, una visión ética y moral bien pensada será mucho más beneficiosa. Una visión así debe dar fe de la autenticidad y la credibilidad del testimonio cristiano en el ámbito público fuera de las paredes de la iglesia.

Consolidación de una teología más profunda

Es inapropiado repetir como un loro la idea de que el cristianismo en África abarca mucho y poco aprieta o que carece de formación teológica y de recursos. En las últimas décadas, gran parte del esfuerzo misionero se ha dedicado a fundar escuelas bíblicas, seminarios y universidades con líderes y profesores locales al frente. En Ghana, por ejemplo, las iglesias han convertido sus seminarios en universidades como la Universidad Central, la Universidad Pentecostal y la Universidad Regent de Ciencia y Tecnología. En Kenia, el gobierno estableció regulaciones que exigían que los seminarios se convirtieran en universidades. En el sur de África, la influencia de la digitalización ha mejorado el acceso a la educación cristiana. Además, organizaciones mundiales como Langham Publishers, Oasis International y Tyndale House, entre otras, financian las publicaciones teológicas, así como el acceso a material teológico en África. La Encuesta al liderazgo africano reveló que, de hecho, los africanos son lectores ávidos de la Biblia y de diversos libros devocionales y teológicos.6 La fundación ScholarLeader apoya la formación de líderes cristianos en los niveles educativos superiores. Si bien la alfabetización bíblica ha mejorado mucho gracias a los avances tecnológicos y de accesibilidad, es un trabajo que todavía está en proceso. En África existen también industrias sólidas de radio y televisión cristianas que difunden predicaciones y música cristiana. Dicho esto, las cuestiones del evangelismo y las actividades relacionadas con la plantación de iglesias deben ser analizadas desde diferentes ángulos prácticos para incluir una mejor capacitación y preparación profesionales, la responsabilidad de los recursos y el necesario andamiaje institucional eclesial. 

Resguardo del testimonio cristiano africano

Es evidente que el cristianismo de todo el territorio africano sigue siendo conservador tanto a nivel cultural como teológico sin perjuicio de la afiliación denominacional. Sin embargo, las polaridades cristianas rivales, que muchas veces surgen fuera de África (especialmente en América), influyen enormemente en la polarización del testimonio de la iglesia africana dentro de su propio continente. Tanto líderes como misioneros y socios cristianos deberán reflexionar sobre cómo estas rivalidades importadas están diluyendo el testimonio cristiano. Los líderes cristianos africanos deben considerar las visiones teológicas contrapuestas del cristianismo (¿o es mejor decir «los cristianismos»?) y no solo aquellas inspiradas en un moralismo progresista liberal occidental.

Mejora de los planes de estudios teológicos

Aunque es cierto que la proliferación de instituciones teológicas, seminarios, institutos bíblicos y universidades cristianas ha resultado beneficiosa para África, los programas siguen estando diseñados y estructurados, en gran parte, por las misiones occidentales. Al ser genéricos, parecen más occidentales que africanos y los líderes de las iglesias locales suelen considerarlos ajenos a sus necesidades. Es necesario revisar a conciencia las relaciones entre las instituciones de capacitación y las iglesias.

Misión orientada al desarrollo

Otra preocupación persistente es la actividad misionera orientada al desarrollo. Aun cuando vale la pena satisfacer las necesidades sociales, la gran variedad de actividades empresariales que se relacionan con la iglesia suele ser preocupante para su testimonio central. Aunque muchas de estas actividades se llevan a cabo en nombre de la misión cristiana, no está claro si han sido articuladas en torno a marcos teológicos bíblicos. Ni siquiera sabemos si los beneficiarios de sus servicios pueden diferenciar las organizaciones cristianas de las organizaciones internacionales de ayuda humanitaria. No son pocos los estudios que señalan que la iglesia es la nueva ONG (organización no gubernamental) o, mejor dicho, OCR (organización de carácter religioso). De modo similar, se critica a los medios cristianos populares por centrarse en comercializar un mensaje cristiano carente de una teología bíblica sólida y clara. Estas también son realidades que ocurren en otros contextos, como en Estados Unidos, donde las actividades cristianas están siendo moldeadas en gran parte por las contingencias pragmáticas, lo cual hace evidente que también necesitan, junto con los cristianos africanos, tener una conciencia autorreflexiva en tiempos donde la iglesia continúa creciendo.

Continuidad de la participación de las mujeres en la misión

Las mujeres constituyen una parte importante de la iglesia en África. En las últimas décadas, se ha reconocido la importancia de la educación de las niñas en todo el continente. Se dice que al educar a una niña todo el pueblo prospera. A pesar de que el patriarcado continúa siendo una característica de las culturas políticas de gran parte de la región, ha habido avances en términos de empoderamiento educativo de las niñas y el aumento del perfil público de la mujer. Del mismo modo, aunque se observa que las mujeres son mayoría en las iglesias de África, la cantidad que forma parte del liderazgo es mínima y hasta nula en muchas iglesias. Continuar empoderando a las mujeres como socias igualitarias de los hombres en la misión de Dios desempeñará un papel importante en el avance de la causa de la misión a nivel local y en el extranjero.

Lucha en contra de las prácticas no bíblicas y los nuevos problemas sociales

Algunas prácticas culturales continúan siendo un desafío. Por ejemplo, la histórica estigmatización de las personas con discapacidades o enfermedades crónicas por parte de las comunidades cristianas, que las perciben como maldiciones o castigos divinos o ancestrales por causa de alguna abominación que cometieron las personas mismas o alguno de sus parientes o antepasados. Esta creencia, lamentablemente, a menudo los lleva a realizar dañinos exorcismos, en lugar de aumentar la accesibilidad a los ministerios. Una cuestión relacionada es lo que sucede con los niños y las ancianas, quienes son víctimas de acusaciones de brujería, asunto que la iglesia no puede ignorar. Otros problemas incipientes, producto de la urbanización, son la explotación laboral y sexual y la trata de mujeres y niñas. Los pueblos africanos también están experimentando un resurgimiento de prácticas culturales tradicionales que son contrarias a la visión cristiana, muchas de las cuales se revitalizaron por la globalización, el acceso a los medios electrónicos y el oportunismo económico. Asimismo, la iglesia debe permanecer alerta ante las agendas de diversos grupos de interés dentro y fuera del continente cuya intención es llevar a la creciente población de jóvenes adultos a negar a Dios. 

Testimonio islámico y el conflicto cristiano-musulmán

Aunque es cierto que nos alegramos por el crecimiento de la iglesia, el cambio religioso no es exclusivo del cristianismo. El islam también está creciendo exponencialmente. Gran parte del norte musulmán continúa sin ser evangelizado, aunque también es cierto que ambas religiones se encuentran en el Sahel. Organizaciones misioneras como SIM y WEC, que se originaron en occidente, ahora reclutan misioneros africanos para el mundo musulmán, mientras que organizaciones misioneras indígenas como CAPRO, con sede en Nigeria, están llegando a países musulmanes. Para que pueda haber un avance, será clave que durante las próximas décadas haya testigos y se planten iglesias en el norte, donde la mayoría de las personas son musulmanas.

Ninguna transformación social podrá desplazar la necesidad del evangelio de Jesucristo. De hecho, Siempre habrá nuevas generaciones que necesiten escuchar el evangelio y ser moldeados por su visión, pues el único poder duradero que puede transformar la condición humana es el evangelio de Jesucristo.

Mientras tanto, el conflicto cristiano-musulmán todavía persiste. Mientras que en países como Gambia y Senegal hay una coexistencia pacífica, los países situados en la línea fronteriza del Sahel experimentan tensiones. Los cristianos de las zonas limítrofes han sido víctimas de la anarquía terrorista. Se espera que la población siga aumentando y, por lo tanto, también se espera que los conflictos sigan siendo un tema delicado, especialmente si están motivados por la política e impulsados por los recursos, como en el norte de Nigeria y el cuerno de África oriental. Es fundamental que los cristianos disciernan los problemas subyacentes, entablen el diálogo adecuado y fomenten la cooperación interconfesional, la reconciliación y la movilización cívica de las autoridades respectivas. Es claro entonces que la evangelización entre las comunidades mayoritariamente musulmanas sigue siendo un punto central.

Conclusión

Como cantó el salmista hace mucho tiempo, Etiopía (África) ciertamente ha extendido sus manos a Dios mientras le presenta sus tributos de alabanza junto a todas las naciones (Salmos 68:31–35). Junto con Israel, la tierra que estaba abandonada ahora se llamará Hefzibá, «mi deleite está en ella, será llamada “mi esposa”» (Isaías 62:4). Sin embargo, así como vio Isaías en aquellos tiempos antiguos, los que hoy invocan al Señor en nombre de África no pueden descansar. Nos alegramos por la gracia que Dios ha derramado en el continente durante este último siglo de tan notable crecimiento, pero no nos rendiremos a la autosuficiencia con respecto a la gran comisión. El enemigo ronda buscando devorar (1 Pedro 5:8) a través del pecado humano y de diversas expresiones de maldad cultural, política y corporativa. Ninguna transformación social podrá desplazar la necesidad del evangelio de Jesucristo. De hecho, la transformación social que está atravesando África en la actualidad subraya la urgencia de la gran comisión. Siempre habrá nuevas generaciones que necesiten escuchar el evangelio y ser moldeados por su visión, pues el único poder duradero que puede transformar la condición humana es el evangelio de Jesucristo. La comisión de hacer discípulos, bautizarlos y discipular sigue vigente. Dejemos que África realmente prospere y aprovechemos toda ocasión para llevar el evangelio de aquel de quien el gobierno y la paz no dejarán de crecer (Isaías 9:6–7). 

Referencias

  1. Todd M Johnson y Gina Zurlo. World Christian Encyclopedia, Third Edition [Enciclopedia cristiana mundial, tercera edición] (Edimburgo: Edinburgh University Press, 2020).
  2. 2022 Revision of World Population Prospects [Revisión de las perspectivas demográficas mundiales para 2022]. Naciones Unidas. https://population.un.org/wpp/.
  3. Véase: Jonathan Bonk et al. The Realities of Money and Missions: Global Challenges and Case Studies [Las realidades del dinero y las misiones: desafíos mundiales y casos de estudio] (Pasadena, CA: William Carey, 2022).
  4. Véase Paul Bendor-Samuel. ‘Mission, Power, and Money.’ in Missions and Money: Global Realities and Challenges [«Misión, poder y dinero» en Misiones y dinero: realidades y desafíos mundiales] (Pasadena, CA: William Carey, 2022) 138.
  5. Robert Priest. ‘A New Era of Missions is Upon Us’ in Evangelical and Frontier Mission: Perspectives on the Global Progress of the Gospel. [«Estamos frente a una nueva era de la misión» en Misión evangélica fronteriza: perspectivas sobre el progreso mundial del evangelio] Beth Snodderly y A. Scott Moreau, eds. (Mineápolis, MN: Fortress Press, 2011) 294-304.
  6. Vea Robert Priest y Kirimi Barine. African Christian Leadership: Realities, Opportunities, and Impact [Liderazgo cristiano africano: realidades, oportunidades e impacto] (Maryknoll, NY: Orbis Books, 2017).

Authors' Bios

Wanjiru Gitau

Nacida y criada en Kenia, Wanjiru M. Gitau es profesora adjunta de teología práctica y cristianismo mundial en Palm Beach Atlantic University. Es autora de Megachurch Christianity Reconsidered: Millennials and Social Change in African Christianity. Wanjiru, que ha viajado mucho haciendo investigación de misiones, sirve en múltiples plataformas de misiones mundiales, como la Red de Investigación e Información Estratégica de Lausana. También forma parte del consejo asesor editorial del AML.

Seyram Amenyedzi

Seyram B. Amenyedzi, de Ghana, es pastora y tutora de posgrado en el Seminario teológico sudafricano. Es investigadora del grupo internacional alemán-sudafricano de capacitación en investigación «religión transformadora: la religión como conocimiento situado en los procesos de transformación social» financiado por NRF: African National Research Foundation [Fundación Nacional Sudafricana de Investigación] y la Sociedad Alemana de Investigación (DFG por sus siglas en alemán).

Fohle Lygunda

Fohle Lygunda es el fundador y director ejecutivo de ACIS: Africa Center for Interdisciplinary Studies [Centro africano de estudios interdisciplinarios] en Kinshasa, República Democrática del Congo. Tiene un doctorado en misionología por la Universidad North-West de Potchefstroom, Sudáfrica y un doctorado en ministerio por el Seminario Teológico Asbury. Es el autor de Transforming Missiology: An Alternative Approach to Missiological Education [Transformar la misionología: un abordaje alternativo a la educación misionológica] (Langham, 2018).

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