El Discipulado En La Era Digital
El estado del discipulado en la era digital
Bienvenidos a la «Cuarta Revolución Industrial»
En el mundo de hoy, los dispositivos y plataformas digitales se han vuelto una parte integral de nuestras vidas diarias. Esto ha llevado a la Iglesia a la necesidad de considerar el estado presente y futuro del ministerio de discipulado en relación al escenario digital.
La era digital comenzó cuando la Tercera Revolución Industrial dio lugar a la electrónica digital, incluyendo las telecomunicaciones, la radio y telecomunicación, la informática e Internet en la segunda mitad del siglo XX.1 Con la llegada de la Cuarta Revolución Industrial a principios de 2010, la era digital ha alcanzado una nueva fase con la convergencia de tecnologías a través del desarrollo de la Internet de las Cosas.
Esta nueva era de digitalización se solidificó con la pandemia de COVID-19, que restringió las reuniones presenciales. La proliferación de tecnologías de comunicación avanzó a pasos agigantados durante las etapas de aislamiento y produjo «la muerte de la distancia» —podemos interactuar de manera inmediata con la mayoría de los distintos grupos etnolingüísticos (ethnos) del planeta, y también posiblemente discipularlos, porque ahora todos son mis vecinos. (Mateo 28:18–20)—.2
En 2023, un cálculo estimado del número de usuarios de Internet alrededor del mundo arrojó 5160 millones, equivalente al 64,4 % de la población mundial.3 Esta digitalización sin precedentes ha afectado múltiples aspectos de nuestras vidas diarias, incluyendo la cultura, las interacciones sociales, el comercio, el entretenimiento, la educación e incluso la religión.
La respuesta mixta de la Iglesia
La Iglesia ha tardado en responder al desarrollo de la era digital, especialmente en lo relacionado a su ministerio y su misión de hacer discípulos. El discipulado ha sido descuidado por la Iglesia durante décadas, como indica correctamente Dallas Willard cuando dice que el discipulado es la mayor omisión de la gran comisión.4 Un estudio reciente del Barna Group revela que solo el 1 % de los líderes de las iglesias estadounidenses creen que las iglesias hoy están discipulando de manera eficaz a los creyentes nuevos o jóvenes.5
Más allá de los Estados Unidos, este tema es un problema para la Iglesia a nivel mundial, e impacta en todos lados. El exhaustivo documento «Analysis of Lausanne 4 listening calls» (Análisis de las llamadas a la escucha de Lausana 4) revela que la «necesidad de discipulado» es la brecha y la oportunidad número uno a la hora de cumplir la gran comisión a nivel global.6
Este fenómeno no está desvinculado a las repercusiones de la digitalización. Hablando en general, la disminución de la religiosidad de las personas comenzó mucho antes de que aparecieran Internet y las redes sociales, pero, a partir de entonces, su caída se aceleró e intensificó de manera dramática.7 Además, una mayor consciencia del secularismo y del ateísmo en el siglo XXI ha estado condicionada por la digitalización.8 Las olas de secularización y digitalización afectaron todos los aspectos de la sociedad, y la Iglesia no fue la excepción. La prioridad del discipulado ha disminuido, con más distracciones que nunca y menos creyentes que fijan sus ojos en Cristo. Esto se correlaciona con la fijación de la sociedad en la novedad del aquí y ahora, cautivados por las pantallas.9
Muchas iglesias han abrazado a los dispositivos y las plataformas digitales como los podcasts, los sitios web, las redes sociales y los servicios de transmisión en directo. Sin embargo, estas herramientas digitales son principalmente utilizadas para el evangelismo y para el crecimiento de la iglesia, rara vez se las usa para el discipulado.
Las posibilidades del poder de la información y la formación de discípulos sin fronteras
Para anticipar el discipulado futuro, es crucial reconocer las características distintivas de esta nueva fase de esta nueva fase de la era digital y encontrar maneras de incorporarlas en nuestras prácticas de discipulado. Vivimos en una era de inteligencia integrada que permite acceder a una comprensión exhaustiva de cualquier tema a través de tecnologías de la información como la inteligencia artificial, los macrodatos y la hiperconectividad, entre muchos otros sistemas y dispositivos. Las infraestructuras y plataformas digitales nos permiten construir y ampliar las redes humanas para compartir información y experiencias vitales.
Teniendo esto en cuenta, podemos identificar dos características de la era digital que pueden contribuir de manera positiva con el discipulado:
- En la medida en que avanza la digitalización, el sistema tradicional de poder de la información se descentraliza, dando un giro hacia un modelo más policéntrico de comunicación. Esto permite que los creyentes distintas profesiones y condiciones sociales contribuyan con sus perspectivas, obteniendo así una comunidad de discipulado más saludable.10
- La avanzada capacidad tecnológica nos permite superar las barreras del tiempo y la geografía para encontrarnos con otros discípulos y escuchar sus relatos sobre cómo siguen a Jesús. Al compartir relatos personales del discipulado tanto en contextos locales como globales, los creyentes pueden ser inspirados y desafiados a seguir a Jesús, ya que las historias tienen el poder de llamar la atención, fomentar el compromiso y facilitar las acciones.11
Estas características de la era digital pueden permitir a los creyentes buscar información veraz para su crecimiento espiritual, entablar relaciones en el espacio digital y participar en actividades religiosas, como el estudio de la Biblia, las reuniones de oración y los servicios de culto, con independencia del tiempo y la geografía.
Estos aspectos positivos podrían ser bien considerados y adaptados como beneficiosos en el contexto del ministerio de discipulado de la iglesia. Muchas más personas están utilizando Internet para explorar su fe y conectarse con otros en su camino espiritual.12 Es alentador ver que las iglesias en contextos donde las tecnologías digitales están avanzadas están explorando y experimentando activamente con nuevas formas de discipulado para dirigir este deseo espiritual de las generaciones más jóvenes hacia el seguimiento activo de Jesús.
Las iglesias pueden seguir formando y multiplicando discípulos en el futuro si adoptan enfoques innovadores y pertinentes para sus contextos específicos en la era digital.
El efecto del discipulado en la era digital
El mundo
De cara al mundo del ciberespacio de 2050,13 las cuestiones de identidad serán primordiales y tendrán un gran impacto en nuestro llamado a hacer discípulos de todas las naciones. ¿Quién soy? ¿Quiénes somos? ¿Para qué vivimos? Desde la identidad en las redes sociales hasta los avatares en el metaverso, estos temas estarán siempre presentes y serán apremiantes. Por un lado, nuestro trabajo es un área especialmente estratégica en la que nos formamos como discípulos y utilizamos nuestros dones mientras seguimos a Jesús. Por otro, se prevé que la inteligencia artificial generativa automatice y, por tanto, sustituya 300 millones de puestos de trabajo a tiempo completo, a medida que los robots hagan mejor lo que una cuarta parte de los humanos antes se enorgullecía de hacer, y el resto de nosotros trabajemos cada vez más en línea gestionando su producción.14
La gente necesitará una identidad más profunda que la que le proporciona su trabajo y, a la vez, una mejor explicación de por qué su labor basada en la tecnología es importante.15 En este contexto de trabajo e identidad inseguros, la perspectiva de ser injertados en una familia global que lleve el nombre de Cristo —donde nuestra vocación primordial es amar a Dios y amar a los demás en redes de confianza genuina mientras trabajamos para que el planeta alcance el shalom (florecimiento holístico)— es una buena noticia.16
La Iglesia
Esta es la identidad que se ofrece a través de la ekklesía, reforzada a medida que aprendemos a seguir a Jesús en comunidad, en nuestro tiempo y lugar particulares.17 El plural de discípulo es iglesia, y existimos como una comunidad de aprendizaje definida por prácticas espirituales holísticas que forman a cada miembro para vivir como Jesús lo haría en su lugar.18 Lo que constituye una educación transformadora es, por tanto, una preocupación esencial para la Iglesia. Las iglesias deben discernir entre muchos recursos en línea, asegurándose de que el conocimiento se traduce en sabiduría práctica en la vida cotidiana.19
Esto concuerda con las ideas de la teoría del aprendizaje, que sugiere que el 70 % del aprendizaje se produce de manera informal en la vida cotidiana, el 20 % a través de interacciones comunitarias y solo el 10 % a través de intervenciones formales.20 Las redes digitales pueden ayudar a los cristianos a conectarse más allá de las reuniones físicas como la iglesia dispersa, compartiendo recursos oportunos para crecer juntos a lo largo de la vida.
Por esto, las iglesias deben ayudar a sus fieles a convertirse en «pacificadores sabios», es decir, profesionales reflexivos capaces de escuchar lo que ocurre y por qué ocurre en su contexto, de imaginar lo que debería ocurrir al contextualizar las diversas fuentes digitales que alimentan su discipulado, de crear cambios que se alineen con el reino y de aprender a comunicar el evangelio de un modo que sea realmente una buena noticia en su tiempo y lugar.21 Sobre todo, necesitamos sabiduría para ser seguidores fructíferos de Cristo en los espacios digitales en los que pasamos cada vez más tiempo.22
La gran comisión
La era digital puede ser aprovechada para aumentar nuestros esfuerzos de hacer discípulos, pero solo si nuestro enfoque mejora las prácticas encarnadas en el corazón de seguir a Jesús juntos, en lugar de desplazarlas.23
El medio que Dios usó para transmitir el evangelio y hacer discípulos no fue un tweet aislado; la redención y la santificación no dependían de los medios digitales, sino que se vivieron, se encarnaron, «el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros» (Juan 1:14).24 Convertirse en discípulos que discipulan a todos los grupos de personas ocurre en una comunidad de carácter en la que —a medida que se practica dar y recibir amor— está formada para portar la fiel presencia de Dios en el mundo.25 Dado esto, los recursos digitales se aprovechan mejor si se utilizan para mejorar las prácticas focales (como compartir la mesa), que hacen tangible el reino de Dios y son más transformadoras cuando estamos físicamente reunidos.26 Los datos desprovistos de un marco físico son gnosticismo digital.
Consumir recursos sin la responsabilidad de actuar con decisión da lugar a discípulos virtuales. A medida que practicamos el camino del reino, nuestra cabeza, corazón y manos —formados en la sabiduría, la virtud y la habilidad de hacer la paz— se sinergizan para ofrecer el shalom como un testimonio de vida.27 En contra de los valores implícitos de la tecnología (especialmente los de la facilidad y la eficiencia), la formación de discípulos requiere «fricción» para crecer en «antifragilidad» y aprender a amar al mundo de manera sacrificial, como Cristo nos amó.28
Con estos principios en mente, podemos considerar formas fructíferas de avanzar en esta coyuntura cibernética.
Oportunidades y desafíos
Oportunidades
Nos guste o no, la gente ahora está en el espacio digital. La cuestión es si vamos a entrar (1 Corintios 9:22). Tenemos una oportunidad sin precedentes para infundir el aprendizaje del discipulado en la vida cotidiana de cada creyente, saturando su consumo digital con reorientaciones disruptivas hacia la vida encarnada de seguir a Jesús.29 Multitudes se encuentran en el valle de la decisión. Momento a momento, están decidiendo sobre algo.30 Si no estamos presentes en el espacio digital, presionando a la gente en el seguimiento poco cómodo de Cristo, ellos simplemente preferirán algo más sencillo.31
Mientras aconsejamos el discernimiento en relación con el consumo digital y sus peligros inherentes, podemos confiar en que el evangelio de Jesucristo conserva su poder superador, atravesando los impedimentos del escenario digital y permitiéndonos aprovechar las herramientas de alta tecnología para moldear nuestros corazones en sinergia con la orientación cara a cara (1 Corintios 11:1). 32 El «discipulado asincrónico» de Pablo a través de las cartas a los romanos —una comunidad incipiente de creyentes que él nunca había visitado personalmente— sienta un precedente digno de mención.33
A continuación, se describen tres categorías de oportunidades de discipulado presentes en la actualidad en la era digital y se brindan ejemplos concretos sobre los que profundizaremos en las notas finales.
Acceso a los lugares de oferta:
- Privacidad: Las vías digitales de discipulado eluden el efecto espectador. Interactuando sobre todo de forma privada e individual, las personas en el espacio digital están más abiertas a realizar reflexiones profundas y a brindar respuestas honestas.34 Los discípulos comparten luchas socialmente inaceptables y se toman en serio el discipulado desafiante en los intercambios digitales donde se elimina el miedo al juicio, llevando sus preguntas y problemas más privados a Internet.35 Podemos satisfacer estas necesidades con compasión, empujando las conversaciones difíciles hacia relaciones de discipulado personificadas.
- Inmediatez: La comunicación digital ofrece la oportunidad de discipular a las personas en los momentos más dolorosos de la vida de forma inmediata —durante una crisis de salud mental, en la escena de un trauma, en una pelea conyugal—.36 En estos momentos, necesitamos desesperadamente ser discipulados, pero rara vez nos sentimos con ánimo para pedir el consejo a un líder de la iglesia.37 Esto podría sentar las bases para una cultura de honestidad confesional en la iglesia.
- Igualdad: En el espacio digital del discipulado, podemos dar voz a todas las personas.38 Sus efectos niveladores pueden ser útiles para discipular a quienes han quedado traumatizados por estructuras eclesiásticas autoritarias que no reflejan el corazón de Cristo. Estas mismas plataformas digitales pueden servir de puente para que los creyentes que no se congregan en ninguna iglesia puedan volver a la comunión física.39
Inclusión de los excluidos:
- Por los gobiernos: La web nos proporciona los medios para suministrar materiales de discipulado a personas ubicadas en naciones religiosamente hostiles y también nos brinda herramientas para buscar la inclusión de estas personas en comunidades de discipulado.40
- Por la economía: Muchos recursos digitales de discipulado son gratuitos y están disponibles para quienes de otro modo no habrían tenido acceso al contenido debido a la falta de medios.41 Los recursos digitales permiten a las iglesias con poco personal o pequeñas aumentar sus modalidades de discipulado sin la necesidad de un gran presupuesto ni la contratación de más líderes.42
- Por la situación: Las comunidades digitales, la transmisión en directo de eventos y las reuniones virtuales ofrecen un medio de participación para quienes realmente no pueden salir de sus casas, como los inmunodeprimidos, las madres de bebés pequeños y las personas que viven en lugares remotos, rurales y subdesarrollados.43, 44
Mayor alcance:
- Alcance: Las plataformas digitales nos permiten llegar a más personas, más lejos y más rápido.45 El seguimiento y los análisis de datos incorporados proporcionan perspectivas digitales que nos ayudan a maximizar la eficacia mediante la vinculación de temas de discipulado concretos a comunidades concretas.46
- Frecuencia: Las comunidades en línea y los recursos de discipulado invitan a una interacción diaria entre pares, y ofrecen estímulo, apoyo y conexión a un nivel de frecuencia que sería prohibitivo en términos de tiempo e invasivo si se intentara en persona.47
- Ámbito: Las comunidades digitales de discipulado fomentan la identificación con la Iglesia global.48 Cuando el aislamiento digital nos separa de nuestra identidad histórica como pueblo de Dios, las herramientas digitales pueden volver a conectarnos con el cuerpo mundial del que formamos parte.
Además de las categorías anteriores, la era digital presenta la gran oportunidad de poner énfasis en la conexión personalizada, la interacción cara a cara, el compromiso lento y constante y la proximidad física en nuestro discipulado como antídotos directos contra el aislamiento, el utilitarismo y la abstracción con los que la era digital ha dañado nuestra humanidad.
Desafíos
¿Cuáles son, pues, los desafíos que plantea nuestra era digital para hacer avanzar la gran comisión? El primero es aprovechar las herramientas digitales para la formación de discípulos sin perder de vista el papel vital de la relación personal en el proceso. Depender demasiado de las herramientas digitales podría ir en contra de la formación de un carácter semejante al de Cristo si se pone excesivo énfasis en la entrega de contenidos en lugar de en las interacciones de la vida real y la expresión de la fe en comunidad.49 Será importante discernir cómo nuestras herramientas digitales pueden facilitar un mayor compromiso con Dios y con los demás sin caer en la trampa de reforzar el consumo pasivo.50
El segundo desafío es la realidad de que el mundo digital es una máquina de formación.51 Cada avance tecnológico cambia la forma en que los seres humanos piensan, se comportan y se relacionan.52 El mundo digital puede formarnos de manera errónea mediante el refuerzo de hábitos poco saludables y el ensayo de liturgias impregnadas de falsedad.53 Por lo tanto, en un mundo en el que la tecnología cambia a un ritmo vertiginoso, nuestros modelos de formación de discípulos tendrán que:
- Defender una visión de lo que significa prosperar, no solo como seguidores de Jesús, sino también como seres humanos en nuestro tiempo y lugar.54
- Comprometerse con prácticas reflexivas que aumenten la autoconciencia y la alfabetización mediática a medida que vivimos y nos involucramos en la era digital.55
- Adoptar hábitos y prácticas individuales y comunitarias que contrarresten el impacto negativo de vivir en un mundo digital. Por ejemplo, practicar intencionadamente la hospitalidad.56
Por último, está el desafío de la contextualización, tanto para los creadores de contenidos cristianos como para los líderes que son responsables (curadores) de contenidos digitales para su uso en comunidades de discipulado. A medida que el mundo está cada vez más conectado digitalmente, será vital discernir cómo los recursos digitales ayudarán y no perjudicarán a los seguidores de Jesús mientras aprenden a amar a Dios y a los demás en medio de contextos diversos. Existe el riesgo de la homogeneización cultural; por ejemplo, la amplificación de las ideas occidentales a expensas de permitir que el evangelio encuentre su máxima expresión en el contexto local.57
Superar estos retos exigirá estrategias intencionadas y cuidadosas. Incluirá la creación de oportunidades para conexiones significativas, la curación de recursos fiables y relevantes, el establecimiento de estructuras de rendición de cuentas, el fomento de la autodisciplina y el aprovechamiento de la tecnología para facilitar un compromiso más profundo. Un enfoque sabio, humilde, perspicaz y de reflexión en oración nos ayudará a superar los desafíos y a maximizar el potencial de un discipulado con impacto en la era digital, tanto ahora como en el futuro.
Recursos clave
A lo largo de este artículo, hemos hecho referencia a muchos recursos. Al igual que el descubrimiento de la energía nuclear, los avances digitales encierran tanto promesas como peligros para la formación de discípulos, por lo que necesitamos ayuda para dar sentido a nuestra situación a medida que esta tecnología se convierte en «universal», afectándolo todo.58 Sin embargo, la búsqueda de expertos a lo largo de líneas disciplinarias aisladas es parte de nuestro dilema en lugar de una solución a los «problemas perversos» que rodean la trayectoria de la gran comisión desde hoy hasta 2050.59
Para responder bien, necesitamos una integración de conocimientos dirigida por el Espíritu, llena de oración y guiada por la Palabra de Dios. Necesitamos sabiduría para discernir lo que es oportuno para formar discípulos que sigan a Jesús en su contexto digital, particular y complejo.60
¿Cuáles son, entonces, los recursos humanos dentro de la Iglesia global —especialmente dentro del Movimiento de Lausana— que debemos usar cuando escuchamos, para encontrar un mejor camino y avanzar en la conversación divina?61 ¿Cómo podrían ayudarnos a responder a estas preguntas cruciales?62
Grupo de trabajo de teología, plantación de iglesias:
- ¿Qué significa ser portadores de la imagen de Cristo en una era digital como sujetos que lo personifican?
- ¿Cuál es la mejor manera de formar discípulos para toda la vida, y cómo podrían las reuniones virtuales ayudar o perjudicar este proceso, especialmente para aquellos físicamente aislados de la iglesia?
- ¿Cuáles son las mejores prácticas en la educación en línea para la transformación?
- ¿Cuál es el propósito, teológicamente hablando, del trabajo y la tecnología —como esferas en las que servimos como discípulos—, y cómo se forman o deforman en esta era digital?
Compromiso con los medios de comunicación, con la tecnología y con las Escrituras:
- ¿Cómo podría la comunicación digital aumentar las prácticas cara a cara, o distorsionar el proceso de formación de discípulos?
- Basándonos en los estándares de la industria, ¿cuáles son las mejores prácticas no solo para transmitir información, sino para trabajar en red hacia la transformación?
- ¿Cómo podemos aprovechar los puntos fuertes del poder de la información descentralizada y los recursos fácilmente disponibles para apoyar el compromiso bíblico local?63
- ¿Qué innovación tecnológica ayudará a las personas a conectar la narrativa bíblica ancestral con su contexto moderno, evitando el imperialismo digital de culturas más conocedoras de la tecnología?
Los negocios como misión, el «tentmaking» y el ministerio en el lugar de trabajo:
- ¿Cómo podemos equipar a cada creyente para que encuentre su identidad en Cristo —evitando la deformación de estar constantemente «encendido»— y que sea fructífero en su labor tecnológica en medio de la automatización y el trabajo precario?
- ¿Cómo podemos hacer que el trabajo digital y la inteligencia artificial sirvan al bien común y para discipular a las naciones, en lugar de dañar el tejido de la comunidad y de poner en peligro la vida y el sustento?
Ciudades, cuestiones de discapacidad, salud para todas las naciones:
- ¿Cómo podrían los grupos de redes tecnológicas perseguir un movimiento del reino para discipular a su ciudad con una coordinación eficaz?
- ¿Cómo afecta el tiempo de pantalla a nuestros cerebros (salud mental), cuerpos y comunidades? ¿Cómo podríamos aumentar lo bueno y frenar lo malo en nuestro discipulado para una vida plena?
- ¿Qué espacios físicos, prácticas y recursos son necesarios para discipular al creciente número de «refugiados digitales» que se quedan atrás y fuera de la comunidad, y para entablar relaciones personales con los aislados y ansiosos?
Colaboración ministerial, recaudación de fondos ministeriales:
- ¿Cómo podrían la criptomoneda y los medios digitales fomentar la asociación —dar y recibir recursos para hacer discípulos— para la Iglesia perseguida?
Generación de líderes jóvenes, conversación de generaciones de Lausana:
- ¿Qué plataformas existen para conectar discípulos intergeneracionalmente, de modo que las preguntas y respuestas de jóvenes y mayores por igual interactúen para formar pacificadores sabios en este momento cultural?64
Dar prioridad a las conversaciones interdisciplinarias es clave para cerrar esta brecha en la gran comisión. A medida que nos adentramos en esta era digital, los espacios para el discipulado parecen seguir creciendo y surgiendo. Esperemos entrar en estos espacios con sabiduría, buscando promover la gran comisión y discipular a nuestro mundo digital con fidelidad.
Notas finales
- Esta convergencia de todas las tecnologías incluye la robótica, pero lo común es la programación informática y la comunicación entre todos los dispositivos. Véase Steven E. Schoenherr, «The Digital Revolution» (2004), https://web.archive.org/web/20081007132355/http:/history.sandiego.edu/gen/recording/digital.html.
- Frances Cairncross, The Death of Distance 2.0: How the Communications Revolution Is Changing Our Lives (Boston: Harvard Business School, 2001).
- Simon Kemp, «The Changing World of Digital in 2023», We Are Social (26/1/2023), https://wearesocial.com/uk/blog/2023/01/the-changing-world-of-digital-in-2023/.
- Dallas Willard, The Great Omission: Reclaiming Jesus’s Essential Teachings on Discipleship (Oxford: Monarch Books, 2006).
- Barna Group, «New Research on the State of Discipleship», Research Releases in Leaders & Pastors (1/12/2015), https://www.barna.com/research/new-research-on-the-state-ofdiscipleship/.
- Global Listening Team, «The Evangelical Church Interacting between the Global and the Local», An Executive Analysis of Lausanne 4 Listening Calls (2022), https://lausanne.org/l4/global-listening/the-evangelical-church-interacting-between-the-global-and-the-local.
- Esto se observa especialmente en Occidente, pero existe una correlación general entre la penetración digital y la disminución de la religiosidad, que se aprecia, por ejemplo, en las ciudades chinas frente a la vida rural. Véase Eli Gottlieb, «Analog Faith in a Digital Age», Religion & Politics (17/3/2021), https://religionandpolitics.org/2021/03/17/analog-faith-in-a-digital-age/.
- Teemu Taira, «Secularism, Atheism, and Digital Media», in Heidi A. Campbell and Pauline Hope Cheong (eds), The Oxford Handbook of Digital Religion (New York: Oxford University Press, 2022; online edn., Oxford Academic, 20 Oct. 2022), https://doi.org/10.1093/oxfordhb/9780197549803.013.7.
- Nona Jones, From Social Media to Social Ministry: A Guide to Digital Discipleship (Grand Rapids: Zondervan Reflective, 2020), 1–16.
- Sin embargo, como observó Kamal Weerakoon, «existe un movimiento contrario de recentralización del poder de la información en metaplataformas de propiedad privada, como Meta, Amazon, Google y Microsoft». Esto no es neutral en cuanto a los valores y a menudo inclina los algoritmos y los contenidos en contra de las formas de vida y la identidad cristianas, incluso censurando o tergiversando nuestras creencias. Véase, por ejemplo, https://www.christiantoday.com/article/amazon.accused.of.censorship.after.removing.christian.philosophers.trans.critical.book/136412.htm.
- Sin embargo, como señaló Andy Bannister en la reseña de este artículo, los seres humanos somos finitos, con una capacidad limitada para mantener grandes redes sociales sin que estas relaciones se vuelvan superficiales. Véase Roger Bretherton and Robin Dunbar, «Dunbar’s Number goes to Church: The Social Brain Hypothesis as a Third Strand in the Study of Church Growth», Archive for the Psychology of Religion 42, no. 1 (2020), 63–76, https://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/0084672420906215.
- Por ejemplo, un estudio demostró que el 59 % de los mileniales cristianos practicantes afirman haber buscado contenidos espirituales en Internet. Véase, Hannah Stevens, «Church in a Digital Age», Transmission (Primavera/Verano 2019), https://www.biblesociety.org.uk/content/explore_the_bible/bible_in_transmission/files/2019_spring/Church_in_a_digital_age.pdf. Además, el 25 % de los usuarios de Internet (28 millones de personas) en los Estados Unidos han accedido a información religiosa o espiritual en línea en un momento u otro. Esto supone un aumento con respecto a los resultados de la encuesta de finales de 2000, que mostraban que el 21 % de los usuarios de Internet —entre 19 y 20 millones de personas—as habían acudido a la red para obtener material religioso o espiritual. Véase Elena Lasen, «CyberFaith: How Americans Pursue Religion Online», Pew Research Center (23/12/2021), https://www.pewresearch.org/internet/2001/12/23/cyberfaith-how-americans-pursue-religion-online.
- Por ciberespacio entendemos «el entorno complejo resultante de la interacción de personas, programas informáticos y servicios en Internet mediante dispositivos tecnológicos y redes conectadas a él, que no existe de forma física». Véase National Institute of Standards and Technology, «Cyberspace», NIST Glossary (Dic. 2015), http://dx.doi.org/10.6028/NIST.IR.8074v2.
- World Economic Forum, «The Future of Jobs Report 2023», Insight Report (My. 2023), https://www.weforum.org/reports/the-future-of-jobs-report-2023/. Para una interpretación cristiana de estas tendencias, y una antropología más rica que se inclina hacia nuestro carácter distintivo como seres humanos, véase , https://licc.org.uk/resources/the-robot-will-see-you-now/ (2022), http://www.johnwyatt.com/, y John Wyatt and Stephen N. Williams (eds.), The Robot Will See You Now: Artificial Intelligence and the Christian Faith (London: SPCK, 2021).
- Ethan J. Brue, Derek C. Schuurman, and Steven H. Vanderleest, A Christian Field Guide to Technology for Engineers and Designers (Downers Grove, IL: IVP Academic, 2022). James Bruyn – Profesor Adjunto de la Leder School of Business, The King’s University, Edmonton— explora la oportunidad de discipulado que esto presenta en su artículo inédito de 2023, «Understanding the Spiritual Challenges of the Contemporary Corporate Workplace», https://bit.ly/SpiritualChallengesContemporaryWork.
- Gordon Preece, «Rehumanizing Precarious Work: Vocation in Location Versus a New Priesthood of Cosmopolitan Techno-Creatives», in Transforming Vocation: Connecting Theology, Church, and the Workplace for a Flourishing World, ed. David Benson, Kara Martin, and Andrew Sloane (Eugene, OR: Wipf & Stock, 2021), 88–107; John G. Stackhouse, Jr., Why You’re Here: Ethics for the Real World (Oxford: Oxford University Press, 2018), 13–63 (excerpt, «Is That Why Christians are in the World?» at https://www.johnstackhouse.com/post/is-that-why-christians-are-in-the-world). Sobre las transformaciones necesarias en la ontología y la epistemología como parte del discipulado en la era digital, véase Guichun Jun, «Missional Discipleship in the Public Sphere: With Special Reference to Lordship, Followership and Christlikeness in the Concept of Public Discipleship», Transformation 39, iss. 2 (2022), 111–121, https://doi.org/10.1177/02653788211062462.
- Matt Jolley, «What Is a Whole-Life Disciple?» LICC (2021), https://licc.org.uk/resources/what-is-a-whole-life-disciple/; véase también https://youtu.be/DOOd1G2R7Pw.
- Ross Hastings, «Vocation from Union with Christ: Overcoming Dualisms in the Calling of the Church», The Regent World 33, no. 1 (20/4/2021), https://world.regent-college.edu/leading-ideas/vocation-from-union-with-christ–overcoming-dualisms-in-the-calling-of-the-church; Matt Jolley and Dave Benson, «What Are Spiritual Practices?» LICC (2021), https://licc.org.uk/resources/spiritual-practices/.
- Simon Foster, «What Helps Disciples Grow?», Saltley Faith & Learning Series no. 2, editado por Ian Jones (Birmingham: St Peter’s Saltley Trust, 2016), https://www.saltleytrust.org.uk/whdg/; Paul Wetzig, «Faith in the Digital Age», Informe inédito preparado para la Iglesia Unida de Queensland (12/12/2019).
- ICETE, «Characteristics of Effective and Fruitful Nonformal Theological Education», The International Council for Evangelical Theological Education (Abr. 2023), http://icete.info/wp-content/uploads/2023/04/Characteristics-of-effective-and-fruitful-nonformal-theological-education.pdf. See also David Heywood, Kingdom Learning: Experiential and Reflective Approaches to Christian Formation (London: SCM Press, 2017); Jenny Rogers, Adults Learning, 5th ed. (Maidenhead, UK: Open University Press, 2007). Sobre el principio 70-20-10 y el ciclo de Kolb, véase https://702010institute.com/702010-model/. Y para la aplicación de estos principios a la enseñanza «invertida» y a distancia, véase Diane Hockridge, «Rethinking Our Approach to Student Formation in Australian Theological Education», en Theological Education: Foundations, Practices, and Future Directions, ed. Andrew M. Bain, Ian Hussey (Eugene, OR: Wipf & Stock, 2018), 200–214. iane Hockridge es la especialista en educación en línea del mayor consorcio de universidades teológicas de Australia, The Australian College of Theology. Para más información, véase https://ridley.academia.edu/DianeHockridge. Para saber cómo se están utilizando estos principios en la iglesia mundial, con el apoyo de una tecnología al alcance para aumentar la penetración digital incluso en las zonas menos favorecidas de África, véasehttps://icete.academy/course/index.php?categoryid=15, https://youtu.be/w3l1SB8zyv0, https://chatterbox.co.zw/, y https://thewell.systems/.
- Véase la serie de blogs en 5 partes de Dave Benson «Wise Peacemakers» (2021) que comienza en https://licc.org.uk/resources/wise-peacemakers-part-1-of-5/. Para un ejemplo de este proceso aplicado al discipulado en una era digital, véase Matt Jolley, «Rage Against the Machine» (2021) Wisdom Lab y serie de blogs de 2 partes en https://licc.org.uk/resources/wisdom-lab-rage-against-the-machine/.
- Dave Benson, «Being Fruitful on Facebook: Wisdom for the Web», LICC (2/11/2020), https://licc.org.uk/resources/being-fruitful-on-facebook-wisdom-for-the-web/; Jodi Hunt, «The Digital Way: Re-imagining Digital Discipleship in The Age of Social Media», Journal of Youth and Theology vol. 18 (2019), 91–112.
- Quentin Schultze, Habits of the High-tech Heart: Living Virtuously in the Information Age (Grand Rapids: Baker Books, 2002). Para una crítica del discipulado incorpóreo que cultiva «cerebros en un palo» a través de la difusión de información, véase James K. A. Smith, Desiring the Kingdom: Worship, Worldview, and Cultural Formation (Grand Rapids: Baker Academic, 2009). Cf. 2 Juan 12, donde Juan utiliza la tecnología de escritura de cartas para discipular, pero anhela reunirse.
- Michael Pucci, «The Gospel and Human Poverty», in Hearts Aflame: Living the Passion for Evangelism, ed. Michael Tan (Singapore: Genesis Books and Eagles Communications, 2008), 222–224. or supuesto, la revelación de Dios incluía el lenguaje, inspirando la Escritura. Pero todo ello apuntaba hacia el «acontecimiento de Cristo» encarnado (Hebreos 1:1-3).
- Aunque los dispositivos y plataformas digitales pueden ser herramientas útiles para el discipulado, el verdadero crecimiento como discípulo viene de formar parte de una comunidad local donde las interacciones cara a cara pueden proporcionar inspiración y desafío con responsabilidad. Véase Stanley Hauerwas, A Community of Character: Toward a Constructive Christian Social Ethic (Notre Dame, ID: University of Notre Dame Press, 1991); David Fitch, Faithful Presence: Seven Disciplines that Shape the Church for Mission (Downers Grove, IL: IVP Books, 2016); Dave Benson, «The Ecclesial Apologetic for God: Becoming a Good Church in the Eyes of a Watching World», Lausanne Movement Europe (2021), https://www.lausanneeurope.org/the-ecclesial-apologetic-for-god-becoming-a-good-church-in-the-eyes-of-a-watching-world/.
- «Focal practices» comes from Albert Borgmann, Power Failure (Grand Rapids: Brazos Press, 2003), as unpacked and actioned by Andy Crouch, The Tech-Wise Family (Grand Rapids: Baker, 2017). See also: David Fitch’s work at https://sevenpractices.org/; Matt Jolley, «Rage Against the Machine: What Do We Do Now?» LICC (2021), https://licc.org.uk/resources/what-do-we-do-now/; Justin Whitmel Earley, The Common Rule: Habits of Purpose for an Age of Distraction (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2023), https://www.thecommonrule.org/.
- Dave Benson, «A Litany of Practices», Practical Theology (7/1/2019), https://doi.org/10.1080/1756073X.2019.1565080/. Para más información sobre la adaptación de las prácticas espirituales para esta era digital que están incrustadas en nuestras líneas de frente virtuales y físicas, véase https://licc.org.uk/resources/how-to-change-your-habits-and-let-god-change-you/ y https://licc.org.uk/resources/research-embedding-spiritual-practices-and-seeing-the-benefits/, incrustado en el curso 2023 de LICC’s 2023, «Growing on the Frontline», disponible en https://licc.org.uk/ourresources/growing-on-the-frontline/.
- Nassim Nicholas Taleb, Anti-Fragile: How to Live in a World We Don’t Understand (London: Allen Lane, 2012); John Wyatt, «Welcome to the Metaverse», Connecting with Culture LICC Blog (26/11/2011), https://licc.org.uk/resources/welcome-to-the-metaverse/.
- James R. Reed III and Lori C. Reed, Reimagining the Great Commission: 21st Century Digital Discipleship (np: 2019), 10.
- Andrew Palau, «Made to Share», presentation, The Luis Palau Association (Beaverton, OR: Feb. 2023).
- Nona Jones, From Social Media to Social Ministry: A Guide to Digital Discipleship (Grand Rapids: Zondervan, 2020), 12.
- Julie Anne Lytle, Faith Formation 4.0 (New York: Church Publishing Inc., 2013), Kindle Locations 2685–2689.
- La presencia física en una reunión de la iglesia no garantiza que estemos mentalmente presentes. A la inversa, a través de nuestra unión en Cristo por el Espíritu, podemos estar físicamente ausentes, pero seguir practicando la «comunión» (1 Corintios 5:3). La oración y el compromiso con las Escrituras, por ejemplo, son transformadores en la formación de discípulos, aunque no dependen de estar físicamente con otra persona. Como tal, ya sea en persona, por zoom o como un avatar (del hinduismo, que literalmente significa «encarnación») en el metaverso con la Iglesia de realidad virtual, limitar la distracción y estar realmente presentes —prestando atención intencional y centrándose mediante la oración en la compañía de ese momento— es fundamental para el discipulado en todos los contextos. Véase Janet Maria Sewell, interviewed by Joel Forster, «Virtual Reality, a Useful Tool in the Hands of the Persecuted Church?», Evangelical Focus Europe (26/6/2023), https://evangelicalfocus.com/life-tech/22565/jan-sewell-church-and-virtual-reality.
- Timo Gnambs and Kai Kaspar, «Disclosure of Sensitive Behaviors across Self-Administered Survey Modes: A Meta-Analysis», Behavior Research 47 (2015), 1237–1259, https://doi.org/10.3758/s13428-014-0533-4.
- George Barna, Churchless: Understanding Today’s Unchurched and How to Connect with Them (Carol Stream: Tyndale Momentum, 2014), 107. Véase también https://www.cvglobal.co/from-instagram-to-church/, un ejemplo de la vida real.
- Imagina a la persona que sale de una amarga pelea con su cónyuge y busca «considerando el divorcio», o «qué dice Dios sobre el suicidio», en los planes de lectura de la Biblia de YouVersion.
- Adam Joinson, «Social Desirability, Anonymity, and Internet-Based Questionnaires», Behavior Research Methods, Instruments, & Computers 31 (1999), 433–438, https://doi.org/10.3758/BF03200723.
- Por ejemplo, no se requiere ninguna autoridad o permiso de la iglesia para que cualquier persona invite a otros miembros de la iglesia a un plan de lectura de la Biblia en línea donde puedan discutir los matices y la aplicación de las Escrituras a la vida a través de una función de chat integrada.
- La función de búsqueda de iglesias de YouVersion ofrece esta oportunidad, al igual que la primera plataforma de conectividad y recursos de su clase, Gloo (https://www.gloo.us/). Alpha ayuda a los nuevos cristianos y a quienes están en una búsqueda espiritual en necesidad de discipulado a conectarse para el crecimiento espiritual, ya sea con persona o en comunidades en línea. Para más información, véase https://alphausa.org/try/.
- Esto es, por supuesto, a menos que teman la vigilancia, incapaces de ir un paso por delante de su gobierno antidemocrático y censor. Para saber cómo se ha desarrollado esta situación en China, véase https://www.nytimes.com/2022/06/21/world/asia/china-surveillance-investigation.html, https://anglican.ink/2023/01/19/chinese-new-year-of-weaponised-surveillance-against-christians/, y https://www.opendoors.org.au/world-watch-list/china/. Para una perspectiva global, véase David Lyon, The Culture of Surveillance: Watching as a Way of Life (Cambridge, UK: Polity Press, 2018); también John Lennox, 2084: Artificial Intelligence and the Future of Humanity (Grand Rapids: Zondervan, 2020).
- Recursos bíblicos digitales gratuitos como YouVersion, Blue Letter Bible, The Bible Project, Public Reading of Scripture y Theology of Work ofrecen una Biblia digital en la que se pueden hacer búsquedas, miles de devocionales y planes de lectura (disponibles en la mayoría de los idiomas) que se pueden compartir, trabajar en grupo y mucho más, proporcionando oportunidades para la interacción, la conversación y la rendición de cuentas mutua. Para más información, véase https://prsi.org/, https://www.blueletterbible.org/, https://www.bible.com/, https://bibleproject.com/, https://prsi.org/, y https://www.theologyofwork.org/.
- Para dotar de recursos a pastores y líderes, varias organizaciones cristianas, como Gloo y Alpha, ofrecen formación gratuita en línea y equipamiento para las mejores prácticas de discipulado, así como información práctica e inspiradora sobre la creación de una cultura de la iglesia orientada al discipulado. Para más información, véase https://www.gloo.us/ y https://alphausa.org/.
- La tutoría en línea para el discipulado a través de The Mentor Ministry, JesusCares.com, Gloo y Unite Life empareja a cristianos y buscadores espirituales de todo el mundo con mentores atentos y bien capacitados que proporcionan un lugar seguro para plantear dudas, preguntas difíciles y peticiones de oración para luchas personales a través del correo electrónico y de mensajes de texto interpersonales. Este recurso es especialmente útil para quienes viven en zonas remotas donde no hay una iglesia local disponible para ayudar, o donde la educación y los recursos son extremadamente limitados. Para más información, véase https://tmm.io/, https://www.jesuscares.com/, https://www.gloo.us/, y https://unitelife.com/.
- Life Church, la iglesia de la que surgió el ministerio YouVersion, es una de las muchas que ahora ofrecen experiencias de realidad virtual en el metaverso. Para más información, véase https://www.life.church/metaverse/. in embargo, el objetivo es facilitar la reunión en persona.
- Un ejemplo es la traducción de la Biblia y de recursos para el discipulado a casi cualquier idioma del mundo mediante sistemas de inteligencia artificial como Google Translate: https://translate.google.com/. Sin embargo, la interpretación inteligente de los datos es clave, ya que los «clics» no forman el carácter.
- Considerar la forma en que el material de discipulado podría ser configurado en torno a las necesidades percibidas de una comunidad basada en la web o en los medios de comunicación social que nos dicen qué temas están siendo abordados con mayor frecuencia por nuestra comunidad en línea.
- Jesus.net (https://jesus.net/), Got Questions (https://www.gotquestions.org/), y Made New (https://madenew.hopewithgod.com/), son los recursos digitales de discipulado que ofrecen múltiples vías de aprendizaje a su propio ritmo/autoguiado y de apoyo a los creyentes en su búsqueda de una comprensión más profunda de lo que significa ser un seguidor de Cristo. Además, las tecnologías digitales pueden hacer una profunda contribución al área de la práctica espiritual para aumentar las prácticas en persona de unir las voces en la alabanza, participar comunitariamente de la Cena del Señor, orar unos por otros directamente, etcétera. Actualmente existen muchas aplicaciones que promueven y facilitan la meditación bíblica (Abide, https://abide.com/; Verses, https://www.getverses.com/; Soultime https://www.soultime.com/), la práctica de la presencia de Dios (Hallow, https://hallow.com/; Dwell, https://get.dwellbible.com/paid-search/), y el desarrollo de una vida de oración diaria (Lectio365, https://www.24-7prayer.com/resource/lectio-365/; Inner Room, https://innerroom.app/). Las notificaciones diarias de las Escrituras, los mensajes SMS o los recordatorios dentro de la aplicación para orar, meditar sobre las Escrituras o participar en un debate sobre el discipulado pueden cooptar sistemas digitales para reforzar la coherencia de la aplicación de las prácticas espirituales.
- Imagina el poder de un tiempo de adoración y oración en vivo, con creyentes de muchas naciones de todo el mundo, para aumentar nuestra conciencia de la comunión mundial de los santos.
- En el informe Global Listening Calls de Lausana 4, casi todos los grupos representados reflexionaron sobre las notables oportunidades que ofrecen las herramientas digitales, al tiempo que reconocieron que los contenidos digitales no pueden sustituir la necesidad de «conexiones personales y humanizadas». Para más información, véase https://lausanne.org/l4/global-listening/the-evangelical-church-interacting-between-the-global-and-the-local.
- Wetzig, «Faith in the Digital Age».
- Mark Sayers, Strange Days: Life in the Spirit in a Time of Upheaval (Chicago: Moody Publishers, 2017).
- Sherry Turkle, Alone Together: Why We Expect More from Technology and Less from Each Other (New York: Basic Books, 2017); Nicholas Carr, The Shallows: How the Internet is Changing the Way We Think, Read and Remember (London: Atlantic Books, 2020), 45; Jean Twenge, «Have Smartphones Destroyed a Generation», The Atlantic (September 2017), https://www.theatlantic.com/magazine/archive/2017/09/has-the-smartphone-destroyed-a-generation/534198/; Jean Twenge, The Narcissism Epidemic: Living in the Age of Entitlement (New York: Free Press, 2009).
- James K. A Smith, Desiring the Kingdom: Worship, Worldview and Cultural Formation (Grand Rapids: Baker, 2009), 29; Craig M. Gay, The Way of the (Modern) World, or, Why It’s Tempting to Live as if God Doesn’t Exist (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Pub., 1998), capítulo 2. Véase, por ejemplo, Jaron Lanier, Ten Arguments for Deleting Your Social Media Accounts Right Now (London: Vintage, 2019). Lanier acuña el acrónimo «BUMMER» («Comportamientos de los usuarios modificados y convertidos en un imperio de alquiler», según sus siglas en inglés) para describir el poder deformativo de los medios sociales y las tecnologías digitales relacionadas.
- James K. A. Smith, How (not) to Be Secular: Reading Charles Taylor (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Pub., 2014).
- Schultze sugiere que es irresponsable adoptar cualquier tecnología sin tener una mirada crítica sobre cuáles serán sus consecuencias. VéaseQuentin J. Shultze, Habits of the High-Tech Heart: Living Virtuously in the Information Age (Grand Rapids: Baker Academic, 2002). Benjamin Windle, «Excerpt: Better Questions and Disciplines for Digital Church Innovation», Leaders and Pastors Barna Ideas Release (2/2/2022), https://www.barna.com/research/excerpt-disciplined-digital/. Para un ejemplo de prácticas reflexivas, véase Matt Jolley, «Rage Against the Machine: What Do We Do Now?» LICC (2021), https://licc.org.uk/resources/what-do-we-do-now/.
- Para más información, véase https://sevenpractices.org/. Esto crea una oportunidad para que la Iglesia proporcione lugares significativos de comunidad cara a cara centrados en torno a la Cena del Señor para los discípulos que son «refugiados digitales» dado que no pueden seguir el ritmo y participar plenamente en la comunidad a medida que la tecnología sigue desarrollándose.
- Matthew Lee Anderson, «Christianity and Globalization: A Unity in Diversity», Mere Orthodoxy Blog (12/06/2008), https://mereorthodoxy.com/christianity-and-globalization-a-unity-in-diversity/; The Gospel Coalition India, «Discipleship in a Digital Age», TGC (10/5/2022), https://in.thegospelcoalition.org/article/discipleship-in-a-digital-age/.
- Carr, The Shallows, chapter 5; Akos Balogh, «As a Christian, I Went Down the AI Rabbit Hole: Here are 12 Things I Discovered», Blog (2023), https://www.akosbalogh.com/blog/as-a-christian-i-went-down-the-ai-rabbit-hole-here-are-12-things-i-discoverednbspnbsp; Derek C. Schuurman, Shaping a Digital World: Faith, Culture, and Computer Technology (Downers Grove, IL: IVP Academic, 2013); John Dyer, From the Garden to the City: The Redeeming and Corrupting Power of Technology (Grand Rapids: Kregel Publications, 2011).
- Jon Kolko, Wicked Problems: Problems Worth Solving (Austin: AC4D, 2012), en línea en https://www.wickedproblems.com/1_wicked_problems.php. Véase también John C. Camillus, «Strategy as a Wicked Problem», Harvard Business Review Magazine (My. 2008), https://hbr.org/2008/05/strategy-as-a-wicked-problem. En resumen, los problemas perversos «no pueden resolverse definitivamente. Tienen innumerables causas, cambian constantemente y no tienen una respuesta correcta».
- Sobre la sabiduría para un liderazgo adaptativo en tiempos complejos, véase Tod Bolsinger, Canoeing the Mountains: Christian Leadership in Uncharted Territory (Downers Grove: InterVarsity Press, 2018).
- Véase https://lausanne.org/all-issue-networks, también https://lausanne.org/l4/lausanne-generations-conversation para estos socios. Y sobre la «conversación divina», véase Adam S. McHugh, The Listening Life: Embracing Attentiveness in a World of Distraction (Downers Grove, IL: InterVarsity Press, 2015), 157: «La práctica de la conversación es un acto sagrado. Podríamos modificar ligeramente la práctica de la lectio divina para crear una conversatio divina, la práctica de la conversación sagrada. El fundamento de la conversatio divina es la creencia de que Dios está presente y que guía las conversaciones que le damos como ofrenda, y algunas que no. Escuchamos no solo a otra persona, sino a la voz que habla en, a través y a pesar de las voces humanas. Entonces nos liberamos de las agendas apretadas y de la necesidad de dirigir la conversación hacia donde creemos que debe ir. Nos abrimos a dejar que se desvíe suavemente y a tomar direcciones sorprendentes y desvíos divinos» (p157). Para un ejemplo de esto, véase https://aiandfaith.org/.
- Todas las redes, en todas las regiones, tienen algo que aportar. Al destacar estas pocas, esperamos que cada grupo reflexione sobre las cuestiones que debe plantearse y los recursos que puede aportar para llenar este vacío.
- Además, tenemos que discernir cómo cada modo de compromiso con las Escrituras —libro, digital, oral— influye en la retención, la comprensión y la transformación. Como sugiere un teólogo digital: «Los nuevos modelos de compromiso con la Biblia que tenemos a nuestra disposición —leer las Escrituras en una pantalla, compartir las Escrituras en las redes sociales, buscar en un idioma que no hablamos, escuchar las Escrituras en el coche, etc.— no son más neutrales que la llegada de la Biblia impresa hace varios siglos. En esta era digital, te animo a que mezcles lo antiguo y lo nuevo, a que memorices y no solo busques, a que medites y no solo compartas, a que escuches y no solo leas, a que hagas y no solo oigas. Cuando utilices distintos medios para encontrarte con la Palabra de Dios, reflexiona sobre ellos con otros miembros de tu comunidad de fe, y trabajen juntos para tomar decisiones por convicción y no sólo por conveniencia». Véase John Dyer, People of the Screen: How Evangelicals Created the Digital Bible and How It Shapes Their Reading of Scripture (New York: Oxford University Press, 2023), extracto en https://www.christianitytoday.com/ct/2022/december/dyer-bible-apps-software-screen-printing-press.html.
- A medida que la primera generación de niños con iPhone e Internet alcanza la mayoría de edad, es esencial entablar relaciones con jóvenes expertos en tecnología e interesarse simplemente por dónde encuentran la conexión, para bien o para mal, observando y participando en su mundo cultural.