Global Analysis

El uso de la IA en la evangelización de proclamación

Gretchen Huizinga Oct 2025

La evangelización de proclamación, una estrategia misionera fundamental en la teología cristiana, invita a las personas a una relación con Jesucristo a través de la declaración pública del evangelio. Los defensores de esta estrategia citan la Gran Comisión de Jesús como el mandato bíblico para el testimonio cristiano a escala mundial: «Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes».1

Los evangelistas de la proclamación dan prioridad al «kerigma», o proclamación verbal del evangelio, sobre otros métodos como medio principal para cumplir la misión de la iglesia. Pero ¿qué aspecto tiene esto transcurrido un cuarto del siglo XXI, cuando la inteligencia artificial (IA) se presenta como una tecnología que transformará casi todos los aspectos de la actividad humana, incluido el ministerio cristiano? ¿Cómo se entrecruzan los fundamentos de la evangelización de proclamación con las promesas de la inteligencia artificial? ¿Cómo pueden los evangelistas hacer uso de las aplicaciones de la IA sin renunciar al papel de la voz humana encarnada en el testimonio cristiano? ¿Y cómo puede afectar el creciente papel de los sistemas de IA en nuestra vida cotidiana a nuestra comprensión del papel de la oración y del Espíritu Santo en el ministerio del reino? Se trata de cuestiones cruciales que debemos considerar mientras analizamos el futuro del «kerigma» en la era de la IA.

En la teología misional, la evangelización de proclamación se entiende como el anuncio audaz y verbal del reino de Dios y un llamado al arrepentimiento y a la fe en Jesucristo, a menudo (algunos dicen siempre) en entornos públicos. Misionólogos como Lesslie Newbigin lo describen en términos heráldicos y hacen hincapié en la necesidad de claridad, urgencia y autoridad.2 La Biblia exhorta repetidamente a los creyentes a proclamar la buena noticia de Jesucristo. En el Evangelio de Marcos, Jesús ordena a sus discípulos: «Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas noticias a toda criatura«.3 En el Evangelio de Lucas, Jesús dice: «Esto es lo que está escrito: que el Cristo padecerá y resucitará al tercer día; en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén».4

En el libro de Hechos, Jesús explica los medios por los que sus discípulos llevarán a cabo todo esto: “Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, hasta en los confines de la tierra».5 Una vez que Jesús asciende, los apóstoles asumen la tarea de la proclamación y exhortan a los demás a que también lo hagan.

En su carta a los Romanos, Pablo pregunta retóricamente: «Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien predique? ¿Y cómo predicarán sin ser enviados?”. 6 Más adelante, escribiendo a Timoteo, Pablo le insta: «Predica la palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar».7 La proclamación, por tanto, es un aspecto innegociable del testimonio cristiano, que vincula directamente la declaración personal y verbal del evangelio con el plan redentor de Dios para la humanidad.

Entonces, ¿cómo puede la IA (una composición incorpórea y construida computacionalmente de la humanidad) cambiar algo, y mucho menos todo?

el evangelio permanece inalterado. Los mandamientos bíblicos trascienden la innovación tecnológica y exigen una proclamación fiel, independientemente del medio.

En primer lugar, y como fundamento, la evangelización de proclamación permanece inalterada en la era de la IA porque el evangelio permanece inalterado. Los mandamientos bíblicos trascienden la innovación tecnológica y exigen una proclamación fiel, independientemente del medio. Sin embargo, los defensores de la IA afirman que podría ofrecer posibilidades únicas a los evangelistas. Por ejemplo,

  • Los sistemas de inteligencia artificial pueden traducir las Escrituras a casi cualquier idioma en cuestión de segundos, lo que ayuda a cumplir el llamado de predicar el evangelio a «todas las naciones» en menos tiempo y con menos esfuerzo.
  • Los modelos generativos de IA pueden crear contenidos bíblicos culturalmente pertinentes que podrían ayudar a los misioneros a relatar la historia de Jesús de forma socialmente sensible a personas de «los confines de la tierra».
  • Los algoritmos de inteligencia artificial pueden dirigir el mensaje del evangelio a un público objetivo, enviando contenidos a las redes sociales «a tiempo y a destiempo».
  • Los algoritmos de IA también podrían ayudar a quienes ejercen su ministerio en países con restricciones analizando las interacciones en línea e identificando posibles amenazas, protegiendo a los trabajadores cristianos que proclaman el evangelio en entornos hostiles.
  • La IA podría verse como un multiplicador del ministerio, automatizando tareas administrativas que consumen mucho tiempo y dejando así a los evangelizadores más tiempo para la oración, el testimonio personal y el trabajo relacional más profundo del discipulado.

Éstas son solo algunas de las posibles aplicaciones de la IA en la evangelización de proclamación. A medida que avance la tecnología, probablemente habrá muchas más.

Sin embargo, a pesar de los beneficios propuestos por la IA, la voz humana desempeña un papel único e insustituible en la evangelización. Los enviados, desde Jesús a los apóstoles, pasando por nosotros, siguen siendo los instrumentos elegidos por Dios para compartir la buena nueva, y la IA no cambia eso. Jesús, el Verbo hecho carne,8 proclamó el reino mediante su presencia encarnada. Los seres humanos encarnados —“enalmados”, habitados y empoderados por su Espíritu Santo— se conectan con otros seres humanos de una manera que una máquina nunca puede ni podrá. La evangelización implica el testimonio de una «experiencia vivida» con Jesús. Las máquinas, por muy bien que simulen la vida, nunca podrán reproducirla.

en un mundo cada vez más artificial y desencarnado, es el ser humano auténtico y encarnado el que lleva el amor tangible de Cristo a los perdidos y solitarios. Nuestra presencia dice que nos preocupamos lo suficiente como para acudir en persona

Desde el punto de vista relacional, la IA cuestiona la eficacia del diseño de Dios. Teológicamente, la IA desafía la suficiencia de los métodos de Dios. Estos desafíos deben ser afrontados y considerados en oración. La iglesia ha adoptado históricamente, aunque con cautela, las nuevas tecnologías para dar testimonio cristiano, pero nunca debe desplazar su enfoque de dependencia de Dios a la confianza en la inventiva humana. La IA puede ofrecer algunas aplicaciones convincentes para los evangelistas, pero en un mundo cada vez más artificial y desencarnado, es el ser humano auténtico y encarnado el que lleva el amor tangible de Cristo a los perdidos y solitarios. Nuestra presencia dice que nos preocupamos lo suficiente como para acudir en persona a «anunciar buenas noticias a los pobres» y «poner la libertad a los oprimidos».9

Aunque la IA puede reforzar, siempre debe servir, no suplantar, al heraldo humano lleno del espíritu en la proclamación de la buena noticias y el cumplimiento de la Gran Comisión.

Es difícil imaginar que la IA no tendrá un efecto ecológico en nuestro mundo y que no se convertirá en una tecnología omnipresente utilizada incluso en contextos cristianos. En ese sentido, la tensión para los evangelistas, como para todos los demás, es ¿cómo? Puesto que la Iglesia está llamada a «someterlo todo a prueba y aferrarse a lo bueno»,10 debemos luchar con profundo discernimiento teológico, ético y práctico con el uso de la IA en la evangelización de proclamación. Aunque la IA puede reforzar, siempre debe servir, no suplantar, al heraldo humano lleno del espíritu en la proclamación de la buena noticias y el cumplimiento de la Gran Comisión.

Notas finales

  1. Matthew 28:18-20
  2. Lesslie Newbigin, The Open Secret: An Introduction to the Theology of Mission, revised edition (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1989).
  3. Mark 16:15
  4. Luke 24:46-47
  5. Acts 1:8
  6. Romans 10:14-15
  7. Timothy 4:2,
  8. John 1:14
  9. Luke 4:1810.1 Thessalonians 5:21
  10. 1 Thessalonians 5:21