Seis años atrás, Evi Rodemann estaba visitando a unos amigos en Sudáfrica que habían viajado recientemente por el continente en una camioneta, fortaleciendo a líderes de iglesias a lo largo de su viaje.
Inspirada por su ejemplo, Evi regresó a Alemania y comenzó a pensar en lo que podía hacer para bendecir a líderes en Europa, especialmente en la región de los Balcanes. Muchos de sus amigos allí estaban agotados por la pandemia del Covid-19 y se sentían desanimados.
Evi Rodemann es presidenta de grupos y encuentros de la Generación de Líderes Jóvenes de Lausana (GLJ), directora de LeadNow y directora asociada del congreso de Seúl 2024. Este verano pasado, decidió reunir un equipo para hacer realidad su sueño de los Balcanes.
Del 23 de julio al 12 de agosto de 2022, Evi y su equipo atravesaron muchos cruces de frontera y largas jornadas en una camioneta, todo ello con el fin de animar, fortalecer y bendecir a líderes jóvenes de los Balcanes. En solo 21 días, visitaron personalmente a 205 líderes en 15 países, recorriendo más de 6.000 kilómetros en total.
Los Balcanes son una región hermosa y diversa de Europa que incluye países como Albania, Bosnia, Kosovo, Croacia y Grecia. A menudo se la pasa por alto como campo de misión y como recurso para las misiones.
A pesar de su historia desgarrada por la guerra y los continuos conflictos, el equipo quedó impresionado por la resiliencia y la fidelidad de los líderes cristianos de los Balcanes. Los cristianos evangélicos de la región de los Balcanes son principalmente de primera generación, y muchas de las iglesias que el equipo visitó son las primeras plantadas en el país, con un crecimiento muy lento. En el transcurso de la pandemia, los líderes tuvieron la sensación de que los largos meses de restricciones de reuniones y el aislamiento habían arrebatado la cosecha cultivada con esmero durante años de arar en campos aparentemente estériles.
“Tengo muchos deseos de verlos para impartirles algún don espiritual que los fortalezca», escribe el apóstol Pablo en Romanos 1:11. Del mismo modo, Evi quería recordar a los creyentes de los Balcanes que los que siembran con lágrimas cosecharán con gritos de alegría. Quería animarlos a no cansarse de hacer el bien, porque a su debido tiempo recogerán una cosecha de bendiciones si no se rinden. Quería recordarles que el fruto en el reino no se puede medir en números.
El equipo, formado por trabajadores sociales, pioneros, artistas, misioneros y estudiantes, planificó la ruta. Comenzaron por Hamburgo, pasando por la República Checa, bajando hacia Grecia y luego siguiendo otra ruta de vuelta por la costa. En cada uno de los quince países, planearon paradas para animar a viejos amigos y hacer otros nuevos.
Cuando los planes empezaron a encajar, se encontraron con un gran obstáculo: no tenían un vehículo. Un coche de alquiler no serviría, ya que el seguro no les permitía viajar a la región de los Balcanes, así que durante meses buscaron una alternativa.
Cuando habían agotado todas las opciones y se preguntaban sobre la viabilidad del viaje, un líder de una casa de oración en Alemania del Este se enteró de la gira y les regaló una camioneta, que era perfecta para el viaje. Incluso tenía los detalles del viaje impresos.
La camioneta misma era un mensaje de ánimo, sobre todo cuando viajaron por la República Checa, conocida como la nación más atea del mundo, así como por zonas que son 98% musulmanas.
Historias del camino
Una noche, el equipo estaba en la camioneta cruzando un puente de Kosovo a Serbia, orando por la paz y la reconciliación entre estas dos naciones. Una hora más tarde estallaron disturbios en el puente que acababan de atravesar y las carreteras quedaron bloqueadas, por lo que tuvieron que dar un rodeo de dos horas solo para estar seguros.
“Nos alejamos en el vehículo y dejamos atrás las tensiones», dice Evi. “Pero qué diferente es para todos los demás que viven allí, y no solo allí, sino en muchas de estos países donde existen tensiones».
En Eslovenia, que tiene una de las tasas de suicidio y depresión más altas de Europa, el equipo conoció a una mujer que procedía de un entorno problemático, donde a los siete años había querido suicidarse. Más tarde, cuando se hizo cristiana, su padre musulmán dejó de hablarle y le dijo que ya no era su hija. A pesar de las presiones y persecuciones que había enfrentado, perseveró en su fe y ahora está terminando su doctorado en teología mientras trabaja en una organización misionera europea, y se dedica a llegar a su comunidad.
En Albania, se encontraron con una pareja de gitanos que les suplicaron que fueran a verlos, diciendo: «Ustedes son los primeros que vienen a estar con nosotros simplemente para pasar el rato». Por lo general, son pasados por alto porque no están en la capital o los visitan por un motivo relacionado con el ministerio. El simple hecho de celebrar juntos la bondad de Dios y pasar tiempo escuchando historias de otros fue el estímulo que esta pareja de gitanos necesitaba.
La mayor parte del tiempo, el equipo se limitó a visitar, escuchar y compartir comidas con líderes de la región, más que traer respuestas o soluciones. La necesidad de colaborar y conectar a los líderes es especialmente alta en esta región, donde hay tan pocos cristianos, muchos de los cuales se sienten aislados y solos.
La necesidad de colaborar y conectar a los líderes es especialmente alta en esta región, donde hay tan pocos cristianos, muchos de los cuales se sienten aislados y solos.
“Uno de los líderes con los que nos reunimos nos dijo: ‘La gente viene solo una vez a visitarnos y lo tacha de la lista’. Lo que realmente necesitan estos líderes es nuestra amistad y saber que no están solos», dice Evi.
Montenegro es un país de 750.000 habitantes, pero solo se sabe de unos 250 evangélicos. Evi y su equipo se reunieron con un líder que se mudó a Montenegro a los 23 años para fundar una iglesia. A lo largo de los años, ha permanecido fiel a su iglesia y se ha quedado, a pesar del lento crecimiento y escaso apoyo. Hay ahora siete iglesias en Montenegro. Cuando este joven líder fue llamado a ir ahí, no había ninguna.
Una fe refinada por el fuego
Siguiendo el espíritu del apóstol Pablo, el equipo decidió no ser una carga para nadie, sino que recaudó fondos para el alojamiento y la comida, e incluso hizo donaciones a los necesitados en el camino. La idea era no solo ser una bendición espiritual, sino también satisfacer las necesidades físicas y saber dónde podrían estar las necesidades futuras.
“Si bien las necesidades físicas son grandes, creo que hay una necesidad aún mayor. Las voces de los líderes cristianos de los Balcanes deben ser escuchadas, y sus historias deben ser contadas», dice Evi. “Es necesario que se sientan vistos y escuchados por la iglesia mundial, no solo en cuanto a las necesidades que tienen, sino también en cuanto a su contribución a la iglesia mundial».
Estos líderes demuestran una visible tenacidad y permanecen fieles al llamado que han recibido a pesar de enfrentar numerosos retos que son desconocidos para el resto de Europa.
En medio de la gran necesidad de esta región, también hay una gran oportunidad.
En medio de la gran necesidad de esta región, también hay una gran oportunidad. Muchas de las iglesias tienen pocos años, y algunas son las primeras iglesias evangélicas que existen en el país. Muchos de los países también tienen poblaciones muy jóvenes. Por ejemplo, en Kosovo, el 70% de la población tiene menos de 35 años. La mayoría de los líderes con los que se reunió el equipo se habían convertido en cristianos cuando eran niños, y suelen ser los jóvenes los que están abiertos a explorar las ideas del cristianismo. No obstante, hay una verdadera falta de ministerio para niños y jóvenes. Kosovo solo cuenta con unas 24 iglesias, de las cuales el 80% no tiene ningún ministerio para niños o jóvenes.
ArticULO
La extraordinaria reevangelización de Europa
iglesias de la diáspora, movimientos de plantación de iglesias y la próxima generación
Lo que más impresionó a Evi de la región de los Balcanes es el amor incondicional de los líderes por Dios, y su amor incondicional y pasión por construir su reino.
“A pesar de que el crecimiento es lento y difícil, y de que los recursos son limitados, la fe de los creyentes de los Balcanes se eleva por encima de los desafíos de sus circunstancias», dice Evi. “No es una fe superficial, sino que ha sido refinada por el fuego».
El ejemplo de los creyentes de los Balcanes es un llamado a la iglesia mundial para que los sostenga en oración y se alegre de su fidelidad mientras intentan hacer avanzar la Gran Comisión en su rincón del mundo.
Hay mucho que aprender de otros países.
“Hay mucho que aprender de otros países. El viaje a los Balcanes me ha abierto los ojos a formas únicas en que hermanas y hermanos de otras culturas aman a Dios sinceramente y de todo corazón, a pesar de enfrentar retos que nosotros en Europa occidental solo podemos imaginar», dice.
Al volver del viaje, Evi dice que tienen el corazón animado y roto a la vez. Se sienten animados por los testimonios compartidos, los amigos hechos y la fidelidad observada, pero también tienen el corazón roto por los conflictos que continúan, las necesidades que abundan y los sentimientos de abandono que experimentan los líderes cristianos en los Balcanes.
“¿Cómo podemos escuchar a estos países de una manera que se sientan escuchados? ¿Cómo podemos aprender de su supervivencia e incluso de su florecimiento en medio de situaciones difíciles? ¿Cómo puede la iglesia mundial ser estimulada para proporcionar en la práctica una plataforma para que estos hermanos y hermanas compartan tanto sus necesidades como sus victorias?”.
Al escuchar intencionadamente las voces de los líderes de la región de los Balcanes, el equipo pudo discernir cuáles son las necesidades de estos líderes, en lugar de limitarse a suponer que sabían lo que se necesitaba. Pudieron establecer relaciones mutuamente beneficiosas y sostenibles, en lugar de limitarse a donar recursos y marcharse.
Pablo escribe en 1 Tesalonicenses 2:8: «Así nosotros, por el cariño que les tenemos, nos deleitamos en compartir con ustedes no solo el evangelio de Dios, sino también nuestra vida. ¡Tanto llegamos a quererlos!”.
De manera similar, Evi dijo a sus compañeros de equipo al final del viaje: «La relación no debe terminar cuando el viaje termina». Los desafió a que tomaran a una persona del viaje y se pusieran en contacto con ella, oraran por ella o le preguntaran por sus necesidades del momento.
“En todas nuestras diferentes culturas y expresiones cristianas, se adora al mismo Dios», dice Evi. “El poder de la familia de Dios sirviendo juntos es extraordinario, y solo juntos podemos construir el reino de Dios y alcanzar a los suyos para Cristo. Esta unión y colaboración es también algo que anhelo ver en el viaje de Lausana 4 y en el próximo congreso de Seúl 2024″.
Ore con nosotros
Por Evi Rodemann
Querido y amado Jesús, el mundo está agitado, y la región de los Balcanes enfrenta sus propias tensiones. Que se haga tu voluntad en esta región, y que haya miles y miles de personas que descubran la paz eterna en sus corazones. Que tu cuerpo responda a las puertas abiertas, y que las iglesias sean despertadas, renovadas y haya nuevas plantadas.