La Biblia Con Historias Orales: Una estrategia innovadora para captar rápidamente el interés en los pueblos no alcanzados

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Nota del Editor: El presente Texto Previo para Ciudad del Cabo 2010 fue escrito por Ron Green como una reseña del tema a debatirse en la sesión Multiplex sobre “Cómo elaborar una historia bíblica oral”. Los comentarios a este texto realizados a través de la Conversación Global de Lausana serán remitidos al autor y a otras personas para ayudar a dar forma a su presentación final en el Congreso.

Introducción

¡Estamos en un momento único de la historia! Podemos mirar atrás y ver el progreso del evangelio, y reconocer que el Señor ha bendecido. Al mismo tiempo, tenemos la carga y el desafío de la enorme tarea que enfrenta la iglesia mundial en la actualidad. Recordamos la tarea que nos espera entre miles de pueblos no alcanzados que hablan idiomas en los que no hay Escrituras traducidas. Casi la mitad del mundo vive con una fe hinduísta, budista o musulmana. Y en todo lugar hay necesidad de un discipulado más profundo. El reconocimiento de estas verdades críticas nos impulsa a concentrar nuestras oraciones y nuestro ministerio como nunca antes. La gran comisión puede parecernos abrumadora. Pero la iglesia está comenzando a trabajar unida, y nuevas estrategias creativas están abriendo algunas de las oportunidades más grandes de la historia.

El propósito de este texto es dirigir nuestra atención a una necesidad fácilmente mensurable. A lo largo de la historia, la alfabetización ha sido un privilegio protegido, reservado solo para la élite: generalmente, los líderes del gobierno, el comercio, el ámbito militar y la religión. Durante varios milenios, los líderes a menudo se apoyaron en ese privilegio para controlar a las masas que gobernaban. Valoramos nuestra educación, nuestra capacidad para leer y escribir; y así debe ser, después de todo el esfuerzo invertido. Sin embargo, debemos recordar que la mayoría de las personas no alcanzadas de nuestro mundo, en general, aprenden oralmente, y por tanto, de manera muy diferente a como lo hacen aquellos que están alfabetizados. Este es un momento crítico para revisar todos nuestros métodos y estrategias ministeriales, de manera de estar preparados para enfrentar este desafío con creatividad y con el mismo corazón compasivo que Dios tiene para los perdidos.

El trabajo que falta

Hace dos mil años, Jesús confió a sus seguidores una comisión especial, un mandato de llevar el evangelio hasta lo último de la tierra. La Biblia nos dice en repetidas ocasiones que Dios desea que se escuche la buena nueva en cada idioma, cada tribu y cada pueblo. Se nos ordena ir y contarles a todos el evangelio, y discipular a quienes deciden seguir a Cristo.

Mucho se discute acerca de la profundidad de nuestras presentaciones del evangelio y nuestras actividades de discipulado. Pero la amplitud parece ser claramente mensurable; todo pueblo, tribu e idioma debería tener el mensaje del evangelio. Sin embargo, en el siglo XXI hay aún muchos grupos donde el evangelio no ha penetrado. Las investigaciones revelan que hay todavía miles de pueblos no alcanzados, y casi la mitad de ellos aún no han sido incluidos en esfuerzos de evangelismo y plantación de iglesias.

Hoy, casi una tercera parte de los idiomas de la tierra aún esperan la traducción del primer versículo de la Biblia. Cientos de idiomas disponen de apenas algunos capítulos. Sin Escrituras traducidas, no es posible que encontremos presente el mensaje del evangelio. Con frecuencia, no hay creyentes ni iglesias autóctonas que se multipliquen; porque ¿cómo podemos evangelizar y discipular sin la Palabra de Dios? Parece que debería haber un nivel mínimo de esfuerzo en cada idioma, tribu y pueblo. Quizá darles acceso a la Palabra de Dios en su propio idioma y su propio estilo de aprendizaje podría ser el primer paso para llevar el evangelio a todo pueblo.

Un desafío para la iglesia global

Suele plantearse la pregunta en cuanto a los primeros pasos del trabajo entre un pueblo no alcanzado. La etapa inicial de captación de un grupo no alcanzado comienza con la provisión del primer texto bíblico en su idioma. Muchas de nuestras organizaciones trabajan en estrecha colaboración con agencias de traducción de la Biblia. Quienes participan de estos trabajos en colaboración estarían de acuerdo en que los lingüistas y traductores bíblicos tienen un llamado y dones únicos para comprender y manejar idiomas. Todos los que hoy tenemos una Biblia les debemos mucho a los traductores que se sacrificaron en gran manera para darnos acceso a la Palabra de Dios. Gracias a su visión y su sacrificio, la traducción de la Biblia se ha acelerado a un ritmo sin precedentes en las últimas décadas. A pesar de tal aceleración, recordamos que la mayoría de los idiomas que quedan son idiomas sin escritura, que presentan increíbles y constantes desafíos.

En un mundo de especialización, es fácil para nosotros esperar que quienes son llamados a ser traductores se hagan cargo de esa tarea para todo el mundo. Sin embargo, si creemos que el acceso a las Escrituras podría ser un paso importante en la evangelización del mundo, ¿podrá ser esta una carga que todos los creyentes deberíamos compartir?  Nuestro deseo sería alentar, honrar, orar, proveer recursos y unirnos a estos dotados siervos que ya están trabajando en la traducción bíblica. Las investigaciones muestran que hay 2252 grupos idiomáticos, con una población de 350 millones de personas, que no tienen textos bíblicos en su idioma. Hay cientos de idiomas más que solo tienen traducidos algunos capítulos de la Biblia. Hay millones que actualmente no tienen acceso a pasajes del Antiguo Testamento que pueden ser esenciales para construir puentes de comprensión acerca de Jesús, especialmente para los hindúes, budistas y musulmanes.

El sueño de que TODOS…

Si más de nosotros adoptáramos como propio el trabajo de dar acceso a las Escrituras y trabajáramos para un cambio fundamental, ¿qué sucedería? ¿Podría esta ser la primera generación en la historia en asegurarse de que, al menos, parte de la Palabra de Dios esté al alcance de cada pueblo que habita en este planeta? ¿Cómo puede completarse la gran  comisión si hemos fallado en siquiera comenzar el trabajo en miles de idiomas y pueblos? ¿Podríamos comprometernos nuevamente a iniciar el trabajo de la gran comisión en cada grupo? Con ese sueño y esa visión, varios ministerios comenzaron a trabajar juntos para ver qué podría suceder en nuestra generación. Comenzamos con algunas convicciones básicas:

A. Todos los pueblos necesitan acceso al evangelio

Un valor fundamental que precede a todos los demás es el de alcanzar a todos los pueblos. Esto significa que la proclamación de la Palabra de Dios no estará limitada por el tamaño de un pueblo, su nivel de alfabetización o su contexto geográfico o político.

B. La Palabra de Dios en el idioma materno siempre es lo mejor para llegar al corazón

El primer idioma que escuchamos en brazos de nuestra madre es, generalmente, nuestra lengua materna (o el idioma del corazón).  Hacer accesible la Biblia en los idiomas del corazón de los pueblos no alcanzados facilita el crecimiento de iglesias viables, que se reproducen y son lideradas por líderes autóctonos. Deseamos que el mensaje del evangelio que se encuentra en la Palabra de Dios fluya libremente en el corazón de cada persona, y que todas tengan la oportunidad de recibir, entender, responder y reproducir el evangelio dentro de su propia cultura.

C. Debe respetarse el estilo de aprendizaje propio de la cultura (lo cual incluye narración de historias, música, teatro y arte)

Nuestra intención es respetar el estilo de comunicación, las preferencias de aprendizaje y las tradiciones orales de cada pueblo en particular. Con miles de idiomas aún sin escritura, es fundamental aprender cómo estas culturas han retenido y transmitido su cultura, idioma, historia, música, poesía y valores durante miles de años. Estos “asuntos del corazón” siempre están envueltos en un estilo de aprendizaje del corazón (generalmente, oral y altamente cultural). La Palabra de Dios está llena de historias que nos revelan Su carácter, Su plan de redención y Su relación de amor con el hombre. La Biblia preserva estas historias en un registro escrito, pero muchas de ellas fueron, originalmente, comunicadas de forma oral, el medio principal de comunicarlas a lo largo de milenios.

D. Para una tarea tan enorme, es esencial formar alianzas estratégicas

Un modelo de alianza transcultural eficaz dará testimonio de la gracia de Dios al mundo y glorificará al Señor. Estamos comprometidos a trabajar conjuntamente con iglesias locales, a alentarlas y facilitar que tengan éxito en estar en misión con Dios y trabajar juntas para cumplir la gran comisión. También creemos en la estrecha colaboración con equipos nacionales, iglesias nacionales o agencias locales para armar modelos sustentables. Algunas veces, el modelo más fructífero es un trabajo asociado con grupos humanitarios para desarrollar un impacto ministerial más holístico.

E. Debe apuntarse a movimientos nacionales de elaboración de historias

El resultado de este movimiento es la plantación y el crecimiento de iglesias hogareñas sanas que respondan a la cultura —singular y dada por Dios— de cada pueblo, al tiempo que estén firmemente arraigadas en la Palabra de Dios. La plantación de iglesias se convierte en un movimiento espiritual a medida que los miembros de cada iglesia local plantan nuevas iglesias dentro de su propio pueblo y más allá. A medida que la Palabra de Dios fluya libremente, creemos que habrá vidas cambiadas como resultado, y que las historias de Dios se multiplicarán en otros pueblos cercanos, produciendo un movimiento local de elaboración de historias.

F. La Biblia oral es un impacto inicial, no la meta final

Al tiempo que proveemos historias orales de la Biblia, también es importante señalar que trabajamos en forma asociada con traductores bíblicos para proteger la integridad de las Escrituras en cada etapa de cada proyecto. Valoramos las historias finales y grabadas como importantes bloques fundacionales para brindar otros materiales bíblicos dentro de cada pueblo.

Nuestra meta, en todos los casos en que sea posible, es que haya historias bíblicas orales e impresas a disposición de todo grupo. La base para esto es Deuteronomio 31 y 32, donde al final de la vida de Moisés, Dios le dice que debe escribir las promesas y las leyes de Dios y ponerlas en el arca del pacto para ser leídas cada siete años.  Después, le dice que Su Palabra debe estar en los labios y los oídos de todo el pueblo. Dios hasta dio a Moisés y Josué la canción que debían enseñar al pueblo.

Una estrategia para un avance significativo

En asociación con los traductores bíblicos y plantadores de iglesias, buscamos una forma de ofrecer Escrituras orales de una manera adecuada a la cultura en los grupos no alcanzados y no captados en los que no existía mensaje del evangelio. Esta nueva estrategia exige equipos pioneros de dos o tres personas (generalmente, personas de esa cultura o alguna cercana) para captar al grupo no alcanzado. En un lapso de dos o tres años, estos equipos pueden desarrollar una serie de historias bíblicas que cubren las Escrituras desde la Creación hasta la vida de Cristo, y luego, el establecimiento de las primeras iglesias hogareñas en Hechos.

La capacitación generalmente se extiende a lo largo de un período de dos años, de manera que estos “equipos de respuesta rápida” pueden recibir capacitación y guía por parte de mentores durante el transcurso de su proyecto ministerial. Durante un período de dos años, los equipos se reúnen cada cuatro a seis meses para recibir varias semanas de capacitación. Los instructores les presentan un proceso paso a paso para:

  • Encontrar una “persona de paz”
  • Sumergirse en la cultura
  • Estudiar el sistema de creencias local (cosmovisión)
  • Encontrar una persona que los ayude con el idioma y un narrador de historias
  • Reunir grupos de oyentes (grupos para narración de historias) para escuchar las historias e interactuar entre sí

A medida que los equipos profundizan su labor, comienzan a contar historias del Antiguo Testamento, desde la Creación hasta la caída del hombre, hasta Abraham, David, Elías e Isaías. Pronto, los equipos aprenden a interconectarlas con el tema de la redención, desde la Creación hasta Jesús. La capacitación ayuda a los equipos en lo relativo a elección de palabras y temas básicos de traducción. A lo largo del tiempo, se los entrena para que desarrollen una serie de veinte o más historias que van desde la Creación hasta Cristo, hasta el establecimiento de las primeras iglesias hogareñas en Hechos.

Una vez redactado el conjunto de las historias, algunas de ellas son grabadas de manera que un consultor especializado pueda comprobar si son comprensibles y fieles a la Biblia. Después de hacer los cambios que sean necesarios, todo el conjunto de historias es grabado como un “texto oral” de las Escrituras. Estas grabaciones protegen las historias hasta que se pueda preparar historias bíblicas escritas. Las grabaciones de audio pueden incluir dramatizaciones, música y otras metodologías culturales. Pueden ser ampliamente distribuidas de la forma más adecuada para la estrategia de plantación de iglesias.

El proceso

A los nuevos colaboradores reclutados se les enseña a elaborar las historias bíblicas de manera que puedan ser relatadas oralmente con facilidad. Se busca un narrador local para ayudar a conectar con el grupo idiomático meta. Se forman pequeños grupos para narración de historias.  Las grabaciones en audio de estas historias son revisadas por un consultor externo para verificar su exactitud y comprensibilidad, de manera que las historias puedan servir como “texto oral”. Después de su aprobación, las grabaciones de audio son utilizadas en hogares y grupos pequeños, y aun transmitidas por reproductores digitales para un mayor alcance (en algunos lugares se utiliza la radio).

Los conjuntos de historias contienen 20 o más historias bíblicas de la Creación hasta el retorno de Cristo (Antiguo Testamento, Evangelios y Hechos).

Resultados deseados

  • Una primera generación de narradores que compartan las historias en el idioma local
  • La formación de pequeños grupos para narración de historias
  • La grabación en audio de las historias que los consultores han aprobado como “textos orales”
  • Reproductores de audio digitales para mayor alcance (en algunos lugares, radio)
  • Conjuntos de historias con historias bíblicas desde la Creación hasta el retorno de Cristo (Antiguo Testamento, Evangelios y Hechos)
  • Nuevos creyentes
  • Iglesias hogareñas y multiplicación

Testimonios de campo

“Hace cien años, cuando los misioneros occidentales vinieron a nuestro país a compartir el evangelio, lo hicieron de la misma manera en que, probablemente, ellos lo habían aprendido. Si se hubieran detenido a preguntarle a nuestra gente cómo podían compartir el mensaje más importante de todos los tiempos, se habrían enterado de que toda nuestra información más valiosa (historia, cultura, herencia, valores, creencias, y aun la ley) está contenida en historias y canciones. Normalmente, el  único material que se presentaba impreso era la propaganda del gobierno, así que, lamentablemente, la Biblia era considerada propaganda extranjera.

“Estando en la capacitación sobre historias bíblicas, pensé: ‘¡Por fin! Así es como deberían haber compartido el evangelio siempre en mi país’. Esta es la Palabra de Dios en su forma más pura: hablada o cantada naturalmente y en el idioma local. ¿Por qué no compartir la historia más valiosa de todos los tiempos en una forma que se multiplica tan rápidamente? Aquí, se necesitan siete u ocho años y múltiples métodos para llevar a una persona a Cristo, pero con las historias bíblicas, ¡vemos decisiones y discipulado dentro de los primeros dos años! Tan sencillo, pero tan efectivo…” – Líder nacional en un país seguro del Oriente Medio

“Después de pasar una semana en la capacitación sobre historias bíblicas, esta mañana me desperté después de un sueño inquietante que me estrujó el corazón. En el sueño, yo estaba en medio de árboles frutales llenos de frutos maduros, tan maduros que caían de los árboles directamente a nuestras canastas. Estábamos muy entusiasmados con la cosecha, hasta que miré mi canasta y vi que los frutos caían al suelo y se pudrían allí. Dios me habló al corazón y me dijo que nuestras canastas están rotas, y agregó que Él me había revelado esta semana cómo arreglarlas.

“Durante años, le hemos echado la culpa del mal discipulado a la gente, pensando que no les importa lo suficiente seguir a Cristo. ¿Y si estuviéramos equivocados? ¿Y si no nos estuviéramos comunicando con su corazón y de una manera que pudieran aprender y reproducirlo? ¡No podemos darnos el lujo de perder la cosecha de Dios! Por favor, vuelvan y ayúdennos a arreglar nuestras canastas dándoles la Palabra de Dios de la manera que los africanos la aprenden mejor: ¡por medio de historias!” – George, líder misionero en África Occidental

“Mi esposo y yo somos instructores de nuestra organización aquí en el este de Asia. Además de esto, estamos trabajando directamente en medio de un pueblo no alcanzado. Durante el último par de años, hemos probado todas las estrategias que conocíamos para alcanzar a este grupo, pero la tarea es prácticamente imposible sin Biblia, sin película Jesús y sin creyentes en este idioma. Asistimos a la capacitación con escasas esperanzas de que fuera a funcionar, pero estábamos desesperados por encontrar algo que rompiera las barreras. Después de la capacitación inicial, regresamos a nuestro grupo no alcanzado y comenzamos a utilizar la estrategia de historias bíblicas. Formamos un pequeño grupo y comenzamos a desarrollar nuestras primeras historias con ellos. ¿Se imagina mi sorpresa cuando vimos a 15 personas aceptar a Cristo? Estos fueron nuestros primeros convertidos y sucedió en los primeros meses que usamos esta estrategia. Ahora, estamos viendo el poder de la Palabra de Dios cuando se la comparte respetando la cultura, en el idioma local, y el resultado es increíble” – Yun, Asia Oriental

Pensamientos Finales

Solo en los últimos seis años, ministerios asociados han trabajado juntos y han logrado que más de 200 pueblos no alcanzados en más de 40 países oyeran la Palabra de Dios en su propio idioma y el estilo de aprendizaje propio de su cultura. Se han iniciado cientos de pequeños grupos de narración de historias, y miles de nuevos creyentes están siguiendo a Cristo porque ahora tienen acceso a Su Palabra (en su propio idioma y en el estilo de aprendizaje propio de su cultura).

¡Soñamos con el día en que todos los idiomas, tribus y pueblos tengan acceso al evangelio, y soñamos con que esto suceda en nuestra generación! ¿Podremos soñar y planificar y orar y trabajar juntos para que todos los idiomas oigan el Mensaje en esta década? Hasta entonces, ellos siguen esperando… 350 millones de personas esperan que comencemos la gran comisión donde ellos viven. ¡Creemos que ya han esperado suficiente!

© The Lausanne Movement 2010