El Cuarto Congreso de Lausana se celebró en Incheon, Corea del Sur, en septiembre de 2024.1 Significó el 50º aniversario del Movimiento de Lausana, que celebró su primer encuentro oficial —el Primer Congreso Internacional de Evangelización Mundial— en Lausana, Suiza, en 1974. El panorama mundial del cristianismo ha cambiado radicalmente en las cinco décadas transcurridas desde aquel encuentro de cristianos de todo el mundo. Muchos estudiosos, en particular Philip Jenkins, han señalado que se ha producido un desplazamiento del centro de gravedad del mundo cristiano, del norte al sur.2 El crecimiento inusitado del cristianismo en el mundo mayoritario ha configurado el carácter distintivamente mundial de la fe cristiana en el siglo XXI.
Corea del Sur es ampliamente reconocida como una de las fuerzas misioneras más importantes de la época contemporánea. Durante el reciente Cuarto Congreso de Lausana, una sesión vespertina fue dedicada a la historia de la iglesia coreana y las lecciones que pueden extraerse de ella.3 Muchos participantes quedaron asombrados al conocer cómo Dios ha transformado este pequeño y aislado país, antaño devastado por la guerra y la pobreza, en uno económicamente poderoso y culturalmente influyente y el segundo país que más misioneros envía. En particular, los delegados del mundo mayoritario se sintieron muy animados al encontrar el ejemplo histórico concreto que manifiesta el poder del evangelio para transformar tanto a individuos como a la sociedad. Si Dios hizo esta obra maravillosa en un país, sin duda puede hacer lo mismo en otras partes del mundo.
Momento definitorio: el avivamiento de Pyongyang de 1907
Sería exagerado afirmar que un solo acontecimiento histórico determinó el carácter de la iglesia coreana. No obstante, el Avivamiento de Pyongyang de 1907 fue sin duda un factor determinante. Históricamente, no fue un evento aislado, sino formó parte de una serie de avivamientos en las iglesias protestantes de Corea entre 1903 y 1910.4 En una época de crisis nacional, con guerras y hambrunas, la primera chispa del movimiento de avivamiento se encendió en Wonsan en 1903 con el misionero metodista Robert A. Hardie. El movimiento pronto se extendió a los presbiterianos en 1906.
El Avivamiento de Pyongyang alcanzó su punto máximo durante una clase bíblica en la Iglesia Presbiteriana Central de Pyongyang en enero de 1907. Los asistentes sintieron la presencia del Espíritu Santo y una extraordinaria convicción de pecado, y comenzaron a arrepentirse en público de pecados personales como el robo, el adulterio, la poligamia y la idolatría. El principal líder del Avivamiento de Pyongyang no fue un misionero occidental, sino un pastor coreano llamado Sonju Kil. Más tarde se convirtió en un líder político clave del Movimiento de Independencia del Primero de Marzo en 1919. Las consecuencias del avivamiento fueron tan evidentes en las iglesias y barrios de Pyongyang que la ciudad fue llamada “la Jerusalén del Este”.
El Avivamiento de Pyongyang ha tenido un impacto duradero en el cristianismo de Corea de varias maneras.5 En primer lugar, el avivamiento hizo hincapié en que los creyentes deben experimentar una transformación interior. Desde entonces, convertirse en cristiano en el contexto coreano ha significado mucho más que un acuerdo intelectual con la doctrina cristiana; se entiende que llegar a la fe implica una experiencia personal de conversión. En segundo lugar, el avivamiento supuso cambios sociales significativos que promovían la igualdad y la reconciliación. Los estrictos límites tradicionales de Corea en cuanto a clase social y género se difuminaron, y los misioneros occidentales empezaron a percibir a los creyentes coreanos como colaboradores del evangelio, no como meros necesitados de orientación paternalista. En tercer lugar, el avivamiento popularizó prácticas como las reuniones de oración al amanecer, la oración colectiva audible y las reuniones de estudio de la Biblia. Estas prácticas avivamentistas son ahora características —incluso podría decirse que el fundamento— de casi todas las iglesias de Corea, independientemente de su denominación y tradición.
Evangelicalismo coreano: del avivamiento a la misión
Evangelicalismo es un término difuso, no una ideología o doctrina. Se refiere comúnmente a un movimiento cristiano experiencial, dinámico e interdenominacional enraizado en dos avivamientos religiosos del siglo XVIII: el Gran Despertar (asociado a Jonathan Edwards) y el Avivamiento Evangélico (asociado a John Wesley). En la actualidad, a pesar de sus diferencias teológicas y prácticas, los evangélicos se autodefinen como cristianos que consideran la Biblia como la máxima autoridad, hacen hincapié en una experiencia de conversión y en una vida transformada espiritualmente, y promueven la misión y la evangelización para la salvación de los demás.6
La historia del cristianismo ha demostrado que existe una correlación directa entre avivamiento y misión. Los avivamientos proporcionan fundamentos y energía para llevar el evangelio a quienes nunca han oído hablar de él. El renombrado historiador Andrew Walls ha calificado el movimiento misionero moderno de “un hijo otoñal del Avivamiento Evangélico”.7 Otros ejemplos en la historia cristiana son las campañas evangelísticas de D. L. Moody y el auge en Gran Bretaña y Estados Unidos de los movimientos misioneros estudiantiles. También existen ejemplos en la iglesia coreana.
En 1907, el año del Avivamiento de Pyongyang, tuvo lugar otro acontecimiento de referencia en Corea: fueron ordenados los primeros ministros presbiterianos coreanos. Fueron siete, todos ellos graduados del Seminario Teológico de Pyongyang. Uno fue Sonju Kil, el más notable impulsor del Avivamiento de Pyongyang. Otro, Kipoong Lee, se ofreció como voluntario para ser misionero en la isla de Jeju, frente a la costa sur de Corea. Fundó la primera iglesia de la isla y su predicación del evangelio llegó a mucha gente más allá de sus fronteras geográficas y culturales. “El Presbiterio de Corea desplegó su bandera azul al mundo como una iglesia misionera”, informó el misionero estadounidense William Reynolds.8
En 1909, la Iglesia Presbiteriana ordenó a un segundo grupo de ministros coreanos. Entre los nueve, Kwanheul Choi fue comisionado como misionero a Vladivostok, Siberia. Al año siguiente, la iglesia coreana lanzó el “Movimiento del millón de almas”, una campaña evangelística de alcance nacional cuyo objetivo era evangelizar a un millón de personas para Cristo. En 1912, cuando la Iglesia Presbiteriana de Corea estableció oficialmente su Asamblea General, la denominación envió a tres ministros coreanos a Shandong (China), cuna de Confucio, una proclamación simbólica del carácter misionero de los presbiterianos coreanos.9
Tras su periodo de democratización e industrialización en las décadas de 1970 y 1980, Corea del Sur vio una notable eclosión de movimientos misioneros juveniles evangélicos. A través de enormes concentraciones evangelísticas, como la histórica Cruzada Billy Graham de 1973, la iglesia coreana volvió a cobrar fuerza espiritual. A finales de la década de 1980, profundamente inspirados por la naturaleza abarcadora de la misión de Dios, tal como se establece en el Pacto de Lausana de 1974, los jóvenes evangélicos coreanos se sintieron atraídos por el llamado divino a servir al reino de Dios más allá de sus propias fronteras sociales, culturales y geográficas. Estaban dispuestos a ir allí donde el Espíritu Santo los guiara para proclamar y demostrar el poder del evangelio para lograr el cambio integral de las personas y la sociedad.
La cumbre del movimiento misionero juvenil fue el Congreso Misión Corea, una convención misionera bienal para estudiantes universitarios y jóvenes adultos. Se creó en 1988, el año de los Juegos Olímpicos de Seúl. En las décadas transcurridas desde entonces, el Congreso Misión Corea ha servido de gran impulso para capacitar y movilizar a numerosos jóvenes evangélicos para la misión mundial. El número de asistentes creció espectacularmente: de 664 en 1988 a 6.300 en 1996.10 Más de la mitad de los asistentes a los Congresos en ese periodo se comprometieron con la misión en el exterior. Con la afluencia de jóvenes candidatos a misioneros, el número de misioneros coreanos aumentó rápidamente de 511 en 1986 a 10.422 en 2002. Solo hicieron falta once años más para que el número alcanzara los 20.000.11
Varios factores han contribuido al espectacular crecimiento de misioneros coreanos. En primer lugar, los cristianos coreanos tienen en alta estima las Escrituras.12 Consideran que la Biblia es la única y última autoridad para la vida y la fe. Existe una aceptación muy amplia de la afirmación de que la Gran Comisión es el llamado más elevado a todos los discípulos de Jesús. En segundo lugar, la iglesia coreana mantiene una tradición de donaciones generosas y sacrificadas, especialmente para la causa de la misión.13 La primera iglesia protestante de Corea, la iglesia de Sorae, se construyó gracias a aportes de cristianos coreanos. El misionero estadounidense Horace G. Underwood quedó asombrado al ver los enormes sacrificios que hacían los coreanos desfavorecidos para donar a iglesias y misiones cristianas.14 En tercer lugar, cuestiones prácticas, como el crecimiento económico y lazos diplomáticos con casi todas las naciones, ayudan a los coreanos a llevar a cabo actividades misioneras en todo el mundo. Según el Índice Henley de Pasaportes, Corea del Sur ocupa el tercer lugar en la “lista de poder mundial de pasaportes”15 de 2024: quien posee un pasaporte surcoreano puede viajar sin visado a otros 191 países.
Retos y perspectivas futuras
Sin embargo, en las dos últimas décadas, la iglesia coreana ha experimentado un estancamiento e incluso una disminución. Las razones incluyen la secularización, la actitud cada vez más indiferente de los jóvenes hacia la religión y escándalos en varias megaiglesias.16 También ha disminuido la confianza de la sociedad coreana en la credibilidad de la iglesia coreana. Algunas palabras clave utilizadas para caracterizar el cristianismo coreano son “exclusivo”, “materialista”, “hipócrita” y “egoísta”. Además, la pandemia del COVID-19 planteó serios retos a las iglesias de Corea. Durante y después de la pandemia, muchas iglesias pasaron apuros, ya que disminuyó la asistencia a los cultos semanales y se redujo el número de personas que participaban regularmente en otros ministerios. El consiguiente descenso de las donaciones financieras hizo que algunas iglesias no pudieran mantener el nivel anterior de apoyo a misioneros que servían en el extranjero.
Como preparación para el Cuarto Congreso de Lausana, influyentes pastores coreanos como Jaehoon Lee y Kisung Yoo llamaron a los cristianos a orar por el arrepentimiento y el avivamiento de la iglesia coreana. En julio de 2023, 10.000 cristianos de 430 iglesias de distintas denominaciones y regiones se reunieron en Songdo Convensia, el lugar donde más tarde se celebraría el Cuarto Congreso de Lausana, para orar por ese próximo Congreso y por la revitalización de la iglesia coreana. Los participantes afirmaron unánimemente que el Congreso no significaría nada para Corea sin una oración unida por la renovación espiritual de creyentes individuales e iglesias. Se comprometieron a orar cada día por cada país que enviara representantes al Congreso. Dentro de las iglesias coreanas, este movimiento de oración de base fue clave para promover y dar a conocer el espíritu del Movimiento de Lausana.
Los líderes del Comité de Lausana Corea subrayaron que el Cuarto Congreso no debía ser un momento para que la iglesia coreana celebrara sus logros misioneros ante la iglesia mundial. Por el contrario, debía ser un momento para que los cristianos coreanos reflexionaran, se arrepintieran y aprendieran del cuerpo mundial de Cristo. Esta actitud dio forma al tono transparente, honesto y humilde de la presentación coreana durante el Cuarto Congreso. Los líderes de la iglesia coreana ya no afirman que la iglesia coreana desempeñará y debería desempeñar un papel fundamental en el cumplimiento de la Gran Comisión. Como señala acertadamente el Compromiso de Ciudad del Cabo, “ningún grupo étnico, nación o continente puede decir que tiene el privilegio exclusivo de ser quien completará la Gran Comisión” (CCC II-F 2).17 La misión mundial pertenece a la soberanía de Dios; nosotros somos meramente vasijas de barro para mostrar el poder incomparable de Dios al hacer nuevas todas las cosas por su gracia.
Notas de fin
- Nota del editor: Este artículo se basa en la ponencia del autor en el Cuarto Congreso de Lausana.
- Philip Jenkins, The Next Christendom: The Coming of the Global Christianity (Oxford: Oxford University Press, 2002); The New Faces of Christianity: Believing the Bible in the Global South (Oxford: Oxford University Press, 2006).
- La presentación sobre la Iglesia coreana durante el Cuarto Congreso de Lausana puede verse en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=U5yzpFbWgeI&t=3636s
- Para una visión histórica de los avivamientos protestantes en Corea a principios del siglo XX, ver Sung-Deuk Oak, ‘Major Protestant Revivals in Korea, 1903–1935,’ Studies of World Christianity 18, no. 3 (2012): 269–290; The Making of Korean Christianity: Protestant Encounters with Korean Religions, 1876–1915 (Waco: Baylor University Press, 2013), 271–304.
- Sung-Deuk Oak, The Early History of the Korean Church (Seoul: Jidda, 2016), 314–327.
- Para un análisis histórico del evangelicalismo mundial, ver Mark Hutchinson and John Wolffe, A Short History of Global Evangelicalism (Cambridge: Cambridge University Press, 2012).
- Andrew F. Walls, The Missionary Movement in Christian History: Studies in the Transmission of Faith (Maryknoll: Orbis, 1996), 79.
- W. D. Reynolds, ‘The Presbytery of Korea,’ Korea Mission Field 3, no. 11 (Seoul: Evangelical Missions in Korea, 1907), quoted in Timothy Kiho Park, ‘Korean Christian World Mission: The Missionary Movement of the Korean Church,’ in Missions from the Majority World: Progress, Challenges, and Case Studies, ed. Enoch Wan and Michael Pocock (Pasadena: William Carey Library, 2009), 100.
- Park, ‘Korean Christian World Mission,’ 100–101.
- Daehaeng Lee, Mission Korea 8818+3 (Seoul: Mission Korea, 2022), 8.
- Steve Sang-Cheol Moon, The Korean Missionary Movement: Dynamics and Trends, 1988–2013 (Pasadena: William Carey Library, 2013), xix.
- Timothy Tennent señaló cinco tendencias principales en la teología de los cristianos del mundo mayoritario: 1) gran respeto por las Escrituras; 2) conservadurismo moral y ético; 3) sensibilidad ante los problemas de la pobreza y la justicia social; 4) capacidad para articular el evangelio en medio del pluralismo religioso; 5) aprecio por las dimensiones colectivas de las enseñanzas bíblicas. Timothy C. Tennent, Theology in the Context of World Christianity (Grand Rapids: Zondervan, 2007), 14–15.
- Moon, The Korean Missionary Movement, xx.
- Oak, The Early History of the Korean Church, 300–302.
- The Henley Passport Index, https://www.henleyglobal.com/passport-index/ranking, accessed November 8, 2024.
- Isabel Ong, ‘South Korea’s Missions Success Won’t Be Its Future,’ Christianity Today (September 17, 2024), https://www.christianitytoday.com/2024/09/south-korea-missions-aging-missionary-christian-lausanne.
- El Compromiso de Ciudad del Cabo, https://lausanne.org/es/statement/compromiso