Hacia la disrupción
Estamos en una década de reforma de la estrategia de la misión, ya que las nuevas realidades crean a la vez obstáculos y nuevas oportunidades. Los cambios demográficos y los movimientos de personas nos obligan a repensar cómo y dónde desplegar a los trabajadores del reino, cuya naturaleza misma justifica una reconsideración. Examinar quién va y a dónde revela posibilidades inmediatas de renovar aspectos clave de la estrategia de la misión. Empoderar a creyentes que ya están en movimiento para que sean trabajadores del reino de primera línea es esencial para influenciar a las naciones para el evangelio. En este artículo, examinamos dónde estos trabajadores podrían tener el mayor impacto.[1]
Hay mucho que aprender de la historia de la misión. En 1884, el misionero de London Missionary Society David Picton Jones[2] lamentaba su incapacidad para cruzar las divisiones culturales y de clase en una población local de Uguha, África Central, que se sentía atraída a las formas y la religión de musulmanes de Zanzíbar que Jones empleaba como sirvientes. Africanos y europeos eran vecinos que habitaban mundos diferentes. La visión propia de la Ilustración que tenía Jones del hombre y la profesionalidad de la tarea misionera le impedían ver el evangelio operando en cualquier otro marco. Para Jones, no había ninguna posibilidad real de identificación con los lugareños en vida o espíritu, así que se deshizo de los sirvientes musulmanes. ¿Qué habría pasado si hubiera cambiado su enfoque y hubiera contratado a africanos cristianos de otros lugares?
Gran parte de la misión moderna opera dentro de marcos similares que pueden crear brechas comunicativas en lugar de puentes. Como ocurre con todos los organismos, la organización misionera se aferra a lo que le dio vida y le cuesta imaginar caminos alternativos. Sus sistemas y procesos están diseñados para preservar su vida y mejorar, no cuestionar, su identidad y propósito. Aunque ampliamente considerado como un éxito, el modelo tradicional de las misiones muestra que su desaparición es inminente, al carecer de agilidad y reorientación en un mundo que cambia rápidamente.
Las realidades políticas, en particular el endurecimiento de las fronteras para los misioneros y métodos tradicionales, están consumiendo más recursos pero produciendo menos avances. Deshonraríamos a los héroes del pasado si nos limitáramos a emularlos sin adaptarnos a la actualidad. Así como ellos hicieron lo mejor que pudieron con lo que se les dio, nosotros debemos hacer lo mismo con un conjunto diferente de herramientas conceptuales, políticas y aun tecnológicas.
Un aspecto clave de la tarea misionera es trasladar personas de un lugar a otro. El movimiento de personas a través de las fronteras continuará. A medida que la pandemia del COVID-19 se extienda, los factores de empuje y atracción en juego se exacerbarán. El número de migrantes en 2021 ha disminuido debido al cierre de las fronteras, la pérdida de puestos de trabajo de los migrantes, las restricciones a los viajes transfronterizos y el cierre de las economías. Este preciso momento es análogo a la marea que retrocede antes de que un tsunami toque tierra. Los cuantiosos daños económicos en todos los continentes crearán las condiciones para una movilidad aún mayor. Los conflictos relacionados con las pandemias, las actitudes económicas defensivas entre países y las perturbaciones civiles generarán movimiento.
¿Dónde están las personas?
¿Cómo adaptamos nuestro enfoque en medio de estos factores? Algunas iglesias han demostrado lo eficaces que pueden ser los creyentes migrantes en el esfuerzo misionero. Nuestra experiencia como misión con trabajadores en las zonas menos alcanzadas ha demostrado que el endurecimiento de las fronteras para el trabajo de misión tradicional se está acelerando.[3] ¿Cómo podemos remodelar nuestra fuerza de trabajo para seguir avanzando en estas zonas? El grupo interno de Operación Movilización, Scatter Global, que se centra en movilizar a seguidores de Jesús hacia las zonas menos alcanzadas mientras se dedican plenamente a sus actividades profesionales, encargó un estudio sobre los flujos existentes de personas.[4] De los 240 millones de migrantes registrados en 2019 por las Naciones Unidas, ¿cuántos podrían ser creyentes evangélicos?[5] Si nos centráramos en activar a los migrantes evangélicos para que vivan como seguidores de Jesús de la Gran Comisión, ¿qué zonas priorizadas podrían verse afectadas? De los flujos existentes de personas, ¿cuántos creyentes están yendo a las zonas geográficas menos alcanzadas? Si el envío de misioneros profesionales a estas regiones es cada vez más difícil, ¿existen flujos naturales de personas seguidoras de Jesús hacia estas regiones que podrían aprovecharse para la misión encarnacional?
Tomamos los datos de migración de la ONU de 2019[6] y superpusimos la información de Joshua Project[7] para estimar el número de evangélicos que probablemente forman parte de la población migrante. Asumimos que los índices de la población general también podrían aplicarse a las poblaciones migrantes, pero podría haber subpoblaciones como judíos que regresan a Israel o cristianos perseguidos que migran porque no pueden encontrar trabajo a nivel local. Por lo tanto, los datos deben ser vistos como más ilustrativos que reales. Sin embargo, nos sentimos lo suficientemente cómodos con los resultados como para sacar algunas conclusiones. Esto es lo que hemos aprendido.
Observamos que aproximadamente tres millones de evangélicos[8] trabajan en los países menos alcanzados. Esto eclipsa el número de misioneros a tiempo completo presentes allí. Puede que los emigrantes carezcan de la formación teológica de los trabajadores a tiempo completo, pero ciertamente tienen una realidad espiritual similar a la de los primeros cristianos dispersos del libro de Hechos, y un mayor tiempo de interacción personal con las poblaciones indígenas.
La mayoría de las personas vive dentro de estrechos corredores migratorios, generalmente ligados al idioma, la cultura y los vínculos naturales entre países. Hay algo de verdad en la frase “de todas partes a todas partes”, pero “de algún lugar a unos pocos lugares cercanos” es una mejor descripción del flujo de personas. Una estrategia basada únicamente en los creyentes migrantes sería insuficiente, ya que hay vastas zonas en las que no existe este tipo de población. Muchos países envían trabajadores a zonas “cristianizadas”. En este caso, los esfuerzos deben centrarse en activar a los lugareños para que se involucren con las distintas diásporas. En Canadá, desde donde escribo (Harvey), son los colegas, compañeros de estudios y vecinos de nuestros feligreses. Discipular a los creyentes locales para que sean trabajadores del reino de la primera línea es fundamental para llegar al corazón de geografías lejanas; cada somalí en Canadá está a una llamada de WhatsApp de una aldea no alcanzada en Somalia.
Algunos países «menos alcanzados» necesitan buscar otras soluciones
Albergan menos de 5000 evangélicos: Palestina, Egipto, Somalia, Tayikistán, Yemen, Myanmar, Kirguistán, Turkmenistán, Senegal, Guinea, Laos, Irak, Camboya, Vietnam, Irán, Bután, Gambia, Mongolia, Mauritania, Afganistán, Marruecos, Siria, Sri Lanka, Túnez, Argelia
En conjunto, albergan alrededor de 1,5% de ME
Figura 1: menos alcanzados con número mínimo de migrantes evangélicos
El 90% de los migrantes evangélicos que viven en los lugares menos alcanzados están concentrados en 15 países. Esto supone un importante punto de apoyo en algunos lugares muy estratégicos, pero también pone de manifiesto cómo algunos países están realmente desprovistos de la influencia del evangelio.
Alrededor de 90% de los ME viven en 15 países
País anfitrión
# de ME
% mundial
Arabia Saudita
339,342
11%
Italia
331,973
11%
Alemania
276,906
9%
Francia
261,314
9%
Japón
253,722
8%
Rusia
242,717
8%
Emiratos Árabes Unidos
230,920
8%
Tailandia
133,942
4%
Sudán
123,228
4%
Malasia
106,818
4%
Bangladés
97,632
3%
Kuwait
80,200
3%
Israel
64,561
2%
Catar
60,998
2%
Kazajistán
57,564
2%
Total
2,661,837
89%
Figura 2: El 90% de los Migrantes Evangélicos viven en 15 países
Menos de 10 países proporcionan movimientos considerables de evangélicos a zonas priorizadas; deberíamos centrar nuestra atención allí. Podemos colaborar con iglesias locales para convertir las estadísticas de la población migrante en “trabajadores del reino llamados”. Un número cada vez mayor ya lo está haciendo porque, como es lógico, las personas que tienen un encuentro con Jesús suelen entender que se espera que compartamos nuestra fe. La obediencia y las habilidades son otro asunto.
Las 10 principales fuentes de ME a todos los menos alcanzados
Fuente
# de ME
%
Filipinas
304,295
18%
India
257,024
16%
Birmania
169,081
10%
Ucrania
160,127
10%
Estados Unidos de América
154,573
9%
China
139,427
8%
Egipto
123,715
7%
Rumania
118,584
7%
Indonesia
117,801
7%
Brasil
110,961
7%
Figura 3: Las 10 principales fuentes de Migrantes Evangélicos
Muchas de las poblaciones migrantes evangélicas proceden de lugares considerados como campos “receptores”. Los misioneros extranjeros deben tener cuidado de no inculcar una visión de la iglesia local como el producto final de las misiones. Más bien, junto con líderes cristianos locales, deben examinar hacia dónde lleva el Espíritu Santo a los miembros de sus congregaciones y verlos como trabajadores del reino de hecho. Entonces puede surgir una nueva comisión que traerá un nuevo entusiasmo, sentido de llamado y propósito a la iglesia. Esto se aplica ciertamente a los antiguos campos “receptores” de Filipinas, China, Egipto, Brasil, Rumania, Indonesia, Myanmar e India, todos los cuales son ahora potencias enviadoras. Los creyentes de estas iglesias deben saber que no son las líneas de meta de las misiones, sino corredores en el equipo de relevo que deben a la vez recibir y pasar el testigo. Con esta visión y llamado, se puede hacer mucho para discipular, preparar y atender un nuevo flujo de trabajadores en estas zonas prioritarias.
Principales fuentes y destinos de los migranteS
Figura 4: Principales fuentes y destinos
Países en la Figura 4 (alfabéticamente según lo que aparece en el gráfico): Bangla (Bangladés); Bela (Bielorrusia); Brazil (Brasil); CdI (Costa de Marfil); China (China); CMR (Camerún); Congo (República del Congo); DRC (República Democrática del Congo); EC (Ecuador); Egypt (Egipto); Eri (Eritrea); Eth (Etiopía); France (Francia); GB (Gran Bretaña); Geo (Georgia); Germa (Alemania); Gha (Ghana); Hat (Haití); India (India); Indonesia (Indonesia); Israel (Israel); Italy (Italia); Japan (Japón); Kazak (Kazajistán); KMH (Camboya); Korea (Corea del Sur); Kuwait (Kuwait); Lao (Laos); Lat (Letonia); Malay (Malasia); Mold (Moldavia); Myanmar (Birmania); Nig (Nigeria); Npl (Nepal); Peru (Perú); Philippines (Filipinas); Port (Portugal); Qatar (Catar); Romania (Rumania); Russia (Rusia); Saudi (Arabia Saudita); SIN (Singapur); Sri (Sri Lanka); SSud (Sudán del Sur); Sudan (Sudán); TCD (Chad); Thai (Tailandia); UAE (Emiratos Árabes Unidos); Ukraine (Ucrania); USA (Estados Unidos de América); VN (Vietnam);
Activar el flujo migratorio
¿Qué se necesita para activar estratégicamente a los creyentes para que participen plenamente en la Gran Comisión? Aparte de las iglesias filipinas e indias, hay pocos indicios de activación entre los demás migrantes. Aunque los creyentes se encuentran unos a otros instintivamente, puede que no se vean a sí mismos como trabajadores del reino comisionados. Es crucial que las iglesias de origen vean el potencial y su responsabilidad. Cuando la iglesia se da cuenta de que sus miembros se dirigen a una situación en el extranjero que los pondrá cara a cara con personas no alcanzadas, y estos feligreses tienen el llamado de Dios en sus vidas, se desatará una nueva creatividad, capacitación, preparación y apoyo. Discipularlos, dotarlos de visión y comisionarlos formalmente como trabajadores del reino, enviados, revolucionará la forma en que los trabajadores migrantes se ven a sí mismos y su papel junto con los que los enviaron. Muchas iglesias se han sentido insignificantes, carentes de recursos para responder a la Gran Comisión.
Sin embargo, es esta misma falta de recursos la que está empujando a los miembros de la iglesia a zonas menos alcanzadas y dándoles la oportunidad de participar en la propagación del evangelio. Hemos asociado erróneamente la eficacia de la estrategia con el acceso a los recursos: los que tienen, pueden; los que no tienen, no pueden. El efecto aguas abajo de esto es que los individuos, grupos y pueblos plenos de recursos son considerados como de pensamiento más proactivo, más en sintonía con lo que Dios quiere hacer y más eficaces. Bien puede ser cierto lo contrario.[9]
La iglesia filipina ha estado a la vanguardia de este esfuerzo en las últimas décadas y ha aprendido mucho sobre la activación de trabajadores migrantes. Su conocimiento necesita ser compartido. Los migrantes enfrentan retos y riesgos únicos que necesitan el apoyo tanto de la iglesia de origen como de las agencias de misión que pueden supervisar su aprendizaje y transmitirlo a otros.
La movilización de las agencias de misión debe incluir a los cristianos laicos entre las corrientes migratorias. La capacitación, los recursos de evangelización, el asesoramiento, los sitios de cooperación y otros elementos pueden movilizarlos y apoyarlos. Necesitamos el conocimiento, el poder organizativo y el compromiso de la agencia para forjar nuevos caminos y aprovechar nuevas oportunidades con nuevos trabajadores.
Europa alberga la mayor diversidad de todas las fuentes de migrantes
Figura 5: Propagación de ME en zonas menos alcanzadas
█ Alberga más de 80 nacionalidades █ Alberga 20 a 36 nacionalidades
█ Alberga 10 a 19 nacionalidades █ Alberga menos de 10 nacionalidades
El discipulado es clave
La historia de la valía y el trabajo de los cristianos promedio como personas del reino necesita una revisión. La división secular-sagrado ha distorsionado la visión del trabajo del creyente. Los pastores saben intuitivamente que su papel es hacer discípulos para que, dondequiera que se encuentren los miembros, sepan que Dios los ha colocado allí para cumplir tanto su responsabilidad personal de atender a la familia como de ser sus testigos.
Los patrones de migración seguirán cambiando y necesitan nuestra atención. Nuestra investigación ha indicado patrones muy específicos de migración evangélica a zonas de alta prioridad. Significa que debemos centrarnos en construir una visión de misión en las comunidades de origen para aprovechar esta oportunidad. No obstante, aunque la urgencia del evangelio nos obliga a buscar las mejores soluciones, citius altius fortius no es el principio cristiano por excelencia. El Espíritu Santo en discípulos reunidos en comunidad en cualquier lugar significa que tienen el poder del Creador dentro y delante de ellos. Él llevará todas las cosas a término.
Endnotes
- Editor’s note: See article by Sadiri Joy Tira entitled ‘Diaspora from Cape Town 2010 to Manila 2015 and Beyond’, in March 2015 issue of Lausanne Global Analysis, https://lausanne.org/content/lga/2015-03/diasporas-from-cape-town-2010-to-manila-2015-and-beyond.
- Jonathan J. Bonk, The Theory and Practice of Missionary Identification,1860-1920 (Lampeter, Dyfed: Edwin Millen Press,1989), 54.
- Nota del editor: Ver el artículo de Charles Rijnhart “Los menos alcanzados del mundo están en nuestras calles” en el número de noviembre 2020 del Análisis Mundial de Lausana https://lausanne.org/es/contenido/aml/2020-11-es/los-menos-alcanzados-del-mundo-estan-en-nuestras-calles
- Scatter Global, accessed 23 December 2020, http://www.scatterglobal.com/.
- Terms such as ‘evangelical’ and ‘least reached’ are as defined by the Joshua Project, https://joshuaproject.net/help/definitions.
- ‘Population Division: International Migration’, United Nations Department of Economic and Social Affairs, United Nations, accessed 23 December 2020, https://www.un.org/en/development/desa/population/migration/data/estimates2/index.asp.
- Joshua Project, accessed 23 December 2020, https://joshuaproject.net/.
- Limiting believers to this definition is not meant to exclude those from other Christian faith traditions who may not be formally associated with the evangelical church.
- Nota del editor: Ver el artículo de Sam George “¿Está Dios reviviendo Europa a través de los refugiados?” en el número de mayo 2017 del Análisis Mundial de Lausana https://lausanne.org/es/contenido/aml/2017-05-es/esta-dios-reviviendo-a-europa-a-traves-de-los-refugiados
Photo credits
Portrait of David Jones from Wikipedia: David Jones (missionary)