Introducción y contexto
El Compromiso de Ciudad del Cabo (2010) de Lausana contiene una fuerte declaración en apoyo de los niños en la que pide a la iglesia:
- Tomar a los niños en serio mediante una renovada investigación bíblica y teológica que reflexione sobre el amor y el propósito de Dios para ellos y a través de ellos, y mediante el redescubrimiento de la profunda importancia para la teología y la misión que tuvo la acción provocativa de Jesús, que “tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos”.
- Procurar capacitar a personas y brindar recursos para suplir las necesidades de los niños en todo el mundo; donde sea posible, trabajando con sus familias y comunidades, con la convicción de que un ministerio holístico a y a través de cada nueva generación de niños y jóvenes es un componente vital de la misión mundial.
- Denunciar, resistir y actuar contra el abuso infantil, incluyendo la violencia, la explotación, la esclavitud, el tráfico, la prostitución, la discriminación de género y étnica, el uso como objetivo comercial y el abandono intencional.
En respuesta al compromiso, se formó la red temática Niños en Riesgo[i], que se puso a trabajar en las directivas anteriores, equipando a organizaciones eclesiásticas y paraeclesiásticas para llevar todo el evangelio a los niños en riesgo, abogar en su favor e invitarlos a participar de forma significativa en la misión. Las contribuciones colaborativas de la red temática son encomiables y reflejan su compromiso con los niños como agentes vulnerables en la misión de Dios. A pesar de 14 años de esfuerzos, la iglesia en general y el Movimiento de Lausana aún no han adoptado la plena inclusión de los niños en la iglesia y en la misión.
¿Qué avances se han logrado en los últimos 14 años?
El informe Estado de la Gran Comisión proporciona una ventana a la influencia que nuestra red temática ha tenido en la comunidad de Lausana en general y en la iglesia evangélica mundial. Estamos agradecidos y nos alegramos por cómo el informe de Escucha Mundial demuestra el interés generalizado por las generaciones jóvenes. El análisis indica que los siguientes términos surgen frecuente y sistemáticamente en los aportes a nivel mundial: juventud, los jóvenes, generación joven, generación Z, etc. “Escuchar a la generación joven» surgió como un tema importante, si bien muchas menciones en el informe incluían «involucramiento», lo que refleja el reconocimiento de la necesidad de una participación encarnada.
El término «niños» se utiliza con mucha menor frecuencia y los riesgos, en particular el de la pobreza, que es la base de casi todos los riesgos graves para los niños y sus cuidadores, solo se mencionan una vez. Incluso esa única mención se refiere a la falta de compromiso de la iglesia con los graves problemas que enfrenta el «mundo exterior», con la implicación de que los niños «dentro» de la iglesia son de algún modo inmunes a la pobreza, la injusticia y muchos otros riesgos, lo que lamentablemente no es cierto.
En las sesiones de Colaborar del Cuarto Congreso de Lausana, Alcanzar a la próxima generación fue incluida como Brecha 3 en la lista de 25. La pregunta disparadora para al grupo de colaboración fue: ¿Cómo podrían los cristianos en iglesias, organizaciones paraeclesiásticas y en el ámbito laboral colaborar para alcanzar y discipular a las generaciones emergentes donde muchos ven el cristianismo tradicional como inverosímil e irrelevante? Creemos que contestar esa pregunta requiere profundizar en la última pregunta para la colaboración: ¿En qué ámbitos de la cultura más amplia deben involucrarse eficazmente los cristianos para aumentar la verosimilitud del evangelio para la próxima generación?
¿Qué falta?
Sin embargo, esta pregunta se queda corta. No se trata solo de la verosimilitud del evangelio, sino también de la pertinencia de la iglesia institucional para los jóvenes. El informe Estado de la Gran Comisión hace demasiado hincapié en la proclamación y la exclusión general del testimonio más amplio de la misión integral de «vida, palabra, obra y signo».[2]
La pregunta más difícil de todas es: «¿Qué hay de bueno en la noticia que la iglesia comunica de palabra y con el ejemplo a las generaciones jóvenes?». Esto dentro del contexto de:
- el foco en la expansión de nuestra riqueza y poder mediante la explotación de la buena creación de Dios, que ha dado lugar a más y cada vez más serias inundaciones, sequías, tormentas, olas de calor mortales, inseguridad alimentaria, dislocación de la población y otros males;
- instituciones eclesiásticas centradas en la celebridad, la monetización del ministerio, el crecimiento numérico y estrategias a expensas de la profundidad, remedando las prácticas empresariales capitalistas por sobre los valores puestos al revés del reino de nuestro Señor Jesús;
- incorrección financiera, fallos morales, escándalos de abuso sexual infantil en líderes de iglesia y en instituciones cristianas;
- prevalencia y tolerancia de abuso físico, emocional y sexual de niños dentro de familias cristianas y en la sociedad en general;
- tolerancia y fomento de la división, el abuso verbal y la violencia expresada y actuada por «cristianos» hacia quienes son diferentes o tienen opiniones diferentes;
- más inversión en cuestiones de guerra cultural que en amar a nuestro prójimo, asegurar el bienestar de los pobres, encarcelados, enfermos y todos los que viven en los márgenes de la vida.
¿Qué está haciendo la iglesia para asegurarse de que los jóvenes estén abiertos a escuchar a la iglesia y a confiar en ella? Un testimonio de palabra se basa en algo más que una teología sólida, una estrategia evangelística y la identificación de los grupos demográficos objetivo correctos. Es la amalgama completa del amor a Dios y al prójimo con nuestro testimonio en la vida, hechos y señales encarnado lo que da fundamento a las palabras de proclamación que, de otro modo, podrían caer en oídos escépticos.
Escuchar a los niños
¿Dónde están los niños significativamente presentes en el Movimiento de Lausana?
A pesar de la plétora de menciones a través de las redes temáticas de Lausana y las respuestas a las Llamadas de Escucha que incluyen a jóvenes, la próxima generación ha sido colocada en un silo, separada de las 24 Brechas restantes de la misma manera que están segregados en las iglesias en el culto y la programación, eliminando efectivamente la importancia y la voz de los jóvenes de otras conversaciones sobre las Brechas.
Si realmente queremos escuchar a los jóvenes e involucrarlos, es hora de dar pasos prácticos hacia esa realidad. Los jóvenes no son simplemente el futuro de la iglesia; son la iglesia ahora.
- Los niños y los jóvenes son los nativos digitales; necesitamos su participación y sus ideas para una innovación eficaz.
- Los niños y los jóvenes están afectados desproporcionadamente por la inestabilidad política, los desplazamientos, el racismo, el etnicismo y el cambio climático (así como por la violencia, la guerra, la inestabilidad económica, los contaminantes, etc.). Las decisiones de los adultos repercuten profundamente en su bienestar, para bien o para mal.
- Los cuerpos más pequeños y en desarrollo de los niños se ven afectados desproporcionadamente por la falta de acceso a una nutrición adecuada, educación, medios de subsistencia y futuras oportunidades de empleo. Invertir ahora en su desarrollo les permite convertirse en las personas para las cuales Dios las ha creado y ofrecer sus dones al mundo.
Demasiadas personas siguen sumidas en una profunda pobreza y enfrentan riesgos que amenazan su vida
Al poner el énfasis numérico en la clase media y el envejecimiento de la población, la iglesia está ignorando los mandatos de Jesús de cuidar de los «más pequeños», los mismos niños que son el modelo de Jesús para su reino. El informe de población de la ONU publicado en junio de 2024 indica que, si bien podría haber menos niños en los países más ricos, se prevé que el crecimiento de la población mundial en 2050 se producirá en las regiones más pobres (África subsahariana, Asia meridional) y con mayores dificultades. ¿Por qué enfrentamos a los jóvenes con los mayores y la clase media? Un mundo apropiado para los niños es bueno para todas las personas y para la sostenibilidad.
Los jóvenes están motivados por un evangelio completo
Según Barna Group, tres cuartos de los adolescentes estadounidenses y la mitad de los adolescentes de todo el mundo quieren saber más sobre Jesús. Y creen que la Biblia los motiva a marcar la diferencia, cuidar de los necesitados, oponerse al mal y promover la equidad y la justicia en nuestro mundo. Los adultos son sus modelos de vida, y los jóvenes esperan de nosotros que integremos y encarnemos el evangelio en su totalidad, no que prioricemos partes de él.
Lamentar, arrepentirse y buscar al «niño en medio»
Repitiendo el Llamado a la acción sobre niños en riesgo de Quito, reiteramos un llamado a la iglesia mundial, y especialmente a los participantes de Lausana 4, para que lamentemos nuestras deficiencias y nos arrepintamos de las formas en que la iglesia no ha cumplido con su responsabilidad hacia los niños; por el sufrimiento y la explotación de los niños en riesgo; por la forma en que nuestros esfuerzos misioneros han infravalorado a los niños como colaboradores nuestros.
En Juan 6, cuando Jesús enfrentó el reto de alimentar a la gran multitud de 5.000 hombres (¡y, por supuesto, a las mujeres y niños adicionales!), pidió ideas a sus discípulos y se encontró con datos prácticos sobre el costo. Cuando Andrés trajo a un muchacho con 5 panes y 2 peces, compartió su escepticismo sobre cómo unos recursos tan insignificantes podrían ser de ayuda.
Jesús había preguntado a sus discípulos, pero ya tenía en mente lo que haría (v. 6). Ante el asombro de sus discípulos, tomó la ofrenda de un niño y atendió a una multitud de miles de personas.
La integración explícita de niños, jóvenes y adultos jóvenes en todas las Brechas es muy respetuosa con las innumerables voces que subrayaron la importancia de las generaciones jóvenes en las Llamadas de Escucha de Lausana. Aunque hagamos planes, solo Dios conoce el futuro; cualquier influencia que tengamos en las próximas décadas será a través de la inversión en jóvenes. Que todos los que participaron en Lausana 4 sigan el ejemplo de Jesús e incluyan al humilde «niño en medio» cuando consideremos nuestra futura colaboración en la misión de Dios.
Notas
- Los niños en riesgo son personas menores de 18 años que experimentan un factor de riesgo intenso y/o crónico, o una combinación de factores de riesgo en los ámbitos personal, ambiental y/o relacional que les impiden perseguir y realizar el potencial que Dios les ha dado. https://lausanne.org/statement/children-at-risk-missional-definition
- Bryant Myers, Walking with the Poor: Principles and Practices of Transformational Development. (Maryknoll, NY: Orbis Books, 2011)