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¿Cómo acelera la colaboración la Gran Comisión?

Adeoluwa Olanrewaju, Mike Adegbile & Mike Latsko 28 Feb 2024

Se ha dicho que el siglo XX fue el siglo de las grandes organizaciones y que el XXI es el siglo de los grandes movimientos y redes. En el complicado mundo de las misiones del siglo XX, grandes mujeres, hombres, iglesias y organizaciones, en el poder del Espíritu, hicieron retroceder la oscuridad, fueron pioneros en nuevos campos, hicieron discípulos, aprendieron y compartieron las mejores prácticas y vieron la gloria del Señor.

En el complejo mundo del siglo XXI, superpuesto por la globalización, la urbanización, la migración, el crecimiento tecnológico, la agitación económica y gubernamental, la alteración del clima y la vertiginosa velocidad del cambio en estos y en la mayoría de los demás ámbitos, está claro que, a menos que trabajemos juntos ante el Señor, combinando nuestra gloriosa y desordenada heterogeneidad, nuestros resultados estarán muy por debajo de nuestras aspiraciones.

a menos que trabajemos juntos ante el Señor, combinando nuestra gloriosa y desordenada heterogeneidad, nuestros resultados estarán muy por debajo de nuestras aspiraciones.

El mes pasado analizamos la base bíblica de esa colaboración en la misión. Vimos que el propio Dios trino funciona en unidad y diversidad. La Trinidad respeta la naturaleza distinta y las iniciativas específicas de cada persona y funciona en colaboración como una sola cosa. En el Antiguo Testamento, Moisés tenía su Aarón, Saúl su Samuel, David su Samuel y Natán, y los reyes su multitud de profetas. En el Nuevo Testamento, los individuos tienen una variedad de dones y requieren interconexión para que se vea la plenitud del carácter de Dios, las iglesias tienen una estructura de liderazgo quíntuple (Ef 4:11) y múltiples ancianos. La Biblia misma es una expresión de colaboración entre Dios y el hombre, al igual que el Señor Jesús. La colaboración en la misión está arraigada en estas enseñanzas y ejemplos de las Escrituras.

Al prepararnos para el Cuarto Congreso de Lausana en septiembre, exploraremos varios ejemplos de trabajo colaborativo que aceleran el avance del evangelio. Considere aquí la historia de la Asociación de Misiones Evangélicas de Nigeria (NEMA). A través de iniciativas como el Proyecto Searchlight, que se centró en la investigación de grupos poblacionales y una creciente conciencia de la necesidad de la ventana 10/40, nació una visión en toda la red para pedir al Señor 50.000 Grandes Comisionados que movilizarían a 15.000 trabajadores transculturales hacia 34 países en los 15 años entre 2005 y 2020.

¡Los resultados de Vision 5015 fueron gloriosos! Se movilizaron iglesias, se enviaron obreros, se hicieron discípulos y nacieron iglesias. Nada de esto habría sido posible sin la creciente colaboración y confianza entre los participantes. En los cuatro años transcurridos desde la conclusión de ese ciclo de la visión, se han enviado más obreros a pueblos no alcanzados y no contactados, la investigación ha aclarado aún más la tarea pendiente y se ha puesto de relieve la necesidad de la traducción de la Biblia y el compromiso con las Escrituras.

Los líderes de NEMA desean subrayar para los participantes de Lausana estas lecciones aprendidas del viaje de Vision 5015.

La colaboración puede ocurrir

No se trata de meras ilusiones o ensoñaciones, y la falta de colaboración hará que la tarea sea el doble de difícil de llevar a cabo.

La colaboración tiene un propósito

El objetivo debe ser convincente y tangible. En el caso de NEMA, se trataba de implicar a todos los grupos poblacionales del país, asegurándose de que ningún pueblo, lugar o idioma fuera pasado por alto.

La colaboración es sincera

No es una estratagema para hacer un trabajo. No es un intento sutil de utilizar a personas u organizaciones para lograr objetivos o fines personales. No se necesitan héroes, pero sí servidores humildes.

La colaboración requiere compartir información y recursos

¿Acapara usted datos y recursos? Olvídese de la colaboración. Si está el corazón, la seguridad y la transparencia no son mutuamente excluyentes.

La colaboración honra cada contribución

Cada persona, iglesia y organización tiene algo que añadir, y ningún don es de segunda clase.

La colaboración es para la gloria de Dios

 “La gloria, Señor, no es para nosotros; no es para nosotros, sino para tu nombre” (Sal 115:1).

nuestra  determinación misma de colaborar refleja la naturaleza de nuestro Dios trino y honra su deseo de que nosotros, aunque muchos, funcionemos como uno solo.

El ejemplo de NEMA y lo que todos hemos experimentado a lo largo del tiempo es que la colaboración amplía nuestra conciencia bíblica, profundiza nuestra sensibilidad cultural, aclara nuestra comprensión del equipo, cuestiona nuestras presuposiciones sobre la iglesia y media en los inevitables conflictos que surgen cuando se persigue algo grande con otros. Si no fuera por nuestro compromiso de escucharnos unos a otros, ¡consideremos cómo se debilitaría nuestra comprensión de las Escrituras! Nuestra apreciación de la cultura, nuestro aprecio por personas distintas de nosotros e incluso nuestra visión de cómo son las comunidades de Jesús se verán reforzadas por las percepciones de los demás, y casi cualquier cuestión importante se entenderá mejor cuando esté informada por personas razonables que comparten múltiples perspectivas.

Para una red mundial apasionada por ver el evangelio para cada persona, iglesias formadoras de discípulos para cada pueblo y lugar, líderes como Cristo para cada iglesia y sector, y la influencia del reino en cada esfera de la sociedad, la colaboración es fundamental. Somos plenamente conscientes de los obstáculos, y abordaremos algunos de ellos el mes que viene. Pero los beneficios de un fruto más profundo y más rico junto con la fuerza que surge de la colaboración las superan como el sol a una bombilla.

Por encima de todos los beneficios prácticos está la conciencia de que nuestra  determinación misma de colaborar refleja la naturaleza de nuestro Dios trino y honra su deseo de que nosotros, aunque muchos, funcionemos como uno solo. Que la colaboración ocurra en la tierra como en el cielo. Que la belleza de su naturaleza polifacética se refleje en nuestras propias colaboraciones. “¿Quién, Señor, se te compara entre los dioses? ¿Quién se te compara en grandeza y santidad? Tú, Hacedor de maravillas, nos impresionas con tus portentos” (Éxodo 15:11) ¿Cómo expresar mejor su majestad, la amplitud de su diversidad, la gama de sus emociones, las alturas de su perfección y las profundidades de su conocimiento que a través de su cuerpo de vasijas de barro, maravillosamente unidas por lo que cada articulación y ligamento aportan?