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Debido a restricciones constitucionales y la influencia islámica, los métodos de misión tradicionales en Pakistán a menudo han logrado poco impacto. Sin embargo, los medios y el arte están emergiendo como vehículos para la evangelización. Dada la baja tasa de alfabetismo en Pakistán (ocupa el puesto 160 entre 198 países), el arte autóctono es una poderosa herramienta para compartir el evangelio con los musulmanes. Pakistán tiene un colorido abanico de expresiones poético-musicales, con diversas formas musicales. De hecho, el libro de Salmos (Zabor) fue traducida a la poesía lírica panyabí a fines del siglo XIX, y un converso musulmán y un músico hindú fueron contratados para componer melodías en la música local basada en ragas.[1]

¿Por qué es tan difícil llegar a los musulmanes?

Pakistán ocupa el cuarto lugar en la más reciente lista de los cincuenta países más peligrosos para los cristianos en el mundo.[2] Las prácticas cultuales, las enseñanzas acerca de Dios y las cosmovisiones musulmanas y cristianas son completamente distintas. Tanto la da‘wa (invitación) islámica como la evangelización cristiana buscan convertir al otro.

Independientemente de los llamados optimistas a evangelizar el mundo musulmán en varias conferencias misionales, como El Cairo (1906), Edimburgo (1910), Lucknow (2011) y Lausana (1983, 2010), la empresa misionera aún está bregando con las dificultades.

Entre las razones internas se encuentran la falta de capacitación, la ignorancia acerca de la cosmovisión musulmana, una comprensión errónea de la teología y las prácticas musulmanas, y no encarar las necesidades comunes percibidas de los musulmanes.[3]

Las razones externas para la hostilidad histórica incluyen el desacuerdo doctrinal (especialmente la comprensión cristológica) y una autosuficiencia y sentido de superioridad en el pensamiento musulmán. El colonialismo occidental y la forma que ha teñido la empresa misionera también impiden que los musulmanes acepten el evangelio. Otra razón es la exclusión de personas comunes en las relaciones interreligiosas.

Salmos y sufíes en Pakistán

El libro de Salmos ofrece un enfoque potencial para esta relación cristiana-musulmana.

El libro de Salmos ofrece un enfoque potencial para esta relación cristiana-musulmana. Representa una herencia compartida común de revelación divina en el cristianismo y el islam, ya que David es venerado como un profeta y un músico en el islam. Por cierto, los musulmanes aceptan la Torá, el Zabor y el Injil (Evangelio) como revelaciones divinas (Corán, 3:18-20, 64-71; 4:171; 5:77-80).

Yo mismo tuve la visión de usar los Salmos de esta forma. Decidí usarlos para relacionarme con musulmanes sufíes en Pakistán. Ya me había relacionado con otros musulmanes (chiitas, sunitas y otros), tanto educadores a través de mi trabajo de tiempo parcial como maestro de música y artistas en los medios principales a través de nuestro trabajo en un estudio de grabación. Sin embargo, decidí relacionarme con los sufíes específicamente por varias razones:

  • El sufismo es muy inclusivo y transciende las sectas y los países.
  • Los sufíes están más abiertos a la expresión artística (poesía, música y danza).
  • Son buscadores de la verdad.
  • También son víctimas de la versión del salafismo/wahabismo del islam extremista.

El sufismo es una “religión paralela” al islam canónico o doctrinal en las sociedades musulmanes. Los sufíes se consideran los herederos legítimos y los verdaderos intérpretes de la enseñanza esotérica del profeta Mahoma y su primo y yerno Alí, y buscan conectarse con Dios a través de las prácticas sufíes. Los sufíes no pertenecen a sectas específicas. El sufismo es un movimiento espiritual que incluye a sunitas, chiitas, ahmadíes e incluso a no musulmanes.

En marzo de 2012 visité el famoso santuario sufí en Sindh del sha Abdul Latif Bhittai, el ‘Rumi’[4] de Asia del Sur y poeta laureado de Sindh. Su colección de poesías, Shah Jo Risalo, comprende casi 30 suras, o composiciones musicales, con cientos de versos.[5]

Entré en el santuario con un equipo de músicos y fue acogido cálidamente por el principal líder espiritual. Éramos los primeros cristianos en visitar el santuario en más de 250 años. La sala estaba llena de devotos. Luego de compartir nuestros pensamientos y propósito ­—promover la tolerancia religiosa, el amor y la paz—, nuestro anfitrión nos invitó a una nueva visita para el Urs anual (celebración la unión del sha Latif con Dios) para presentar los Salmos en un evento de toda la noche, junto con cantantes sufíes.

Le entregué regalos: una imagen de Cristo en la cruz y una copia del Nuevo Testamento y los Salmos en el idioma sindhi, como una muestra de amor, paz y armonía. Su amor y apertura nos asombraron, quitando nuestros temores. Los espectadores entendieron que este era, ciertamente, un suceso especial. Nuestro anfitrión pidió a su hijo que nos guiara al entrar en el santuario y visitar la tumba. Una procesión nos escoltó al santuario y abrió la puerta interior para nosotros. Lo vi como que era Dios que abría una puerta que por lo general solo era abierta para oficiales destacados, para que nos involucráramos con los sufíes.

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«La música ya no es una meta, sino un vehículo. El canto ya no es un fin, sino un transporte, un camino hacia lo divino».

Misión y música

Como señaló ad-Din Muhammad Rumi, “la música ya no es una meta, sino un vehículo. El canto ya no es un fin, sino un transporte, un camino hacia lo divino”. Muchos desconocen que el islam es, de hecho, una fe litúrgica y canónica con prácticas musicales distintivas.

Con relación a si la música es halal (aceptable) o haram (prohibido), los estudiosos islámicos están divididos[6]:

  • Las principales escuelas sunitas de jurisprudencia islámica carecen de reglas y opiniones acordadas acerca de la música y el arte.
  • Los conservadores/extremistas sunitas, como los talibanes e ISIS, que están inspirados por la ideología wahabí, no aceptan la música.
  • Otras sectas sunitas, como los Barelvi y los Deobandi aceptan la música para ciertas celebraciones religiosas.
  • La mayoría de los sunitas aceptan cantar Na’at-nasheed (en alabanza del profeta) sin ningún acompañamiento instrumental, pero esto está cambiando, y muchos cantantes de nashid ahora usan toques de tambores árabes.
  • Según las adab (reglas) musicales del sufismo, la situación social, el estado mental y la intención del artista, junto con el propósito y el texto de una canción, determinan la validez de la música en un contexto musulmán.

Una de las principales razones de la falta de éxito de misiones occidentales en el mundo musulmán es un entendimiento defectuoso de la cultura musical musulmana, ya que todas las ramas del islam tienen sus propias tradiciones musicales. Roberta King, que impulsó la etnomusicología para las misiones, lamentó no solo que los misioneros occidentales no entendían la música y la dinámica relacionada de los eventos culturales en el campo de la misión, sino que también “mantenían a la música en la periferia del esquema de la missio Dei” [7].

William Gairdner, uno de los principales misioneros en Egipto a principios del siglo XX, recibió críticas de los que lo apoyaban y de su agencia misionera cuando usó recursos teatrales y musicales en los últimos años de su ministerio en El Cairo, demostrando cuánto ignoraba la iglesia la fuerza imaginativa y transformadora de la música en la misión.[8]

Cultura musical y hacer música en la sociedad musulmana

La cultura musical musulmana aparece también en las esferas sociopolíticas de la vida:

  • Las mujeres sauditas están exigiendo su igualdad de derechos a través de videos musicales.[9]
  • El ejército paquistaní dio a conocer un video musical para rendir homenaje a las víctimas del ataque a la escuela de Peshawar por los talibanes en diciembre de 2014.[10]
  • Los talibanes mismos apoyan canciones que legitiman su ideología, y usan poesías y canciones para reclutar a nuevos yihadistas.[11]

El etnomusicólogo Allan Merriam alentó a los investigadores a explorar “la música en la cultura” o, como se rotuló después, “la música como cultura”, buscando definir la naturaleza de la relación entre el fenómeno y su contexto. La importancia de la cultura musical yace en su dinámica en constante cambio, que nos invita a entender formas de vida que rechazan la homogeneización.

El musicólogo Christopher Small introdujo la teoría de “hacer música” como una acción colectiva de toda una comunidad. Hacer música expresa la idea de que la música es una acción colectiva que vincula a los participantes en cualquier contexto dado. Es un fenómeno inclusivo que afecta a cada persona que está presente en cualquier evento musical. Un evento organizado en un contexto musulmán puede reunir a cantantes, músicos y artistas de distintas creencias para promover la armonía religiosa y la construcción de la paz. Algunos ejemplos son el festival de Fez, en Marruecos, los festivales de Salmos y los encuentros de Urs sufíes.

Hacer música ayuda a ir más allá del sonido y el texto para entrar en el mundo que rodea la realización y la ejecución de la música.

La cultura musical en Pakistán

La cultura musical en Pakistán es heterogénea. El contexto es de una cultura oral. La teoría de hacer música sugiere que tiene un gran potencial para la misión. Hacer música ayuda a ir más allá del sonido y el texto para entrar en el mundo que rodea la realización y la ejecución de la música.

La cultura musical religiosa de Pakistán está dividida en canónica y no canónica:

  • El adhan (llamado a la oración) y el qirat (cantilena) coránico caen en la categoría canónica.
  • Las actividades musicales religioso-espirituales no canónicas de Pakistán tienen lugar afuera de la mezquita, en contextos sociales como las noches de Ramadán, el cumpleaños del Profeta (mawlid o milad), los cumpleaños de imanes sufíes (Urs), bodas y condolencias. Incluyen el mawlid sunita, el Majlis-e-Marsya (conmemoración de la masacre de la batalla de Kerbala en 680 d. C.) chiita y el Sama’ o zikr (práctica de escuchar o conmemoración) sufí.

Los adhan, qirat, milad, Majlis-e-Marsya y Sama’ son las cinco corrientes principales de la cultura musical musulmana en Pakistán.

Desde que el libro de Salmos fue traducido a la poesía lírica panyabí y compuesto como música cultural local hace un siglo, ha sido usado para recursos de adoración combinados cristianos y musulmanes. Artistas/cantantes y músicos cristianos y musulmanes trabajan juntos para producir salmos, himnos, canciones del evangelio y recursos de adoración para conciertos de adoración, convenciones o cruzadas cristianos. Pakistán es único en cuanto a que sus cantantes del evangelio más famosos son mayormente musulmanes, debido a la escasez, hasta hace poco, de artistas cristianos. Las autoridades islámicas no tienen ningún papel en esto, ya que estos cantantes y músicos son artistas profesionales, y la música en Pakistán es una industria grande e influyente.

Conclusión

“¿Ha aprendido la iglesia la lección? Fracasó en el siglo VII; ¿subsanará el fracaso en el siglo XX?”[12], preguntó Gairdner. Su encuentro con las obras místicas musulmanas transformó su enfoque misional, de la polémica a una búsqueda y un encuentro espiritual con expresiones musicales y dramáticas. “Necesitamos una nota de canto en nuestro mensaje a los musulmanes, no la nota seca y fragmentada de la disputa, sino la nota de canto del testimonio gozoso [y] la invitación tierna”, concluyó [13].

Casi un siglo después, la etnomusicología y la misiología ayudan a la iglesia a involucrarse con diferentes sociedades islámicas a través de la cultura musical musulmana. Abren las posibilidades de un modelo de misión para los laicos que libera la fuerza de los músicos, cantantes y artistas cristianos para testificar de Cristo en el mundo musulmán.

El libro de Salmos es el principal recurso literario y musical para fomentar las relaciones entre musulmanes y cristianos alrededor de una herencia divina de canto común.

El libro de Salmos es el principal recurso literario y musical para fomentar las relaciones entre musulmanes y cristianos alrededor de una herencia divina de canto común. La cultura musical y hacer música son herramientas vitales para la construcción de la paz como misión.

Roberta King señala: “la comunicación musical transformadora evoca puentes relacionales para vivir juntos en paz como vecinos, ya que inicia, alimenta y renueva a las comunidades en medio de las realidades enmarañadas de la diferencia”[14].

Caminos prácticos

La música, junto con la espiritualidad sufí son, por lo tanto, puentes potenciales entre los corazones hambrientos y Cristo. Según el director de la mayor cadena de escuelas privadas de Pakistán, casi el 80 por ciento de los maestros de música en escuelas musulmanas son cristianos. Una fuerza misionera de jóvenes maestros de música cristianos podría ser capacitada y equipada para una misión dinámica en sus respectivas escuelas.

En el mundo islámico más amplio, el sufismo tiene un importante papel en la relación misional. La relación con los sufíes es un trabajo bendecido y profético, indispensable para la missio Dei en un contexto islámico. ¿Quién sabe si tal vez llevemos a buscadores de la verdad sufíes a un punto en que puedan ser sorprendidos por la Verdad, el Camino y la Vida?

Lecturas adicionales

Goddard, Hugh. A History of Christian-Muslim Relations. Chicago: A New Amsterdam Books, 2000.

King, Roberta R. (Un) Common Sounds: Songs of Peace and Reconciliation Among Muslims and Christians. Edited by Roberta R. King and Sooi Ling Tan. Eugene, OR: Cascade Books, 2014.

Reisacher, Evelyne. Joyful Witness to the Muslim World. Grand Rapids: Baker Academics, 2016.

Smith, Jane Idleman. Muslims, Christians, and the Challenges of Interfaith Dialogue. Oxford: Oxford University, 2007.

Notas

  1. Hablando estrictamente, en el entendimiento islámico, “música” se traduce como ghina, que sugiere música comercial o de entretenimiento. En un contexto misional, el referente es la qirat o tilawat (cantilena).
  2. Ver https://www.opendoorsusa.org/christian-persecution/stories/announcing-2017-world-watch-list/. Consultado el 23 de enero de 2017. 
  3. Nota del editor: Ver el artículo de Gordon Hickson titulado Los cristianos «comunes» pueden alcanzar a los musulmanes mejor que los especialistas en el número de enero de 2017 del Análisis Mundial de Lausana.
  4. Una referencia al famoso poeta persa Jalāl ad-Dīn Muhammad Rūmī. 
  5. Video disponible en https://vimeo.com/album/2880961/video/95810655.
  6. Además de las hurmat (reglas permisivas) de alimentos, hay solo cinco cosas que son haram en el Corán: 1) el adulterio, 2) la injusticia, 3) destruir la vida, una posesión o la integridad/honor de una persona, 4) shirk (cualquier otro dios) sin ninguna lógica y 5) anunciar haram y halal por su propio entendimiento https://www.youtube.com/watch?v=376w1QPz07w
  7. King, Roberta R. 2004. “Toward a Discipline of Christian Ethnomusicology: A Missiological Paradigm.” Missiology: An International Review, Vol. XXXII, no. 3. 295-304
  8. Nota del editor: Ver artículo de David Emmanuel Singh titulado “Multiple Centres of Islam in India” en el número de marzo de 2013 del Análisis Mundial de Lausana https://lausanne.org/content/lga/2013-03/multiple-centres-of-islam-in-india.
  9. https://www.youtube.com/watch?v=BX6iMj6sccI
  10. https://www.youtube.com/watch?v=y0LE0mk-V38
  11. Taliban has come, una canción que exalta a los talibanes en Pakistán https://www.youtube.com/watch?v=siUHzt9TIIw
  12. Gairdner 1909, 105; Anastasios 2013,19.
  13. Henry Temple Gairdner, quoted by Tucker 2004, 244.
  14. King 2016.Music, “Peacebuilding, and Interfaith Dialogue: Transformative Bridges in Muslim-Christian Relations.” SAGE, International Bulletin of Mission Research,1-15

Eric Sarwar es músico, cantautor y plantador de iglesias, y uno de los fundadores de Tehillim School of Church Music & Worship, en Pakistán. Tiene una maestría en Teología en Estudios de Adoración de Calvin Theological Seminary y está realizando su doctorado en Estudios Interculturales en Fuller Theological Seminary, Pasadena, California.