Navegando la complejidad de la diversidad
En un mundo rebosante de diversidad, el imperativo de acortar diferencias entre generaciones, culturas y divisiones cobra cada vez mayor importancia para la iglesia global. La Conversación de Generaciones de Lausana 2023 (LGC23, por su sigla en inglés), reconociendo la complejidad de este desafío, buscó aprovechar las valiosas perspectivas generadas al reunir a líderes cristianos representantes de cinco generaciones y 41 países. Esta reunión conversacional tuvo como fin explorar las mejores prácticas para tender puentes que permitan unir a comunidades diversas.
La Conversación de Generaciones de Lausana
La Conversación de Generaciones de Lausana tuvo lugar en la Universidad de Biola, California, a mediados de 2023. LGC23 surgió como un colorido tapiz de colaboración intergeneracional, haciendo énfasis en la riqueza que cada generación aporta a la misión global y destacando conceptos claves que pueden guiar a un liderazgo intergeneracional eficaz y formar principios que puedan aplicarse en comunidades diversas.
El Movimiento de Lausana constituye desde hace mucho tiempo un faro de unidad dentro de la iglesia global; pero el enfoque singular de LGC23 en el liderazgo intergeneracional aporta una perspectiva nueva. La reunión no fue solo un foro de discusión, sino un crisol dinámico en que cinco generaciones interactuaron activamente, se desafiaron y se enriquecieron unas a otras, entablando amistades. LGC23, junto con los llamados de escucha mundial, los llamados de grupos de reflexión y los encuentros regionales, forma parte del encuadre para el viaje de Lausana 4 y la preparación para el Congreso de Seúl 2024.
La pirámide de liderazgo: Acortar diferencias
La base del éxito de LGC23 fue la Pirámide de Liderago Intergeneracional. Esta innovadora herramienta resultó fundamental para estimular la colaboración a través de grupos etarios y diversas comunidades.
La pirámide, basada en un fundamento de visión bíblica y llamado misional, hace énfasis en dos pilares vitales: las amistades intergeneracionales y la reciprocidad. Juntas, estas inspiran una estrategia para la acción en colaboración, con el fin de producir un impacto para el Reino en todos los ámbitos de la sociedad.
Visión bíblica: Un fundamento firme para la colaboración
La visión de acortar distancias en comunidades diversas debe ser enmarcada y guiada por las Escrituras. En LGC23, Nana Yaw Offei Awuku, Director Mundial para Generaciones de Lausana, señaló que la Gran Comisión en Mateo 28:18–20 tiene un elemento temporal que a menudo se pasa por alto. Jesús no solo ordenó a Sus discípulos que hicieran discípulos de todas las naciones, sino que la comisión era válida “hasta el fin del mundo”: de generación en generación. En otras palabras, los grupos alcanzados pueden llegar a ser no alcanzados si no son alcanzados por cada generación. De igual manera, cada comunidad tiene un rol que desempeñar en el cumplimiento de la Gran Comisión. Se necesita toda la iglesia para alcanzar a todo el mundo.
Llamado misional: Un llamado a actuar en colaboración
El llamado a actuar en colaboración está implícito en el llamado a la misión global. Conocer los dones que cada miembro aporta al equipo y sacarlos a relucir para utilizarlos y desarrollarlos ayuda en el proceso de colaboración. Cuando anteponemos el producto al proceso, podemos perdernos la plena expresión de los dones presentes, y el resultado final puede no ser tan rico como su pleno potencial.
Reciprocidad: Receta para la colaboración
La reciprocidad asegura que las relaciones son mutuamente beneficiosas. Cuando se fomentan intencionadamente la confianza, la humildad, el respeto, la empatía y la reconciliación, la relación puede llegar a ser lo suficientemente fuerte como para sostener conversaciones difíciles. Entonces surgen amistades auténticas, en las que ambas partes contribuyen a la misión mundial de manera eficaz.
Amistad: Más que una asociación
La amistad, elemento clave de la pirámide, trasciende los modelos de asociación tradicionales. Esta colaboración para la misión implica trabajar codo a codo, desarrollando intereses comunes hacia un objetivo común. Este tipo de colaboración es una amistad que edifica el Reino, uniendo a diferentes generaciones, culturas, géneros e intereses misionales.
El éxito de LGC23, reflejado en el diseño de la pirámide, estriba en la diversidad de voces que colaboraron para una visión común. Este aspecto colaborativo no solo enriqueció el proceso, sino también aseguró que el resultado final fuera vital y dinámico.
Superando la complejidad en otros contextos
La colaboración requiere transigencia e invita a una tensión entre el producto deseado y el proceso deseado. Al aceptar esta tensión, los líderes pueden navegar las complejidades de comunidades diversas, fomentando la unidad por medio de las amistades intencionales y del respeto mutuo.
Aunque el camino hacia la colaboración suele ser lento y puede ser turbulento, los líderes deberían estar dispuestos a aceptar que, a veces, el desarrollo que se produce durante el proceso es más importante que el resultado. Reconocer la necesidad de aprender de quienes son diferentes de nosotros requiere humildad. Escuchar es una forma de demostrar esa humildad. Esta curiosidad por aprender de otros requiere más intencionalidad y paciencia de la que a menudo estamos dispuestos a dar.
Lecciones de LGC23
Contextualizar la pirámide de liderazgo y los conceptos claves resultantes como una herramienta para acortar las diferencias supera los límites de la LGC23. Hemos identificado algunos principios generales, así como ciertos obstáculos para la colaboración entre comunidades misionales diversas.
Obstáculos para la colaboración:
- Ver las diferencias como barreras para la relación (p.ej., edad, género, estado civil, cultura, idioma, cosmovisión, personalidad, distancia al poder, nivel de energía, ritmo de actividad o expresión, etc.)
- Orgullo (suponer que el otro no tiene nada para ofrecer; hablar demasiado o apresurarse a ofrecer consejos; egocentrismo)
- Inseguridad/Temor (el recelo por ser “demasiado viejo” o “demasiado joven” lleva a no iniciar, no compartir; el temor de decir algo equivocado u ofender a otro; las dudas en cuanto a compartir o identificarse; el temor al rechazo; el temor al conflicto)
- Presuposiciones/Prejuicios (puntos ciegos, no considerar o no estar abiertos a la perspectiva del otro; excesiva rigidez; inflexibilidad; considerar a los líderes mayores como anticuados o a los líderes más jóvenes como inmaduros)
- Otorgar escaso valor a la relación (no dedicar el tiempo a desarrollar confianza; apresurarse a pasar a la acción antes de desarrollar la relación; falta de energía para involucrarse)
Principios para la colaboración:
- Las amistades misionales son codo a codo y miran hacia afuera: desarrollan la relación intencionalmente y desarrollan los intereses comunes hacia un objetivo común.
- La reciprocidad se hace posible cuando hay confianza, humildad, respeto, empatía y reconciliación.
- Los líderes reconocen los dones de otros y hacen espacio para que se desarrollen delegando responsabilidades, con la correspondiente autoridad.
- Los líderes más experimentados pueden bendecir a los líderes emergentes animándolos, empoderándolos y abriéndoles puertas.
- Apreciar lo que las diferentes generaciones [comunidades] tienen para ofrecer fortalece la colaboración.
Las que siguen son algunas prácticas beneficiosas para desarrollar amistades entre comunidades misionales diversas que también pueden aplicarse:
- Dedicar el tiempo para construir las relaciones antes de concentrarse en la tarea a realizar; cultivar la confianza
- Expresar interés en la experiencia y la perspectiva del otro (preguntar con la disposición de aprender; crear espacio para escuchar)
- Buscar un terreno común (intereses, experiencias, metas, etc.)
- Tomar la iniciativa (recibir con calidez, amistosamente; invitar a otros a sumarse; iniciar conversaciones)
- Brindar generosamente nuestra atención (mostrar interés genuino)
- Brindar reconocimiento, aliento, honra
- Brindar hospitalidad y generosidad
- Buscar oportunidades de actuar con bondad
- Ser lentos para ofendernos (formular preguntas aclaratorias; dar segundas oportunidades; pedir disculpas; perdonar; continuar involucrados, aun sintiendo disonancia; responder con cortesía)
Unidad en medio de la diversidad
La unidad que experienciamos en la diversidad de LGC23 es una luz de esperanza en nuestro mundo fragmentado. Mirando al futuro, las lecciones aprendidas en LGC23 y los principios de la pirámide de liderazgo intergeneracional, sin duda, influirán y fortalecerán los esfuerzos colaborativos entre comunidades diversas.
El viaje por LGC23 representa un cambio de paradigma en nuestra forma de encarar la colaboración y la unidad dentro de la iglesia global. No se trata solo de salvar distancias; se trata de edificar comunidades interconectadas que se fortalecen en su diversidad. Contextualizando lo aprendido en LGC23 y aplicando los principios que obtuvimos de ella, nos embarcamos en un viaje de transformación hacia una iglesia global más unificada, dinámica y misionalmente vital.