¿Qué significa ser humano?

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Transhumanismo

Latha Christie, Stefan Lindholm & Garrett Starr

Cómo entender el transhumanismo

El transhumanismo se ha definido como:

  1. El movimiento intelectual y cultural que afirma la posibilidad y la conveniencia de mejorar fundamentalmente la condición humana a través de la razón aplicada, especialmente mediante el desarrollo y la disponibilidad de tecnologías para eliminar el envejecimiento y mejorar en gran medida las capacidades intelectuales, físicas y psicológicas humanas. 
  2. El estudio de las ramificaciones, promesas y peligros potenciales de las tecnologías que nos permitirán superar las limitaciones humanas fundamentales, y el estudio relacionado de las cuestiones éticas involucradas en el desarrollo y uso de dichas tecnologías.1

Como ocurre con todas las ideologías, el transhumanismo no se originó por sí mismo, sino que se fundamenta en un conjunto específico de antecedentes filosóficos. La filosofía transhumanista se basa en la metafísica aristotélica («el estudio filosófico de la naturaleza del ser o de la realidad»2) y en el humanismo ilustrado (en el que hay un fuerte énfasis en la prioridad de la importancia de los seres humanos y el mejoramiento futuro del animal humano). Además, el transhumanismo también tiene sus raíces en el naturalismo darwiniano (los seres humanos son un desarrollo evolutivo reciente y debemos controlar y acelerar nuestra propia evolución3), el concepto nietzscheano del Übermensch (la idea del yo autocreado en el pensamiento transhumanista no puede dejar de recalcarse4), y la ideología marxista («la importancia de las condiciones materiales y, en particular, del avance tecnológico, para la revolución; las concepciones de la naturaleza humana; y las concepciones de la naturaleza en general»5).

el transhumanismo rechaza la validez de las religiones monoteístas y politeístas tradicionales y niega la existencia misma de Dios.

En cuanto a prioridades ideológicas, el transhumanismo rechaza la validez de las religiones monoteístas y politeístas tradicionales y niega la existencia misma de Dios. Mientras que algunos defensores del transhumanismo buscan fusionar la fe con la filosofía transhumanista, la gran mayoría de sus adherentes son agnósticos o ateos declarados.6 Por lo tanto, los transhumanistas también rechazan la posibilidad de cualquier verdad eterna trascendente, y descartan las metanarrativas, como la Biblia, que defienden la existencia de la verdad absoluta. El transhumanismo también se opone a la centralidad de los valores familiares tradicionales. Esta visión del mundo apoya la ideología de la transexualidad y la práctica de la reasignación de género como medios viables para cambiar las expresiones físicas humanas, ya que se consideran aspectos del control del progreso evolutivo humano. De hecho, en la praxis, el transhumanismo se centra en controlar y acelerar el progreso evolutivo de la humanidad a través de la aplicación de tecnologías avanzadas e innovación médica a la biología humana.

Para lograr este noble objetivo de convertir a los seres humanos en algo que no somos, los transhumanistas abogan por el uso de tecnologías presentes y futuras como la ingeniería genética, la nanotecnología molecular, las supercomputadoras, las prótesis, la biotecnología, la criónica, la carga mental, la clonación, la realidad virtual y la inteligencia artificial (IA) para extender la esperanza de vida humana, aumentar las capacidades cognitivas y físicas humanas, eliminar las enfermedades y el sufrimiento, y mejorar las desigualdades sociales y económicas. Los transhumanistas trabajan para lograr estos objetivos posthumanos influyendo en las instituciones culturales, sociales y económicas. En última instancia, los transhumanistas esperan facilitar una sinergia hombre-máquina que resulte en una inmortalidad cibernética habilitada por la tecnología en la que las limitaciones aparentes de la fenomenología humana actual darán paso a una utopía posthumana (un futuro en el que los seres humanos existirán, no en cuerpos físicos, sino en un estado incorpóreo de perfección digital).

En última instancia, los transhumanistas esperan facilitar una sinergia entre humanos y máquinas que resulte en una ciberinmortalidad habilitada por la tecnología.

Si todo esto suena asombrosamente similar a la mayoría de las películas de ciencia ficción que ha visto, entonces comienza a entender la perspectiva de la visión transhumanista del mundo. Si bien aquellos que están fuera de la filosofía comparten algunos de los objetivos del transhumanismo, como curar enfermedades, eliminar el sufrimiento humano, fomentar el crecimiento económico y contribuir en general al desarrollo humano, los principios que subyacen a esta visión del mundo y los métodos por los cuales se lograrán los objetivos transhumanistas —sin mencionar los objetivos en sí mismos— son posiciones insostenibles para los cristianos. Por lo tanto, dado que el transhumanismo es una cosmovisión antropocéntrica, que considera a la humanidad como el centro y el estándar todas las cosas —contradiciendo las doctrinas bíblicas del hombre, el pecado, la encarnación, la salvación, el significado de la expiación y el perdón, entre otras— está emergiendo como un desafío del siglo XXI para la presentación misional del evangelio bíblico. A la luz del día, las creencias, prácticas y objetivos del transhumanismo buscan destruir la idea de que los seres humanos son la imago Dei, la creación única de Dios que lleva su imagen, y redefinirnos como un híbrido mitad carne y mitad máquina que continuará evolucionando hasta que ya no nos parezcamos a lo que somos actualmente. La problemática principal para la Iglesia no se trata de si los objetivos del transhumanismo son alcanzables. Más bien, el desafío radica en reconocer la influencia predominante de la filosofía transhumanista y cómo afectará al mundo, a la Iglesia y a la Gran Comisión durante el próximo cuarto de siglo.

Los efectos del transhumanismo

El mundo

El transhumanismo no es simplemente una situación que se manifestará en el futuro, sino un conjunto de temáticas que actualmente forman parte de la cultura predominante. Hava Thiros Samuelsson señala acertadamente que:

«[…] hoy en día, el transhumanismo no es una mera especulación al margen de la cultura dominante, sino una presencia que moldea la cultura contemporánea a medida que los temas, el vocabulario, los valores y el estilo transhumanistas enmarcan el cine contemporáneo, la ciencia ficción, el género de terror, los videojuegos, el arte escénico, el arte de los nuevos medios, la literatura y el ciberpunk. Hoy en día, todos los aspectos del ser humano —la corporeidad, la sexualidad, la subjetividad, la emocionalidad y la sociabilidad— han sido completamente transformados por la hibridación de lo orgánico y lo mecánico, la inteligencia artificial, los nuevos medios digitales y de virtualización, el ciberespacio, los juegos en línea, las colectividades digitales, la información en red y las artes de los nuevos medios. Si queremos dar sentido a nuestra cultura contemporánea, no podemos ignorar las temáticas transhumanistas que la impregnan».7

Debido a la predominancia de los fenómenos culturales que buscan entrelazar lo orgánico con lo artificial, existe una cierta estructura de plausibilidad que eleva el nivel de aceptación general de las ideas y tecnologías del transhumanismo en el sentido pleno.

En la literatura transhumanista hay varias formas de describir y evaluar el efecto del transhumanismo en el mundo. Los transhumanistas como Max More creen que «el transhumanismo (como el humanismo) puede constituir una filosofía de vida que cumple algunas de las mismas funciones que una religión sin apelar a un poder superior, a una entidad sobrenatural, a la fe, y sin las otras características centrales de las religiones».8 En su ensayo A Letter to Mother Nature [Una carta para la madre naturaleza], More proporciona una lista de siete enmiendas a la constitución humana: «Ya no toleraremos la tiranía del envejecimiento y la muerte.9 Por medio de alteraciones genéticas, manipulaciones celulares, órganos sintéticos y cualquier medio necesario, nos dotaremos de vitalidad duradera y eliminaremos nuestra fecha de caducidad. Cada uno de nosotros decidirá por sí mismo cuánto tiempo vivirá».

Sin embargo, también hay varias voces críticas en el debate. Una objeción común es que un mundo transhumanista corre el riesgo de dividirse ética y políticamente porque hay intereses comerciales y personales que determinarán quién tendrá acceso a las tecnologías de mejoramiento. Otra preocupación es que, si la tecnología puede replicarse y mejorarse a sí misma, puede que no haya lugar para ningún ser humano (trans o post) en absoluto. Además, está el problema de la identidad. ¿Qué tipo de estatus (moral y espiritual) tendrá el surgimiento de personas transhumanas? ¿La aparición de personas transhumanas implicará la destrucción de la humanidad biológica?

La Iglesia

El intento del transhumanismo de realzar lo que significa ser humano y superar las limitaciones naturales se describe a menudo en los discursos seculares como «jugar a ser Dios». Jugar a ser Dios significa que, al ejercer el poder de la tecnología, los seres humanos se exceden y transgreden los límites impuestos por la divinidad, influenciando la evolución humana. Ferkiss pregunta: «¿Qué pasaría si el hombre nuevo combinara la irracionalidad animal del hombre primitivo con la codicia calculadora y el poder, la lujuria del hombre industrial, y a su vez tuviera los poderes virtualmente divinos que le otorga la tecnología?».10La asignación de atributos divinos es obviamente metafórica, pero esta práctica es un camino peligroso. Debido a nuestro entorno cultural, mencionado anteriormente, no estamos lejos de dar el paso de reemplazar a Dios por potentes máquinas. Sencillamente, debido a la grandiosidad y la potencia de las máquinas, la humanidad —y también la iglesia por extensión— corre el riesgo de la idolatría tecnológica.

Mientras que algunos teólogos cristianos han advertido sobre la tecnología transhumanista, otros han promovido su uso con un sentido de urgencia. Al mismo tiempo, Ted Peter argumenta que, dado que la ética del transhumanismo se basa en la «supervivencia del más apto» y en una esperanza altruista y benévola de un futuro mejor y más que humano, las personas son incapaces de notar la diferencia entre la inmortalidad tecnológica y la escatológica11. Philip Hefner dice que la humanidad como «creación cocreadora» es capaz de transgredir sus limitaciones biológicas y convertirse en un híbrido.12 Habiendo acuñado el concepto de «creación cocreadora», Hefner busca explicar lo que significa ser creado a imagen de Dios y también ejercer un grado significativo de libertad en relación con Dios, de modo que nuestras actividades contribuyan al desarrollo del cosmos. Garner argumenta que los cristianos son «ciudadanos del cielo», aunque viven en un plano de existencia diferente y terrenal; existe, por tanto, una tradición bien fundamentada para la hibridez y los cyborgs en la teología cristiana.13

Por ello, es importante establecer una postura teológica sólida con un enfoque centrado en el evangelio y un sincero reconocimiento de la pecaminosidad humana. En este sentido, el transhumanismo se opone a la convicción cristiana de que los seres humanos están bajo el juicio divino. El intento de jugar a ser Dios puede considerarse como pecado de orgullo y la búsqueda del transhumanismo termina aboliendo la virtud de la humildad. Dado que el objetivo del transhumanismo es la inmortalidad cibernética, que conduce a la evolución final de los humanos, el transhumanismo postula una escatología marcadamente secular. Busca lograr este objetivo solo a través de los esfuerzos humanos en lugar de con la intervención divina, lo que se opone a la escatología cristiana. Es necesaria una respuesta cristiana a estos asuntos dentro de la esfera pública, especialmente una respuesta a aquellos en la comunidad científica que no quieren que la ética se interponga en el camino de su investigación.

La Gran Comisión

El mensaje soteriológico del transhumanismo es que necesitamos que nos salven de nuestras limitadas y frágiles prisiones biológicas. Por lo tanto, la estrategia transhumanista es desarrollar tecnologías que nos permitan remediar los problemas inmediatos. Sin embargo, el cristianismo ofrece un futuro mejor con el objetivo eterno de que aquellos que sean salvos mediante la muerte y la resurrección de Jesucristo reciban cuerpos inmortales. Pablo expresa esta transformación en 1 Corintios 15:54: «Cuando lo corruptible se revista de lo incorruptible y lo mortal, de inmortalidad, entonces se cumplirá lo que está escrito: “La muerte ha sido devorada por la victoria”». El libro de Génesis es fundamental para desarrollar una comprensión cristiana de la tecnología. La creación del espacio, el tiempo y la materia con leyes físicas, incluyendo al hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios, a quien se le dio dominio sobre la creación y el pecado, las consecuencias de este, y la redención a través de Cristo. Todo esto se relaciona con el desarrollo y el uso de la tecnología: cómo tenemos que usar las tecnologías para mitigar el sufrimiento, pero no para exaltar a los seres humanos en oposición a Dios.

Las oportunidades y los desafíos en los esfuerzos de la Gran Comisión

Dado que el transhumanismo es a la vez aterrador y fascinante para la gente, evoca grandes preguntas. ¿Qué es un ser humano? ¿Qué es una buena vida? ¿Cuál es el sentido de la vida? Debido a que actualmente el mundo está inmerso en temáticas transhumanistas, es probable nunca haya existido un momento en la historia como este en el que alguien pueda plantear tales preguntas prácticamente a cualquier otra persona sin tener que preocuparse demasiado por sus diferencias culturales y antecedentes educativos. Basta con pensar en algunos de los temas transhumanistas estándar, como el antienvejecimiento o la carga mental. Aunque una persona que no está entrenada en el pensamiento transhumanista inicialmente puede mostrar desdén o reticencia hacia la hipérbole transhumanista respecto de tales temáticas, las preguntas subyacentes provocan una respuesta existencial: «¿No sería genial si pudiéramos curar todas las enfermedades?» y «¿No deseas vivir para siempre?».

Las temáticas transhumanistas nos proporcionan un contexto que no se ha visto en ningún otro período de la historia humana. Los seres humanos de hoy, gracias a Internet y a nuestra cultura y política globalistas, están más interconectados que nunca. Los contextos culturales anteriores no brindaron la posibilidad de que la humanidad se uniera de la manera en que lo ha hecho mediante la tecnología. Pero esto también significa que esa tecnología (o «técnica», como decía Jacques Ellul)14 no debe considerarse como un mero instrumento que puede ser utilizado para bien o para mal. La tecnología es el entorno total en el que vivimos, nos movemos y existimos.

La Iglesia está llamada a responder apologéticamente a la visión transhumanista y una parte de ese llamado es también construir puentes, para lograr que la gente escuche y comprenda el evangelio en nuestro contexto tecno-cultural. Sugerimos que la tarea de construir puentes es esencialmente una tarea de discernimiento (Romanos 12:1-2). Terminaremos este artículo señalando cuatro puntos breves relevantes para la evangelización. 

1. Cómo no responder

Hay dos respuestas comunes, pero ineficaces, a los desafíos transhumanistas. La primera es descartar el transhumanismo como algo de importancia relativa o nula. La segunda es preocuparse demasiado al respecto, tal vez identificándolo (de manera simplista) con las pesadillas escatológicas. El transhumanismo presenta un desafío a la fe cristiana y, al igual que con cualquier otra ideología nueva, la Iglesia tiene que tomarse su tiempo para analizarla en oración. En otras palabras, el transhumanismo ha llegado para quedarse como fenómeno cultural y, por lo tanto, las actitudes de evitación y temor no ayudan. Las iglesias y los líderes deben mantenerse en una postura equilibrada sin irse a los extremos.

2. Preocupaciones en común, diferentes soluciones

Como hemos visto, el transhumanismo y el cristianismo comparten algunas preocupaciones principales, como el problema de la muerte y el sufrimiento (de todo tipo) y nuestro anhelo de superarlos. Estas preocupaciones en común, aunque radicalmente diferentes de las de la fe cristiana, son excelentes puntos de partida para el diálogo, ya que parecen tocar una fibra profunda en el corazón humano. Los transhumanistas sinceros a menudo son propensos a hablar sobre estas preguntas más profundas. La cultura moldeada por los ideales transhumanistas también está predispuesta a involucrarse de una manera más profunda con las grandes preguntas de la vida.15 En lugar de descartar la hipérbole transhumanista, una respuesta cristiana debería abordar las preocupaciones reales subyacentes.

3. La ceguera de la Iglesia

Comunicar el evangelio en nuestro entorno cultural presentará sus propios desafíos (al igual que en cualquier otro momento de la historia). Un desafío para la Iglesia es su propia ceguera intelectual, moral y espiritual en cuanto a las formas en que ya estamos afectados por la visión transhumanista de la vida y las muchas maneras sutiles en que ya se ha moldeado a la forma en que comunicamos (o no) el evangelio en palabra y en hechos. Por lo tanto, los líderes y los cristianos comunes deben ser sabios en comenzar con la casa de Dios. Abordar el transhumanismo no es simplemente relacionarse con un fenómeno mundano que existe «allá afuera», sino también con algo que impregna las vidas y las mentes de los cristianos.

4. El transhumanismo y el materialismo

El discernimiento implica la capacidad de desenmascarar los ídolos de nuestros días, es decir, las ideas que son falsas o incoherentes, tanto a la luz del conocimiento secular como de la visión de la realidad centrada en Dios. Un área importante en la que los teólogos de la iglesia deben trabajar es el materialismo implícito del transhumanismo (el «materialismo» es la doctrina que sostiene que la materia es todo lo que hay y que no se necesitan más explicaciones o principios que los materiales). Como hemos señalado anteriormente, el materialismo del transhumanismo cambiará la forma en que vemos a los seres humanos. Como dijo una vez Jacques Ellul: «Cuando la Técnica muestra interés por el hombre, lo hace convirtiéndolo en un objeto material».16 El materialismo desenfrenado del transhumanismo es, por lo tanto, la muestra ejemplar del «interés por el hombre» por parte de la Técnica.

El desafío del transhumanismo radica en el hecho de que, tanto desde la perspectiva popular como filosófica, presenta un caso convincente a favor del materialismo, pero no de cualquier forma de materialismo. Tomemos la cuestión de la naturaleza de la mente o incluso de la materia misma. El transhumanismo está comprometido con la idea de que la realidad suprema es material, pero también habla de la mente como patrones de información, lo que sugiere que una característica particular de la mente se podrá cargar en un hardware que no sea el cerebro. Este análisis de la mente y la materia es a la vez elusivo y evocador para la gente moderna, ya que contiene una visión de los seres humanos como patrones básicos de información que pueden migrar a nuevas formas de vida y también «mejorarse» a sí mismos. Aquí encontramos la fusión de la ciencia y la visión moderna de la autonomía humana como libertad de cualquier restricción para moldear la propia vida. La retórica transhumanista presenta estas cuestiones como ciencia sólida (del futuro cercano) y convenientemente deja de lado la visión cristiana clásica de los seres humanos como creados a imagen de Dios, un ser tanto material como espiritual. La Iglesia cristiana necesita volver a una antropología clásica, que tenga los recursos necesarios para enfrentar el desafío materialista.

Recursos

  • Shatzer, J. (2019). Transhumanism and the Image of God: Today’s Technology and the Future of Christian Discipleship[El transhumanismo y la imagen de Dios: la tecnología actual y el futuro del discipulado cristiano]. Downers Grove: InterVarsity Press.
  • Donaldson, S., & Cole-Turner, R. (Eds.). (2018). Christian Perspectives on Transhumanism and the Church: Chips in the Brain, Immortality, and the World of Tomorrow [Perspectivas cristianas sobre el transhumanismo y la Iglesia: chips en el cerebro, la inmortalidad y el mundo del mañana]. Palgrave Studies in the Future of Humanity and its Successors [Estudios de Palgrave sobre el futuro de la humanidad y sus sucesores]. 1ra ed. Londres: Palgrave Macmillan.
  • Ranisch, R. (2021). When CRISPR Meets Fantasy: Transhumanism and the Military in the Age of Gene Editing [Cuando el CRISPR se encuentra con la fantasía: el transhumanismo y el ejército en la era de la edición genética]. En Hofkirchner, W. & Kreowski, H-J. (Eds.), Transhumanism: The Proper Guide to a Posthuman Condition or a Dangerous Idea?[Transhumanismo: ¿La guía adecuada para una condición posthumana o una idea peligrosa?], (pp. 111–120). Cham, Switzerland: Springer. 
  • Hopkins, P. (2015). A Salvation Paradox for Transhumanism: Saving You Versus Saving You [Una paradoja de salvación para el transhumanismo: salvarte versus salvarte]. En Mercer, C. & Trothen, T. (Eds.), Religion and Transhumanism: The Unknown Future of Human Enhancement [Religión y Transhumanismo: el futuro desconocido del mejoramiento humano], (pp. 71-81). Santa Barbara, California: Praeger.
  • Engelhardt, H. Tristram Jr. (1996). The Foundations of Bioethics [Los fundamentos de la bioética] (2da ed.). Oxford: Oxford University Press. (pp. 37–67).Lindholm, S. (2021, 1 de marzo). «Forever Young? Understanding Transhumanism» [¿Joven por siempre? Cómo entender el transhumanismo]. Revista Modern Reformation. Recuperado de https://modernreformation.org/resource-library/articles/forever-young-understanding-transhumanism/

Notas finales

  1. https://nickbostrom.com/views/transhumanist.pdf
  2. Moreland, J. P., & Craig, W. L. (2003). Philosophical Foundations for a Christian Worldview [Fundamentos Filosóficos para una Visión del Mundo Cristiana]. Downers Grove: IVP Academic. (p. 173).
  3. Kahn Jr., P. H. (2011). Technological Nature: Adaptation and the Future of Human Life [Naturaleza tecnológica: Adaptación y el futuro de la vida humana]. Cambridge: The MIT Press. (p. 12).
  4. Leiter, B. (2006). The Paradox of Fatalism and Self-Creation. En Richardson, J. & Leiter, B. (Eds.), Nietzsche. New York: Oxford University Press. (p. 282).
  5. Steinhoff, J. (2014, mayo). Transhumanism and Marxism: Philosophical Connections [Transhumanismo y Marxismo: Conexiones Filosóficas]. Journal of Evolution and Technology, 24(2), 1.
  6. Vale la pena señalar que algunos grupos cristianos están intentando una versión sintetizada del transhumanismo cristiano. Como ejemplo, vea https://www.christiantranshumanism.org/.
  7. Tirosh-Samuelson, H. (2018). In Pursuit of Perfection: The Misguided Transhumanist Vision [En búsqueda de la perfección: La visión equivocada del transhumanismo]. Theology and Science, 16(2), 200-222. (Cita en la página 202). DOI: 10.1080/14746700.2018.1463659
  8. More, M., & Vita-More, N. (2013). The Transhumanist Reader: Classical and Contemporary Essays on the Science, Technology, and Philosophy of the Human Future [El lector transhumanista: Ensayos clásicos y contemporáneos sobre la ciencia, la tecnología y la filosofía del futuro humano]. Chichester, UK: Wiley-Blackwell.
  9. More, M. (August 1999). A Letter to Mother Nature: Amendments to the Human Constitution [Una carta a la Madre Naturaleza: Enmiendas a la Constitución Humana]. Recuperado de http://strategicphilosophy.blogspot.com/2009/05/its-about-ten-years-since-i-wrote.html.
  10. Ferkiss, V. C. (1974). The Future of Technological Civilization [El Futuro de la Civilización Tecnológica]. New York: George Braziller.
  11. Peters, T. (2013). «Progress and Provolution: Will Transhumanism Leave Sin Behind?» In: Cole-Turner, R. (Ed.), Transhumanism and Transcendence: Christian Hope in an Age of Technological Enhancement [Transhumanismo y trascendencia: Esperanza cristiana en una era de mejoramiento tecnológico]. Washington, D.C.: Georgetown University Press. (p. 63-86).  
  12. Hefner, P. (1993). The Human Factor: Evolution, Culture and Religion [El factor humano: Evolución, cultura y religión]. Minneapolis: Fortress Press.
  13. Garner, S. (2013). «The Hopeful Cyborg.» In: Cole-Turner, R. (Ed.), Transhumanism and Transcendence: Christian Hope in an Age of Technological Enhancement [Transhumanismo y trascendencia: Esperanza cristiana en una era de mejoramiento tecnológico]. Washington, D.C.: Georgetown University Press. (p. 87-100).  
  14. Ellul, J. (1962). «The Technological Order.» In Technology and Culture, vol. 3, No. 4, Proceedings of the Encyclopedia Britannica Conference on the Technological Order (Otoño, 1962), 394-421.
  15. https://nickbostrom.com/views/transhumanist.pdf.
  16. Lindholm, S. (2022, noviembre). «Jacques Ellul and the Idols of Transhumanism» [Jacques Ellul y los ídolos del transhumanismo]. Religion & Liberty, 32(4).

Biografía del autor

Latha Christie

La Dra. Latha Christie es una científica senior con más de 35 años de experiencia en el Gobierno de la India. Completó su licenciatura con honores y luego su maestría y doctorado en Ingeniería Aeroespacial en el Instituto de Ciencias de la India. Completó su diplomatura como Ejecutiva Internacional en Gestión de Proyectos, y sus Maestrías en Divinidad y en Estudios Cristianos. Es consejera certificada. Recibió el Premio a la Mujer Exitosa, el Premio Prof. Satish Dhawan para Ingenieros y el Premio AGNI a la Excelencia en Equipo. Tiene alrededor de 70 artículos publicados y es autora de cuatro libros. Es la anfitriona de la serie web de ciencia y religión llamada The Grand Cosmic Story en su canal de YouTube: https://www.youtube.com/@LathaChristie

Stefan Lindholm

El Dr. Stefan Lindholm es un sacerdote ordenado en la Iglesia de Suecia y profesor de teología sistemática en la Escuela de Teología Johannelund de Uppsala. Es editor de Theofilos y autor de Jerome Zanchi (1516-1590) and the Analysis of Reformed Scholastic Christology [Jerome Zanchi (1516-1590) y el análisis de la cristología escolástica reformada]. Durante 10 años trabajó en la comunidad L'Abri con su esposa, Lois, en Inglaterra y Suecia.

Garrett Starr

El Dr. Garrett Starr obtuvo una Licenciatura en Ciencias en la Universidad McMurry, una Maestría en Divinidad en el Seminario Teológico Bautista del Suroeste, una Maestría en Teología en el Seminario Teológico Bautista del Medio Oeste, un Doctorado Ministerial en Apologética con énfasis en metodología hermenéutica en el Seminario Teológico Bautista de Nueva Orleans y un Doctorado en Filosofía en Estudios Bíblicos/Apologética del Seminario Teológico Bautista del Medio Oeste. Su tesis doctoral, «Transhumanist Philosophy in Christian Perspective: A 21st Century Analysis» [Filosofía transhumanista desde la perspectiva cristiana: un análisis del siglo XXI], es un diagnóstico teológico y metafísico y una respuesta bíblica a la filosofía transhumanista. El Dr. Starr se desempeña como pastor principal de la Iglesia Bautista de la Fe en Kaiserslautern, Alemania, y es profesor adjunto en el Seminario Teológico Bautista del Medio Oeste.

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