Imagine que se encuentra en los albores de la creación, cuando los ángeles cantaban las alabanzas de Dios. ¿Le sorprendería escuchar letras de canciones sobre el plan de Dios de glorificarse permitiendo que personas con discapacidad lideren a los poderosos en el escenario de la historia de la redención?
Ahora avanzamos rápidamente hasta el final de los tiempos, a la culminación de la historia, cuando el Juez del Universo se siente a escuchar los testimonios de los fieles que lo sirvieron humildemente. ¿Le sorprendería si algunas personas con discapacidad, trofeos de la gracia suficiente de Dios, trajeran la mayor gloria a través de su servicio fiel?
No se asombre ni se sorprenda.
Disability in Mission (La discapacidad en la misión), publicado por Lausanne Publishing y Hendrickson, tiene como objetivo cambiar nuestras perspectivas sobre la discapacidad en el plan de Dios. Incluye una historia tras otra de cómo Dios colocó soberanamente a una persona con discapacidad en una familia misionera, y cómo Dios usó a esa persona para cambiar corazones y vidas humanas.
Los colaboradores de Disability in Mission lo invitan a escuchar sus historias y repensar qué aspecto tiene el éxito en el reino de Dios. Si las congregaciones, las iglesias y los líderes de juntas de misión consideraran estos testimonios, creemos que las iglesias enviarían más personas con discapacidad como misioneros y buscarían líderes llamados y dotados, que por designio de Dios también tienen discapacidades, para dirigir sus iglesias.
Como está escrito en El Compromiso de Ciudad del Cabo, necesitamos “pensar no sólo en la misión entre las personas con discapacidades, sino a reconocer, afirmar y facilitar el llamado misional de los propios creyentes con discapacidades como parte del Cuerpo de Cristo” (II-B-4). ¿Estamos listos para asumir ese reto?
Cantamos letras como «El débil al fuerte guiará» (de la canción «Tu gracia me basta»). ¿Pero hasta qué punto queremos la gracia de la discapacidad? Esta es una tarea difícil que requiere una oración transparente.
Ore con nosotros
Padre celestial, venimos ante ti pidiendo un milagro. Señor de la discapacidad, por favor cambia nuestros corazones. Confesamos que desestimamos a las personas con discapacidad o dudamos de ellas. Pero, lo que es peor, las convertimos en objetos de compasión, con una actitud orgullosa, cuando en realidad deberíamos ver el llamado y los dones que les has dado en sus vidas.
Usa por favor los testimonios de este libro de tu gracia suficiente. Que las muchas vidas misioneras vividas fielmente con discapacidad nos recuerden que las personas con discapacidad llamadas y dotadas son plataformas para activar a otras, escaparates de tu gloria. Recuérdanos que la discapacidad es tu escenario para asombrar a un mundo que observa.
Creemos que puedes sanar y sanarás todas las discapacidades. Pero en tu escenario de la discapacidad, muestra tu poder cambiando nuestros corazones.
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