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La palabra viva para idiomas vivos

¿No es hora de dar a las comunidades orales lo que más importa?

Ricki Gidoomal 18 Abr 2023

¿Cuáles son las historias de la Biblia que guarda en su corazón? ¿Cuáles oyó de niño? ¿Cuáles ha contado a sus hijos? [. . .] Ahora bien, ¿qué pasaría si todas estas historias estuvieran a oscuras? ¿Y si no pudiera comprender plenamente los fundamentos del evangelio porque nunca escuchó la historia completa?[1]

Apenas menos del 10% de los idiomas del mundo[2] tienen una Biblia completa. Esta es una realidad que nos hace pensar si realmente creemos que personas de cada ethnos (nación), phylē (tribu), laos (pueblo) y glōssa (lengua) rodearán el trono celestial de Dios, como en la visión que tuvo Juan en Apocalipsis 7:9.

Además, se estima que el 45% de las más de 7.300 lenguas del mundo no tienen una forma escrita (sistema ortográfico). Estas culturas orales plantean al movimiento de traducción de la Biblia, tradicionalmente dependiente de textos, un reto importante así como una oportunidad trascendental.

     

La oralidad y la imagen de Dios

La oralidad no es un concepto nuevo. Se trata más bien de «un fenómeno antiguo que perdura hasta nuestros días».[3] En las culturas orales, conceptos como historia, identidad y religión se preservan oralmente mediante la transmisión de historias, proverbios, poesías, canciones, adivinanzas y otros elementos. A menudo se entretejen en ceremonias, obras de teatro y ritos de pasaje. Las sociedades puramente orales transmiten todo lo que importa de una generación a otra sin poner nada por escrito.

La oralidad está profundamente conectada con lo que somos como humanos.

Pero la comunicación oral no se limita a culturas puramente orales. Todos aprendemos nuestro primer idioma de forma oral y, aun después de aprender a leer y escribir, seguimos dependiendo de la comunicación oral mucho más de lo que creemos. Esto tal vez sea más evidente hoy en día en el predominio de los medios audiovisuales, una forma de comunicación que trasciende las divisiones de generaciones, culturas y nivel de alfabetización. Los comunicadores orales secundarios, personas que saben leer y escribir pero prefieren los medios orales de comunicación, nos muestran que las estrategias orales no son meras herramientas para colocar junto a otras en nuestra caja de herramientas de discipulado, ni tampoco metodologías simplificadas para personas con escasa formación. La oralidad está, de hecho, profundamente conectada con lo que somos como humanos.

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Difficult Terms: Orality

What does ‘orality’ really mean?

De hecho, el «mensaje en texto» de las Escrituras es solo uno de los muchos métodos que Dios ha utilizado para comunicarse con la humanidad.

Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado por medio de su Hijo. (Heb‬ 1‬:1‬-2‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬)‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬‬

Basta con observar la maravilla de la creación, el rico tapiz de rituales y simbolismos asociados al culto del tabernáculo y el templo y, en última instancia, la encarnación —Dios hecho carne— para ver que las Escrituras que tenemos hoy son un relato escrito de los muchos actos de comunicación oral mediante los cuales Dios transmitió su evangelio del reino a la humanidad.

Los seres humanos, hechos a imagen y semejanza de Dios, también están diseñados para la palabra hablada, con el texto como herramienta o tecnología,[4] y no al revés. No es de extrañar, pues, que para que una lengua se considere «viva», deba tener hablantes vivos. Tenemos volúmenes de textos escritos en latín y griego clásico pero, sin hablantes, estas lenguas se consideran «muertas».

¿Qué hacemos entonces con las Escrituras de las más de 1.800 lenguas vivas que carecen de un sistema ortográfico?

¿Qué hacemos entonces con las Escrituras de las más de 1.800 lenguas vivas que carecen de un sistema ortográfico? ¿Cómo transmitir la Palabra de Dios a culturas y pueblos que transmiten «todo lo que importa» sin escritura?

La palabra viva para idiomas vivos

Hoy en día valoramos mucho el texto, sobre todo cuando se trata de traducir la Biblia. El modelo tradicional de traducción ha requerido años de trabajo para desarrollar sistemas ortográficos para lenguas que carecen de ellos. A esto debe seguir una labor de alfabetización en la comunidad antes de que la Palabra de Dios pueda ser traducida o entendida. El resultado puede ser un proceso de más de 25 años para producir una sola traducción.

Y aun con la alfabetización reciente en una comunidad y los textos bíblicos escritos disponibles, a menudo hemos oído la pregunta: «Si este mensaje es tan importante, ¿por qué está oculto en las páginas de un libro?». Esta pregunta no se debe a la falta de capacidad o inteligencia de la comunidad destinataria, sino más bien al valor que se da a la palabra hablada sobre la escrita para transmitir la verdad dentro de grupos orales.

Este reto no debería sorprendernos. Pensemos que la Biblia surgió en un mundo de comunicación oral en el que el texto desempeñaba un papel mucho más limitado que en muchas culturas actuales. Se calcula que el nivel de alfabetización de los judíos en la Palestina romana del siglo I era inferior al tres por ciento, y probablemente más bajo en Galilea, una zona rural.[5] Es casi seguro que los primeros discípulos de Jesús eran comunicadores orales. Por eso se ha dicho que, en ese momento de la historia, «no existía un público lector, sino solo lectura pública».[6]

Una breve mirada al lenguaje del Shemá de Deuteronomio 6:4-9, el dogma central del judaísmo, revela la naturaleza oral de la cultura receptora. Las órdenes de Dios a Israel son casi totalmente orales (escuchar, enseñar, hablar) y participativas (caminar, acostarse, levantarse, atar). «Escribir» aparece una vez, pero como última orden de una larga lista. Un estudio lingüístico más detallado de todas las Escrituras nos muestra que los imperativos divinos de escuchar (shema) superan en número a las órdenes de escribir (kathab y grapho) en una proporción casi de tres a uno.[7]

Si las Escrituras fueron transmitidas primero oralmente a pueblos orales y contenían instrucciones elaboradas para comunicadores orales, ¿no es lógico que un enfoque oral de la traducción de la Biblia es válido para grupos poblacionales orales de hoy?

Si las Escrituras fueron transmitidas primero oralmente a pueblos orales y contenían instrucciones elaboradas para comunicadores orales, ¿no es lógico que un enfoque oral de la traducción de la Biblia es válido para grupos poblacionales orales de hoy?

Traducción oral de la Biblia, ¿un “nuevo” fenómeno antiguo?

La traducción oral de la Biblia (TOB) tuvo lugar milenios antes de que Walter Ong escribiera sus teorías sobre la oralidad. En el libro de Génesis, por ejemplo, gran parte de la historia de José transcurre en Egipto, donde el hebreo no era la lengua dominante (Gn 42:23). Todos los diálogos de este período de la vida de José deben, por tanto, haber sido traducidos oralmente a medida que la historia se transmitía en forma hablada, hasta que el texto se puso por escrito en hebreo. Del mismo modo, las palabras de Jesús y sus discípulos, que se cree que fueron en arameo, parecen haber sido escritas primero en griego.[8]

Hoy en día, el auge de las nuevas tecnologías nos permite adoptar procesos para la TOB que, asimismo, son totalmente orales. Gracias a uno de estos programas, Render, un equipo de traductores de lengua materna puede realizar todas las comprobaciones rigurosas de una traducción escrita —comprobación en equipo, verificación de la comunidad, retrotraducción, comprobación por consultores— en un proceso totalmente oral. Esto los ayuda a trabajar entre su propia gente para traducir la Palabra de Dios con claridad y precisión en un formato que puedan entender y utilizar.

En los últimos años, las agencias de narración oral de la Biblia se han lanzado a la traducción oral de la Biblia debido a la creciente demanda desde el terreno de «Escrituras completas». Están surgiendo nuevas tecnologías, así como organizaciones y movimientos de base para traducir la Palabra a comunidades orales.

Lo que hace que estos enfoques se destaquen es que las comunidades que sirven ya no están alienadas del proceso en virtud de una barrera lingüística o de alfabetización. Además, el enorme impacto potencial se multiplica por la posibilidad de compartir instantáneamente una traducción oral. “En cuanto se aprueba una grabación, ya sean unos versículos o un libro entero, se puede compartir digitalmente con la comunidad local».[9] Esta rapidez de acceso permite que las buenas noticias se extiendan como un reguero de pólvora.

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Los jóvenes y la colaboración, la clave para la multiplicación

En diciembre de 2020, Juventud Con Una Misión (JUCUM) aportó «nuevos ojos frescos», energía y un considerable capital humano al movimiento de traducción de la Biblia cuando presentó su objetivo de Traducción Oral de la Biblia 1000: «Al menos 1.000 de estos idiomas tendrán, como mínimo, 30 pasajes de las Escrituras «Saborea y mira» (Taste & See) y una narración a una sola voz de una película evangélica, ya sea la narración de la película JESÚS de Lucas o la narración LUMO de Marcos». La estrategia de JUCUM para esta iniciativa TOB 1000 incluye la movilización de 72 bases de formación en lugares estratégicamente próximos a idiomas que no tienen Biblia.

Resulta alentador que la comunidad de traductores de la Biblia en general haya acogido los esfuerzos de JUCUM. Los miembros de JUCUM están colaborando estrechamente con socios de Wycliffe Global Alliance como Faith Comes by Hearing, 4.2.20 Foundation, Institute for Biblical Languages y Bible and Literature Translation Association, entre otros. Juntas, estas organizaciones están utilizando una formación innovadora e inmersiva en el idioma de origen para que los hablantes de la lengua materna asuman el papel principal en la traducción de la Palabra de Dios a sus propios idiomas.[10]

Este enfoque oral está permitiendo a las comunidades tener un acceso casi inmediato a partes de la Palabra de Dios en un formato que pueden entender. Y JUCUM no está sola, ya que su labor pionera está alentando y forjando un camino para más grupos y agencias que buscan alinearse con otros socios para servir a sus propias comunidades con traducciones orales de la Biblia.

Retos y oportunidades

Por tanto, ¿qué podemos recomendar a la iglesia mundial? Propongo invertir nuestros corazones, oraciones y recursos en tres áreas clave:

  1. Promoción: A medida que se adoptan métodos orales y tecnologías emergentes, debemos ayudar a la comunidad en general a comprender la autoridad y validez de las traducciones orales de la Biblia así como el uso de las artes, reconociendo que las Escrituras que tenemos hoy existieron oralmente mucho antes de que fueran escritas. Estas formas orales deben ser consideradas como una herramienta esencial para el discipulado si queremos ver el evangelio del reino insertado dentro de una cultura en lugar de recibirlo como un añadido.
  2. Colaboración: Toda la iglesia debe estar unida en su respuesta a la tremenda necesidad de Escritura completas en formas orales. Asociaciones como las mencionadas tienen un enorme potencial de multiplicación. Los involucrados se están desprendiendo de estacas de propiedad e invirtiendo sus recursos —humanos, financieros y más— en el objetivo más amplio de poner fin a la injusticia de la pobreza bíblica.
  3. Capacitación: Del mismo modo, la necesidad de capacitación —históricamente un proceso que requiere mucho texto— nos ofrece nuevas oportunidades. Las pedagogías inmersivas y orales nos permiten dotar a los comunicadores orales del más alto nivel de capacitación para que puedan producir traducciones de calidad que superen la prueba del tiempo.

El venerable canónigo Katete Jackson Jones, de la región de Chama, Zambia, declaró lo siguiente tras el inicio de la TOB en la comunidad Senga:

Cuando tuvieron las Escrituras en idioma senga, los niños empezaron a decir: «Jesús es senga; ¿cómo aprendió a hablar senga?». La traducción oral de la Biblia asocia el evangelio con el pueblo. Ahora tenemos la Biblia en senga. Él vive con nosotros. Es el Emmanuel.

Este es el reto y el estímulo con el que me gustaría terminar: “La traducción oral de la Biblia asocia al evangelio con el pueblo». Si Dios sintió la necesidad de proporcionar una contraparte oral a su Palabra en la forma de su hijo Jesús, la Palabra viviente, ¿cuánto más necesitamos considerar nosotros los enfoques orales cuando presentamos y encarnamos su Palabra para comunidades que están desesperadas por recibirla? Después de todo, las palabras habladas han transmitido «todo lo que importa» a través de incontables generaciones. ¿No es hora de dar a las comunidades orales lo que más importa?

Endnotes

  1. ‘The Original Testament Gap.’ 4.2.20 Foundation. video, https://theotgap.bible/resources/.
  2. ‘2022 Global Scripture Access.’ Wycliffe Global Alliance. September 2022. https://www.wycliffe.net/es/recursos/estadisticas/.
  3. ‘What is Orality?’ International Orality Network. https://orality.net/about/what-is-orality/.
  4. Walter J. Ong. Orality and Literacy: The Technologizing of the Word. Routledge, 1982.
  5. https://faculty.biu.ac.il/~barilm/articles/to_check/illitera.html; Catherin Hezser. Jewish Literacy in Roman Palestine. Mohr Siebeck, 2001.
  6. John Walton. The Lost World of Scripture. InterVarsity Press, 2013.
  7. Investigación de David J Hamilton, 2023.
  8. Bryan Harmelink. Presentación en 2023 OBT Global Gathering. Entebbe, enero de 2023.
  9. ‘Oral Bible Translation.’ Faith Comes By Hearing. n.d. https://www.faithcomesbyhearing.com/what-we-do/oral-bible-translation.
  10. Jim Killam. ‘”YWAM Has People” … and a Big Vision.’ Wycliffe Global Alliance. January 10, 2022. https://www.wycliffe.net/es/jucum-tiene-gente-y-una-gran-vision/.