Global Analysis

Llevar la iglesia a las personas con discapacidad

Una nueva iniciativa de la Red Asuntos de Discapacidad de Lausana

Dave Deuel Mar 2023

¿Qué hay que hacer por las personas que no pueden ir a la iglesia por una discapacidad? Los que no pueden salir de sus casas o residencias de atención médica echan de menos la comunión, el culto comunitario y la vida corporal que supone asistir a la iglesia. Pero, sobre todo, echan de menos a otras personas que les ayuden a crecer espiritualmente. Necesitan cuidado espiritual. Debemos llevar la iglesia, el cuerpo de Cristo con todo su compromiso espiritual y bendiciones, a las personas con discapacidad que no pueden asistir a la iglesia. ¿Cómo podemos imaginarnos esto?

Debemos llevar la iglesia, el cuerpo de Cristo con todo su compromiso espiritual y bendiciones, a las personas con discapacidad que no pueden asistir a la iglesia

Aunque muchas personas con discapacidad[1] participan activamente en sus iglesias locales, otras no pueden hacerlo. Pero los trabajadores de atención vocacional para la discapacidad (profesionales de atención de la salud, educación inclusiva y servicios para la discapacidad) pueden llevar la iglesia a las personas problemas de discapacidad. A través del contacto personal en su trabajo, pueden ser la iglesia movilizada para servir a personas con problemas de discapacidad mediante la administración de cuidado espiritual. Después de todo, son seguidores de Cristo llamados y dotados que desean servirlo a través de su trabajo.[2]

Discapacidad y vocación

Jesús dijo: «Estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron” (Mateo 25:36). Nuestro Salvador habla de personas que no podían asistir a la asamblea reunida de una sinagoga o una iglesia. Jesús señala que, si visitamos personas enfermas o encarceladas y las ministramos con nuestra presencia y nuestro alimento espiritual, lo hacemos por él. Esto se debe a que el objetivo principal de la misión es la madurez espiritual.[3]

Pablo adora y evangeliza en la cárcel (Hechos 16:25-34). Estas no son meras actividades sociales; buscan tener un impacto espiritual. No se limitan a animar a la gente, sino que ministran consuelo, paz y aliento en momentos de gran necesidad. Cuando la Biblia habla de animar, por lo general se refieren a guía espiritual, no solo a una charla motivacional. Es estar presente y hablar verdad.[4] El cuidado espiritual administrado a través del cuidado vocacional es misión.

Muchos creyentes que trabajan individualmente con personas con discapacidad eligieron su vocación como un llamado.

Muchos creyentes que trabajan individualmente con personas con discapacidad eligieron su vocación como un llamado.[5] Los trabajadores de la salud, los especialistas en desarrollo y educación infantil y los profesionales de los servicios para la discapacidad centran su atención en la administración de cuidados físicos y mentales. Las estrechas relaciones que les proporciona el compromiso personal les brindan la oportunidad de administrar cuidados espirituales, e incluso formación espiritual.[6]

Muchos profesionales de la discapacidad no solo creen que Dios los condujo a su trabajo, sino que su fe y sus valores espirituales los motivan a diario para servir fielmente en esos papeles. Dios les da éxito en sus labores cada día en el trabajo.[7] ¿Cuántos sirven a personas con discapacidad en todo el mundo? Unidos, constituyen una fuerza de trabajo que cubre todo el planeta. Pero no solo son millones, sino que también están muy comprometidos. Al fin y al cabo, es su misión.

Los profesionales cristianos de cuidado para la discapacidad animan y aconsejan a personas con problemas de discapacidad sobre cuestiones de la vida espiritual mientras administran cuidados. Por ejemplo, las enfermeras, los terapeutas y los médicos pueden orar con los pacientes antes de una intervención quirúrgica; los educadores pueden aconsejar a los estudiantes y a sus padres que recurran a los mejores motivos espirituales para esforzarse en los programas académicos; y los profesionales de servicios para la discapacidad pueden animar a quienes sirven a no descuidar los intereses espirituales mientras ayudan a las personas con problemas de discapacidad a diseñar sus vidas mediante una planificación centrada en la persona.

En una conversación entre un cuidador y la persona que cuida, compartir un solo versículo de la Biblia puede cambiar la forma en que una persona con una discapacidad se siente ante los retos que enfrenta. Por ejemplo, oír por primera vez, o simplemente que se les recuerde, que son “una creación admirable” (Salmos 139:14) puede reconfortarlas y animarlas. Saber que Dios no las está castigando al permitirles experimentar la discapacidad es curativo para el alma. El asesoramiento espiritual es especialmente importante para quienes sufren aislamiento o desánimo por la falta de progresos en la rehabilitación y el dolor crónico. Este tipo de condiciones son a menudo más perjudiciales que los retos físicos y el dolor asociado a la discapacidad.

Cuidado vocacional de la discapacidad como misión

Desde el comienzo de la iglesia, los cristianos han aplicado su llamado y sus dones, su vocación, para satisfacer las necesidades espirituales al tiempo que cuidaban de los demás. La iglesia ha desempeñado un papel fundamental en la creación de hospitales, escuelas y servicios para la discapacidad como parte de su misión.[8] No es de extrañar que estos organismos hayan estado a menudo formados por miembros de la iglesia que consideraban que su función era ministrar cuidados espirituales además de ayuda física.

Hoy en día, en muchos lugares, estas instituciones son financiadas por lo general con los impuestos y son administradas por organismos gubernamentales. Pero sigue habiendo espacio para el cuidado espiritual como misión. La historia y la conveniencia actual nos llaman a una mezcla de cuidados. Es difícil imaginar una fuente mayor y más consistente de nutrición espiritual y atención a la discapacidad que dar rienda suelta a la fuerza laboral de los profesionales cristianos de la discapacidad. Pero se pone mejor.

los cristianos han aplicado su llamado y sus dones, su vocación, para satisfacer las necesidades espirituales al tiempo que cuidaban de los demás.

En primer lugar, los trabajadores vocacionales disfrutan de un contacto directo y continuo con personas con discapacidad. Los pastores y otros trabajadores de la iglesia local pueden no ser capaces de pasar períodos sostenidos de tiempo conociendo a las personas con discapacidad y sus familias. En consecuencia, los líderes de iglesia no encuentran fácilmente oportunidades para hablar verdad y consuelo en sus vidas debido a la falta de proximidad, aunque muchos lo intentan. Algunos lo consiguen.

Pero, en segundo lugar, nuestros edificios institucionales están insertos en la comunidad. Los hospitales, las escuelas y los centros de servicios para la discapacidad no solo están cerca de donde residen las personas con discapacidad, sino que también están diseñados y regulados para centrarse en acomodar a las personas con problemas de discapacidad. Se podría argumentar que las iglesias también deberían estarlo. Muchas lo están. Pero las iglesias pueden no ser accesibles para personas con discapacidad, porque la accesibilidad es algo más que rampas y puertas ensanchadas. Incluye cuándo se ofrecen los servicios, cómo se llevan a cabo y, básicamente, con qué facilidad puede participar una persona con discapacidad, si es que puede hacerlo. Esa es otra de las razones por las que quienes sirven en vocaciones para la discapacidad tienen importantes ventajas en su misión. Además, suelen estar totalmente financiados por organismos gubernamentales.

La vocación para la discapacidad complementa a quienes realizan misiones tradicionales. Las iglesias locales envían trabajadores de la salud, especialistas en desarrollo infantil y trabajadores de servicios para la discapacidad a otros países para participar en la misión tradicional, como han hecho durante siglos. La labor continúa.

Pero, al igual que la misión tradicional, debemos animar a los profesionales de la discapacidad a desempeñar un papel aún más importante en la atención espiritual en el hogar y en nuestros propios barrios como proyección de nuestras iglesias. Las personas con discapacidad que sirven pueden crecer espiritualmente mientras reciben aliento para encontrar sus propios dones y su vocación. ¡Qué alegría experimentan cuando descubren que pueden tener capacidades diferentes, pero también pueden participar plenamente como miembros del cuerpo de Cristo! Estos esfuerzos asegurarán en ellos un sentido de pertenencia y reducirán su aislamiento.

Ya se han sentado las bases de la misión vocacional para la discapacidad. Muchos profesionales de la discapacidad que son llamados, dotados, formados y colocados son activos en las vidas de las personas con discapacidad. Pero necesitan pastores y otros líderes de iglesia que animen, inspiren y doten de recursos a este gran e impactante grupo de trabajo mundial. Aprovecharán las oportunidades de cuidado espiritual que a veces llamamos «momentos de misión» durante su involucramiento diario con personas con discapacidad. Esto requerirá muy poco esfuerzo o gasto, mientras que el resultado podría ser significativo.

Pero primero, la iglesia debe reconocer y apoyar su papel como misión. Se trata de un ministerio en el ámbito laboral que ofrece extraordinarias oportunidades de cuidado espiritual, oportunidades que quizá no se presenten de ninguna otra manera. Debemos llevar la iglesia a las personas con discapacidad.

La iniciativa vocacional “llamados a cuidar”

Durante los últimos diez años, la Red Asuntos de Discapacidad de Lausana se ha centrado principalmente en el desarrollo de líderes con discapacidad para todos los ministerios de las iglesias locales y papeles de liderazgo de organizaciones cristianas.[9] Las personas llamadas y dotadas con problemas de discapacidad pueden servir como líderes superando a menudo las expectativas. Incluso pueden participar en misiones internacionales.

De cara al futuro, nuestra red seguirá centrándose en el liderazgo en la discapacidad, especialmente la discapacidad en la misión.[10] Pero, siguiendo el compromiso de Lausana de llevar “la influencia del reino en todas las esferas de la sociedad”, así como su iniciativa de ministerio en el ámbito laboral, la Red Asuntos de Discapacidad de Lausana añadirá la vocación para la discapacidad como misión al plan de nuestra red. Como todos los trabajadores cristianos, las personas llamadas a servir en papeles vocacionales para la discapacidad necesitan estímulo, libertad para buscar la innovación en la misión que sea apropiada a su esfera de trabajo, y recursos para hacer su trabajo eficazmente, entre otras formas de apoyo.

Nuestro objetivo es conectarnos con ellos para implementar nuestra vocación para la discapacidad como iniciativa de misión y apoyarlos en sus planes.

Por lo tanto, nuestra red ha añadido tres nuevas funciones catalizadoras en el cuidado de salud en la discapacidad, desarrollo infantil y servicios a nuestro enfoque del ministerio de la discapacidad. Tenemos previsto asociarnos con otras redes temáticas de Lausana, grupos regionales, grupos generacionales y los recién creados Equipos Nehemías.[11] Nuestro objetivo es conectarnos con ellos para implementar nuestra vocación para la discapacidad como iniciativa de misión y apoyarlos en sus planes.

Esperamos recuperar el terreno perdido del impacto espiritual, ya que la iglesia ha cedido su labor de atención a los organismos gubernamentales, por lo que estamos muy agradecidos. Con profundo respeto por el trabajo de los colegas no cristianos en el cuidado, deseamos añadir el cuidado espiritual. Invitamos a las iglesias locales de todo el mundo a incluir a las personas con discapacidad, recordando a quienes no pueden reunirse en iglesias locales.[12]

Como una respuesta, animamos a los jóvenes en formación a considerar las funciones de atención a la discapacidad como oportunidades para servir a Dios en su cuidado de los demás. Necesitamos muchos más de ellos, ya que el número de personas con discapacidad aumenta exponencialmente a diario. Por ejemplo, hay aproximadamente un 50 por ciento de posibilidades de que las personas de 80 años o más desarrollen algún tipo de discapacidad, lo que dificulta o imposibilita su participación en la iglesia. Jóvenes cristianos, ¿los llama Dios a servir a este grupo con cuidados físicos y espirituales?

La vocación es una plataforma para una misión de gran impacto entre personas con problemas de discapacidad. Es difícil imaginar una oportunidad mayor para la misión, que solo se está realizando parcialmente.[13] Es más, muchas personas con discapacidad pueden servir en vocaciones en las que su experiencia vivida con la discapacidad puede aportar empatía, apoyo y cuidado espiritual.[14]

¿Qué impide a la iglesia mundial involucrar a personas con discapacidad en el cuidado espiritual junto con el cuidado profesional? La misión vocacional para la discapacidad es bíblicamente sólida y sosteniblemente eficaz. Todo lo que queda por hacer es animar, dotar de recursos y apoyar a los trabajadores de cuidado vocacional para la discapacidad mediante oración, concienciación e inspiración.

La fuerza laboral mundial está muy poblada de profesionales de servicios para la discapacidad de todo tipo. Los que siguen a Cristo tienen un lugar único para el servicio. Que la misión continúe y aumente para que las personas con discapacidad que no pueden asistir a la iglesia puedan experimentar la vida espiritual, los recursos y las bendiciones de la iglesia cuando los trabajadores de cuidado profesional para la discapacidad lleven la iglesia a ellas.

Notas

  1. Following standard journalistic conventions, this study will use people first language when referring to people with disabilities as well as variations such as people with impairments or people with disabling conditions.
  2. Consistent with John Stott’s definition of work as vocation: ‘Work is the expenditure of energy (manual or mental or both) in the service of others, which brings fulfillment to the worker, benefit to the community, and glory to God’, John R. W. Stott, Issues Facing Christians Today (Grand Rapids, MI: Zondervan, 2014) 225.
  3. David G. Peterson, ‘Maturity: the goal of mission’ in The Gospel to the Nations: Perspectives on Paul’s Mission, eds. Peter Bolt and Mark Thompson (Downers Grove, IL: IVP, 2000), 185-204.
  4. David G. Peterson, ‘The Ministry of Encouragement’ in God Who Is Rich in Mercy: Essays Presented to D.B Knox eds. P.T. O’Brien and David G. Peterson (Grand Rapids, MI: Baker Books, 1986), 249-50.
  5. For more on Christian vocation, see Gene Edward Veith Jr., God at Work: Your Christian Vocation in All of Life (Wheaton, IL: Crossway, 2002), 157.
  6. Larry Peabody, God Loves Your Work: Discover Why He Sends You to Do What You Do (Eugene, OR: Wipf and Stock, 2022), 116.
  7. On the true meaning of success in ministry, see Nathan Grills, ‘Success: Whose Will Is Being Done?’ in Faithful is Successful: Notes to the Driven Pilgrim, eds. Nathan Grills, David E. Lewis, and S. Joshua Swamidass (Denver. CO: Outskirts Press, 2014), 143-65.
  8. On the shift from individual service as opposed to institutionalized care or vice-versa, see Gregg E. Gardner, The Origins of Organized Charity in Rabbinic Judaism (Cambridge, UK; Cambridge University Press, 2015), 63-83; Edmund H. Oliver, The Social Achievements of the Christian Church (Vancouver, B.C.: Regent College Publishing, 2004, first published in 1930), 19.
  9. Dave Deuel, “El desarrollo de líderes jóvenes con discapacidad: ¿un ministerio más allá de nuestros más osados sueños?”, en el número de enero 2016 del Análisis Mundial de Lausanahttps://lausanne.org/es/contenido/aml/2016-01-es/el-desarrollo-de-lideres-jovenes-con-discapacidad
  10. For a fuller explanation of this initiative, see David C. Deuel and Nathan G. John eds., Disability in Mission: The Church’s Hidden Treasure (Peabody, MA; Lausanne- Hendrickson, 2019).
  11. For more information on the Lausanne leadership groupings, see https://lausanne.org/es/redes.
  12. For an exploration of the breadth of inclusive ministry see Leow Wen Pin, ‘A Theological Introduction to Disability,’ in Enabling Hearts: A Primer for Disability-Inclusive Churches, ed. Leow Wen Pin (Center for Disability Ministry in Asia: 2021), 7-11.
  13. Of John Stott’s desire, Alister Chapman says, ‘As he neared the end of his own life, his ambitions focused more and more on others, on making them more useful in the kingdom of God.’ Alister Chapman, Godly Ambition: John Stott and the Evangelical Movement (Oxford: Oxford University Press, 2012), 151.
  14. The Christian Institute on Disability at Joni and Friends has designed a spiritual care course for vocational workers, the premise of which is that personal spiritual growth invariably leads to spiritual care in others. See https://www.joniandfriends.org/.

Biografía del autor

Dave Deuel

Dave Deuel es catalizador de la Red de Asuntos de Discapacidad de Lausana y también es miembro del equipo directivo de la Comunidad de Mentores de la GLJ. También es investigador principal de política y publicaciones de Christian Institute on Disability y decano académico emérito de The Master’s Academy International. Recientemente ha coeditado y colaborado en el libro Disability in Mission: The Church’s Hidden Treasure.

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