Estoy seguro de que sintieron tanta desazón como yo cuando leyeron las acusaciones de conducta sexual inapropiada de Ravi Zacharias. Y nuestra desazón fue aún mayor después de leer el informe final de las conclusiones de la investigación de cuatro meses que confirma el patrón de abuso, engaño y manipulación.
Sin duda, todos hemos experimentado una mezcla de emociones en medio de nuestras oraciones y lágrimas. Decepción. Tristeza. Ira. Confusión.
Ravi no era ajeno al Movimiento de Lausana. La última vez que habló fue en Yakarta, en el Encuentro de Líderes Jóvenes 2016 (ELJ2016), donde muchos de ustedes escucharon su disertación “Cómo superar la brecha de la credibilidad cristiana”. Habló verdad con convicción, ingenio y poder, pero en ese momento, ninguno de nosotros era consciente de la grave brecha entre el mensaje y la vida del mensajero.
No hay uno solo de nosotros que no reconozca una brecha de credibilidad en nuestras propias vidas. ¿Quién de nosotros no es dolorosamente consciente de nuestros defectos de carácter y de nuestros propios pies de barro? Santiago 3:1 viene, sin embargo, con una advertencia: “Hermanos míos, no pretendan muchos de ustedes ser maestros, pues, como saben, seremos juzgados con más severidad”. Existe la realidad bíblica del pecado. Y hay estándares bíblicos para quienes quieren enseñar e influir.
No hay duda de que hay gracia del evangelio para pecadores como nosotros. Esa gracia es vertical, que recibimos de nuestro Señor cuando nos volvemos del pecado y nos arrepentimos. Y hay una gracia horizontal que recibimos unos de otros cuando nos humillamos para quitarnos las máscaras que ocultan nuestro verdadero yo. El “amor sincero” del que habla Romanos 12:9 es un amor sine cera, sin un barniz de cera que oculta nuestras verdaderas imperfecciones y heridas. Así que, de un creyente sine cera a otro creyente sine cera confesamos nuestros pecados, unos a otros. Nos aceptamos, nos perdonamos y nos amamos.
No conocía a Ravi mucho. Solo tuve algunas interacciones con él, tanto en 2016 como en 2013, cuando habló en Bangalore, India, en mi instalación pública como nuevo director general de Lausana. Pero sospecho que él experimentó muy poca gracia horizontal y tenía puesto demasiado barniz de cera que ocultaba las grietas e imperfecciones de su vida. Entiendo que Ravi no tenía muchos amigos íntimos, pero, de nuevo, no lo conocía bien. Como mínimo, no hemos sabido de ningún amigo que lo conociera lo suficientemente bien como para estar al tanto de sus abusos y adicciones y pudiera confrontarlo con amor y amonestación.
Amigos, tanto ustedes como yo nos hemos beneficiado mucho del ministerio de Ravi. Enseñó verdad con agudeza mental, elocuencia y corazón. Que eso no nos sea arrebatado ni aun en estos días. Pero la prioridad más importante para nosotros hoy es poner en práctica las lecciones que debemos aprender para nuestras vidas de mañana.
Permítanme compartir muy brevemente algunos pensamientos con todos ustedes, mientras los animo a orar y añadir sus propias reflexiones.
- Me recuerda la necesidad de buscar mentores e influencia piadosa en nuestras vidas sin idolatrar esas bendiciones. La caída de figuras públicas es más dramática y emocionalmente dolorosa cuando elevamos demasiado a las personas en nuestro corazón. Las celebridades cristianas no solo tienen pies de barro, sino que son del polvo y volverán al polvo.
- Para los que forman parte de la familia GLJ (Generación de Líderes Jóvenes) de Lausana, quiero suplicarles que se entreguen al Señor y unos a otros de forma que puedan recibir esa gracia vertical y horizontal. La génesis de la GLJ fue el reconocimiento de que siete días de una conferencia increíble no son suficientes para lograr un impacto a largo plazo en la vida de un líder joven. Eso llevó a la decisión de que el ELJ2016 fuera una introducción a la GLJ, nuestra inversión de diez años en sus vidas. A menudo he hablado de cuánto más asombrosos y bendecidos podrían haber sido los ministerios de Ajith Fernando, John Piper y Ravi Zacharias si su participación en el primer ELJ de Lausana en 1987 en Singapur hubiera sido no solo de siete días sino de diez años. Ahora me pregunto qué habría pasado si Ravi se hubiera conectado de forma más abierta y vulnerable con algunos amigos fieles en aquel entonces.
- La brecha de credibilidad de la que habló Ravi no es menos cierta ni menos importante debido a lo que se ha revelado sobre su vida. Es aún más cierta e importante. Hablamos a menudo en Lausana de ser líderes de humildad, integridad y sencillez, de lo cual Chris Wright habló en Ciudad del Cabo 2010. Demasiados líderes han caído, en cambio, en el orgullo, el engaño y la codicia.
- Tenemos un enemigo, y no somos los unos de otros. Si y cuando las debilidades y los pecados de los cristianos se revelan en público o en privado, quitémonos la viga de nuestro propio ojo y lloremos por la oscuridad del pecado. Nunca olvidemos que tenemos un enemigo que, como nos recordó Ravi en el ELJ, “busca desacreditar el mensaje destruyendo al mensajero”. Que podamos luchar juntos contra todas sus artimañas. A todos los demás enemigos terrenales estamos llamados a amar, especialmente a los de la casa de Dios.
- Me encontré preguntándome dónde está la justicia para Ravi y sus víctimas, especialmente porque él falleció antes de que todo esto se revelara públicamente. Él se libró de la confrontación terrenal y del ajuste de cuentas terrenal. Pero hubo justicia final. Y ese fue al costo de la cruz de Jesús. Jesús tuvo que morir por los devastadores pecados de Ravi. Y por los nuestros. Dios no trató los pecados de Ravi a la ligera. Tampoco nosotros.
- Pero todavía hay víctimas que han quedado desilusionadas y destrozadas. ¿Cómo podemos reparar esos agravios en sus vidas? A través de esa misma cruz. La cruz de la justicia es la cruz del consuelo. La cruz de las heridas de Cristo es la fuente de nuestra curación. No solo de manera teórica o teológica, sino prácticamente. Que la práctica de ese amor práctico abunde en nuestras propias vidas. Hubo muchas víctimas, conocidas y desconocidas. Solo Dios las conoce a todas. Que él se dé a conocer a todas ellas a través de su pueblo. Y no creemos más víctimas ni echemos sal en las heridas de otros al no mostrar, por ejemplo, compasión hacia la esposa de Ravi, Margaret, y su familia.
- Y, por último, no nos engañemos creyendo el engaño de aprender a ser “fructíferos” sin ser puros. Escribí sobre este tema en vísperas de Ciudad del Cabo 2010 para mi generación de líderes jóvenes, y ahora se lo transmito a ustedes.
¿Por qué sentimos tanto dolor por todo esto? Sin duda porque entristece el corazón de Dios. Y yo me apeno por el dolor que esto les ha causado a ustedes también.
Pero causaría solo más dolor a Dios si perdiéramos esta oportunidad de aprendizaje.
“De no ser por la gracia de Dios, esos seríamos nosotros”.
Michael