Informe regional sobre Oriente Próximo y África del Norte
La región de Oriente Próximo y África del Norte (MENA por sus siglas en inglés) es el semillero del cristianismo, el lugar donde todo empezó. Fue particularmente desde Palestina que el evangelio se extendió a toda la región de MENA y, posteriormente, a toda la tierra.
Los discípulos y los primeros cristianos obedecieron la comisión de Jesús de Hechos 1:8, que dice: «Serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, hasta en los confines de la tierra». El libro de Hechos refleja esta realidad de la propagación del evangelio, que llegó a los confines de la tierra durante el primer siglo.
La historia de cómo se conformaron las comunidades cristianas en la región de MENA es diversa y rica, reflejo de siglos de coexistencia e interacción entre varias culturas y religiones. Si bien los aspectos demográficos concretos varían de un país a otro, este es un resumen general de la presencia del cristianismo en la región:
Cristianos armenios: Se concentran en países como Armenia, Irán, Líbano, Siria y Turquía. Tienen un rico patrimonio cultural y han afrontado grandes desafíos de la historia, como genocidios y desplazamientos.
Cristianos coptos: Se encuentran principalmente en Egipto y constituyen una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo: sus raíces se remontan a los primeros tiempos del cristianismo. Su identidad cultural y religiosa es muy distintiva dentro de Egipto.
Cristianos caldeos, asirios y siríacos: Estas comunidades se encuentran mayormente en Irak y Siria, aunque también habitan en menor medida otros países de la región. Se han enfrentado a desafíos muy importantes causados por conflictos y la persecución de los últimos años.
Cristianos ortodoxos de Oriente: Además de en Grecia y Chipre, también hay cristianos ortodoxos de Oriente en países como Siria, Líbano y Jordania, donde tienen antiguas raíces históricas.
Griegos ortodoxos y grecocatólicos: Estas comunidades están presentes en varios países en la región de MENA, como en Siria, Jordania, Palestina y Líbano, entre otros.
Cristianos maronitas: Se encuentran en su mayoría en el Líbano. Están muy presentes en la sociedad libanesa y han desempeñado, históricamente, un papel clave en la política y la cultura del país.
Cristianos protestantes y evangélicos: En las últimas décadas, ha aumentado el número de comunidades cristianas protestantes y evangélicas en varios países de la región de MENA. Existen comunidades influyentes en el Líbano y en Jordania y se cree que en Egipto el número de fieles supera el medio millón. En algunos países como Irak, en cambio, puede que solo haya unos pocos cientos de fieles.
Hay varios cristianos anglicanos en la región. También hay comunidades de cristianos expatriados en varios países de la región de MENA, en especial en los Estados del Golfo.
Sin embargo, las perspectivas para las comunidades cristianas son negativas. En su libro The Vanishing: The Twilight of Christianity in the Middle East [La desaparición: el ocaso del cristianismo en Oriente Próximo], Janine di Giovanni lo demuestra con pruebas desgarradoras. He aquí algunas citas indicativas:
- Es posible que pronto, por primera vez en casi dos milenios, no haya más cristianos en Irak.
- Desde los primeros tiempos de la fe cristiana, esta religión y sus seguidores han formado parte integrante de Oriente Próximo. Actualmente, los cristianos se enfrentan a la extinción en muchos de los lugares que han sido sus tierras natales desde la antigüedad.
- Las antiguas iglesias de Oriente Próximo afrontan una amenaza mortal. En Irak, Siria, Egipto y Palestina, el crisol del cristianismo está extinguiéndose.
- No hay precedentes para el éxodo que están viviendo los cristianos de la región en los tiempos modernos. Esto nos lleva a temer que el cristianismo, en las mismas tierras que lo vieron nacer, esté convirtiéndose en una religión en vías de desaparición.
En resumen, los cristianos están afrontando tal violencia, persecución y discriminación que millones de creyentes han huido de sus hogares. Las comunidades antiguas se han dispersado, borrando así el rico tapiz de diversidad religiosa que una vez definió a la región.
Si bien muchos de los factores que impulsaron este fenómeno llevan décadas presentes en la región, se han producido cambios increíbles en la demografía social y económica desde que se celebró en 2010 el último Congreso de Lausana. Y a medida que nos acerquemos a la mitad del siglo XXI, se producirán transformaciones globales y tensiones internas que configurarán la región de MENA fundamentalmente, por lo que será necesario implementar estrategias de adaptación.
Aún más crucial para las comunidades cristianas en la región de MENA son los factores cada vez más complejos y en constante cambio que constituyen la migración, los cambios sociopolíticos y las dinámicas religiosas. No obstante, a pesar de afrontar múltiples desafíos y dificultades, los creyentes de la región siguen aportando al tejido cultural, social y religioso de sus respectivos países.
De aquí a 2050: las tendencias clave que configurarán la gran comisión
El islam y las políticas radicales
En los últimos 20 años, ha sido notable el auge sin precedentes en el islam radical, en los movimientos políticos islámicos y en los sistemas gubernamentales que utilizan el islam como punto de referencia. Aunque ha afectado a varios países de la región, este auge ha estado más marcado en Egipto, Túnez y Sudán, mientras que el régimen de Argelia ha hecho que cierren docenas de iglesias. Es cierto que cada vez se escucha más a los jóvenes y que los milenials fueron la fuerza tras la Primavera Árabe. Sin embargo, es también a los jóvenes a quienes los partidos islámicos y los movimientos yihadistas reclutan para cambiar los cimientos de la región.
No obstante, el ateísmo está viviendo un auge a causa de un desarrollo correspondiente. Cuando grupos como los Hermanos Musulmanes adquirieron autoridad, muchos exmusulmanes comenzaron a negar públicamente el islam al pronunciar su ateísmo, al que antes habían mantenido siempre encubierto. Según las estadísticas, el ateísmo ha aumentado sorpresivamente en Arabia Saudita,1 y puede que solamente en Egipto haya hasta 4 millones de ateos.2
El empoderamiento de la juventud
Si se mantienen las tendencias actuales, para el 2050 más de 300 millones de jóvenes se habrán incorporado al mercado laboral de la región de MENA, que ya está bastante restringido en la actualidad. La población joven, por tanto, se enfrentará a una tasa de desempleo que aumentará significativamente, además de al cambio climático y a la escasez de agua. Los jóvenes, por tanto, buscarán una mayor participación política y más oportunidades para estar empoderados. Si bien puede que estas demandas de reformas políticas e inclusividad acarreen desarrollos positivos, también podrían causar disturbios e inestabilidad en la región.
Un pueblo en movimiento
Se espera que, para el año 2050, la población mundial alcance los 9700 millones de habitantes, lo que acarrearía un notable envejecimiento poblacional y crecimiento demográfico urbano. Aproximadamente el 65 % de la población mundial residirá en zonas urbanas: 2500 millones de personas más pasarán a habitar las ciudades y la población de la región de MENA aumentará de 500 millones a 724 millones. Este aumento pondrá a prueba la asistencia sanitaria, la seguridad social y el urbanismo.
Mientras tanto, el islam radical y político ha provocado una enorme ola de migración desde la región hacia otras partes del mundo. Los refugiados han llegado a Europa de a raudales: a mediados de 2023, el número de refugiados en Alemania alcanzó los dos millones y medio, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
No obstante, la región de MENA también se ha convertido en un refugio para quienes huyen de sus países de origen. Egipto ha visto cómo su población se ha disparado y pasado a tener 100 millones de habitantes, de entre los cuales, entre 11 y 13 millones son refugiados. El Líbano, por su parte, mantiene la mayor tasa de refugiados por cápita del mundo a causa de la afluencia siria. Y si bien este desarrollo sin precedentes supone una sobrecarga para los limitados recursos locales, también supone una oportunidad para que el país vea un crecimiento económico, pues se importan nuevos fondos al país y aumenta la mano de obra.
Estos cambios demográficos han contribuido tanto a la drástica disminución del número de cristianos en la región como al aumento del número de fieles en el Golfo (gracias al incremento en la mano de obra extranjera en la comunidad). Al haber comunidades migrantes en todas partes, el ministerio de la región de MENA ha adquirido una escala global.
Pobreza, libertad y persecución religiosa
Con todos los cambios políticos y sociales que han ocurrido en la región, la situación económica se ha modificado drásticamente en muchos países donde la clase media está casi extinguida.3 Debido a la corrupción, los ricos están volviéndose mucho más ricos. La pobreza, en cambio, va en aumento y, al mismo tiempo, el PIB nacional y el poder adquisitivo personal4 han disminuido drásticamente.
Aunque, hasta ahora, los regímenes de la región de MENA han sobrevivido en gran parte al tumulto, a medida que aumentan estos desafíos, algunos actores no estatales han llenado los vacíos que deja el gobierno, lo que desestabiliza aún más a los Estados.5 Sin embargo, a pesar de estos desafíos, son muchas las comunidades cristianas en la región de MENA que demuestran resistencia y perseverancia y mantienen su fe y su legado frente a la adversidad. Algunas organizaciones internacionales y grupos de presión trabajan para apoyar a estas comunidades, promover la libertad religiosa y abordar las causas primordiales de la persecución y la discriminación.
Cuidado de la creación y salud mental
A causa del aumento de las temperaturas globales,6 se compite por aprovechar recursos limitados. Se prevé que la temperatura aumente entre 0,8 °C y 3,3 °C, y que las precipitaciones disminuyan en la región norte de MENA,7 por lo que la escasez del agua se agravaría y habría graves olas de calor con bastante frecuencia.8 La subida del nivel del mar y el aumento de la contaminación suponen un reto para la sostenibilidad del patrimonio natural y arqueológico.9
Sin embargo, esto también ha tenido un efecto dominó en la salud mental regional. La ansiedad, la depresión, la frustración y el suicidio (cabe señalar que la Primavera Árabe comenzó con un suicidio en Túnez10) han aumentado drásticamente. Las poblaciones vulnerables, que ya están sufriendo el impacto de la inestabilidad política y económica, no pueden permitirse las consecuencias de esta tendencia, que supone una amenaza para sus principales desafíos de supervivencia.
El discipulado en la era digital
La diversidad de las condiciones económicas de la región de MENA se pone de manifiesto con el acceso de estos países a los nuevos medios de comunicación. En algunas naciones (como en Yemen), la conexión a internet es entre sumamente deficiente y pobre, 11 por lo que los habitantes dependen de medios tradicionales como la televisión y la radio. Otras naciones existen en mundos paralelos, como los EAU, donde los habitantes se jactan de tener la mayor cantidad de cuentas en redes sociales por persona del mundo12 y, en 202113 14 presumieron de tener la mayor velocidad a internet del mundo. La iglesia debe tener en cuenta ambas realidades y emplear estrategias eficaces para comunicar el mensaje del evangelio en entornos de alta y baja tecnología.
Consideraciones regionales para la gran comisión
La guerra y el conflicto político
La región de MENA ha quedado destruida por la guerra. Desde el comienzo de la invasión de Irak a principios del siglo XXI y pasando por aquella esperanza que despertó aquella Primavera Árabe, no ha habido una sola zona que se haya librado del conflicto interno o externo. Revoluciones, guerras civiles, guerras subsidiarias y golpes de estado han destrozado la estabilidad de las naciones, como sucedió con Túnez en 2010, y han asolado continuamente a naciones como Egipto, Libia, Yemen, Siria, Irak, Sudán, Líbano y Somalia en los años posteriores. Las consecuencias de estos levantamientos se han dejado sentir en toda la tierra y han sido preocupantes para la comunidad internacional.
Rivalidades externas y regionales
En muchos de estos conflictos influyeron las continuas injerencias de potencias extranjeras en la región de MENA. A menudo, el líder de estas injerencias —o a quien se percibió como el líder— fue Estados Unidos: a medida que este país se vuelca hacia Asia15 y que el mundo se orienta hacia la multipolaridad con potencias emergentes como China e India, la hegemonía tradicional estadounidense disminuye.16 Además, un equilibrio de poder relativamente equitativo entre las potencias regionales, como Arabia Saudita, Turquía, Irán e Israel, sugiere que el futuro podría estar impulsado más por la competencia que por la dominación.17
La cuestión de Palestina
Sin embargo, a pesar de las nuevas relaciones diplomáticas y los cambios en las alianzas (tal como los promulgaron los Acuerdos de Abraham), los conflictos violentos en zonas como Sheij Yarrah y Gaza muestran que la cuestión de Palestina sigue siendo importante.18 Mientras que la guerra entre Israel y Hamás ha provocado el ultraje de los pueblos árabes por la muerte de decenas de miles de civiles inocentes, tras bambalinas son varias las naciones que, preocupadas por el poder regional iraní, se han caracterizado por cooperar en materias de seguridad y economía con el Estado judío. Al momento de escribir este informe, no está claro cómo se resolverá este conflicto.
Dinámicas económicas
A medida que el panorama económica global se orienta hacia un mundo multipolar, se espera que las economías del grupo E7 (China, India, Rusia, Indonesia, Brasil, Turquía y México) desplacen a las del G7 (EE. UU., Japón, Alemania, Francia, R. U., Italia y Canadá). Los países de la región de MENA, que tradicionalmente han dependido del petróleo, deben diversificarse para apostar por energías renovables, tecnología e infraestructura y, de esta forma, aprovechar las nuevas oportunidades económicas. Y si bien el petróleo seguirá siendo una de las principales fuentes de energía, puede que el hecho de que el mundo pase a orientarse hacia las energías renovables desestabilice a los Estados rentistas. Es posible que en estas naciones aumente la agitación social si los habitantes no logran adaptar sus contratos sociales a un panorama económico que no deja de cambiar.
Oportunidades y desafíos de la gran comisión
Los últimos diez años han sido los mejores y los peores para la región de MENA. La inestabilidad ha removido no solo los pilares de la sociedad, sino también los cimientos religiosos de muchas personas. Aunque la gente declara abiertamente su ateísmo, al mismo tiempo algunas personas están tomando en consideración las afirmaciones del cristianismo como nunca antes.
Según la organización Joshua Project,19 los grupos étnicos que no han sido alcanzados ni interactúan con las Escrituras (UUPGs, por sus siglas en inglés) de los 19 países de la región representan el 68,2 % de la población. Para alcanzarlos, la iglesia debe hacer frente a varias realidades desafiantes.
Debido al crecimiento de las poblaciones urbanas, las iglesias tienen la oportunidad de servir a congregaciones más numerosas y, al mismo tiempo, las minorías tienen un mayor anonimato en la práctica de su fe. Sin embargo, la urbanización también está transformando las estructuras familiares tradicionales y los roles de género, lo que a su vez impacta en la asistencia a la iglesia y en la participación del liderazgo. Para seguir siendo relevantes, las iglesias deben adaptar sus programas de acuerdo a los cambios demográficos, lo que incluye a las familias monoparentales, a las madres trabajadoras y a los jóvenes que retrasan casarse y tener hijos. Además, las iglesias deben abordar eficazmente los cambios en las creencias y las prácticas de la congregación para seguir siendo pertinentes en una sociedad cada vez más secular.
Contextualizar a la iglesia para el mundo emergente
Quienes impulsan algunos de estos cambios son los jóvenes que, con sus ideas y su energía, pueden rejuvenecer a las comunidades eclesiásticas y potenciar las iniciativas de justicia social y las actividades de alcance. Cada vez hay más activismo político entre los jóvenes, lo que ofrece a las iglesias la oportunidad de revitalizar sus comunidades. No obstante, dado que son los hombres mayores quienes tradicionalmente tienen el dominio en el liderazgo eclesiástico, los jóvenes y las mujeres afrontan algunas barreras importantes. Potencialmente, esto podría decantar en una carencia de líderes calificados a medida que la siguiente generación tome el mando. Es de vital importancia promover la movilidad de liderazgo entre las generaciones e involucrar activamente a las mujeres en todas los ámbitos de la vida eclesiástica. Las iglesias deben crear espacios para que los jóvenes puedan expresar su fe de forma que se sientan auténticos con su identidad generacional, en especial en las congregaciones más tradicionales. Esto es fundamental, no solo para que las divisiones generacionales sean abordadas, sino también para asegurar que la iglesia sea capaz de adaptarse y responder a los desafíos contemporáneos. Algunos de estos desafíos consisten, entre otras cosas, en brindar una teología contextualizada a las disparidades económicas, la migración y la agitación política.
Un asunto que cala en muchas personas y en los jóvenes en particular es el cambio climático. Como mayordomos de la creación, las iglesias tienen una oportunidad única de integrar el cuidado por el medioambiente en sus enseñanzas. Debido a la aparición de climas más duros y al desarrollo de barrios urbanos bajos a raíz de la migración forzosa, las iglesias no solo deberán predicar sobre la mayordomía, sino también participar activamente en los esfuerzos de resiliencia de la comunidad. Estos esfuerzos podrían incluir establecer sistemas de apoyo para los refugiados ambientales y participar activamente de diálogos con la juventud sobre las perspectivas teológicas de la relación entre humanidad y la naturaleza y, de esta forma, garantizar que la defensa del medioambiente forme parte del tejido de las actividades eclesiásticas.
Lamentablemente, es probable que los problemas económicos causados en parte por el cambio climático, pero relacionados con el malestar político en su conjunto, agraven los temas de salud mental entre los fieles. Las iglesias deben integrar los recursos de salud mental, capacitar al clero en materia de primeros auxilios psicológicos y asociarse con organizaciones de salud mental. Si bien la diversificación económica generará nuevas oportunidades de empleo, a las que la iglesia puede apoyar por medio de programas de desarrollo profesional, es posible que estas transformaciones no beneficien a todas las personas por igual. Como resultado, aumentaría la disparidad entre las comunidades y la demanda de servicios sociales prestados por las iglesias. Es necesario que las iglesias diversifiquen sus fuentes de financiación para que puedan hacer frente al posible aumento de los niveles de pobreza, que afectarían a los ingresos de la iglesia.
Orientar a la iglesia para el servicio regional
Sin embargo, es posible que, en las regiones donde las estructuras estatales se debilitan, las iglesias acaben asumiendo funciones que típicamente desempeñan los gobiernos (como la mediación en conflictos y la prestación de servicios comunitarios). Y si bien estas funciones son esenciales, es necesario que se equilibren con la vigilancia de actores no estatales, quienes podrían imponer restricciones a las prácticas religiosas. Las iglesias pueden servir como centros comunitarios estables, ofreciendo refugio y apoyo en tiempos de confusión, pero también deben abogar por la libertad de religión y de creencias en medio de panoramas políticos que no dejan de cambiar. Además, puede que la inestabilidad geopolítica de la región exacerbe las divisiones sectarias al aumentar las tensiones en una misma comunidad o entre varias comunidades. En respuesta, las iglesias deben involucrarse activamente en programas de reconciliación. Estos programas son de vital importancia tanto para abordar los problemas subyacentes que alimentan los conflictos sectarios como para promover la paz y la comprensión.
También en este ámbito, la iglesia de la región de MENA tiene un papel clave que ha de desempeñar asociándose con el cuerpo global de Cristo. Los creyentes locales deben abordar las complejidades de la actual crisis palestina y, de esta forma, dar el ejemplo, reevaluando las interpretaciones teológicas que, históricamente, apoyan el sionismo cristiano, que a menudo se alinea con políticas que pasan por alto los derechos y el sufrimiento de los musulmanes y los cristianos palestinos. Al promover una teología de paz y justicia, las iglesias pueden abogar por la dignidad y los derechos de todas las personas de la región y, de este modo, fomentar una actitud más compasiva y equilibrada que apoye la reconciliación y la coexistencia.
Dentro de la región, los evangélicos afrontan la dura tarea de luchar por este tipo de cooperación con las iglesias históricas, a las que, por vincularse con iglesias de Estados Unidos, se acusa de mantener sentimientos proisraelíes, pues a menudo se las agrupa con las políticas estadounidenses. No obstante, en general, a medida que la presencia cristiana en la región ha ido disminuyendo, la condición minoritaria y las amenazas comunes han hecho que las diversas denominaciones se reúnan y oren como nunca antes. En Egipto, por ejemplo, el Consejo Egipcio de Iglesias representa una iniciativa alentadora: une a la antigua Iglesia copta ortodoxa, las Iglesias coptas católicas, las Iglesias griegas católicas, la Iglesia griega ortodoxa y las Iglesias protestantes y anglicanas. Estas iglesias, que antes solo existían para algunos funcionarios limitados, ahora forman comités comunes a medida que un sentimiento ecuménico (sin compromiso teológico) se difunde a nivel popular.
Demostrar que la iglesia es un hogar para todos, sin importar de dónde provengan
No obstante, no deja de ser cierto que los evangélicos son «el niño nuevo del vecindario», lo que aún hoy inquieta a muchos cristianos históricos. Puede que en Egipto la comunidad protestante tenga más de medio millón de miembros, mientras que la de Irak solo tenga unos pocos cientos. Sin embargo, estos números van en aumento a causa de su naturaleza evangelística progresiva, sobre todo gracias a las comunidades cristianas tradicionales. Los creyentes deberán encontrar un equilibrio para fortalecer las relaciones con todos los que se adhieren al credo de los apóstoles y, al mismo tiempo, seguir predicando el evangelio con dinamismo.
Y con el aumento de la urbanización y una población más joven, con conocimientos informáticos,20 puede que la tecnología cambie fundamentalmente la forma de operar de la religión y traiga mucho dinamismo. Las iglesias deben interactuar con las plataformas digitales y enarbolar la revolución tecnológica para seguir siendo relevantes y servir con eficacia a sus congregaciones en medio de las dificultades económicas causadas por interrupciones tecnológicas.
Las incursiones de la iglesia en el mundo digital ya han sido fructíferas: han servido en las cinco funciones eclesiales de adoración, comunión, evangelismo, discipulado y testimonio. Además, se ha formado una red en la gran región de MENA que está pasando por un gran avivamiento digital: los miembros se reúnen, aprenden el uno del otro, se sirven mutuamente y se asocian para la expansión del evangelio en el mundo digital. Y además de este ejemplo, son muchas las iglesias que ahora cuentan con espacios virtuales y plataformas en línea, con lo que logran ampliar la presencia de la iglesia en la sociedad aún más.
Este es el caso especialmente en ciertos países perseguidos, como Argelia, donde los oficiales estatales cerraron 48 iglesias y los grupos formales de comunión se vieron obligados a disolverse.21 Tanto para los creyentes dispersos como para los vulnerables Creyentes de Trasfondo Musulmán (MBB por sus siglas en inglés), el ministerio digital da a las personas la oportunidad de compartir en libertad sin revelar su identidad.
Existe un pequeño movimiento entre los creyentes de mayoría musulmana en países como Túnez, Marruecos, Jordania, Palestina e Israel.
El auge del movimiento de Creyentes de Trasfondo Musulmán se debe a varios factores. En primer lugar, gracias a los avances en las tecnologías de la información y las comunicaciones, los individuos pueden exponerse a más y diversos puntos de vista sobre la religión, lo que les ha permitido explorar creencias alternativas. Además, los cambios en la dinámica social y política, tales como el descontento con los regímenes autoritarios y la insatisfacción con las normas societarias, han llevado a algunas personas a reevaluar sus afiliaciones religiosas y buscar la plenitud espiritual en otros lugares.
Un factor muy importante ha sido el auge del islam radical. Mientras que algunas personas se volcaron hacia el ateísmo o hacia compromisos seculares con la sociedad, muchos otros buscaron esperanza a diestra y siniestra, sin saber que su verdadera esperanza está en Cristo. Las iglesias y sus ministerios de misericordia hicieron un gran trabajo cuando ISIS dominó el Levante y desplazó a tanta gente. Al servir a los refugiados y a los desfavorecidos de todas las regiones, los creyentes llevaron a miles de personas a la iglesia para que pudieran sanar sus traumas y hacer terapia y, en el mientras, les comunicaron que Cristo es quien puede sanarlos; él es su única esperanza. Y al margen del sufrimiento, con sus cimientos sacudidos y con cuestionamientos en sus tabúes, muchos cristianos se volvieron más valientes al hallar libertad para compartir el evangelio de Jesucristo.
Incluso en Arabia Saudita la atmósfera espiritual está cambiando. Aunque aún no hay ninguna iglesia física presente allí, el país está abriéndose a la presencia de cristianos expatriados, con lo que está empezando a facilitarse la tranquila comunión de los creyentes.
No obstante, es fundamental conocer los desafíos que afrontan los Creyentes de Trasfondo Musulmán en la región de MENA. A menudo se enfrentan a una importante estigmatización social, al rechazo familiar y a la persecución de parte de autoridades o facciones extremistas. Para abrazar públicamente la fe cristiana se requiere inmensa valentía y resiliencia entre tanta adversidad.
Ahora bien, el crecimiento del movimiento de los Creyentes de Trasfondo Musulmán subraya la naturaleza dinámica de la fe local. Desbarata las nociones imperantes de una uniformidad religiosa y muestra que existen diversas identidades espirituales dentro de las sociedades de mayoría musulmana. Tenemos que orar para que el Señor siga levantando seguidores suyos en medio de ellos, de modo que, a pesar de la amenaza numérica que pesa sobre los cristianos de la región, podamos seguir teniendo la esperanza de que Jesús traerá un avivamiento. De las cenizas de las estructuras tradicionales surgirá una nueva iglesia, de entre la mayoría de la población, para que Dios sea siempre glorificado.
Conclusión
El 2050 se aproxima y la región de MENA está a punto de pasar cambios transformadores que reconfigurarán el tejido social, medioambiental y político de la región. Las iglesias de la región se erigen en bastiones fundamentales de estabilidad, comunidad y fe en medio de estos cambios.
Para que puedan navegar con éxito estas aguas turbulentas, es imperativo que las iglesias no solo se adapten, sino que también den el ejemplo al fomentar la inclusión, al aprovechar la tecnología para captar fieles y al abogar por justicia y mayordomía. Deben formar y capacitar proactivamente a una nueva generación de líderes, tan diversos como las comunidades a las que sirven. Al integrar la reconciliación y la teología pública en sus misiones fundamentales, las iglesias pueden tender puentes entre las divisiones y sembrar paz en un mundo cada vez más fragmentado.
El llamado a la acción está claro: las iglesias deben comprometerse con el papel fundamental que deben desempeñar, que consiste en configurar el futuro de la región de MENA, asegurándose de permanecer dinámicas y relevantes al servir a sus congregaciones y comunidades ante los inminentes cambios mundiales.
Endnotes
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- US Embassy, ‘2022 Report on International Religious Freedom: Egypt’, US Embassy in Egypt, accessed 15 May 2024, https://eg.usembassy.gov/2022-report-on-international-religious-freedom-egypt/.
- World Bank, ‘Middle Class Dynamics and Arab Spring’, World Bank Blogs, accessed 15 May 2024, https://blogs.worldbank.org/en/arabvoices/middle-class-dynamics-and-arab-spring.
- 4World Bank, ‘Making Data Count: How to Devise Better Policies to Fight Poverty in MENA’, World Bank Blogs, accessed 15 May 2024, https://blogs.worldbank.org/en/arabvoices/making-data-count-devise-better-policies-fight-poverty-mena.
- ‘European Policy Brief: Regional Dynamics In The MENA Region’, ‘The Middle East in 2050’
- ‘European Policy Brief’.
- Ajjur, Salah Basem, and Sami G. Al-Ghamdi, ‘Evapotranspiration and Water Availability Response to Climate Change in the Middle East and North Africa – Climatic Change’, Varela, R., et al. ‘Persistent Heat Waves Projected for Middle East and North Africa by the End of the 21st Century.’
- Piesse, Mervyn, ‘Global Water Supply and Demand Trends Point Towards Rising Water Insecurity’, Varela, R., et al.
- Westley, Kieran, et al. ‘Climate Change and Coastal Archaeology in the Middle East and North Africa: Assessing Past Impacts and Future Threats’.
- Elie Abouaoun, ‘Tunisia Timeline: Since the Jasmine Revolution,’ United States Institute of Peace, 12 July 2019, https://www.usip.org/tunisia-timeline-jasmine-revolution.
- NordVPN, ‘Countries with the Best and Worst Internet in the World’, NordVPN Blog, Last modified 10 March 2024, https://nordvpn.com/blog/countries-with-the-best-and-worst-internet/.
- GMI Blogger, ‘UAE Social Media Statistics 2018 Infographics | GMI Blog’, Official GMI Blog, 8 March 2023, https://www.globalmediainsight.com/blog/uae-social-media-statistics/.
- World Population Review, ‘Internet Speeds by Country 2020’, worldpopulationreview.com, 2022, https://worldpopulationreview.com/country-rankings/internet-speeds-by-country.
- ‘Internet Speeds by Country,’ Data Pandas, accessed 25 April 2024, https://www.datapandas.org/ranking/internet-speeds-by-country#top.
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- ‘The Middle East in 2050’.
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- Joshua Project, ‘Africa, North and Middle East Country and People Group Listings’, Joshua Project, accessed 31 May 2024, https://joshuaproject.net/regions/6.
- World Bank Group, ‘The Middle East and North Africa: From Transition to Transformation.’
- Open Doors Canada, ‘Algeria Church Closures’, Open Doors Canada, accessed 15 May 2024, https://www.opendoorscanada.org/algeria-church-closures/.