Si bien Corea del Norte parece impenetrable e inexpugnable, sin libertad religiosa aparente, hay señales de esperanza tanto a través de su historia como en su situación actual. A lo largo de la historia del país Dios ha usado a cristianos, tanto extranjeros como indígenas, para atraer al pueblo de Corea a su irresistible gracia.
Corea del Norte es una nación que ha intentado erradicar la fe cristiana desde hace más de 70 años. La dinastía de los Kim ha pasado por muchos cambios y cada cambio ha ido acompañado de esperanzas de reformas políticas y sociales que se han visto frustradas. A lo largo de esos años quienes han intentado ayudar a Corea del Norte se han enfrentado al “cansancio del donante” y a las críticas por querer ayudar, y algunos han acabado quemados o han abandonado; pero a lo largo de la historia y en el compromiso actual de creyentes Dios no está ausente de Corea del Norte. La manifestación de la irresistible gracia de Dios se hace patente dentro, y a veces fuera, de esta nación.[1]
El cristianismo en Corea
El hecho es que Corea del Norte no es ajena al cristianismo. Dios ha usado el avivamiento, la medicina moderna, la educación y el movimiento independentista para atraer a esta nación a sí mismo. En 1907 Pyongyang fue declarada la “Jerusalén de Oriente” por la vitalidad de la presencia y actividades cristianas en la ciudad.
La medicina jugó un inmenso papel para abrir Corea al cristianismo. Horace Allen, misionero médico de EE.UU., llegó a Corea en 1884 y pudo providencialmente curar al hermano de la Reina. Gracias a esta labor de beneficencia los misioneros fueron bien recibidos en Corea y el cristianismo tuvo un gran impulso. Un poco más adelante Allen pudo establecer un hospital y una escuela y los misioneros tuvieron permiso para establecer instituciones docentes por todo el país. Y los cristianos fundaron 293 colegios y 40 universidades.
El cristianismo se identificó con el Movimiento de Independencia contra el colonialismo japonés y eso le ayudo a ganarse el respeto y la legitimidad. Ese fue un momento de unidad que trascendió los trasfondos socioreligiosos, pero el papel que jugaron los cristianos fue prominente y reconocido en la historia del país:
- De los 33 firmantes de la Declaración del Movimiento de Independencia, 16 eran cristianos.
- Según el informe de la policía japonesa de 1919, de las 19.525 personas arrestadas 3.371 eran cristianos y 489 clérigos.
- De las 471 mujeres arrestadas, más de 309 eran cristianas.[2]
Lo impresionante de estas cifras es que en aquel momento los cristianos eran menos del 2% de la población. Estas contribuciones le dieron credibilidad y legitimidad al cristianismo como una religión coreana.
Persecución en Corea del Norte
Desde 1945 hasta principios de la década de los 80 el partido gobernante intentó erradicar el cristianismo de la faz de Corea y muchos cristianos se vieron perseguidos por su fe. La persecución y el exterminio de cristianos fueron tan concienzudos que en la década de los 70 Kim Il Sung y su gobierno declararon que ya no quedaban cristianos en Corea del Norte. Después en la década de los 80 Kim Il Sung recibió a importantes líderes religiosos como Billy Graham, Sun Myung Moon y pastores coreanos y declaró que en Corea del Norte había libertad religiosa, pero la persecución continuó.
Tras la muerte de Kim Il Sung, con la caída de la antigua Unión Soviética y la reducción de la ayuda de Rusia a Corea del Norte, muchos coreanos del norte pasaron hambre. Millones murieron de inanición y de malnutrición y cientos de miles de desesperados pusieron rumbo a China en busca de comida y ayuda.
Por los relatos de personas de esa época sabemos que muchos norcoreanos llegaron a conocer el amor de Dios y regresaron a Corea del Norte con esa esperanza. Miles de norcoreanos se hicieron cristianos y viven en la actualidad en Corea del Norte con su fe personal en Dios. Cuando no era posible conocer el amor de Dios en Corea del Norte muchos se hicieron cristianos al salir a China.
Relacionarse como cristianos
Es importante entender que aunque Corea del Norte sea un país comunista como China, la situación es muy diferente. El cristianismo no tiene las mismas connotaciones históricas negativas que en China, donde se lo ve históricamente asociado con el colonialismo, los “Tratados Desiguales” y las Guerras del Opio. La ideología comunista subyacente mantiene que la religión es el “opio del pueblo”, pero la historia coreana asocia el cristianismo con el progreso, la educación y la liberación; por eso se recomienda a las organizaciones cristianas que se identifiquen claramente ante las autoridades norcoreanas como entidades cristianas.
Presencia cristiana
A partir de 1995 el gobierno norcoreano ha recibido a más de 70 iglesias y organizaciones cristianas como Visión Mundial, Samaritan’s Purse, Amigos Cristianos de Corea y la Iglesia Menonita. La siguiente información procede de las investigaciones de Jiehae Blackman:[3]
- Entre 1995 y 2012 había unas 480 entidades extranjeras trabajando en Corea del Norte, de las que 70 eran cristianas.
- Ha habido grupos cristianos trabajando en 85 de las 145 provincias del país, lo que supone que un 60% han tenido presencia de organizaciones cristianas.
- Los grupos cristianos han trabajado en 23 de las 27 ciudades del país. Las cuatro ciudades en las que no han trabajado son: Kanggye en la provincia de Jagang, Kimchaek en Hamgyong Norte, Sunchon en Phyongan Sur y Tanchon en Hamgyong Sur. De las 23 ciudades en las que han trabajado la más grande es Pyongyang con un 19% de todos los proyectos cristianos, seguida de Rason con el 7%, Wonsan 6%, Nampho 5% y Sariwon 4%.
Además muchas organizaciones seculares emplean a cristianos para trabajar en Corea del Norte.
El gobierno norcoreano tolera, e incluso recibe con gusto, a las organizaciones cristianas por su integridad y por cómo benefician a la nación. En uno de mis viajes uno de mis “cuidadores” me dijo: ‘Muchos de los que vienen a nuestro país quieren aprovecharse de nosotros, pero ustedes (los cristianos) quieren ayudarnos’.
O sea que un número desproporcionado de la gente que trabaja en Corea del Norte (así como con norcoreanos fuera del país) son cristianos, que se dedican a sus diversas áreas de actividad porque aman a Dios y a Corea del Norte. Mientras los norcoreanos sientan que los cristianos les ayudan porque les aman, el cristianismo será considerado una religión para Corea tanto en el Norte como en el Sur.
En la soberanía de Dios el cristianismo no dejará Corea del Norte. Los cristianos trabajan en Corea del Norte, en empleos seculares o cristianos, para bendecir a esta gran nación. Dios, en su soberanía y en sus tiempos, permitirá que la buena voluntad de los cristianos dé resultados espirituales para la nación en maneras que no podemos imaginar.
Consulta de Lausana sobre Corea del Norte
El pasado mes de febrero se reunieron 80 profesionales, expertos en ministerio y líderes eclesiales en Pasadena (California) para orar y visualizar formas de mayor involucración por parte de la iglesia global. A lo largo del encuentro los participantes compartieron increíbles historias de su vida y trabajo en Corea del Norte, en contraste con la negativa cobertura de la prensa internacional sobre detenciones, proliferación nuclear y sanciones. Gente de negocios, diplomáticos, docentes, trabajadores de agencias de ayuda y ONGs de diferentes continentes y países presentaron diversos proyectos.
Más aún, hubo profesionales que compartieron su testimonio de su preocupación por las necesidades de los norcoreanos y su disponibilidad para ir a trabajar allá. También se debatieron algunos retos, como el temor a ser arrestados, el cuidado de los miembros y temas financieros, espirituales y de relaciones que afectan a los potenciales trabajadores. ¿Cómo se está preparando la iglesia para equipar a estos jóvenes profesionales para trabajar en las difíciles e inciertas circunstancias de Corea del Norte?
El desafío de la unidad
Conforme Corea del Norte se va abriendo a las inversiones y entidades comerciales extranjeras ( una de sus políticas clave) la unidad de los cristianos será uno de los mayores desafíos. A lo largo de la historia reciente a los cristianos no les ha ido muy bien en demostrar cooperación y unidad. Las divisiones cristianas, manifestadas en malsana competición, dificultan que el mundo capte claramente el mensaje del evangelio y sean capaces de ver la diferencia entre las sectas y las legítimas denominaciones establecidas.
Si los cristianos no dan prioridad a su unidad en Corea del Norte, a los norcoreanos les costará distinguir entre las sectas que trabajan allá (como la Iglesia de la Unificación) y los cristianos ortodoxos. Sea que actuemos en áreas más sensibles o trabajemos para mejorar las condiciones de vida de los norcoreanos en su país, es imperativo que nos unamos como cuerpo de Cristo. No trabajamos en empresas competidoras o dispares. Si Jesús es el Señor de nuestra organización y nuestro propósito es bendecir al pueblo norcoreano, tenemos que proclamar un único mensaje del amor de Dios.
En teoría todos los cristianos están a favor de la unidad, hasta que su organización tiene algo que perder. Por otra parte, para establecer la unidad que ganará al mundo para Cristo (Juan 17:23), el sacrificio tiene que ser un factor esencial. ¿Estamos dispuestos a dejar atrás nuestras formas preconcebidas para recibir lo nuevo (Isaías 43:19) que Dios desea hacer en y por medio de la iglesia?
El respetado misionero y teólogo Lesslie Newbigin se lamentaba así:
¿Cómo podemos, sin reconciliarnos entre nosotros, proclamar la reconciliación al mundo? ¿Cómo podemos ser heraldos del único Señor y llamar a las gentes a aceptar Su Señorío cuando nosotros no somos capaces de vivir juntos bajo Su única autoridad? (Newbigin 1959: 55).
Que seamos llevados a esa completa unidad para que los norcoreanos conozcan (Juan 17:23). Soli Deo gloria!
Notas
- Editor’s Note: See article entitled ‘God at Work in North Korea’ in the September 2013 issue of Lausanne Global Analysis.
- Kim, Sung-t’ae, ‘Chonggyoin-ui 3.1 Undong Ch’amyo-wa Kidokkyo-ui Yokhwal’ [Religionists’ Participation in the March First Movement and the Role of Christianity], Han’guk Kidokkyo Yoksa Yong’gu [Journal of the Institute for the Study of Korean Church History], 25 (1989): 17-24. Referenced in Timothy Lee (see reference below), 451.
- The foreign engagement map has been a brain child of Jiehae Blackman and lists many of the foreign entities which have been engaged with North Korea. It can be located at http://www.engagedprk.org/.
Referencias
Kim, C H Sebastian, and Kirsteen Kim. A History of Korean Christianity. New York: Cambridge University Press, 2014.
Newbigin, Lesslie. One Body, One Gospel, One World: The Christian Mission Today. London: Wm Carling & Co Ltd, 1959.
Lee, Timothy S. ‘A Political Factor in the Rise of Protestantism in Korea: Protestantism and the 1919 March First Movement’ in Critical Readings on Christianity in Korea, Donald Baker, ed. Leiden, Netherlands: Koninklijke Brill NV, 2014.