El conflicto palestino-israelí ha inundado los medios de comunicación, llegando a todos los países del planeta. La guerra entre Israel y Hamás ocupa a diario los titulares de los medios de todo el mundo. Según Israel, esta guerra probablemente dure todo el año 2024. La iglesia y el mundo están divididos, aun polarizados, en sus reacciones ante este estallido de guerra. El conflicto entre Israel y Palestina tiene muchas raíces. Para la mayoría de los cristianos, las raíces son bíblicas, teológicas y éticas. Para otros, las raíces son en gran medida geopolíticas y humanitarias. Estas raíces están inseparablemente enredadas en una plétora de interpretaciones conflictivas.
Este artículo se centra en el cuerpo de Cristo en Israel y Palestina en la situación actual. Hay un cuerpo de Cristo con muchas expresiones. La comunidad de fe, tanto las comunidades eclesiales judías como las árabes, son una ínfima minoría.[1]
Terminología
El cuerpo de Cristo en Israel se identifica como judíos mesiánicos: judíos que han llegado a la fe en el Mesías Jesús.[2] Este término no solo se utiliza para contextualizar el evangelio, sino que también encarna la identidad judía. En Palestina, el cuerpo de Cristo se identifica como cristianos palestinos. Se trata de un término claro e inequívoco con una rica historia para los palestinos.
La misión para los cristianos palestinos es el regalo de las buenas noticias de Cristo. Para los judíos mesiánicos, misión es un término problemático. Misión está asociado con misionero, ambos históricamente anatema para los judíos.[3] La vida de Jesús y su mensaje proclaman la llegada del reino de Dios. Su misión fue crear discípulos que vivieran y amaran de acuerdo con la realidad actual de ese reino. La misión como término necesita ser rescatada de la actual estrechez de la proclamación del evangelio.
Las Bienaventuranzas de la Biblia lo explican con detalle. Ser llamado hijo de Dios es ser un pacificador. A todos los hijos de Dios se les ha encomendado el ministerio de la reconciliación.[4] Esta reconciliación incluye aspectos verticales y horizontales: reconciliación con Dios y con los demás seres humanos. La reconciliación lograda a través de Jesús continúa con los reconciliados unidos ahora como el cuerpo de Cristo/Mesías.
Narrativas y teologías en conflicto
Las divisiones críticas en el cuerpo de Cristo en Israel y Palestina son los ejes de la narrativa y la teología. Ambos están en conflicto y se excluyen mutuamente. Estos ejes son las fronteras del distanciamiento. La narrativa es el relato de la historia de pueblos separados. La teología es la historia de nuestra identidad como seguidores de Jesús. En Israel y Palestina, las narrativas de cada parte reflejan la experiencia de esa comunidad y su interpretación de su historia en la tierra.
En el caso de los judíos mesiánicos, su narrativa relata la existencia continuada del pueblo judío, que está divinamente destinado a establecerse de forma permanente en la tierra de Israel.[5] La narrativa con relación a la tierra de Israel es el de una promesa divina irrevocable, conquista y posesión, exilio y retorno. El exilio de la tierra de Israel no erradicó el deseo de regresar. Por el contrario, pasó a ser un elemento integral de la identidad del pueblo judío.
A finales del siglo XIX y principios del XX, se produjo un renacimiento del asentamiento judío en Palestina. Sin embargo, el impulso final para el asentamiento y la condición de estado en Palestina fue la fallida solución final genocida nazi que amenazó la existencia judía. Esto condujo a oleadas masivas de asentamientos en Palestina y a la declaración de Israel como estado soberano en 1948.
La narrativa palestina sostiene que los palestinos son el pueblo indígena legítimo de la Palestina geográfica. El libro del historiador Nur Masalha, Palestine: A Four Thousand-Year History, reivindica una historia ininterrumpida de Palestina como zona geográfica y hogar para los palestinos.[6] El nacionalismo palestino como tal surgió a finales del siglo XIX y principios del XX. Para entonces, Palestina se había convertido en una zona predominantemente musulmana, con una población cristiana minoritaria.
La conexión de los palestinos con la tierra está profundamente arraigada en su experiencia y reclamos de su presencia continuada, propiedad y titularidad funcional de la tierra. Los palestinos cristianos se ven a sí mismos como descendientes de los primeros cristianos que permanecieron fieles en la tierra, preservando los lugares santos cristianos para la posteridad. Para los palestinos, Palestina es su antigua patria. La declaración en 1948 de la condición de estado independiente de Israel en la tierra de Israel-Palestina fue la «Nakba», su catástrofe. La Nakba es uno de los elementos fundacionales de la identidad palestina y significa una gran pérdida.
Teología judía mesiánica versus teología cristiana palestina
Muchas teologías podrían examinarse en el contexto del conflicto palestino-israelí. Ambas comunidades eclesiales han recibido la influencia del cristianismo evangélico occidental. Sin embargo, hoy en día las teologías dominantes son formas de sionismo cristiano adoptadas por la comunidad judía mesiánica y formas de teología poscolonial adoptadas por muchos teólogos cristianos palestinos. La tierra es el denominador común y una preocupación teológica central omnipresente.
El judaísmo mesiánico hunde sus raíces en la iglesia judía primitiva. En el siglo II, los judíos que habían conocido a Jesús eran una minoría dentro de la iglesia gentil. Sin embargo, no desaparecieron de la historia.[7] A mediados del siglo XX, un gran número de judíos creyeron en Jesús. Encontraron acogida en el cristianismo evangélico. Muchos deseaban expresar su nueva fe de forma coherente con su identidad como judíos. Así nació el movimiento judío mesiánico moderno. La teología dominante del movimiento mesiánico israelí es protestante y fundamentalista-evangélica.[8] La tierra de Israel se considera una restauración escatológica física y espiritual, y el estado de Israel un cumplimiento de la profecía bíblica.[9]
La teología de los palestinos israelíes es el legado de la teología evangélica occidental con influencia bautista y menonita. En los últimos años, la teología procedente del ala evangélica de la iglesia palestina en Cisjordania ha pasado de una interpretación supersesionista de las Escrituras[10] a una teología poscolonial que se inspira profundamente en las teologías de la liberación y de los pueblos indígenas.[11] Esta teología considera a Israel como un proyecto de asentamiento con sus raíces en la esfera geopolítica.[12] Las cuestiones de injusticia sistémica son el objetivo principal de los teólogos cristianos palestinos, mientras que los judíos mesiánicos están preocupados por su supervivencia en su tierra de promesa divina.
¿Qué está ocurriendo?
Israelíes y palestinos estaban enfrentados incluso antes de la fundación del estado de Israel. Gran parte del conflicto gira en torno a cuestiones relacionadas con la tierra y el acceso a los recursos. En la actualidad, la situación israelí-palestina es de ocupación militar y conflicto permanente, definido como intratable.[13] Los conflictos intratables son una categoría específica de conflicto.[14] Las partes en un conflicto intratable no pueden desvincularse de sus objetivos, ya que se perciben como existenciales. Como resultado, no pueden entablar un diálogo significativo entre ellas.[15]
Estos conflictos afectan a todos los aspectos de la vida cotidiana. Dos hechos destacados son cruciales para entender este conflicto. Uno, que Palestina está controlada por el gobierno militar israelí, que incluye la entrada y salida de personas, bienes y servicios. Dos, que todos los ciudadanos judíos a partir de los dieciocho años están obligados a hacer el servicio militar. Muchos de ellos sirven en la Palestina ocupada. Estos hechos afectan a todos los residentes de Israel y Palestina. Para las personas de fe, cruzar la frontera es, en el mejor de los casos, un reto y, en el peor, ilegal.
Durante más de un siglo, ambas partes han invertido enormes sumas de dinero y raudales de sangre en intentos de reclamar la tierra como propia. El historiador Rashid Khalid analizó la situación actual, concluyendo que el conflicto «ha superado la marca de los cien años con circunstancias más desalentadoras quizás que en ningún otro momento desde 1917».[16]
El 7 de octubre de 2023, la guerra entre Israel y Hamás, la última de este intratable conflicto, comenzó con un ataque dirigido por Hamás contra Israel, con una masacre de 1.200 israelíes y más de 200 personas tomadas como rehenes. La respuesta de Israel fue inmediata. Alegando defensa propia, Israel ha invadido, bloqueado y bombardeado toda la Franja de Gaza en un esfuerzo por erradicar a Hamás y traer a casa a los rehenes.
Después de 6 meses, ninguno de los dos objetivos se ha cumplido plenamente y la guerra no muestra signos de resolución. Las bajas en Gaza[17] han llegado a 32.490.[18] Desde el estallido de la guerra, hasta la fecha,[19] Israel ha perdido 1.200 civiles y más de 253 soldados[20] con aproximadamente 200.000 personas desplazadas internamente.[21] En Gaza, 1,7 millones de personas han sido desplazadas internamente y el 60% de las viviendas de Gaza han sido destruidas;[22] 438 palestinos, incluidos al menos 106 niños, han muerto en Cisjordania, incluida Jerusalén Este.[23] Las cifras aumentan cada día.
El cuerpo de Cristo en Israel y Palestina se ha visto gravemente afectado por esta guerra.[24] El dolor, la pena, la ira, el trauma y el temor son palpables en ambas comunidades. Esta situación ha provocado una mayor división, ya que cada parte se centra en su propia situación y excluye a la otra. A nivel mundial, esta guerra ha impulsado a los cristianos, ya polarizados, a adoptar una postura firme sobre la disyuntiva excluyente entre el evangelio social por un lado y el sionismo cristiano y la evangelización por el otro. Cada bando reivindica su punto de vista como el camino de Dios. La compasión por las inestimables pérdidas y sufrimientos de ambos bandos se ve eclipsada por la justificación de la corrección de la postura propia y la deslegitimación de quienes tienen una perspectiva diferente. La unidad del cuerpo de Cristo se ve comprometida por el creciente extremismo y la incapacidad de la iglesia para vivir y amar de acuerdo con las enseñanzas de Jesús y los valores del reino de Dios.
¿A dónde vamos desde aquí?
¿Cómo deben vivir entonces los cristianos en medio de tanto sufrimiento? ¿Cuál es el papel del evangelio en tiempos de conflicto? ¿Cómo debería responder la iglesia internacional?[25] Las preguntas son muchas.
En palabras sencillas, vivir en cualquier conflicto es traumático. A pesar de décadas de conflicto irresoluble, la guerra entre Israel y Hamás no se parece al previsible ciclo de violencia de los últimos 75 años. El alcance de esta guerra ha afectado a cada persona de Israel y Palestina. Muchas iniciativas de pacificación se han visto comprometidas. La propaganda y las noticias falsas han proliferado. Ambas partes están atrapadas en el horror del 7 de octubre y en la respuesta militar en curso de Israel.
Pocos creyentes de Israel y Palestina se tienden la mano y oran unos por otros. Son menos las iniciativas conjuntas que prestan ayuda en los desplazamientos y sufrimientos continuos de ambas comunidades. Los clamores de justicia de la iglesia palestina son vociferantes, mientras que la justificación de la respuesta de Israel a Hamás es defendida implacablemente. No hay ninguna justificación para el ataque y la masacre de Hamás del 7 de octubre. Tampoco hay justificación alguna para la respuesta masiva de Israel que ya ha matado a decenas de miles de personas.
El cuerpo de Cristo, a nivel local y mundial, está llamado a vivir y amar según el ejemplo de Jesús y los valores del reino de Dios, independientemente de las circunstancias. Este es un momento que requiere de nosotros un gran esfuerzo espiritual, emocional y cognitivo. Si no vivimos de acuerdo con las palabras y acciones de Jesús para consolar a los que lloran, ser pacificadores, hacer justicia, amar la misericordia y caminar humildemente con nuestro Dios, habremos fracasado en la misión de Dios de ser testigos vivos del camino de la cruz y del evangelio de la paz. Es precisamente en tiempos de conflicto y sufrimiento cuando se pide al cuerpo de Cristo que deje a un lado las cosas que dividen, que se ame y soporte las cargas unos a otros. De este modo, el mundo que sufre tiene la oportunidad de saber que Jesús es el Señor.[26]
Nuestro reto ahora es mirar hacia adelante y trabajar juntos hacia el futuro prometido cuando la reconciliación sea completa: cuando de cada tribu y nación, hermanos y hermanas distanciados, sus hijos e hijas, todos los hijos de Dios sean uno.
Notas
- Israeli Messianic Jews are less than 0.5 percent of the population, according to Serner and Goldberg, Jesus Believing Israelis: Exploring Messianic Fellowships (Caspari Center, 2021), 3-5. Serner and Goldberg’s research is the only comprehensive academic survey of the Messianic community. Larger numbers are often quoted but they are anecdotal or based on minimal research. Palestinian Christians (in Israel and Palestine) are less than 2 percent of the population. See Jonathan Kuttab, ‘Palestinian Evangelicals and Christian Zionism,’ Jerusalem Quarterly, 76, 2018: 70–78, https://www.palestine-studies.org/sites/default/files/jq-articles/Pages_from_JQ_76_-_Kuttab.pdf, and Central Intelligence Agency, ‘Explore All Countries–West Bank: People and Society,’ The World Factbook, updated 20 February 2024, https://www.cia.gov/the-world-factbook/countries/west-bank/#people-and-society.
- For Messianic Jews, Christ is a Greek term for Messiah that communicates a foreign religion that has historically persecuted Jews. Jewish followers of Jesus do not use the term Christian since it seriously complicates communication with fellow Jews.
- The ‘mission’ of missionaries is perceived as severing Jewish people from their identity and heritage as Jews.
- Nota del editor: Ver el artículo ‘Abrazar la reconciliación’ por Daniel Munayer, Análisis Mundial de Lausana, enero 2022.
- This understanding is founded on the biblical story of the people of Israel from its inception; the unfolding narrative beginning with Abraham, and continuing until the present.
- Nur Masalha, Palestine A Four Thousand Year History (London: Zed Books, 2018), 10.
- Oskar Skarsaune and Reidar Hvalvik, eds., Jewish Believers in Jesus, the Early Centuries (Peabody: Hendrickson Publishers, 2007).
- David Serner and Alexander Goldberg, Jesus Believing Israelis: Exploring Messianic Fellowships. (Jerusalem: Caspari Center, 2021), 39.
- Serner and Goldberg, Jesus Believing Israelis, 47.
- Supersessionism is the academic term for what is popularly known as replacement theology, meaning that the Church has replaced Israel as the people of God.
- John S. Munayer and Samuel S. Munayer, ‘Decolonizing Palestinian Liberation Theology: New Methods, Sources and Voices,’ Studies in World Christianity 28:3, (2022): 87-310, https://doi.org/10.3366/swc.2022.0401.
- Nur Masalha and Lisa Isherwood, eds., Theologies of Liberation in Palestine-Israel: Indigenous, Contextual, and Postcolonial Perspectives (Cambridge: The Lutterworth Press, 2014).
- Christopher Mitchell, The Nature of Intractable Conflict: Resolution in the Twenty-First Century (Basingstoke: Palgrave Macmillan, 2014).
- Daniel Bar-Tal, Intractable Conflicts: Socio-Psychological Foundations and Dynamics (Cambridge: Cambridge University Press, 2013).
- Intractable conflicts are identified and characterized by several major factors. They are long-lasting, violent, highly resistant to resolution, central to both parties, require much investment, and are perceived as zero-sum and unsolvable.
- Rashid Khalidi, The Hundred Years’ War on Palestine (London: Profile Books, 2020), 242.
- Statistics are increasingly difficult to verify. See Gabriel Epstein, ‘Gaza Fatality Data Has Become Completely Unreliable,’ The Washington Institute for Near East Policy, March 26, 2024, https://www.washingtoninstitute.org/policy-analysis/gaza-fatality-data-has-become-completely-unreliable.
- ‘Disclaimer: The UN has not been able to produce independent, comprehensive, and verified casualty figures; the current numbers have been provided by the Ministry of Health or the Government Media Office in Gaza and the Israeli authorities and await further verification,’ OCHA United Nations Office for the Coordination of Humanitarian Aid, ‘Hostilities in the Gaza Strip and Israel – reported impact | Day 173,’ March 27, 2024, https://www.ochaopt.org/content/hostilities-gaza-strip-and-israel-reported-impact-day-173.
- March 29, 2024.
- Israel Ministry of Foreign Affairs, ‘Swords of Iron: IDF Casualties,’ March 28, 2024, https://www.gov.il/en/departments/news/swords-of-iron-idf-casualties.
- TOI staff, ‘About 200,000 Israelis internally displaced amid ongoing Gaza war, tensions in north,’ The Times of Israel, accessed February 22, 2024, https://www.timesofisrael.com/about-200000-israelis-internally-displaced-amid-ongoing-gaza-war-tensions-in-north/. See also Zehavit Gross, ‘Israel’s North, South evacuees have been forgotten amid Gaza war – opinion,’ Jerusalem Post, March 23, 2024, https://www.jpost.com/opinion/article-793164, (This article shows that at this time numbers of the evacuees are returning to their homes.)
- OCHA United Nations Office for the Coordination of Humanitarian Aid, ‘Hostilities in the Gaza Strip and Israel – reported impact | Day 173,’ March 27, 2024, https://www.ochaopt.org/content/hostilities-gaza-strip-and-israel-reported-impact-day-173.
- OCHA-Relief-web, ‘UNRWA Situation Report #96 on the situation in the Gaza Strip and the West Bank, including East Jerusalem.All information from 26-27 March 2024, is valid as of 27 March 2024 at 22:30,’ March 29, 2024, https://reliefweb.int/report/occupied-palestinian-territory/unrwa-situation-report-96-situation-gaza-strip-and-west-bank-including-east-jerusalem-all-information-26-27-march-2024-valid-27-march-2024-2230.
- Through personal contacts I am informed of the following information. There are approximately 1,000 Messianic Jews and 600-700 Christians on active duty in the Israel Military. The Christian Palestinians in the West Bank are experiencing an escalation of restrictions and an upsurge of violence.
- Nota del editor: Ver el artículo ‘Reflexiones sobre la respuesta bautista a la guerra de Ucrania” por Alan Donaldson, Análisis Mundial de Lausana, junio 2023.
- Nota del editor: Ver el artículo ‘The Impact of the Israeli-Palestinian Conflict on Ministry to Muslims’ by Thomas Harvey, Lausanne Global Analysis, January 2013, y el artículo ‘Vivir el evangelio en zonas de conflicto” por Eraston K. Kighoma y C.J. Davison, Análisis Mundial de Lausana, julio 2023.