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Oración por Colombia – Delegación Colombiana

04 Jul 2012

Ciudad del Cabo, octubre de 2010

Hermanas y Hermanos de América Latina:

Les escribimos profundamente emocionados por estar siendo testigos de la acción de Dios y por

comprobar una vez más la veracidad, esperanza y belleza de la fe. La gratitud que ello nos

suscita es difícil de expresar con palabras y, siendo que todos nosotros hemos recibido apoyo

para estar en esta reunión histórica, no queremos finalizar la estadía en Ciudad del Cabo sin

manifestar nuestra más sentida gratitud. Sepan que estar aquí ha sido una experiencia

transformadora que nos ha “avivado el fuego del don de Dios”, cuyo calor anhelamos difundir en

nuestro país.

Como colombianos hemos sido especialmente desafiados por el llamado a la reconciliación.

Testimonios como el de nuestro hermano Antoine Rutayisire de Ruanda, nos transmiten un

mensaje urgente que ilumina el sentido de la misión en medio del conflicto. También nos ha

conmovido ver la intercesión de la iglesia por hermanos en persecución, o por naciones que han

permanecido oficialmente cerradas al Evangelio. En ello percibimos un inmenso poder, a veces

olvidado en la cotidianidad del ministerio.

Movidos por todas esas impresiones, queremos pedir se considere incluir la dramática situación

humanitaria en nuestro país como una prioridad en la agenda de oración mundial. Con ello no

pretendemos acaparar la atención, sino simplemente contar con el apoyo espiritual del pueblo de

Dios en todo el mundo. Algunas situaciones -entre muchas otras- que nos mueven a hacer esta

petición son las siguientes:

1) La violencia ha escalado hasta cifras inusitadas en el continente. Según estimaciones oficiales

en la segunda ciudad del país se produce un homicidio cada 3 horas. Se calcula que hasta

julio de este año unas 1250 personas habían sido asesinadas sólo en esa ciudad, que tiene un

poco más de 4 millones de habitantes.

2) Los desplazados en el país pasan de 3 millones (en un país de 45 millones de habitantes).

Esta es una de las peores tragedias humanitarias del mundo en la actualidad.

3) Amplias regiones del país se encuentran bajo el dominio de grupos armados (guerrilla,

paramilitares, delincuencia organizada, etc.), que actúan con brutalidad indescriptible. El 95%

de sus crímenes quedan impunes.

De concordar con nuestra petición, les rogamos orar así:

1) Por fidelidad de la iglesia colombiana al Reino de Dios y su justicia. Que el Espíritu Santo nos

mueva a la santidad y la unidad necesarias para que en nuestra proclamación y testimonio

seamos agentes de reconciliación.

2) Por la sanidad en los millones de seres heridos por el conflicto: huérfanos, viudas y todos los

que han sentido de cerca el horror de la guerra.

3) Por los niños, niñas y jóvenes de Colombia; que Dios nos mueva a acogerlos en su

desesperanza y a anunciarles la vida abundante de Jesús.

4) Por el desmonte de las estructuras y esquemas de maldad, que han alimentado el conflicto por

más de 60 años.

Esta carta la escribimos con sinceridad. No nos mueve ninguna cosa aparte de la confianza en la

respuesta de Dios a las oraciones de la iglesia. Que Dios los bendiga, y prontamente nos

conceda ver respuestas al clamor en favor de nuestra nación herida.

En Cristo

Delegación Colombiana