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La oración que produce avivamiento

Sarah Plummer 17 Nov 2023

Los avivamientos históricos a menudo se han caracterizado por la oración ferviente, la fiel predicación de la palabra de Dios, las conversiones personales de muchos y un despertar espiritual entre el pueblo de Dios para vivir como comunidades transformadas. Entonces, la oración que produce avivamiento no es nuestra oración, sino la oración de Dios por nosotros y con nosotros, una oración a la que Dios nos invita a unirnos.

Si piensa en todo lo que Dios ha elegido hacer a través del Movimiento de Lausana durante los últimos 50 años y el increíble avance de la declaración y exhibición de las buenas nuevas de Jesús, podría preguntarse: «¿De dónde vino esta semilla del evangelio?». Vino de Dios en respuesta a las oraciones de tres amigos: John Stott, Billy Graham y Jack Dain. Fue a través de estos tres amigos que oraban juntos en enero de 1967 que Dios sembró el Movimiento de Lausana en un rico suelo interdenominacional e internacional.

Si bien es difícil proporcionar una lista exhaustiva de todos los avivamientos que han ocurrido en todo el mundo debido a la oración, estos son algunos importantes avivamientos históricos modernos registrados en varias partes del mundo.

Monasterio de Iona: el despertar celta cristiano

Escocia e Irlanda

el obispo Aiden de Lindisfarne y el rey Oswald de Northumbria

635 d.C.

Este avivamiento se caracterizó por una comunidad que oraba y leía la palabra de Dios de manera regular y compartía todo lo que tenían unos con otros. El obispo Aidan solía ir caminando de un pueblo a otro, conversando cortésmente con la gente que veía y poco a poco interesándolas en el cristianismo. Mientras hablaba pacientemente con la gente a su propio nivel y tomaba un interés activo en sus vidas y comunidades, plantó iglesias, monasterios y escuelas donde iba. La creatividad y las artes florecieron en la vida de la comunidad.

Avivamiento moravo

Alemania y actual República Checa (Europa)

el conde Nikolaus Zinzendorf, John Andrew Rothe y Susanne Kuhnel, de 11 años

1727 a 1757

Una búsqueda y un pedido genuinos para que Dios derramara su Espíritu Santo, una presencia suave y sobrecogedora de Dios, oración continua, llanto, canto y súplica al Señor marcaron este avivamiento. Había una gran hambre por la palabra de Dios y evidencia de la mano de Dios con señales y prodigios. Un increíble movimiento de oración surgió entre los niños, al igual que una comunidad radicalmente transformada en todas las denominaciones que oraban en unidad las 24 horas del día, los 7 días de la semana, en reuniones de oración que duraban toda la noche. Los moravos enviaron más de 100 misioneros a todo el mundo.

El Gran Despertar

Reino Unido y Estados Unidos

Jonathan Edwards, John Wesley y George Whitefield

1730 a 1740

Este despertar enfatizó el arrepentimiento y la conversión personal al declarar la palabra de Dios y vivir una vida santa. Tuvo un profundo impacto en el trabajo pionero de comunidades coloniales en todo el Imperio Británico en expansión. Escuelas, hospitales y actividades de asistencia social se transformaron con increíbles muestras del amor de Dios.

El Segundo Gran Despertar

Estados Unidos

Charles Finney, Lyman Beecher y muchos otros

1903 y oleadas posteriores

Este avivamiento estuvo marcado por grandes reuniones campestres donde miles de personas se reunían para largos períodos de oración y adoración. Tuvo un impacto significativo en acercar a la gente a Jesús, la abolición de la esclavitud humana y los movimientos de sobriedad.

El avivamiento coreano

Corea (Norte y Sur)

Ninguna persona en particular sino muchos líderes y creyentes cristianos estuvieron involucrados.

1903 y oleadas posteriores

Corea experimentó múltiples avivamientos a lo largo del siglo XX, lo que llevó al rápido crecimiento del cristianismo en la región. Estos avivamientos a menudo estuvieron marcados por intensa oración, arrepentimiento y crecimiento de la iglesia.

El gran avivamiento galés

Gales, Reino Unido

Evan Roberts

1904 – 1905

El avivamiento galés a menudo se considera uno de los avivamientos más importantes del siglo XX. Hubo un aumento dramático en la asistencia a la iglesia, en personas que llegaron a conocer a Jesús y compartir su fe con los demás, y una reforma social.

El avivamiento de la calle Azusa

Los Ángeles, California, EE. UU.

William J. Seymour

1906 – 1909

El avivamiento de la Calle Azusa es considerado el lugar de nacimiento del movimiento pentecostal moderno. Se caracterizó por el hablar en lenguas y otras manifestaciones de la presencia del Espíritu Santo.

El avivamiento de África Oriental

Uganda, Rwanda, Kenya, and Tanzania

Joe Church, Simeon Nsibambi

1930 a 1950

Este avivamiento enfatizó la santidad personal, la confesión de pecados y el arrepentimiento profundo. Tuvo un profundo impacto en la iglesia en África Oriental y contribuyó al crecimiento y la transformación de la iglesia.

 El avivamiento de las islas Hébridas

Islas Hébridas, Escocia

Duncan Campbell

1949 – 1952

El avivamiento de las islas Hébridas estuvo marcado por oración ferviente, adoración apasionada y un número significativo de personas que vinieron a Jesucristo. La fiel predicación de la palabra de Dios por parte de Duncan Campbell jugó un papel central en este avivamiento.

Quiero destacar ahora tres aspectos de la oración que produce avivamiento, enmarcados por 2 Crónicas 7:14: Si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca (creer) y abandona su mala conducta (arrepentirse), yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra (reconciliar y redimir).

La oración que produce avivamiento necesita que consideremos: ¿Qué le estamos pidiendo a Dios que haga?

Nuestras oraciones reflejan lo que nos atrevemos a creer que Dios puede hacer.

¿Creemos que Dios es un Dios de avivamiento y despertar espiritual?

Nuestras oraciones reflejan lo que nos atrevemos a creer que Dios puede hacer. Las oraciones de muchos seguidores de Jesús hoy, aunque sinceras y hermosas, son egocéntricas y carentes de madurez. Necesitamos madurar nuestras oraciones y hacerlas crecer, para que sean “alimento sólido” y no solo “leche”. Al reflexionar sobre sus oraciones, haga estas preguntas: “¿Es mi Dios demasiado pequeño?” “¿Qué le estoy pidiendo a Dios que haga?”, “¿Creo que Dios es capaz?”, “¿Confío en la amorosa respuesta de Dios?”

La oración que genera avivamiento se caracteriza por una invitación a la humildad y al arrepentimiento en completa dependencia de Dios.

¿Nos arrepentimos humildemente ante un Dios Santo? ¿Nos sometemos a la palabra de Dios como espirada e inspirada por Dios, como autoridad en nuestras vidas para enseñar, reprender, corregir e instruir en justicia? ¿Dejamos que la palabra de Dios lea nuestras vidas y nos sometemos a la lectura que Dios hace de nosotros? ¿Le damos tiempo al Espíritu de Dios para que nos convenza de nuestros pecados? ¿Estamos tentados a pensar que de alguna manera tenemos algo que ver con la manifestación del poder de Dios?

Cuando Dios se mueve en las vidas de personas, familias, iglesias y países para traer avivamiento, vemos su misericordia y perdón fluir como una marea creciente frente al arrepentimiento sincero. Es amoroso, bello, natural y sobrenatural al mismo tiempo. Nos humilla de forma que caemos de rodillas en adoración a un Dios Santo.

La oración que produce avivamiento está marcada por una acción convincente llena de gracia: cuando pertenecemos a Dios, pertenecemos al pueblo de Dios y participamos en los propósitos redentores de Dios.

Declaramos y mostramos las buenas nuevas de Jesús demostrando que lo espiritual y lo material son integrativos.

La transformación integral y el diseño redentor de Dios llaman a su pueblo a una acción receptiva llena de gracia con amor y arrepentimiento en todas las áreas de la vida. Las relaciones correctas con Dios y con los demás dan forma a nuestras vidas colectivas a través del sobrecogimiento lleno de adoración, el asombro y la oración con acción.

Declaramos y exhibimos las buenas nuevas de Jesús demostrando que lo espiritual y lo material son partes integrales, administrando con integridad toda la creación y sus recursos, participando intencionalmente en los cambios personales y estructurales necesarios para reconciliar todas las cosas, y amplificando la bondad y la belleza de Dios entre las naciones. Como ocurrió en la vida de Jesús, ser, hacer y decir están en el centro de nuestro testimonio de Jesús, tanto individual como colectivamente. Esto demuestra visiblemente el amor de Dios en un mundo necesitado.

Ruego que esto de alguna pequeña manera reviva sus oraciones para que pensemos en qué es lo que le estamos pidiendo a Dios que haga. Considere las palabras de Efesios 3:20: Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros.

“Ven Espíritu Santo, sopla nuevamente sobre nosotros, revive y despierta a tu iglesia para la alabanza de tu gloriosa gracia. Amén”.

Ore con nosotros

Señor, tú nos dijiste que pidiéramos al Padre que enviara trabajadores para recoger la cosecha. Por favor, enciende una pasión renovada por el evangelio en nuestras vidas y un sentido de urgencia en nuestras iglesias. Que hoy prediquemos claramente tu camino de salvación, para que muchos vean, crean y confíen en ti. Movilízanos como un movimiento misionero renovado, donde vivimos y a medida que vamos a cada tribu y lengua.

Permítenos glorificarte, Padre Celestial, proclamando a nuestro Salvador, el Señor Jesucristo, en dependencia y oración del Espíritu Santo, para que todos escuchen tu llamado al arrepentimiento. Que podamos confiar en ti y servirte solo a ti en unidad, en amor y ser establecidos en la comunidad de tus discípulos mientras esperamos tu regreso.

Asegúranos nuevamente, Señor, tu amor a través de tu Palabra y constríñenos con una compasión sacrificada por los últimos, los más pequeños y los perdidos en todo el mundo. Convéncenos con una nueva visión de un liderazgo humilde, semejante al de Cristo, para el mundo de hoy, con iglesias marcadas por una cultura de hacer discípulos para que la multiplicación piadosa y la plantación de iglesias se movilicen para cada pueblo y en cada lugar. Que tu reino venga a la tierra como es en el cielo, influyendo en todas las esferas de la sociedad.

Espíritu Santo, avívanos de nuevo. Ven a nosotros una vez más, como viniste a esa primera sala de oración en Jerusalén, para que podamos ser impulsados de nuestras reuniones a las calles con una valentía renovada para declarar y exhibir las buenas nuevas de tu amor en Jesús, para que miles de personas puedan encontrarte como su Salvador y Señor resucitado, Jesucristo. Amén.(Oraciones escritas por Carla Harding: Lectio 365, Movimiento de Oración 24-7, y diario de oración de Sarah Plummer: 40 days with the Risen Lord.)