Los Movimientos Misioneros Del Mundo Mayoritario
Introducción
La Iglesia ha crecido inmensamente en el mundo mayoritario no occidental de América Latina, Asia y África, regiones a las que antes se consideraba campos misioneros y que ahora han enviado nuevas fuerzas misioneras. En este informe, Cristian Castro nos cuenta la historia descriptiva de las cuatro etapas del movimiento misionero latinoamericano y del establecimiento de COMIBAM Internacional que ha enviado más de 30.000 misioneros a distintos lugares del mundo. David Ro hace un resumen del movimiento misionero en Asia, particularmente en Corea, China e India, aunque también menciona otros países. Uchenna Anyanwu escribe sobre la obra misionera de África, tanto por medio de la migración hacia occidente, así como para llegar a los pueblos no alcanzados dentro del mismo continente.
Movimientos misioneros de América Latina
En 1916 en Panamá, en el congreso de misiones mundiales convocado por organizaciones misioneras extranjeras, Latinoamérica fue declarada un campo misionero y, por consiguiente, los países que la componen fueron asignados a distintas misiones internacionales. Según los datos que se conocen, se reunieron 235 delegados de 50 sociedades misioneras que se encontraban trabajando en el continente. Solamente 27 de esos delegados eran latinoamericanos. El idioma oficial del congreso fue el inglés; por lo tanto, la voz de la iglesia latinoamericana fue muy débil o casi nula. Este es un dato importante porque muestra que, en ese momento histórico, a la pequeña iglesia latina no se la consideraba un participante más de la misión mundial.
Por otro lado, los misioneros extranjeros no veían a los latinoamericanos como fuerza misionera. Tal como dijo Pablo Carrillo en su libro Huellas en el desierto: «A la comunidad misionera en Latinoamérica, que estaba formada en su gran mayoría por extranjeros, no se les cruzó por la mente que las personas a las que estaban alcanzando con el evangelio un día serían una fuerza misionera dentro y fuera de sus países».1
Un llamado ineludible: la evangelización a fondo
En 1921 se fundó la organización LAM, Latin America Mission [Misión a Latinoamérica], que tuvo un gran impacto en la pequeña iglesia latinoamericana del momento gracias a proyectos evangelísticos y de acción social. Al mismo tiempo, LAM contribuyó enormemente al despertar de la visión misionera en el continente.
En la primavera de 1964, el Dr. Kenneth Strachan, de LAM, dio una serie de discursos sobre misiones en el Seminario Teológico Fuller a los que llamó «El llamado ineludible: el trabajo misionero de la Iglesia a la luz de las necesidades urgentes y las oportunidades del mundo actual». En sus disertaciones, el Dr. Strachan compartió un resumen de su experiencia y el fundamento teológico de la evangelización en el Movimiento a Fondo, que nació en LAM bajo su dirección.
Los principios básicos de Evangelismo a Fondo se aplicaron casi universalmente. Establecieron lo que hoy en día, décadas después, es aceptado normalmente por las iglesias en todo el mundo, especialmente en Latinoamérica. En esos días hubo pocos esfuerzos misioneros conocidos en la región. Uno fue el Congreso sobre Obra Cristiana en 1925 en Montevideo, Uruguay. Otro fue el Congreso Evangélico Hispanoamericano de La Habana, Cuba en 1929. Aunque fueron tan pequeños como un granito de arena a la orilla del mar, estos dos congresos contribuyeron efectivamente con la visión misionera en Latinoamérica.
La influencia de Lausana en Latinoamérica
El evento más importante en la historia de la misión evangélica es el Primer Congreso de Lausana de 1974. Gracias a los latinoamericanos que estuvieron presentes, así como también la literatura y las consultas subsiguientes organizadas por el Movimiento de Lausana, el congreso influyó en todo el continente. Para ser más precisos, los pioneros de la misionología evangélica como Samuel Escobar y René Padilla, entre otros, contribuyeron en gran manera en el Congreso de Lausana para formar una cosmovisión misionera basada en una clara comprensión del evangelio. El énfasis en la teología del reino de Dios y las consecuencias de la presencia de la Iglesia en la sociedad cambió la dirección de la misionología en el mundo y la acción misionera global. Alabamos a Dios por esta cooperación latinoamericana con la comunidad evangélica mundial.
El nacimiento de los primeros movimientos misioneros
En 1976, por iniciativa de varios líderes nacionales y obreros misioneros extranjeros que trabajaban en Brasil, se organizó la primera asociación misionera nacional del continente, la Asociación de Misiones Transculturales Brasileñas (AMBT, por sus siglas en portugués), en la que se unieron nueve agencias misioneras representantes de varias denominaciones. Jonathan dos Santos fue su primer presidente. Años más tarde, hubo otro país latinoamericano que aceptó el desafío de convertirse en fuerza misionera. En 1982, en el pequeño pueblo de Villa Giardino en Córdoba, Argentina, nació, bajo el liderazgo de pastores y misioneros, la Red de Misiones Mundiales(RMM) para movilizar a la iglesia argentina a todas las naciones.
El nacimiento de COMIBAM: de campo a fuerza misionera
Vale la pena mencionar que en ese momento el liderazgo de AMTB y RMM representó una voz profética para la Iglesia, ya que estaban respondiendo a la necesidad de asumir la responsabilidad en la misión de Dios por todo un continente. En consecuencia, la Confraternidad Evangélica Latinoamericana (CONELA) convocó una reunión de líderes en 1984 en México para organizar un congreso internacional con el objetivo de promocionar el desarrollo de la visión misionera en la región. El primer congreso misionero iberoamericano se llevó a cabo en el año 1987 en São Paulo, Brasil, y reunió a más de tres mil representantes de todas las naciones latinoamericanas, de España y Portugal, así como también a observadores de otros países. En ese encuentro, se habló sobre la tarea misionera global y se asumió el compromiso de formar un movimiento misionero desde Iberoamérica. Fue entonces cuando Luis Bush proclamó con convicción: «En 1916, América Latina fue declarada un campo de misión. Hoy en 1987 América Latina se declara una fuerza misionera».2
A partir de ese primer congreso, COMIBAM Internacional3 inició y desarrolló sus relaciones con otras redes nacionales, regionales y globales con las cuales formaron grupos de trabajo, convocaron consultas, publicaron libros en español y en portugués y lanzaron la publicación de la revista Ellos y Nosotros. En la edición de 1988 de Operación Mundo, Patrick Johnstone indicó que había 1314 misioneros latinoamericanos. En 1995, este número ascendió a 4482, de los cuales, 1364 ejercían su ministerio fuera de su país y 2126 participaban en la obra transcultural.
Dios actuó en la iglesia de toda la región, fortaleció los movimientos misioneros nacionales que existían y originó los que todavía no habían sido formados. Si bien es cierto que algunos países han estado enviando misioneros y han creado redes de colaboración misionera desde comienzos del siglo XX, el fuerte avivamiento para promover la obra misionera transcultural fue desencadenado por el congreso de 1987.
Cooperaciones Misioneras Nacionales (CMN) en Iberoamérica
Con el pasar de los años, el movimiento se comenzó a estructurar. Se formó una junta directiva, se eligió un director ejecutivo y se estableció una pequeña oficina. No cabe duda, sin embargo, de que lo que más influyó fue el nacimiento de los movimientos misioneros nacionales, a los que hoy conocemos como Cooperaciones Misioneras Nacionales (CMN), en los diferentes países iberoamericanos. Se convirtieron en ramas de la iglesia nacional, en un espacio para que las organizaciones, los ministerios y los misioneros pudieran compartir sus experiencias y recursos y coordinar sus esfuerzos misioneros nacionales hacia el exterior. A la fecha, han participado de COMIBAM veinticinco Cooperaciones Misioneras Nacionales de ocho regiones colaborativas4 : la península ibérica, Norteamérica, México, Centroamérica, el Caribe, los Andes, el Cono Sur y Brasil. Actualmente, las cooperaciones suman más de mil organizaciones misioneras participantes y colaboradoras.
COMIBAM en movimiento
Como conclusión, podemos decir que, durante todos estos años, COMIBAM Internacional ha sido un espacio para que los movimientos misioneros nacionales de la región se reúnan con la iglesia para pensar estrategias y forjar relaciones que tienen el potencial de mejorar la colaboración con la comunidad misionera mundial. Según un cálculo muy prudente, entre el 10 y el 15% de las iglesias participan activa o directamente en la misión global. Actualmente, según nuestros registros, se invierten 15 millones de dólares estadounidenses mensualmente para enviar a más de 200 países a más de 30.000 misioneros, de los cuales aproximadamente 17.000 son de Brasil y 1200 de Argentina. Esto indica que los 11.800 restantes provienen de los otros 23 países miembros de COMIBAM. En una consulta sobre los pueblos no alcanzados que tuvo lugar en Panamá, el movimiento misionero iberoamericano se comprometió a acompañar a la iglesia en la tarea de orar y llevar el evangelio a, por lo menos, 1850 grupos étnicos que no han sido alcanzados. Podemos decir que hoy, por la gracia soberana de Dios, COMIBAM Internacional está cumpliendo su misión y continúa comprometida con su visión, su misión y sus valores.
Movimientos misioneros de Asia
Asia está habitada por unos 5300 grupos étnicos no alcanzados que entremezclan con complejidad el hinduismo, el budismo, el islam, el comunismo y varias religiones populares. La iglesia de Asia está trabajando en ese contexto y participando actualmente de la misión mundial. En el siglo XX, a pesar de la cantidad de religiones y desafíos políticos, del creciente nacionalismo y la persecución, de la agitación social en medio de la urbanización y la globalización y de las influencias del secularismo y el materialismo, el cristianismo en Asia ha crecido dos veces más rápido que la población y representa el 8,2 % de una población total de 4500 millones de habitantes. Mientras que el movimiento misionero occidental envejece y atraviesa una serie de condiciones diferentes,5 la iglesia asiática se prepara para asumir el desafío de la misión global en este próximo siglo.
Corea del Sur
Durante el periodo de rápida industrialización y urbanización que atravesó el país, a la sociedad coreana la caracterizó una tremenda inestabilidad. Estos cambios rápidos dieron lugar una ruptura de la estructura familiar tradicional, conflictos laborales, una brecha entre los ricos y los pobres y un deterioro de las normas sociales. Dentro de este contexto de inestabilidad social, el cristianismo cumplió una función importante, ya que abordó estos temas ofreciendo una orientación espiritual y moral. Algunas fortalezas de la iglesia coreana han sido, primero, reuniones de oración bien temprano por la mañana; segundo, cultos dominicales dinámicos; tercero, diezmo y mayordomía; cuarto, educación teológica; quinto, compromiso social; y, sexto, énfasis en la misión. El movimiento misionero de Corea del Sur fue resultado de cruzadas evangelísticas, movimientos estudiantiles y un crecimiento eclesial insólito entre las décadas de 1970 y 1980. Se estima que el 32% de la población es cristiana y que los protestantes (unas 9.2 millones de personas) representan el 18% del total. En 2020, antes del COVID-19, 22.259 misioneros surcoreanos estaban sirviendo en el extranjero.
Gran parte de los misioneros coreanos son pastores ordenados transculturalmente. A la mayoría los sustentan iglesias y agencias misioneras que se enfocan en el evangelismo, el discipulado, la plantación de iglesias y la capacitación de líderes. Muchos misioneros coreanos están involucrados con la plantación de iglesias en áreas remotas hostiles y algunos trabajan con ministerios holísticos en favor de los pobres. A pesar de esto, la iglesia y la misión coreanas se han estancado recientemente debido a la secularización, un desinterés general de los jóvenes por la religión y, posiblemente, el impacto de los escándalos de las megaiglesias. Por este motivo, la población misionera coreana está envejeciendo gradualmente.
China
Hubo dos circunstancias que sentaron las bases para el movimiento misionero en China: el impresionante crecimiento de las iglesias caseras en las comunidades rurales en la década de 1980 y el crecimiento de la iglesia entre los intelectuales de las ciudades luego de 1989. Se estima que en China hay unos 90 millones de cristianos, lo que representaría entre el 6 y el 7% de la población del país. Se calcula que aproximadamente unos 60 millones pertenecen a las iglesias caseras y 30 millones son del Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías (TSPM, por sus siglas en inglés). En China, el cristianismo comenzó a crecer porque atendió los problemas sociales que ocurrieron durante la urbanización. El salario promedio en las ciudades chinas más importantes, semejante actualmente al de Seúl, Corea del Sur, es una fuente financiera para el envío de misioneros. A mediados de la década de los 2000, las iglesias caseras que no estaban registradas comenzaron a rentar oficinas y se convirtieron en congregaciones más grandes y abiertas. Empezaron a levantar ofrendas para pagar los salarios de los pastores y sustentar a los ministros, entre ellos, a los misioneros. Sin embargo, la estricta política religiosa en 2018 provocó un aumento de la persecución que, junto con el COVID-19 en 2020, llevó a que las iglesias volvieran a reunirse en las casas.
El movimiento misionero chino, la Misión China, antes llamada Misión China 2030, ha surgido de entre las iglesias en casas no registradas que han nacido en las ciudades. La iglesia oficial del Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías tiene prohibido por ley realizar actividades evangelísticas fuera de las paredes del edificio de la iglesia local. No obstante, aun así, algunos miembros practican el evangelismo indirecto abordando los problemas sociales de sus comunidades. Los líderes de iglesias caseras han organizado varias conferencias anuales grandes de Misión China en el extranjero y se han establecido el objetivo de «enviar 20.000 misioneros para el 2030». Misión China trabajó en línea durante el COVID-19 a través de la oración y la movilización misionera. Más de 200.000 personas han tomado Kairós, un curso en línea sobre movilización misionera. Otro movimiento, De Vuelta a Jerusalén, ha enviado cientos de misioneros a occidente, principalmente, desde las provincias rurales de Henan y Anhui. La iglesia de Wenzhou también ha participado de las misiones a través de sus grandes negocios empresariales en el extranjero.
La «fortaleza principal» de Misión China es un espíritu misionero sacrificial originado en un contexto de persecución. El sufrimiento ha preparado a la iglesia para enviar misioneros a regiones hostiles no alcanzadas. Además, la persecución ha dado lugar a soluciones innovadoras para servir en sociedades cerradas hostiles a los cristianos. Los pastores chinos, al venir de un país grande con poder geopolítico y fuerza económica en el que gran parte de la población es cristiana, tienen un gran sentido de responsabilidad misionera por el mundo. Sin embargo, en medio de una persecución en aumento producto del clima político actual, no es muy probable que surja un movimiento masivo de misioneros. Aunque es difícil verificarlo, se calcula que unos 2000 misioneros de iglesias caseras de la China continental sirven transculturalmente en el extranjero.
India
El mérito del crecimiento de la iglesia en India de mediados del siglo XIX se debe, en gran parte, a la evangelización que se enfocó en los miembros más pobres de la sociedad. La clase trabajadora es receptiva al evangelio, particularmente en las áreas rurales y en medio de los inmigrantes que viven en los suburbios urbanos como los parias, los marginados «intocables» del sistema de castas hindú. Durante los últimos cincuenta años, el desarrollo de la iglesia generalmente se ha concentrado en la India meridional. El movimiento misionero indio comenzó con el objetivo de alcanzar a las mayorías de la India septentrional tradicionalmente hinduistas, budistas y musulmanas. Los misioneros indios están trabajando «transculturalmente» en la plantación de iglesias entre los 2138 grupos étnicos no alcanzados (GENA). El 99% de estos misioneros trabaja transculturalmente entre los grupos étnicos dentro del país. El crecimiento misionero «ha provocado que haya un cambio en el entendimiento del título “misionero”, término que tradicionalmente se utiliza para quienes vienen del exterior y a quienes se suele asociar con los “blancos”».6 Se estima que el cristianismo en India es del 4 al 5% , lo que supone más de 50 millones de personas. La Asociación Misionera de India (IMA, por sus siglas en inglés) ha afirmado anteriormente que hay unos 60.000 obreros nacionales trabajando con unas 300 agencias misioneras indígenas en el país.
La principal fortaleza de India es la disponibilidad de una gran cantidad de voluntarios. Muchas veces los misioneros son bivocacionales, es decir, que combinan el ministerio con el trabajo o con el apoyo que reciben de la diáspora o del exterior. Al cristianismo en India se lo ha visto hostilmente como una religión extranjera y la iglesia está experimentando cada vez más persecución. Se han utilizado las leyes de conversión para acusar a cristianos de utilizar medios ilegales para hacer proselitismo. El declive de las libertades democráticas de la iglesia se intensificó tras la victoria del primer ministro Modi en 2014. El reciente auge del nacionalismo ha sido testigo de la eliminación de la influencia extranjera con un aumento de la agresividad hacia las iglesias locales. Aunque en este nuevo entorno más restrictivo se han reducido las actividades misioneras durante un tiempo, se está levantando un nuevo movimiento eclesiástico autóctono entre las comunidades hindúes de casta alta del norte de la India.
Otros países asiáticos
Hay otros países asiáticos que también están participando de las misiones. El número de misioneros filipinos en el extranjero que participan de obras transculturales ronda los 2000. Una iglesia filipina de Manila que tiene 200.000 miembros ha enviado más de 150 misioneros, muchos de ellos para plantar iglesias transculturales por toda Asia. Además, hay miles de filipinos que traspasan las barreras culturales con el evangelio trabajando en el exterior como ayudantes domésticos, cuidadores de niños, trabajadores de la construcción, ingenieros, arquitectos, enfermeros, especialistas en tecnologías de la información, cocineros, marineros y otras profesiones. Las iglesias de Indonesia, Malasia, Hong Kong y Singapur también están viviendo un crecimiento importante, ya que se estima que entre el 9 y el 20% de la población es cristiana. En Indonesia, unos 1000 obreros indígenas están sirviendo en la plantación de iglesias transculturales entre los 130 grupos étnicos no alcanzados del país. Malasia tiene una cantidad similar de obreros transculturales en muchos de sus 157 grupos étnicos, además de varios cientos de misioneros transculturales que han sido enviados al exterior. Hong Kong ha comisionado a 670 misioneros profesionales en 2023, Taiwán a 600 en 2017 y Singapur a al menos 428 en 2019.
Crecimiento en Asia
Se puede visualizar un nuevo y dinámico movimiento misionero asiático. Los líderes de la Alianza Evangélica de Asia, la Asociación Teológica de Asia, el Centro Chino de Coordinación de la Evangelización Mundial (CCCOWE, por sus siglas en inglés), el Movimiento Día y el Movimiento de Lausana se reunieron en 2022 para debatir sobre el futuro de la iglesia asiática y su misión, primordialmente, dentro de su propio contexto. En julio de 2023, se reunieron más de 1800 estudiantes y jóvenes de 37 países de Asia en el encuentro Arise Asia bajo el lema de la misión global «ir a donde no existe el evangelio». Varios cientos de jóvenes con una edad promedio de 25 años se comprometieron a trabajar en la misión transcultural. El movimiento de Arise Asia está cobrando impulso entre los millennials y la generación Z.La iglesia en Asia se encuentra en un punto de inflexión en la historia, ya que está pasando de ser un continente que recibe misioneros a ser un continente que los envía.
Movimientos misioneros en África
En las Escrituras, tenemos relatos de redención que a su vez están repletos de narrativas de migración. Desde el llamado de Abraham al niño Jesús en Egipto, leemos cómo Dios usó el movimiento de los pueblos para tejer el tapiz de su redención. En el último siglo y medio, hemos visto un movimiento de europeos por todo el mundo explorando, colonizando, comercializando y llevando a cabo actividades misioneras cristianas.7 Estas tendencias migratorias mundiales comenzaron a revertirse a partir de mediados del siglo XX. El fenómeno de la migración sur-norte ha suscitado extensas discusiones académicas, así como relatos de movimientos misioneros dentro de África y desde allí al resto del mundo. Así pues, el fenómeno ha provocado el desplazamiento de africanos, no solo dentro del mismo continente sino hacia otras latitudes, lo que evidentemente ha dado lugar a posibles movimientos misioneros desde África hacia el resto del mundo.
Hasta la fecha, en cuanto al potencial de movimientos misioneros que involucran a inmigrantes africanos, están surgiendo cada vez más congregaciones de inmigrantes africanos en varias ciudades de Europa, Norteamérica y Oceanía, donde se les da acogida a muchos de ellos. Es decir, los inmigrantes africanos cristianos están plantando iglesias en las ciudades de sus países de acogida del Norte Global. La iglesia nigeriana, de la Comunión Anglicana, por ejemplo, tiene ahora dos diócesis en Estados Unidos y Canadá. El número de sacerdotes nigerianos anglicanos y otros africanos anglicanos, algunos de los cuales estudiaron en seminarios de Estados Unidos y tienen doctorados y maestrías, es cada vez mayor. Usualmente, las iglesias que plantan comienzan con pocas familias y, a medida que crecen en número, adquieren lugares para celebrar cultos que pertenecen a denominaciones protestantes estadounidenses que, aunque son de las principales, están decreciendo.8 Algunos miembros del clero han asumido cargos de pastores en algunas de estas iglesias protestantes principales. Esta tendencia no es exclusiva de los anglicanos nigerianos.9
El espíritu misionero también se está moviendo en el norte africano, donde los seguidores de Jesús de Egipto, tanto de denominaciones presbiterianas como protestantes, están formando estructuras de envío misionero. Lo fascinante de esto es que ellos comparten la visión de llevar el evangelio al resto del mundo árabe. El Seminario Teológico Evangélico de El Cairo, por ejemplo, ha añadido la capacitación misionera en su programa. Se espera que se levante un movimiento misionero de Egipto hacia el resto del mundo árabe en el próximo cuarto de siglo.
Entonces ¿qué función potencial cumplirán en las misiones las iglesias y los misioneros africanos que sirven fuera de su continente en los próximos veinticinco a cincuenta años, en particular dentro de su contexto geográfico de inmigrantes?
Movimientos históricos de África
Desde mediados de la década de 1970, se han estado estableciendo las organizaciones misioneras indígenas, tanto denominacionales como no denominacionales.
La segunda consulta del Movimiento para las Iniciativas Nacionales Africanas (MANI, por sus siglas en inglés) se llevó a cabo en Abuya, Nigeria entre el 5 y el 9 de septiembre de 2011. En una parte de la declaración de la consulta se lee: «Creemos que Dios ha preparado y equipado a la iglesia africana para llevar el evangelio a todas partes de nuestro continente y del mundo».10 ¿Cómo pueden los inmigrantes africanos seguidores de Jesús ser fieles a ese compromiso de hablar sobre su fe en las tierras donde viven ahora?
Ministerios Calvary (CAPRO, por sus siglas en inglés), una organización que nació en el norte de Nigeria en 1975, es un ejemplo de renombre de organizaciones misioneras indígenas africanas no denominacionales que envían obreros transculturales.11 La Sociedad Misionera Evangélica (EMS, por sus siglas en inglés) es otro ejemplo: es una organización misionera denominacional perteneciente a la Iglesia Evangélica Ganar a Todos (ECWA, por sus siglas en inglés). Hay algunas organizaciones que salen de Egipto al mundo árabe que no podemos nombrar por cuestiones de seguridad. Los movimientos que están surgiendo de África al resto del mundo enfrentan desafíos, pero también tienen oportunidades.
Oportunidades misioneras para la iglesia africana
Junto con los grandes cambios que están atravesando tanto en el continente africano como en el mundo, la iglesia africana tiene oportunidades misioneras cruciales. A continuación se enumeran solo algunas de las oportunidades disponibles y emergentes:
- Liderazgo denominacional global: Los cristianos africanos pueden aprovechar la oportunidad de ser miembros y pastores de las principales iglesias estadounidenses y europeas cuyos números están disminuyendo. Algunos pastores africanos que finalizaron sus estudios en seminarios evangélicos respetados de los Estados Unidos ya están sirviendo como pastores de algunas de las principales congregaciones estadounidenses, compuestas exclusivamente por blancos. Además, la población de la diáspora cristiana africana podría convertirse en fuerza misionera independientemente de que en sus países de acogida sean tendencia las iglesias conformadas mayormente por inmigrantes africanos.
- Académicos globales: Los cristianos africanos que están capacitándose en instituciones teológicas del norte global podrían convertirse en una fuerza docente misionera dentro del mundo occidental. Algunos ya tienen doctorados y están publicando materiales académicos revisados por pares en revistas internacionales de renombre. Estos escritos académicos podrían impactar en la formación teológica de los próximos veinticinco a cincuenta años: podrían ganar predominancia y convertirse en lecturas obligatorias de los programas de estudios de los seminarios de los institutos teológicos norteamericanos y europeos.
- Énfasis espiritual: La mayoría de los cristianos africanos de trasfondos evangélicos y pentecostales hacen énfasis en la oración y el poder espiritual. Andrew F. Walls afirmó que cuando llegó a África occidental, se le ocurrió que mientras «pontificaba sobre […] diferentes fragmentos de la literatura cristiana del siglo II, en realidad estaba viviendo como en una iglesia del siglo II. A su alrededor, había una comunidad estaba desarrollando su vida, culto y conocimiento según su lealtad cristiana del siglo II».12 Entre los cristianos africanos evangélicos y pentecostales, se vive con evidente fervor la oración y la conciencia del impacto que tienen los poderes espirituales en la vida de las personas y las sociedades. Por eso, si hay africanos trabajando con no africanos en la misión global, los primeros podrían impulsar espiritualmente a los segundos en su vida de oración.
- Vitalidad de los jóvenes y las mujeres: Yaw Perbi y Sam Ngugi presentan en su libro algunos problemas tanto potenciales como persistentes.13 Los autores mencionan que, en medio de estos problemas, los jóvenes y las mujeres muestran una fe enérgica. Mientras que muchos cristianos de generaciones más jóvenes de Europa y Norteamérica se están volviendo «irreligiosos» (es decir, no tienen ninguna afiliación religiosa), los jóvenes cristianos africanos, por el contrario, viven su fe de manera enérgica y apasionada. Y mucho más las mujeres, cuya influencia en las misiones no ha dejado de crecer en los últimos veinticinco años. Es de esperar que su poder e influencia sigan aportando significativamente a la misión global transcultural en el próximo cuarto de siglo. Sin embargo, muchas veces, al aporte y a la marca que dejan las mujeres en las esferas de los ministerios cristianos y las misiones no se les da la importancia debida. Es necesario que los líderes misioneros, la educación cristiana y las iglesias identifiquen y aprovechen el poder de las mujeres cristianas en los diversos ministerios del cuerpo de Cristo, particularmente en las misiones.
Desafíos que enfrentan los movimientos misioneros africanos
Dicho todo esto, uno de los desafíos que deben intentar afrontar los movimientos misioneros africanos son las barreras culturales que son un obstáculo para que los no africanos se sientan atraídos por su mensaje y su misión.
- Alcance transcultural: Las iglesias de la diáspora africana necesitan ser intencionales al momento de proclamar el evangelio a los no africanos. En un artículo presentado en una conferencia de MANI, el Dr. Emmanuel Bediako observó que «las iglesias de la diáspora africana están conformadas en un 99% por africanos o descendientes de africanos y están alcanzando mayormente a los inmigrantes africanos.14 En vista del potencial misionero entre la población migrante africana en occidente, una minuciosa observación de las tendencias muestra una falta de compromiso misionero que trascienda los límites homogéneos de la demografía cristiana de inmigrantes africanos. Dicho de otra manera, la mayoría de los seguidores de Jesús africanos que participan en el ministerio cristiano en sus países de acogida lo hacen dentro de las esferas homogéneas de su entorno cultural y carecen de un compromiso transcultural con los pueblos no alcanzados de origen no africano. Este es un desafío que debe ser encarado.
- Contextualización transcultural: Las iglesias de la diáspora africana deben adaptar su forma de hacer iglesia a las normas culturales, los valores y los estilos de comunicación de sus países de acogida. Un ejemplo es el concepto del tiempo para los africanos, ya que en algunos casos tienen cultos de dos a tres horas los domingos a los que les sigue una hora más de «comunión después de la comunión». Es poco probable que un estadounidense caucásico invitado a un culto de este tipo se quede más de una hora y media y, menos probable aún, que vuelva. Se deben reevaluar también muchos otros matices culturales y aplicar los principios de contextualización para evitar repeler a los no africanos que podrían mostrar interés en el mensaje y el culto de los cristianos de la diáspora africana.
- Discriminación cultural: Otros desafíos son las restricciones de visas e inmigración, la capacidad financiera, la discriminación racial y los prejuicios. Los cristianos africanos que se involucren con las misiones mundiales en contextos en los que sufren discriminación racial y son juzgados deberán, además de tener una buena autoestima en Cristo y un concepto de sí mismos basado en la Palabra de Dios, desarrollar resiliencia y la capacidad de atravesar las desafiantes dinámicas sociales en las que se encuentren.
En resumidas cuentas, el cambio del centro de gravedad del cristianismo a África en las últimas décadas le otorga un enorme potencial a la iglesia africana para ser un movimiento misionero global por los próximos 25 años, siempre y cuando se haga en colaboración con la iglesia mundial. Es necesario explorar este potencial, tomar las oportunidades existentes y sacarles el máximo provecho posible y superar de manera crítica y constructiva los desafíos para que las naciones se alegren y canten de alegría.
Conclusión
En la nueva era de las misiones mundiales, ha surgido una nueva fuerza misionera proveniente de Latinoamérica, Asia y África. La nueva dinámica de las misiones globales es policéntrica: alcanza el mundo mayoritario partiendo desde diferentes centros que tienen sus propias y únicas estrategias, métodos y desafíos de acuerdo con sus contextos culturales, socioeconómicos y políticos. Este es solo el comienzo de una nueva era misionera que está profundamente conectada con una comunidad misionera global. El llamado de la gran comisión recae sobre todos los creyentes del mundo por igual. Todos deben llevar el mensaje del evangelio a los pueblos no alcanzados de los confines de la tierra. Todos deben ir a donde no existe el evangelio.
Notas finales
- Carrillo, P. (2010). Huellas en el Desierto. PM Internacional.
- Luis Bush. «Nuestra historia». COMIBAM Internacional. www.comibam.org.
- El título de la reunión de 1987 fue cambiado posteriormente de «congreso» a «cooperación». Al movimiento misionero que surgió como consecuencia y que tiene el mismo nombre, Cooperación Misionera Iberoamericana, también se lo conoce como COMIBAM Internacional.
- Para saber más sobre las CMN de COMIBAM visite el sitio web https://comibam.org/es/cooperaciones-misioneras/.
- Walls, A. (1996). The Missionary Movement in Christian History: Studies in the Transmission of Faith [El movimiento misionero en la historia del cristianismo: estudios de la transmisión de la fe]. Maryknoll, NY: Orbis Books.
- Ekström, M., & Patrona, M. (Eds.). (2011). Talking Politics in Broadcast Media: Cross-cultural Perspectives on Political Interviewing, Journalism and Accountability [Hablar de política en los medios de radiodifusión: perspectivas transculturales sobre las entrevistas políticas, el periodismo y la responsabilidad]. Amsterdam: John Benjamins.
- Stanley, B. (1990). The Bible and the Flag: Protestant Missions and British Imperialism in the Nineteenth and Twentieth Centuries [La Biblia y la bandera: misiones protestantes e imperialismo británico en los siglos XIX y XX]. Leicester, England: Apollos.
- Las principales denominaciones protestantes incluyen «primordialmente a las iglesias metodista, luterana, presbiteriana y episcopal». En tanto, «entre las denominaciones conservadoras se encuentran la Convención Bautista del Sur, las Asambleas de Dios y las Iglesias Pentecostales de Santidad, entre otras». Michael Hout, Andrew Greeley y Melissa Wilde. ‘The Demographic Imperative in Religious Change in the United States.’ [El imperativo demográfico en el cambio religioso de Estados Unidos] Survey Research Center (SRC) (Berkeley, CA: University of California, Berkeley, 2001) 2.
- Lo mismo sucede con la Iglesia Cristiana Redimida de Dios (RCCG, por sus siglas en inglés), la Iglesia de Pentecostés de Ghana, las Asambleas de Dios de África, la Embajada de Cristo en Nigeria, la Iglesia Bíblica de la Vida más Profunda de Nigeria, la Iglesia Metodista de Ghana, la Iglesia Presbiteriana de Ghana, la Iglesia Adventista del Séptimo Día y otras denominaciones religiosas con vínculos en África, ya sea que pertenezcan a las denominaciones principales o a las Iglesias Instituidas en África (AIC, por sus siglas en inglés).
- ‘MANI 2011 Declaration’ [«Declaración de MANI 2011»]. MANI (Movement for African National Initiatives, 2011).
- CAPRO es un acrónimo que proviene de Calvary Productions [Producciones Calvary], nombre que luego fue cambiado a Ministerios Calvary. Debido a que el ministerio ya era conocido por su acrónimo CAPRO, se mantuvo ese nombre. En los países francófonos, se lo conoce como Action Missionnaire Interafricaine (AMI). Véase: Festus Ndukwe, ed. From Africa to the World: The CAPRO Story: The Birth and Growth of a Mission [De África al mundo: la historia de CAPRO, el nacimiento y crecimiento de una misión] (Lagos, Nigeria: CAPRO Media, 2019).
- Walls, A. F. (1996). The Missionary Movement in Christian History: Studies in the Transmission of Faith [El movimiento misionero en la historia del cristianismo: estudios de la transmisión de la fe]. Maryknoll, NY: Orbis.
- Perbi, Y., & Ngugi, S. (2022). Africa to the Rest: From Mission Field to Mission Force (Again) [África para el resto: de campo misionero a fuerza misionera (otra vez)]. Maitland, FL: Xulon.
- Bediako, E. (2011). África en las misiones: África misionando en la diáspora [Africa in Missions: Africa Doing Missions in Diaspora]. Presentación por MANI. Recuperado de https://maniafrica.com/mani/wp-content/uploads/2015/07/Diaspora-Africa-in-Mission.ppt.