En 2017, venía de dirigir otra organización y me incorporé a Frontier Ventures (FV), donde pasé a ser el director general en 2019. Conocía el pensamiento de nuestro fundador, Ralph Winter, que incluía los conceptos de grupos poblacionales no alcanzados y el estímulo de la contextualización radical. Este artículo se centra solo en el primero concepto: los grupos poblacionales (especialmente los grupos poblacionales alcanzados y no alcanzados).
Comencé a estudiar más a fondo el pensamiento del Dr. Winter, incluido, por supuesto, su discurso del Congreso de Lausana para la Evangelización Mundial en 1974. Quería estar seguro de entender las raíces de VF antes de intentar tocar el árbol. Nos acercamos a los 50 años de aquel congreso de Lausana de 1974. Desde entonces, el mundo de la misión ha seguido debatiendo y reevaluando el concepto de grupo poblacional. También lo ha hecho FV. Y descubrí que Ralph Winter también estaba reevaluando activamente estas cosas.
Mi propósito aquí es simplemente ofrecer un esbozo de algunos de sus replanteamientos y algunos de los de FV, junto algunas de mis propias preguntas para el futuro. Primero, un breve resumen de ese discurso de 1974.
Lausana 1974
Ralph Winter fue invitado por Billy Graham a hablar sobre la evangelización transcultural como “la máxima prioridad”.[1] Gran parte de la ponencia explicaba la llamada escala “E”, y especialmente “E-3”. La “E” representaba la “evangelización” y el “3”, la distancia cultural más significativa que había que superar para que la evangelización fuera eficaz.
Está claro que, si bien los números y los datos se presentaron para ayudar a definir la realidad del alcance de la necesidad, no deja de ser cierto que Winter estaba luchando con cuestiones culturales y lingüísticas de comunicación y práctica que tendrían que ser factores para cualquier tipo de progreso.[2] Con el paso de los años, estas cuestiones fueron ganando importancia para él, como describiré en breve. Antes de hacerlo, mencionaré brevemente algunas preocupaciones de los primeros respondedores.
Philip Hogan,[3] de las Asambleas de Dios, propuso la «diáspora» como posible clave para resolver los problemas de E-3, y recordó a los lectores que no debían olvidar el papel del Espíritu en la misión. No estoy en desacuerdo con las ideas principales, ni tampoco Winter, pero se puede argumentar que Hogan pasó por alto en gran medida los puntos principales sobre las profundidades del reto cultural.
En relación con la cultura, Jacob Loewen,[4] un antropólogo de la Sociedad Bíblica, apoyó en gran medida el énfasis de Winter en los retos para la comunicación que presenta la distancia cultural, y dio ejemplos bíblicos y contemporáneos. La principal crítica de Loewen de esto era la suposición de Winter de que las culturas E-3 no tenían “vecinos cercanos”. Esto sigue siendo objeto de debate en la actualidad.[5]
Pablo Pérez,[6] de Dallas Theological Seminary, criticó las primeras versiones del principio de unidad homogénea y, contrariamente a Loewen, pareció minimizar los retos de la diferencia cultural. Además, de forma similar al recordatorio del Espíritu de Hogan, Pérez argumentó que la Biblia nos dirá lo que debemos hacer.
Toda la discusión entre estos respondedores y Winter gira en torno a la investigación, la cultura, la comunicación, las Escrituras, el lugar del Espíritu y cambios en las poblaciones mundiales. Y todas estas están, junto con otras disciplinas, en el centro mismo de la praxis de la misiología.
Mirando al pasado y al futuro
En 2005, Winter escribió un artículo titulado “12 Frontiers of Perspective”.[7] Casi exactamente 30 años después de la ponencia de Lausana, su pensamiento había madurado, se había profundizado y había cambiado. En este artículo miraba hacia atrás y describía su pensamiento, pero también miraba hacia adelante. De las 12 fronteras que Winter trató, me centraré principalmente en sus comentarios sobre los “grupos poblacionales” y la contextualización.
Winter reiteró su descubrimiento del propósito de Génesis 12 de bendecir a todos los pueblos de la tierra, un descubrimiento no solo de ese texto sino de los propósitos de Dios para todos los pueblos como el tema unificador de la Biblia. Rastrear el tema de los pueblos a lo largo de la Biblia y compararlo con los datos sobre “grupos poblacionales” es, en parte, lo que dio lugar al enfoque de FV y otras organizaciones sobre “grupos poblacionales”: alcanzados, no alcanzados, contactados, no contactados, listas, descripciones, movimientos de oración, etc.
En el mundo de FV, nuestros programas y proyectos emblemáticos, como Perspectivas, el Proyecto Josué, Global Prayer Digest, gran parte de lo que publicamos en Mission Frontiers e IJFM, y varios de los títulos de William Carey Publishing, han sido moldeados por el pensamiento sobre grupos poblacionales que fluye directa e indirectamente de las implicaciones misiológicas de la promesa a Abraham.
Sorprendentemente, en 2005 Winter llegó a decir lo siguiente: “Pero, por supuesto, reconocer que ahora se puede llegar a todos estos pueblos con bastante facilidad puede haber reducido esa frontera a una especie de necesidad de mayor estímulo”. También dijo que “tenemos nuestros brazos alrededor de la tarea intermedia de los grupos poblacionales no alcanzados. Esta es una tarea manejable”.[8]
Para entonces, el pensamiento de Winter había pasado a otras fronteras. Destacó otras dos fronteras de aquel artículo de 2005 como extremadamente importantes. Se refirió a la primera entonces como la frontera de la descontextualización radical: «Decir que tenemos que hacer un cambio importante, abandonando nuestra forma de cristianismo —así llamada— para que la fe bíblica penetre en el hinduismo, sigue siendo una frontera. Es la frontera de la descontextualización radical, y no creo que tengamos que andar con rodeos al respecto”.
Winter vio que la descontextualización del cristianismo en sus formas actuales es también una frontera de la misión. Esto implica una reevaluación de la prioridad, al menos hasta cierto punto, del enfoque de misión en grupos poblacionales “alcanzados y no alcanzados”. En su opinión, mientras que la movilización se centraba adecuadamente en prestar atención a los no alcanzados, la misiología de frontera debía adoptar un enfoque diferente. Escribió: “¿Podemos llamarlo una frontera si estamos tratando de desenredar la fe bíblica de nuestra propia tradición cristiana? Yo creo que sí”, y “podemos afirmar sin temor a equivocarnos que tanto la frontera de los grupos poblacionales no alcanzados como la nueva frontera de los grupos poblacionales supuestamente alcanzados deben ser abordadas de nuevo con una forma de fe cristiana verdaderamente bíblica que les dé sentido». Note la palabra “les”, es decir, tanto los no alcanzados como los alcanzados requieren lo mismo. Ambos son fronteras.
Al mirar hacia atrás, Winter esbozó una misiología de frontera que examinaba también el mundo de los alcanzados. Pero también miró hacia adelante. Concluyó su artículo de 2005 con estas palabras: “En cierto sentido, no importa si empleamos la palabra frontera o no. Son perspectivas que arrojan luz sobre nuestro camino hacia el futuro. Al fin y al cabo, el futuro es en sí mismo una frontera” (énfasis añadido).
En círculos de FV he hablado a menudo también del futuro, o de lo que yo llamo el “mundo post-todo” que se avecina: post-cristiano, post-moderno, post-religioso (tal como lo conocemos), post-secular (tal como lo conocemos), y muchos otros “post”.
Preguntas para el futuro
Más arriba me he referido a algunos aspectos de la misiología de Winter y a sus propias reevaluaciones. En concreto, detrás de su pensamiento estaba el descubrimiento del tema de la bendición tal y como se prometió para todos los pueblos. Aunque la bendición es claramente un tema unificador importante en todos los libros de la Biblia, es un tema que se inscribe en un marco. Ese marco comienza con la creación y con la humanidad creada a imagen de Dios, y en su forma canónica, termina con una nueva creación. Entre esos marcos, la buena noticia incluye la restauración de la imagen en la humanidad, enraizada en el segundo Adán, el que es imagen de Dios, Jesús (ver, por ejemplo, 2 Corintios 4:4, donde el vínculo entre la buena noticia y la imagen es claro).
Mi primera serie de preguntas para el futuro es, por tanto, ¿cómo podría este tema bíblico de la imago Dei dar forma a la misiología de frontera? ¿Cómo podría conformar la forma en que pensamos en “pueblos” y culturas? ¿Cómo puede influir en lo que suponemos sobre otras religiones? Hay mucho trabajo que hacer aquí, y será necesario tener en cuenta el cuadro completo de la humanidad, incluido lo rotos que estamos. Pero el tema de estar hechos a imagen y semejanza de Dios tiene mucho que enseñarnos en nuestros enfoques.
Una segunda serie de preguntas, relacionadas con las primeras, está más específicamente ligada al concepto mismo de “grupo poblacional”. Esto ha sido debatido durante décadas, y todas las iteraciones de los conceptos o los desacuerdos aquí son importantes. Se necesitan al menos dos desarrollos para dar forma a la siguiente serie de preguntas que la misiología debería plantear sobre el concepto de grupo poblacional. Estos desarrollos son:
La creciente conciencia de que las comprensiones no esencialistas y emic (de dentro) de los “pueblos” deben ser nuestras propias suposiciones. La mayoría de nuestras listas de pueblos tienden a definiciones etic (externas) y tienden a estar arraigadas en supuestos esencialistas (es decir, hay una definición clara, definible y esencial de tal o cual “pueblo”).
La creciente globalización, junto con la “democratización” de la información sobre las religiones y la espiritualidad, ha dado lugar a un impulso cada vez mayor a una amplia variedad de “pertenencias múltiples”, no solo en el ámbito de las religiones, sino de muchas otras autodescripciones de identidad.
Mi segunda serie de preguntas gira en torno a todo este tema de la identidad: ¿cómo se ven los pueblos a sí mismos? ¿Es posible saber por observación externa cuántos “pueblos” hay? ¿Cómo ven nuestras listas los “pueblos” de nuestras listas? ¿Se ven a sí mismos en ellas?
Artículo
Dejar que los creyentes locales brillen
UN PARADIGMA DE MISIÓN ALTERNATIVO
Por último, al concluir este debate sobre la reevaluación de los conceptos de grupos poblacionales al adentrarnos en una nueva era de la misión, quiero formular una pregunta, muy consciente del asiento que ocupo. He asumido el liderazgo de FV, una organización conocida por promover el concepto de grupos poblacionales no alcanzados. Y más arriba he descrito algunas de las formas de pensar de nuestro propio fundador en 2005.
Cuando abordó los temas de la contextualización y la descontextualización, llegó a la conclusión de que tanto los alcanzados como los “no alcanzados” necesitan lo mismo: una fe verdaderamente bíblica. Winter solía pensar en las fronteras en términos de límites y barreras. A veces las barreras están en nosotros, y por tanto requieren nuestra propia descontextualización. Al decir esto, abrió una puerta para esta pregunta: “Si la forma de cristianismo que estamos exportando a, por ejemplo, el mundo hindú, no es en sí misma una forma bíblica, ¿podemos decir que los enviadores “alcanzados” han sido realmente alcanzados?».
No solo abrió la puerta a esa pregunta, sino que la atravesó. Y nosotros también debemos hacerlo. Era una pregunta inquietante entonces, especialmente dentro de nuestro propio movimiento. Es una pregunta inquietante ahora.
Las fronteras de la misión son barreras y límites que, citando de nuevo a Winter, “tal vez no podamos ver con claridad, y que incluso pueden ser disputados o negados. Estudiarlas implica el descubrimiento y la evaluación de lo desconocido o incluso la reevaluación de lo conocido”.
Que tengamos ojos para ver, y la voluntad de soltar lo que creemos saber para poder descubrir lo que Dios quiere mostrarnos en la próxima era de la misión “post-‘todo lo que conocemos’”.
Notas
- Ralph Winter, ‘The Highest Priority: Cross-Cultural Evangelism,’ https://lausanne.org/wp-content/uploads/2007/06/0213.pdf; https://lausanne.org/content/the-highest-priority-cross-cultural-evangelism.
- He mentions in passing, for example, the need for a version of the bible in Urdu for Muslim audiences, and referred with approval to a movement among Muslims he had heard of in which believers prayed five times a day (though using completely different prayers).
- Philip Hogan, ‘Response to Dr Ralph Winter’s Paper,’ https://lausanne.org/wp-content/uploads/2007/06/0242.pdf.
- Jacob Loewen, ‘Response to Dr Ralph Winter’s Paper,’ https://lausanne.org/wp-content/uploads/2007/06/0246.pdf.
- David Cho, ‘Response to Ralph Winter and Jacob Loewen,’ https://lausanne.org/wp-content/uploads/2007/06/0253.pdf.
- Pablo Perez, ‘Response to Ralph Winter’s Paper,’ https://lausanne.org/wp-content/uploads/2007/06/0255.pdf.
- First published in Ralph D. Winter, Frontiers in Mission: Discovering and Surmounting Barriers to the Missio Dei. Third Edition (Pasadena, CA: William Carey International University Press, 2005), 28-40.
- How can he say that in 2005? Because by then the fruit of the missiological revolution set off by that fresh discovery of Genesis 12 had already significantly changed the world of mission: there was a growing number of agencies beginning to focus exclusively on the unreached, networks of agencies collaborating to engage every people on the list, and multiple lists. Even agencies that had not adopted ‘reaching the unreached’ as their primary focus, had to account for the idea in their thinking.