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El cambio climático está causando un verdadero impacto en comunidades del Pacífico Sur (Oceanía) por la elevación del nivel del mar y por fenómenos extremos a dicho nivel, con la consecuente amenaza de migración forzosa y profundos impactos culturales.

La ecomisión ha de desenvolverse desde dos perspectivas:

  • Una ecomisionología occidental que debería tener como eje la ecojusticia, tanto en términos de adaptación en la manera de apoyar a quienes sufren el impacto como en maneras de mitigarlo interpelando ecoproféticamente a las estructuras de poder occidentales.
  • Ecoteologías indígenas como Teomoana ayudarán a contextualizar la ecoteología mientras van ajustándose las culturas a un mundo que va cambiando.

Clima del suroeste del Pacífico

La circulación Walker es una importante circulación atmosférica que controla el clima del Pacífico. A lo largo del Pacífico ecuatorial los vientos soplan de este a oeste, amontonando aguas en el oeste en una región conocida como la Acumulación Cálida del Pacífico Occidental. La gran aportación de calor y humedad hace que esta región experimente lluvias considerables.

La circulación Walker varía debido a la Oscilación El Niño-Sur (ENSO), con vientos más débiles y mayor sequedad en el Pacífico Occidental en años con El Niño y mayor humedad y vientos más fuertes en años con La Niña. Considerando periodos de tiempo más largos, el clima del Pacífico varía en una manera parecida a la ENSO debido la Oscilación Interdecadal del Pacífico[1].

Los niveles de mar extremos amenazan de manera habitual a las comunidades de Oceanía y se producen por una combinación de mareas, fluctuaciones estacionales o de larga duración como la ENSO y fluctuaciones más ocasionales como las subidas y oleajes causados por tormentas. Los ciclones tropicales producen subidas tormentosas breves y localizadas y oleadas que recorren largas distancias. El impacto causado por estas olas depende de las condiciones locales. Los atolones con repisas marginales escarpadas resultan especialmente vulnerables.

Cambio climático

El Quinto Informe de Evaluación (AR5) del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático  (IPCC) ha mostrado que el calentamiento climático es inequívoco y que cada una de las tres últimas décadas ha sido más cálida que la anterior[2]:

  • Esto coincide con un incremento del 40% en el dióxido de carbono en la atmósfera desde tiempos preindustriales.
  • Los Modelos de Circulación Global muestran que el incremento global promedio de temperatura observado durante los siglos XX y XXI es mayormente debido al incremento de los gases de efecto invernadero.
  • Así mismo el contenido calorífico del Pacífico Sur, control clave de las temperaturas en superficie, también se ha visto incrementado por causa de los gases invernadero[3].

El nivel promedio global del mar se ha elevado 19 cm desde el año 1900:

  • Es probable que haya habido un incremento en el número y magnitud de los sucesos extremos de nivel del mar.
  • Hay poca seguridad en que los ciclones tropicales hayan incrementado su intensidad, no habiéndose observado tal incremento entre 1981 y 2007.
  • Las temperaturas en superficie se han elevado entre 0.08 y 0.2° C por década en todo el Pacífico.
  • También ha habido un incremento en la acidez del océano que afecta a la vida marina, en particular a especies de coral y por tanto a los ecosistemas coralíferos.
  • El cambio climático podría ser también responsable de cambios en la ENSO.

Impacto en el Pacífico 

Los efectos ya se están haciendo sentir en comunidades del Pacífico Sur:

  • La elevación de los niveles del mar contribuye a la erosión costera y ha llevado al abandono de atolones en Tuvalu[4]. La entrada de agua salada a través del poroso coral ha afectado las plantaciones de taro (malanga)[5].
  • En las zonas costeras de baja altitud de Fiyi las últimas cosechas de caña de azúcar han sido más pobres debido a la creciente salinidad del suelo[6].

La isla principal de las Islas Carteret, que forman parte de Papúa Nueva Guinea (PNG), y que tiene más de 1500 habitantes, quedó completamente inundada en  2008[7]. Las charcas de aguas estancadas que quedaron dieron lugar a brotes de malaria[8]. En 2007 los isleños de las Carteret decidieron iniciar un programa de emigración a la isla de la capital de PNG, aunque el progreso ha sido lento.

La pérdida de agua dulce por causa de la elevación del nivel del mar y la filtración de agua salada son los riesgos más pronunciados, relacionados con el clima, en países como Kiribati.

Ciudades de Asia 

Se pronostica que el nivel global del mar se elevará entre 50 y 100 cm para el final del siglo XXI. Por otra parte falta un conocimiento completo del papel que juegan las capas de hielo de la Antártida en la elevación del nivel del mar. Algunas proyecciones basadas en modelos semiempíricos sugieren hasta el doble de la elevación estimada.

Hay muchas otras naciones desarrolladas y en vías de desarrollo en las que grandes números de personas se encuentran amenazadas por la elevación del nivel del mar. La imagen siguiente, tomada de un estudio de  Hanson et al. (2011)[9], muestra una selección de ciudades amenazadas en la región Asia-Pacífico.

Respuestas e impactos culturales

Es evidente que la emigración va a ser una estrategia clave en la adaptación al cambio climático[10]. Además de privar a muchas personas del acceso a recursos fundamentales, el cambio climático tiene un impacto en las culturas porque la cultura siempre está fuertemente ligada al lugar. Aunque pocas o ninguna cultura podrán evadir los efectos del cambio climático, las culturas de Oceanía estarán entre las primeras en tener que enfrentarse a la necesidad de emigrar, como el ejemplo de las Islas Carteret pone de manifiesto.

La cultura está ligada al lugar por el nivel de apego a ese lugar, por la identidad construida en relación a un  asentamiento o población y por el sentido de pertenencia a esa comunidad. Las gentes con un alto sentido de apego a una localidad pueden mostrarse angustiadas ante la perspectiva de tener que trasladarse, como parece ser el caso con el lento avance en la emigración de las Islas Carteret. También se manifiesta en la actitud de muchos habitantes de Tuvalu, como vemos a continuación:

“Irnos de Tuvalu no es bueno para nuestra cultura y valores. Queremos vivir en nuestra propia tierra, que es nuestro hogar y el lugar donde han vivido nuestros antepasados. A la gente de Tuvalu no nos gusta que nos llamen refugiados”.

“No queremos dejar este lugar… es nuestra tierra, la tierra que Dios nos dio, es nuestra cultura, no podemos irnos. La gente no se irá hasta el último minuto”[11].

O sea que las narrativas del cambio climático pueden interactuar con narrativas culturales preexistentes y dar lugar a respuestas que pueden no parecer “racionales”. En Oceanía esto puede incluir la fusión de narrativas de cambio climático con otras de declive cultural. Tafue Lusama, secretario general de la iglesia nacional de Tuvalu, dice:

“Plantamos y confiamos en Dios para que provea el fruto. Salimos a pescar con fe en que Dios proveerá lo necesario para cada día. Al fallar estas cosas eso parece indicar a la gente que la providencia de Dios les ha fallado”.

Algunos Tuvaluanos no logran entender que no se trata de la ira de Dios sobre ellos sino de la consecuencia del comportamiento y la injusticia de seres humanos responsables de los cambios que ellos observan. Al contrario, como el antiguo Israel, ven una relación directa entre bendición o maldición y su relación con Dios[12].

Otras respuestas teológicas al cambio climático tienden a negar la realidad. El periodista Mark Lynas entrevistó a Tuvaluanos sobre su actitud hacia el cambio climático[13]. Dos jóvenes estudiantes insistían en que no creían en el cambio climático: “No. Nosotras somos cristianas. Dios protegerá la isla”. Un hombre proclamaba: “Sólo el Creador puede inundar el mundo… creo en Dios, no creo en los científicos”.

Desarrollo de una ecoteología y ecomisionología

Ecoteología es la reflexión teológica sobre la creación: el cuidado providencial de Dios, su testimonio del poder creativo y sabiduría de Dios, nuestro papel y lugar en ella y su propio funcionamiento e interrelacionamiento interno.

La ecomisionología considera la misión desde la perspectiva de la reconciliación a todos los niveles:

  • El evangelio es más amplio que “Jesús y yo” porque Dios está involucrado con la creación en su totalidad y no sólo con los seres humanos.
  • La ecomisionología se interesa en la creación porque Dios nos salva junto con ella y no de ella.
  • La ecomisionología es además una cuestión de ecojusticia ya que son los pobres del mundo los que se enfrentan a los peores efectos de la degradación medioambiental.
  • E incluye la ecoespiritualidad, que representa una nueva manera de ver la creación porque considera el cuidado de la creación como una forma de misión en sí misma[14].

Es necesario desarrollar una ecomisionología fuerte para enfrentarse a las inquietudes de las comunidades de Oceanía abocadas a la reubicación. Esto debería ser especialmente un movimiento indígena. El Rev Dr Cliff Bird del Pacific Theological College ha señalado que las culturas de Oceanía usan terminología como ‘guardar, apreciar, cuidar de, compartir y usar sensatamente’ cuando debaten sobre el uso de recursos comunes. Estos conceptos son “los cimientos para reglas o normas que encarnan el concepto de mayordomía del hogar, y el objetivo es el bien común”[15].

Otin Taai 

La iglesias de Oceanía han estado trabajando en el desarrollo de este tipo de marco teológico. La Declaración Otin Taai[16] presenta una serie de declaraciones teológicas y recomendaciones:

  • Los pastores deberían “equiparse en ecoteología para entender plenamente la relación entre Dios, la naturaleza y los seres humanos”.
  • Esto incluye el reconocimiento de que el Pacto Noético no niega que los seres humanos están causando la elevación del nivel del mar. El cambio climático no es una “acción de Dios” sino que “es el resultado de las actividades humanas económicas y de consumo”.
  • Hacen un llamamiento a “nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo para actuar en solidaridad con nosotros a fin de reducir las causas humanas del cambio climático”.

Es una cuestión de ecojusticia que las iglesias Occidentales se den cuenta, en el contexto de la Parábola del Buen Samaritano, de que no es suficiente atender a las heridas de quienes se encuentran heridos por el cambio climático, cuando el sistema económico vigente es un contribuidor de primer orden al cambio climático, en la misma manera en que el sistema impositivo del Imperio Romano del siglo I fue una de las principales causas del bandidaje resultante de la enajenación de tierras.

Teomoana 

Otin Taai entiende, desde una perspectiva indígena, que “la visión bíblica de la integridad e interrelacionalidad de la creación toda presenta ciertas similitudes con las enseñanzas tradicionales en la región del Pacífico sobre la tierra, conocida como Vanua/Fonua/Whenua/Enua y el océano, llamado Moana”.

Winston Halapua ha desarrollado lo que él llama Teomoana, una manera de hacer teología desde Oceanía a fin de ofrecer una visión de liderazgo profético[17].

Esta teología se desarrolló en respuesta a la posible desaparición de algunas islas por causa del cambio climático. La Teomoana es contextual, de las raíces theo (Dios) y moana, la palabra polinesia para océano. Moana como “una ventana que presenta una visión del mundo de profundidad y misterio” y un sendero a la eternidad. Expresa descolonización, porque “Pacífico” fue un término acuñado por extraños y que es sinónimo de islitas dispersas, desamparo, aislamiento y dependencia”.

De ahí el uso de “Oceanía” a lo largo de este ensayo. La Teomoana también está ligada a una “profunda esperanza en el Dios que hizo los océanos… Dios cuida de nosotros y de la creación”.

Halapua considera las ideas de ecoteología y ecojusticia como mayormente ideas de tierra adentro; por tanto Teomoana es una teología más pertinente para Oceanía. En todo caso, ambas son expresiones de la sacralidad de la creación.

Implicaciones ecomisionológicas

En respuesta al cambio climático en Oceanía la comunidad misional debería poner un gran énfasis en la ecomisión:

  • Esto implicará hacer que la ecomisión, tanto en proclamación como en praxis, forme una parte más amplia de la misión. La formación misionera podría incluir aspectos básicos de ciencia medioambiental específicamente relacionados con los campos de misión, teoría ecomisiológica y ecopraxis tal como la permacultura.
  • En Oceanía esta proclamación incluirá el desarrollo de la Teomoana, que facilitará a los isleños la adaptación a la pérdida de su localidad con la dislocación cultural que eso implica.
  • El énfasis en los valores del reino de paz y (eco)justicia implica que las agencias misioneras deberían procurar reducir su propia huella ecológica, ya que nuestro estilo de vida es lo que está contribuyendo a los impactos sufridos ahora y en el futuro. Esto incluirá recortes en viajes cuando el teletrabajo y las teleconferencias sean suficientes, una variedad de mecanismos de ahorro de energía y el asegurarse de que ninguna inversión incluya el carbón.
  • Las agencias misioneras, junto con agencias de ayuda y desarrollo como TEAR Fund, deberían implicarse en la presión a los gobiernos para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
  • En tanto que esperamos que los peores efectos del cambio climático se puedan evitar, muchas comunidades se van a ver trastornadas y algunas tendrán que emigrar. Las agencias misioneras deberían participar tanto en actividades que permitan que las comunidades permanezcan en su propio lugar como en presionar a los gobiernos para crear programas de inmigración y tratar mejor a los solicitantes de asilo.

Si bien muchas de las cosas planteadas aquí podrían parecer apartarse del énfasis misionero tradicional en la  proclamación del evangelio, de hecho son el resultado de tomarse en serio el reino de Dios con su énfasis en la paz, la justicia y la reconciliación de todas las cosas.

Referéncias

  1. Climate Change in the Pacific: Scientific Assessment and New Research. Volume 1: Regional Overview.
  2. IPCC, 2013: Summary for Policymakers. In: Climate Change 2013: The Physical Science Basis. Contribution of Working Group I to the Fifth Assessment Report of the Intergovernmental Panel on Climate Change [Stocker, T.F., D. Qin, G.-K. Plattner, M. Tignor, S. K. Allen, J. Boschung, A. Nauels, Y. Xia, V. Bex and P.M. Midgley (eds.)]. Cambridge University Press, Cambridge, United Kingdom and New York, NY, USA.
  3. IPCC, 2013: Technical Summary. In: Climate Change 2013.
  4. Moore, C.A., ‘Awash in a rising sea—How global warming is overwhelming the islands of the tropical Pacific’, International Wildfire, Jan-Feb 2002.
  5. Tuvalu’s National Adaptation Programme of Action, Ministry of Natural Resources, Environment, Agriculture and Lands. Department of  Environment. May 2007. unfccc.int/resource/docs/napa/tuv01.pdf. Last accessed 11 November, 2013.
  6. UNDP report.
  7. Julie Edwards. The Carteret Islands: First man-made climate change evacuees still await resettlement. Pacific Conference of Churches, November 2010. http://www.pcc.org.fj/docs/Julias%20Cartaret.pdf, last assessed 11 November, 2013.
  8. United Nations University. Local Solutions on a Sinking Paradise, Carteret Islands, Papua New Guinea. http://vimeo.com/4177527. Last accessed 11 November 2013.
  9. Susan Hanson et al., 2011: A global ranking of port cities with high exposure to climate extremes. Climatic Change, 104, 89-111.
  10. W. Neil Adger, Jon Barnett, Katrina Brown, Nadine Marshall and Karen O’Brien. 2012: Cultural dimensions of climate change impacts and adaptation. Nature Climate Change, 3, 112-117.
  11. Friends of the Earth International, Climate Change: Voices from Communities Affected by Climate Change, Amsterdam: Friends of the Earth, 2007.
  12. Ruth Moon, Teaching Natural Theology as Climate Changes Drown A Way of Life. Posted 14/2/2012. http://www.christianitytoday.com/ct/2012/february/natural-theology-climate-change.html. Last accessed 11 November 2013.
  13. Lynas, M, High Tide: News from a Warming Planet, Flamingo, London, 2004.
  14. Mick Pope, Preaching to the Birds? The Mission of the Church to the Creation, in Michael Frost (ed.), Speaking of Mission Volume 2 (Sydney: Morling Press: 2013).
  15. Pacific churches must pay attention to threat of Climate Change, Islands Business, 8 March 2013. http://www.islandsbusiness.com/news/solomon-islands/556/pacific-churches-must-pay-attention-to-threat-of-c/. Last assessed 12 November 2013.
  16. The Otin Taai Declaration: The Pacific Churches Statement on Climate Change, 6-11 March 2004. http://www.pcc.org.fj/docs/The%20Otin%20Taai%20Declaration.pdf. Last accessed 12 November 2013.
  17. Winston Halapua, Oceans as a tool in theology: Moana Methodology, National Religious Coalition on Creation Care, http://www.nrccc.org/site/Topics/Issues/Oceans/MoanaMethodology.html. Last accessed 12 November 2013.

Mick Pope se doctoró en meteorología en la Monash University y es profesor de meteorología y climatología. En la actualidad está coescribiendo un libro sobre el cambio climático que será publicado por Urban Neighbours of Hope con el título A Climate of Hope: Church and Mission in a Warming World.