Durante siglos, la iglesia adoptó nuevas herramientas para cumplir la Gran Comisión. La imprenta puso las Escrituras en manos de la gente común y corriente. La radio y la televisión difundieron el evangelio por todo el mundo. Internet conectó a creyentes y personas interesadas de todo el mundo. Cada salto tecnológico reconfiguró el discipulado, trayendo tanto oportunidades como riesgos.
Al igual que con la imprenta o el teléfono inteligente, la cuestión que se nos plantea no es si la IA influirá en el discipulado, sino cómo la administraremos.
Hoy en día, la Inteligencia Artificial (IA) representa el último cambio en esta historia. Al igual que las tecnologías anteriores, la IA no es intrínsecamente buena ni mala; su impacto depende de la sabiduría, el discernimiento y la ética de quienes la utilizan. Al igual que con la imprenta o el teléfono inteligente, la cuestión que se nos plantea no es si la IA influirá en el discipulado, sino cómo la administraremos.
De la imprenta al texto predictivo
Ya hemos visto cómo la IA impulsa acciones oportunas y relacionales en la vida cotidiana. Hace poco, durante un entrenamiento, el teléfono de un amigo le sugirió, sin que se lo pidiera, que enviara un mensaje de ánimo a alguien que se estaba recuperando de una operación. En cuestión de segundos, envió un mensaje de ánimo. La tecnología le ayudó a querer mejor a su hermano.
Este sencillo ejemplo muestra el potencial de la IA para ayudar a los creyentes a actuar de forma que reflejen el amor de Cristo. De la misma manera que el auge de la tecnología transformó la vida de la iglesia, la revolución de la IA podría mejorar el discipulado, especialmente en la formación de relaciones personales, la educación y la capacitación, que están en el corazón de ayudar a alguien a parecerse más a Jesús.1

Introducción a la IA y el discipulado
La inteligencia artificial está cambiando rápidamente la forma en que las personas aprenden, se comunican y toman decisiones, y la iglesia no es inmune a su influencia. Al igual que las innovaciones del pasado, como la imprenta e Internet, transformaron el discipulado, la IA presenta ahora nuevas oportunidades y serios interrogantes sobre cómo los creyentes crecen en Cristo. En su esencia, el discipulado es relacional y está guiado por el Espíritu; el reto que tenemos ante nosotros es discernir cómo utilizar estas nuevas herramientas sabiamente para que sirvan, en lugar de distorsionar, el llamado a seguir a Jesús.
Formas prácticas en que la IA puede mejorar el discipulado
A partir de nuestro trabajo en tecnología eclesiástica y de nuestro papel como fundadores de DiscipleIQ,2 vemos varias oportunidades que ofrece la IA y que se ajustan al marco ético presentado en el artículo introductorio de este volumen. Estas incluyen, entre otras:
- Crear perfiles de aprendizaje: la inteligencia artificial puede ayudar a los líderes a comprender a quienes discipulan mediante la creación de perfiles de aprendizaje precisos y basados en permisos. La información sobre estilos de aprendizaje, personalidad y necesidades permite una enseñanza y mentoreo más efectivos.
- Emparejar mentores con mentoreados: un emparejamiento potenciado por la IA puede conectar a las personas con los mentores o profesores con más probabilidades de fomentar el crecimiento, de forma similar a los sistemas basados en la compatibilidad en otras industrias.
- Personalizar los itinerarios de aprendizaje: en lugar de ofrecer el mismo plan de estudios a todo el mundo, la IA puede ayudar a adaptar los itinerarios de discipulado a las necesidades, competencias y etapa de fe de cada persona.
- Orientar y retroalimentar en el momento oportuno: la IA predictiva puede ayudar a los líderes a alentar o corregir en los momentos de mayor impacto, haciéndose eco del discernimiento guiado por el Espíritu.
Cada una de estas aplicaciones conlleva consideraciones éticas que nos obligan a diseñar teniendo en cuenta la privacidad, el consentimiento y la salud relacional.

Preguntas éticas clave para los líderes
Antes de adoptar herramientas de discipulado basadas en la IA, los líderes deben examinar cuidadosamente si la tecnología fortalece o debilita el corazón mismo del discipulado: las relaciones auténticas. El llamado de la iglesia no es la eficiencia, sino la formación, y las herramientas deben evaluarse a través de esa lente. Algunas preguntas que vale la pena hacerse son:
- ¿Se ajusta esta aplicación a los valores bíblicos y refuerza la dignidad humana? La IA nunca debe reducir a las personas a puntos de datos. Cada característica debe reflejar la verdad de que estamos hechos a imagen de Dios y llamados a relacionarnos con él y entre nosotros.
- ¿Fortalecerá o debilitará las relaciones auténticas dentro de la iglesia? El discipulado no puede subcontratarse a algoritmos. Los líderes deben preguntarse si la herramienta los libera para pasar más tiempo en presencia significativa con las personas, o si corre el riesgo de reemplazar esa presencia con interacciones automatizadas.
- ¿Están la privacidad, el consentimiento y la transparencia incorporados en su diseño y uso? La confianza es la base de las relaciones auténticas. Cuando las personas saben que sus datos están seguros y que su participación es voluntaria, están más dispuestas a comprometerse a fondo con la comunidad.
- ¿Quién mantiene la responsabilidad y la supervisión últimas de las decisiones tomadas con el apoyo de la IA? La IA puede sugerir conexiones o recursos, pero no puede discernir el corazón. Los líderes humanos deben revisar y aprobar las recomendaciones en oración, asegurándose de que las decisiones permanezcan arraigadas en la sabiduría pastoral y el cuidado personal.
El llamado de la iglesia no es la eficiencia, sino la formación, y las herramientas deben evaluarse a través de esa lente.
Plantearse estas preguntas mantiene a la tecnología en el lugar que le corresponde, como servidora del ministerio y no como su dueña. Cuando se guía por este discernimiento, la IA puede ayudar a eliminar las barreras a las relaciones auténticas, dando a los líderes más tiempo para conocer, amar y caminar junto a aquellos a los que discipulan.
Cómo afronta DiscipleIQ este reto
En DiscipleIQ, nuestra misión es ayudar a las iglesias a conectar a las personas de forma más personal y a discipular de forma más eficaz. Vemos a la IA como una herramienta para mejorar las relaciones guiadas por el Espíritu, no para reemplazarlas.
Nuestra plataforma utiliza el emparejamiento asistido por IA para conectar a las personas en función de su ubicación, personalidad, etapa de la vida, carrera, idioma, trasfondo cultural y dones espirituales. Los líderes mantienen el control total, revisando cada recomendación antes de actuar. La privacidad está protegida, el consentimiento es explícito y el objetivo final es siempre una relación más profunda, no la automatización.
Por ejemplo:
- Los perfiles de los miembros ayudan a los líderes a conocer a las personas a las que sirven.
- Los sistemas de emparejamiento forman relaciones de mentoreo con el mayor potencial de crecimiento.
- Las recomendaciones de contenido apoyan los itinerarios de aprendizaje personalizados.
- Los avisos y recordatorios garantizan que el cuidado se produzca en el momento adecuado.
Todo ello se basa en la confianza, la transparencia y la integridad teológica.
Avanzar con sabiduría y fe
La IA no esperará a que la Iglesia se ponga al día. Las herramientas ya están aquí. La elección que tenemos ante nosotros es si las utilizamos cuidadosamente o si nos arriesgamos a perder oportunidades de impacto para el reino.
La IA no esperará a que la Iglesia se ponga al día. La elección que tenemos ante nosotros es si las utilizamos cuidadosamente o si nos arriesgamos a perder oportunidades de impacto para el reino.
Creemos que el camino a seguir requiere tanto imaginación como cautela; imaginación para explorar cómo la IA puede multiplicar los esfuerzos para hacer discípulos, y cautela para asegurar que cada aplicación permanezca fiel a las Escrituras, centrada en Cristo y enfocada en relaciones auténticas y personales.
La historia demuestra que la iglesia siempre se ha adaptado a las nuevas tecnologías. La era de la IA no será diferente, si la abordamos con convicción bíblica, enfoque relacional y el compromiso de administrar estas herramientas para la gloria de Dios.
Notas
- Thomas Osborn, “AI Can Help Christians Make Better Disciples,” AI & Faith, June 6, 2024, aiandfaith.org/insights/ai-can-help-christians-make-better-disciples/.
- DiscipleIQ. Accessed August 9, 2025. discipleiq.com.