Global Analysis

Trabajo con la generación emergente de líderes misioneros globales

Aceptar el desafío de las alianzas

Nana Yaw Offei Awuku Nov 2016

Una nueva generación de jóvenes líderes africanos se están enfrentando al desafío de las misiones. Muchos jóvenes profesionales y estudiantes universitarios están respondiendo al llamado a servir en áreas estratégicas de compromiso misionero.

Misiones desde África

En Gana es una práctica común para miles de estudiantes universitarios de diversas afiliaciones denominacionales pasar tres o cuatro semanas de sus vacaciones estivales en programas de Evangelismo de Estudiantes de la Iglesia (SICE) que están contribuyendo de una manera dinámica a la plantación de iglesias indígenas y a las misiones foráneas.

La Iglesia de Pentecostés, que comenzó en Gana en 1962, cuenta en la actualidad con un movimiento estudiantil y una asociación de jóvenes profesionales (Pensa ITI) en pleno crecimiento. Se informa que para mediados de 2015 ha establecido 2.681 misiones internacionales a partir de sus 18.426 congregaciones (a las que llaman asambleas)[1]. Es un ejemplo contemporáneo de la misión de iglesias de África al resto del mundo y es un relato que se puede multiplicar en relación a muchas otras denominaciones en muchos otros países de África[2].

Misiones colaborativas globales

Cualquier reflexión cuidadosa sobre el liderazgo para la iglesia del siglo XXI ha de incluir, entre muchos otros complejos asuntos, un significativo estudio de las transiciones y transformaciones que están teniendo lugar en la iglesia de África y de otros continentes del sur global.  Samuel Escobar acertadamente señala que ‘la misión cristiana en el siglo XXI ha venido a ser la responsabilidad de la iglesia global. Queda claro que el Dios que llamó a Abraham a formar una nación y que se reveló finalmente en Jesucristo siempre ha querido que su revelación alcanzase a toda la humanidad.[3]

Esto refuerza nuestro gozo de participar en los esfuerzos de misión global colaborativa  en tanto que seguimos orando: ´¡venga tu reino!´ La diversidad de la iglesia global como comunidad del pueblo de Dios nos plantea el desafío de la interdependencia, de las relaciones y estructuras que necesitamos fomentar con vistas a colaboraciones efectivas en la misión de la iglesia.

Una comunidad de fe global con un mandato global común

Jesús le dice a sus discípulos: ‘Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin’ (Mat 24:14). La Gran Comisión es ‘id, y haced discípulos a todas las naciones’ (Mat 28:19). Nuestra misión común surge de nuestra común identidad en Cristo y esto debe informar cualquier reflexión sobre paradigmas bíblicos para ejercer como mentores efectivos de líderes emergentes y colaboraciones en la misión.

La experiencia de Pedro que encontramos en Lucas capítulo 5 es iluminadora. Era evidente que una de las lecciones fundamentales que Pedro aprendió para ser pescador de personas fue la necesidad del trabajo conjunto.  Después de la pesca milagrosa dice Lucas que ‘Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles’ (Lucas 5:7). Esta prioridad de la colaboración con compañeros debería ser normativa para la misión de pescar personas, si la iglesia global ha de llevar a cabo con eficacia en este siglo la misión que Dios le ha dado para todas las culturas y regiones.

Cinco prioridades globales de colaboración para los líderes emergentes del siglo XXI

Cada generación necesita una reflexión renovada sobre las colaboraciones que los líderes emergentes van a necesitar para llevar a cabo la Gran Comisión. Andrew Walls, reflexionando sobre la obra de David Barrett, observa que: 

En la historia del cristianismo ha habido muchos cambios de centro de gravedad en el mundo cristiano. Tres de ellos han sido cruciales, porque llevaron a una transformación de la manifestación externa del cristianismo. El tercero ha llegado a su cúspide en nuestro siglo y ha sido el movimiento de masas hacia la fe cristiana en los continentes del sur (África subsahariana, Latinoamérica, ciertas partes de Asia, las islas del Pacífico) lo que ha llevado a que la profesión de fe cristiana en los continentes del sur haya sobrepasado numéricamente a los del norte[4].

1. Nuevos modelos efectivos de colaboraciones geográficas

Este deslizamiento ha creado, en primer lugar, la necesidad de nuevos modelos de colaboraciones geográficas efectivas entre la iglesia del norte global y la iglesia del sur global. Las relaciones paternales han de ceder el paso a un nuevo paradigma del reino de colaboraciones basadas en la confianza, el respeto mutuo y la participación conjunta de recursos y liderazgo, con una entrega común a la misión única del evangelio.  Hay que enterrar el triunfalismo, en todas sus expresiones, tanto en el norte como en el sur. Escobar señala que ‘a pesar del deslizamiento del cristianismo hacia el sur, la misión cristiana a todas las partes del mundo va a requerir en las próximas décadas los recursos tanto del norte como del sur para tener éxito.[5] Esto exigirá un énfasis renovado en las iniciativas de relaciones interculturales con el espíritu de humildad de Cristo.

2. Nuevos modelos de colaboraciones estructurales para la misión global

En segundo lugar es necesario reflexionar sobre nuevos modelos de colaboraciones estructurales para la misión global. Timothy Tennent se refiere a un tema estructural importante  observando que ‘desde el siglo XIX la estrategia protestante para las misiones se ha conceptualizado a menudo en torno a la prioridad de evangelizar a individuos más bien que de plantar iglesias, que es lo que reúne el núcleo de una comunidad de creyentes. Entre las agencias de envío de misioneros fue creciendo y haciéndose cada vez más dominante el papel de las misiones paraeclesiales especializadas.’[6]

En su cuidadosa reflexión bíblica sobre las dos estructuras de la misión redentora divina, que relaciona con la iglesia de Antioquía y el grupo misionero de Pablo, Tennent ofrece dos observaciones vitales: ‘En primer lugar, el grupo misionero de Pablo era una estructura distinta de la iglesia local. En segundo lugar, el grupo misionero de Pablo rendía cuentas a la iglesia de Antioquía y más allá a los líderes superiores con base en Jerusalén.’[7]

Muchos líderes emergentes de la iglesia del sur global están bajo el impacto directo de las relaciones entre la iglesia local y las agencias misioneras. Tenemos una nueva oportunidad para explorar nuevas relaciones estructurales ahora que están resurgiendo movimientos de plantación de iglesias que quieren reenfatizar el papel y la participación de la iglesia en la vanguardia de la misión, especialmente en las regiones del sur global.

3. Colaboraciones generacionales efectivas para la misión

En tercer lugar, se hace necesaria una reflexión sobre colaboraciones generacionales efectivas para la misión.  Cuando Jesús encomendó a sus primeros discípulos con la promesa ‘y he aquí yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo’ (Mat 28:20), esta promesa contenía un mandato implícito de discipular también a la siguiente generación.

Si queremos que la iglesia mantenga una obediencia vibrante y fiel a la misión global a lo largo de las generaciones hasta ´el final de los tiempos´, tendremos que poner un especial énfasis en el desarrollo del liderazgo y el traspaso del liderazgo conforme al reino de una generación a la siguiente como mayordomos del cumplimiento de las promesas de Dios en la misión global de la iglesia. Si la iglesia tiene una misión única, se sigue que necesita en cada generación líderes de un cierto tipo. El Compromiso de Ciudad del Cabo señala:

El rápido crecimiento de la Iglesia en muchos lugares continúa siendo superficial y vulnerable, en parte, debido a la falta de líderes discipulados y en parte, porque muchos usan sus posiciones para el poder mundano, el prestigio arrogante o el enriquecimiento personal. Como resultado, el pueblo de Dios sufre, Cristo es deshonrado y la misión del evangelio se ve socavada.[8]

¿Cómo podría la iglesia global formar bien para su misión a líderes cristianos maduros de la próxima generación en un contexto cada vez más diverso? La mayordomía fiel de las transmisiones intergeneracionales de liderazgo, vistas como una colaboración intencional por el evangelio y la misión global, harán surgir nuevos líderes a diferentes niveles en la iglesia por todo el mundo.

4. Amistades interculturales auténticas

En cuarto lugar, las colaboraciones efectivas para la misión global serán el resultado de auténticas amistades interculturales, amistades que ponen de manifiesto y fortalecen nuestra relación fundamental en Cristo. En su última noche Jesús dijo a sus discípulos: ‘les he llamado amigos’ y les aseveró ‘yo les elegí a ustedes, y les he puesto para que vayan y lleven fruto, y su fruto permanezca’, reenfatizando ‘esto les mando: que se amen unos a otros.’ (Juan 15:15-17).

La amistad tiene un gran impacto en las colaboraciones por el evangelio. Dana Roberts expresa su inquietud: ‘¿Tiene alguien tiempo hoy en día para hacer amigos o es el ministerio intercultural simplemente una forma de  trabajo en red que queda bien en el currículum? ¿Consiste la amistad ahora en Facebook más bien que en ponerse en el lugar del otro?’ Roberts observa que ‘en nuestro mundo actual de comunicación instantánea,  limitada capacidad de atención y misión entendida como desarrollo material, los sacrificios que requiere la amistad ponen de manifiesto la ética del reino de amor de Dios hacia todos.’[9]

5. La colaboración fundamental con Dios en la missio Dei

Concluyo con un llamado a la iglesia a reenfatizar y rededicarse a la prioridad de la  colaboración fundamental con Dios en la missio Dei. A la vez que celebramos el dinámico crecimiento de la iglesia en África y en el sur global, es importantísimo que nos recordemos a nosotros mismos que  ‘la misión es en primer lugar y sobre todo cuestión de Dios y sus propósitos e iniciativas redentoras en el mundo,  aparte de cualquier acción, labores o estrategias o iniciativas de la iglesia’.[10]

Esta relación con Dios debería ser el cimiento para toda otra relación de colaboración en la misión global de la iglesia. Jesús enfatizó esta verdad a sus discípulos diciéndoles: ‘Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos’ (Mat 28:18-19a).

Las nuevas generaciones de líderes misioneros, condicionadas por el modernismo, la secularización y la posmodernidad, necesitan oír de nuevo las instructivas palabras de Jesús a sus discípulos: ‘Yo soy la vid, ustedes los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada pueden hacer’ (Juan 15:5). Tennent nos recuerda que la teoría y la práctica de la misión se pueden resumir así: ‘El Padre es el Señor de la cosecha y es el que envía; el Hijo es el modelo encarnado de la misión en el mundo, y el Espíritu Santo es la divina presencia empoderadora de toda la misión.’[11]

El reino de Dios sólo se establece por el poder de Dios. Esta dimensión fundamental de la colaboración con Dios puede lograr que se complete fielmente la misión global (Ap 7:9-10). Mientras celebramos el crecimiento dinámico y global de la iglesia es hora de comprometerse con la nueva generación de líderes misioneros globales aceptando el desafío y la belleza de las colaboraciones en el reino para el evangelio.

Traducido por Alejandro Field

Notas

  1. The Church of Pentecost, 2015 Mid-Year Statistical Report (Updates can be accessed at http://thecophq.org/overview.php).
  2. Editor’s Note: See article entitled ‘Engaging the Church in Africa in its Key Mission Issues to 2050’ by Rudolf Kabutz in the November 2015 issue of Lausanne Global Analysis.
  3. Samuel Escobar, The New Global Mission: The Gospel from Everywhere to Everyone (Downers Grove, Ill: IVP Academic, 2003), 12.
  4. Andrew F Walls, The Missionary Movement in Christian History: Studies in the Transmission of Faith, 1st ed (Maryknoll, NY: Orbis Books, 1996), 68.
  5. Escobar, The New Global Mission, 18.
  6. Timothy Tennent, Invitation to World Missions: A Trinitarian Missiology for the Twenty-First Century, 2nd ed (Grand Rapids, MI: Kregel Academic & Professional, 2010), Kindle loc 4911.
  7. Ibid, Kindle loc 4981.
  8. Chris Wright, ed, The Cape Town Commitment: A Confession of Faith and a Call to Action (South Hamilton, Mass: Hendrickson Publishers, 2011), II-1-C.
  9. Dana Roberts, ‘Cross-Cultural Friendship in the Creation of Twentieth-Century World Christianity’, International Bulletin of Missionary Research, http://www.internationalbulletin.org/issues/2011-02/2011-02-100-robert.html, accessed 25 April 2016.
  10. Tennent, Invitation to World Missions, Kindle loc 492.
  11. Tennent, Invitation to World Missions, Kindle loc 718.