“Predicamos” mucho sobre la unidad y la colaboración como elementos esenciales para la iglesia y la misión mundial. Pero ¿escuchamos profunda y humildemente a los demás, especialmente a quienes sufren y están siendo marginados? En este número, autores de diversas regiones ofrecen sus análisis de algunas cuestiones cruciales que afectan a las personas vulnerables en el mundo y los retos que enfrenta la iglesia hoy.
En “Amar a nuestro prójimo mundial: la iglesia puede inspirar la acción por el clima en un mundo cambiante”, Katharine Hayhoe, científica atmosférica, advierte que el mundo enfrenta “una nueva crisis [. . .]. Desde la contaminación hasta el cambio climático, pasando por la pérdida de la naturaleza [. . .], riesgos crecientes para la salud y las infraestructuras, disminución de recursos alimentarios e hídricos y desplazamiento de comunidades y ecosistemas enteros”. Basándose en datos científicos fiables, hace una proyección del escenario futuro y llama a la iglesia a responder con urgencia. “La iglesia no puede ignorar estas cuestiones porque afectan a las mismas comunidades a las que estamos llamados a servir”. Además, “cuidar de la creación de Dios —tanto de las personas como de todos los seres vivos afectados por el cambio climático, la contaminación y la pérdida de naturaleza— es un fiel reflejo de nuestra fe y de la responsabilidad que Dios nos ha dado de amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos”, concluye.
Un grupo de personas que son muy vulnerables y están siendo excluidas por el mundo, incluida la Iglesia, son las personas con discapacidad. Daniel Kyungu Tchikala escribe en “Vengan al banquete: incluir a personas con discapacidad en el ministerio cristiano” que “las personas con discapacidad participan poco en la vida social, incluidas las actividades cristianas”. Y rara vez se les dan puestos de liderazgo. Él cree que Dios “también puede usar poderosamente a las personas con discapacidad para llevar a cabo su misión en la tierra”. Desafía a los líderes cristianos a examinar nuestra actitud “hacia lo que es o parece ser débil y vulnerable” y recomienda varias acciones prácticas. Una acción significativa es: “Formar a miembros y líderes de la iglesia para el ministerio a y por personas con discapacidad”.
Otro grupo de personas vulnerables son los inmigrantes, y “muchos de los jóvenes nigerianos […] intentan escapar de las diversas dificultades económicas que enfrenta su país […] huyendo a países occidentales considerados pastos más verdes”, observa Israel Oluwole Olofinjana. En “Testigos japa: ¿fuga de cerebros o migración de testigos?” ilustra cómo se puede teologizar utilizando una jerga común entre los jóvenes yoruba-nigerianos, la palabra japa (que significa escapar, huir o tomar medidas rápidas para el futuro), para “explorar la intersección entre misión y migración en Gran Bretaña”. Al igual que en los días de Daniel y los jóvenes hebreos en el Antiguo Testamento o la dispersión de los creyentes perseguidos en el libro de Hechos, la “experiencia de sufrimiento, penuria, liminalidad y supervivencia los pone en situación de comprender el sacrificio. Esto, combinado con su fe, podría convertirlos en testigos migratorios”, escribe el autor. Desafía a las iglesias británicas a colaborar interculturalmente con estos nuevos testigos migratorios.
A través de la historia de la iglesia coreana, vemos cómo Dios ha transformado a Corea del Sur, “este pequeño y aislado país, antaño devastado por la guerra y la pobreza, en uno económicamente poderoso y culturalmente influyente y el segundo país que más misioneros envía”, escribe Daewon Moon en “El movimiento misionero coreano: historia y lecciones de la iglesia coreana”. Ejemplos históricos específicos también “manifiestan el poder del evangelio para transformar tanto a individuos como a la sociedad”. Mientras el autor analiza los factores que contribuyeron al espectacular crecimiento del movimiento misionero coreano, también quiere revelar los retos que enfrenta la iglesia coreana hoy. “Sin embargo, en las dos últimas décadas, la iglesia coreana ha experimentado un estancamiento e incluso una disminución. Las razones incluyen la secularización, la actitud cada vez más indiferente de los jóvenes hacia la religión y escándalos en varias megaiglesias”. Llama a “un momento para que los cristianos coreanos reflexionen, se arrepientan y aprendan del cuerpo mundial de Cristo”.
Este llamado es para todos los cristianos, no solo para los coreanos.
El Análisis Mundial de Lausana también está disponible en inglés, portugués, francés y coreano. Envíe cualquier pregunta y comentario sobre este número a analysis@lausanne.org. El próximo número aparecerá en marzo de 2025.