Editor's Note
El presente Texto Previo para Ciudad del Cabo 2010 fue escrito por Bryan Kliewer como una reseña del tema a debatirse en la sesión plenaria matutina sobre “Sexualidad: Creación, quebrantamiento, verdad y gracia”. Los comentarios a este texto realizados a través de la Conversación Global de Lausana serán remitidos al autor y a otras personas para ayudar a dar forma a su presentación final en el Congreso.
INTRODUCCIÓN
Una razón para abordar el tema de la sexualidad en la conferencia de Lausana es que hay 155 millones(1) de personas en todo el mundo involucradas en la homosexualidad. La iglesia no está alcanzando de forma adecuada a estas personas con el evangelio.
Muchos en la iglesia dicen que no están capacitados para alcanzar a estas personas. Tienen preguntas. ¿Deberían ser invitados los homosexuales a la iglesia? ¿Debería la iglesia iniciar algún tipo de trabajo formal para alcanzarlos? ¿Qué deberían hacer las iglesias cuando los homosexuales se convierten a Cristo? ¿Hay formas eficaces de hacer el seguimiento de los nuevos creyentes con trasfondo homosexual? ¿Cómo deberían responder las iglesias a cristianos que dicen que dicen que están luchando con la homosexualidad?
En la iglesia también hemos dado, en alguna medida, información y orientación erróneas a las personas que llegan a creer en Cristo. Les hemos dicho que deben cambiar antes de poder acudir a Cristo, confundiendo así el arrepentimiento con la transformación. Hemos traducido mal la Biblia para que diga que si una persona lucha con temas sexuales luego de recibir a Cristo, esa persona tiene algún problema.
Hay personas en la iglesia que no quieren tener nada que ver con los homosexuales. Y algunas los consideran enemigos y no personas perdidas. Ser tratadas como enemigas ha creado barreras entre las personas perdidas y el reino de Dios. También ha hecho que personas de dentro y de fuera de la iglesia tengan miedo de ser sinceras acerca de sus luchas muy reales con la sexualidad. Dada la respuesta de la iglesia, podría decirse que son el mayor grupo humano deliberadamente no alcanzado del mundo.
Los artículos sobre este tema hacen un llamado a la iglesia; un llamado a un cambio en el enfoque de la iglesia hacia los homosexuales y la homosexualidad. Este es un llamado a alcanzarlos con la verdad y la gracia de Dios. Lo realizado en el pasado estaba lejos del evangelio y no demostró la verdad y la gracia de Dios. No debería haber ningún grupo humano deliberadamente no alcanzado.
A fin de ayudar a la iglesia a entender este llamado, las sesiones y los artículos sobre la sexualidad tienen los siguientes objetivos:
- Entender la extensión y el alcance de los temas sexuales que enfrenta la iglesia. En particular, que las personas fuera y dentro de la iglesia luchan con su sexualidad y que los temas sexuales afectan de manera significativa a la iglesia.
- Entender que hay 155 millones de personas involucradas en la homosexualidad en todo el mundo, las cuales forman un grupo humano no alcanzado.
- Entender cómo las cosmovisiones contemporáneas acerca de la homosexualidad crean desafíos importantes en la vida de la iglesia y en la evangelización. Las concepciones contemporáneas presionan a las sociedades y a las iglesias a adoptar una visión de la verdad, la humanidad y la moralidad que es diferente de la del cristianismo tradicional. Este tema está polarizando a la iglesia. Además, las acciones de la iglesia sobre este tema se han convertido en barreras para alcanzar a otros, porque muchas personas no alcanzadas rechazan al cristianismo porque creen que los cristianos son personas intolerantes y llenas de odio que tienen prejuicios contra los homosexuales.
- Capacitar a los cristianos y a las iglesias para que sostengan el concepto bíblico de la sexualidad, pero que respondan con compasión y gracia a las personas afectadas por la homosexualidad mediante la desmitificación de la homosexualidad. Para esto, las sesiones brindarán una mejor comprensión acerca de las raíces de las atracciones hacia personas del mismo sexo, el plan de Dios para el cambio y la transformación, y el plan de Dios para vivir con integridad sexual. Además, las sesiones alentarán a las iglesias a afirmar que los hombres y mujeres involucrados en la homosexualidad no son enemigos de la iglesia sino personas perdidas que necesitan ser alcanzadas con el evangelio. Muchos son personas que están luchando y buscan aceptación, ayuda, sanidad y reconciliación con Dios. Las sesiones considerarán también cómo los cristianos y las iglesias pueden alcanzar a personas involucradas en la homosexualidad.
- Entender el plan de Dios para la sanidad y el cambio, y cómo ocurre.
INTRODUCCIÓN A LOS ARTÍCULOS
Con estos objetivos en mente, se han escrito cuatro artículos que abordan la sexualidad, la verdad y la gracia. Los artículos cubren los siguientes temas:
- Qué es la homosexualidad
- El alcance de los temas sexuales que enfrenta la iglesia
- La obra de Dios para redimir y transformar a las personas involucradas en la homosexualidad
- La capacitación de la iglesia para responder con la verdad y la gracia de Dios
¿QUÉ ES LA HOMOSEXUALIDAD?
Esta pregunta es un buen lugar dónde comenzar, porque existe información contradictoria de diferentes fuentes, hay confusión en toda la iglesia y la iglesia está respondiendo de muchas formas distintas. Contestar lo que parece ser una pregunta sencilla no es fácil. No hay ninguna definición precisa y a la vez de amplio alcance respecto de la homosexualidad. Probablemente sea más fácil decir lo que no es la homosexualidad. No es un defecto genético, no es un desequilibrio hormonal, no es una enfermedad mental ni es el producto de una posesión demoníaca.
Para contestar la pregunta, consideremos cuatro áreas: atracciones, conducta, identidad y estilo de vida.
Atracciones
A veces, el término “homosexualidad” se usa para referirse a atracciones hacia personas del mismo sexo. A veces, las atracciones hacia personas del mismo sexo se denominan “orientación homosexual”.
¿Por qué las personas sienten atracción hacia otras del mismo sexo? Esta es un área donde hay mucha confusión.
A veces, las atracciones hacia personas del mismo sexo son temporales, y ocurren sólo durante un breve tiempo. Otras veces pueden ser continuas. Es importante entender que algunas personas que sienten atracciones hacia personas del mismo sexo no las desean. Y hay muchas personas que tienen atracción hacia otras del mismo sexo pero no se describen a sí mismas como homosexuales.
Algunos afirman que la orientación homosexual está determinada biológicamente a través de la genética o las hormonas, de la misma forma que se fijan la raza o el color de los ojos. A menudo, esta afirmación se usa para proponer el argumento que, dado que la homosexualidad es algo causado y no elegido, no puede ser inmoral; en cambio, es normal y bueno. Se lo usa también para proponer el argumento que a los niños y adolescentes que sufren confusión o problemas con su desarrollo sexual se les debe decir que sus problemas significan que son homosexuales, y que deben abrazar la homosexualidad cuando maduren.
Si bien las influencias y predisposiciones genéticas pueden contribuir a cualquier conducta no deseada, es importante que no seamos confundidos. Los orígenes de la homosexualidad aún no son entendidos claramente por los científicos, y el tema es cuestión de debate. Los informes de los medios han afirmado mucho más de lo que la comunidad científica ha aceptado. En realidad, la ciencia ha comenzado a mostrar que comparar la atracción hacia personas del mismo sexo con la raza o el color de los ojos, ambos completamente dominados por nuestros genes, es una mala comparación. La sexualidad es un aspecto complicado de nuestra naturaleza. La ciencia está comenzando también a estudiar la variabilidad de las atracciones sexuales y que el cambio en las atracciones sexuales en realidad ocurre frecuentemente en muchas personas.
Podemos decir también que las personas no escogen sentir atracción hacia otras del mismo sexo. Nadie se despierta un día, cuando tiene 15, 20 o 50 años de edad, y dice: “He sido heterosexual toda mi vida. Hoy escojo ser homosexual”. De hecho, la experiencia de la mayoría de las personas es que se sintieron diferentes desde sus primeros recuerdos. Además, no quisieron estos sentimientos y los resistieron por años.
¿Nacen homosexuales las personas? ¿Escogen ser homosexuales las personas? Ninguna de estas afirmaciones simplistas es cierta. No son las únicas opciones entre las que debemos optar. Las causas de la atracción hacia personas del mismo sexo son más complejas que estas dos opciones simplistas. Mas de cien años de investigación y ciencia apoyan en general la teoría del desarrollo; es decir, que la orientación homosexual se desarrolla como una respuesta a una compleja combinación de factores psicológicos (como ser, influencias de la primera infancia tales como relaciones entre padres e hijos y abuso sexual infantil), ambientales (como ser, influencias de grupos de pares, experimentación con personas del mismo sexo y el debut sexual temprano) y biológicos, junto con la elección humana (experiencias de adultos, como ser experimentación voluntaria o deliberada y la desinhibición subcultural). El proceso aparentemente automático mediante el cual la atracción no sexual hacia el mismo género durante la niñez se transforma en deseo sexual por el género opuesto durante la pubertad no es para nada automático. Es la culminación de toda una niñez de experiencia y desarrollo.
Algunos psicólogos han expresado el vínculo entre experiencias de la niñez y las atracciones hacia personas del mismo sexo de la siguiente forma (2):
La homosexualidad es un déficit en la capacidad del niño para relacionarse con padres del mismo sexo que es transferido a miembros adultos del mismo sexo en general. En otras palabras, el problema con un homosexual adulto no es que desee el amor del mismo sexo. Es que sus necesidades de la infancia por el amor del padre/madre del mismo sexo nunca han sido satisfechas y está intentando satisfacerlas ahora con relaciones con otros adultos del mismo sexo que incluyen la actividad sexual como un método erróneo de recibir amor.
¿Qué dice la Biblia acerca de nuestras atracciones sexuales? Dice que nuestra sexualidad, incluidas nuestras atracciones, fue creada por Dios como parte de Su imagen en nosotros. Y Dios declaró que estas atracciones eran buenas. El plan de Dios para nuestras atracciones fue que nos ayudaran a entender que no es bueno para nosotros estar solos. Nuestra atracción hacia una persona del sexo opuesto nos ayudaría a atraernos hacia el matrimonio, donde nos convertiríamos en una carne con nuestro cónyuge. Dios creó la atracción, el amor y la intimidad sexual entre un esposo y una esposa para hacerlos cosas buenas que sirvan varios propósitos.
Sin embargo, el pecado ha dañado nuestras atracciones así como dañó todos los demás aspectos de la creación de Dios. El resultado es que cada persona sentirá atracciones dañadas que nos tientan a usar nuestra sexualidad en maneras que Dios no quiso. Algunas atracciones llevarán a la tentación del sexo antes del matrimonio. Algunos sentirán atracción hacia personas del mismo género. Y algunos sentirán atracciones hacia niños u otras cosas. Dios no nos condena por sentir una determinada atracción o tentación. Él dice que somos condenados por nuestra naturaleza de pecado. Dios no dice que sentir atracciones hacia personas del mismo sexo es un pecado. Tampoco dice que podemos escoger nuestras tentaciones. Lo que sí dice es que convertir las tentaciones en acciones (sean acciones en nuestra imaginación o acciones en la realidad física) es pecado.
El desarrollo de una mejor comprensión de las atracciones hacia personas del mismo sexo es útil para la iglesia.
Ayuda a la iglesia a entender que los cristianos y los no cristianos pueden sentir atracciones hacia el mismo sexo. Ayuda a la iglesia a entender y responder a personas que sienten atracciones no deseadas hacia el mismo sexo, personas que no quieren participar en conductas pecaminosas ni adoptar una identidad homosexual.
Ayuda a la iglesia y a los cristianos en forma individual a abordar la distinción entre tentación y pecado. Las atracciones hacia el mismo sexo pueden generar tentaciones de pensamiento y comportamiento lujuriosos igual que las atracciones hacia el sexo opuesto. Sentir tentaciones con relación al mismo sexo o al sexo opuesto no es pecaminoso. Son más bien evidencia de que el pecado ha dañado la sexualidad de cada persona, llevándola a ser tentada a involucrar su sexualidad en maneras que no fueron la intención de Dios. En ambos casos, las personas no están obligadas a seguir la tentación; las tentaciones pueden ser resistidas y vencidas con el poder del Espíritu Santo.
Una mejor comprensión brinda orientación a la iglesia con relación a qué tipos de ministerios pueden ser útiles para las personas que sienten atracciones hacia el mismo sexo.
Conducta
A veces, el término “homosexualidad” se usa para referirse a la actividad sexual; hombres que tienen sexo con otros hombres o mujeres que tienen sexo con otras mujeres.
Pero aun esta definición de conducta homosexual no es precisa. Hay personas que tienen participaciones homosexuales breves y experimentales, pero no se describen a sí mismas como homosexuales. Y hay personas que participan en actividades sexuales con otras del mismo sexo que no se describen como homosexuales.
Al analizar la conducta homosexual, debe señalarse que no hay absolutamente ninguna afirmación de la conducta homosexual en ninguna parte de la Biblia. Por el contrario, la instrucción consecuente en la Biblia es la castidad para los que están fuera de un matrimonio heterosexual monógamo y la fidelidad para los que se encuentran dentro de este tipo de matrimonio. Hay también abundante evidencia de que la conducta homosexual, junto con la conducta heterosexual ilícita, es inmoral y cae bajo el juicio de Dios.
La iglesia necesita afirmar confiadamente la verdad de la Biblia. Pero, si la iglesia declara que la homosexualidad es un pecado y no dice nada más, no ha afirmado la verdad de la Biblia. Ha dejado de lado importantes verdades de la Biblia, creando barreras que impiden que las personas escuchen el evangelio y sean reclamadas para el reino de Dios. Jesús dijo claramente que Dios no está contento cuando las personas, especialmente los líderes religiosos, crean barreras que impiden que las personas entren en el reino de Dios.
Entre las importantes verdades de la Biblia acerca de la homosexualidad está la que señala que todos tenemos una sexualidad que está rota y dañada por el pecado. Y todos sufriremos tentaciones para usar la sexualidad en maneras que no fueron la intención de Dios. Otra verdad es que la respuesta de Dios para las personas que enfrentan estas luchas es una respuesta de misericordia, perdón y verdadera gracia que lleva a la redención y a una nueva vida en Cristo, el resultado de lo cual es que la iglesia debe ser un lugar que incluya a las personas que alguna vez estuvieron involucradas en la homosexualidad pero ya no. Estas son personas que han sido justificadas. Primera Corintios 6:9-11 reconoce claramente la presencia de ex homosexuales en la iglesia. Los incluye junto con otros ex pecadores que han sido perdonados, que han sido justificados gracias a Cristo y que recibieron una nueva identidad en Él. Hay certeza de que el apóstol Pablo sabía que había ex homosexuales en la iglesia local y que celebraba su libertad en Cristo Jesús. Este pasaje de la Biblia comunica la tremenda esperanza y bondad de Dios.
El material sobre “Lo que la Biblia dice sobre la homosexualidad” es un recurso que brinda una discusión más plena sobre esto.
Identidad
En algunas personas, las atracciones o conductas homosexuales pueden llevar a la adopción de una identidad homosexual. Cuando el término “homosexualidad” se usa en este sentido, significa que la persona se define a sí misma como homosexual. Basa su identidad o sentido de sí misma en la homosexualidad. Esto puede ocurrir aun cuando tal vez nunca hayan participado en una conducta homosexual.
Adoptar una identidad basada en la homosexualidad es algo destructivo, porque es una identidad falsa. Todos estamos tentados a desarrollar una identidad falsa que está separada de Dios. Todas las identidades falsas llevan a la destrucción. El plan de Dios para la redención incluye darnos una nueva y genuina identidad en Cristo. La Biblia nos exhorta a revestirnos de nuestra nueva identidad (2 Co. 5:17).
Para muchos homosexuales que aceptan a Jesús y la nueva vida que Él ofrece, su verdadero cambio no está centrado tanto en la conducta, en las atracciones ni en el demonio. Su verdadero cambio está centrado en el corazón. Es un cambio de identidad de adentro hacia afuera. Y ese cambio de identidad producirá un cambio de conducta.
A menudo, hay cristianos bienintencionados que quieren centrarse en la conducta y suponer que una vez que una persona deje el comportamiento homosexual, entonces todo estará bien. Este es un gran error. El viaje de salida de la homosexualidad finaliza, y no comienza, con la conducta. Y aun después que la conducta homosexual ha finalizado, queda mucho trabajo por delante en el proceso de asumir una nueva identidad en Cristo.
El alejarse de una identidad incorporada durante mucho tiempo hacia una identidad nueva y a veces difícil de entender puede ser mucho más desafiante que simplemente poner fin a una conducta no deseada.
Esta búsqueda de identidad sólo en Cristo no es exclusiva de quienes abandonan la homosexualidad. Todas las personas están en una búsqueda de la verdadera identidad. Sin embargo, para muchos, la fuente de su falsa identidad no es claramente evidente. Con la homosexualidad, la identidad falsa es clara.
La falsa identidad de un homosexual a menudo se convierte en algo que es parte integral de lo que piensa que es. Esto podría ser el resultado de la intensidad de su lucha. Las personas frecuentemente comienzan con una fuerte batalla interior contra las atracciones hacia el mismo sexo que sienten. Pero el mundo los bombardea con la mentira de que las atracciones significan que son homosexuales y que su homosexualidad no puede ser cambiada. Esto crea una gran tensión en sus vidas. Cuando su resistencia interior cae y finalmente deciden abrazar la identidad que el mundo los alienta a abrazar, experimentan una gran sensación de alivio. Por primera vez en su vida, quizá lleguen a sentirse cómodos con quiénes son. Y a partir de esto surge la decisión desafortunada de reforzar este nuevo sentido de identidad.
Debido a la conexión entre sus sentimientos y su identidad, las personas que se identifican con los homosexuales no distinguen entre quiénes son y lo que hacen. Por lo tanto, la tan abusada frase cristiana, “amar al pecador, odiar el pecado”, no tiene sentido para los homosexuales. Todo lo que escuchan es la palabra “odiar”, porque no distinguen entre lo que son y lo que hacen.
Dejar la homosexualidad significa poner la identidad homosexual sobre el altar de Cristo y aceptar la nueva identidad que Él tiene para ellos. Para muchos, esta es una lucha increíblemente difícil, ya que da la impresión que significa abandonar lo único que les dio finalmente un sentido de quiénes son.
Estilo de vida
En otras ocasiones, la homosexualidad es más una declaración social y política, en la que una persona homosexual abraza un estilo de vida que apoya la homosexualidad.
Abrazar un estilo de vida involucra rodearse de una subcultura gay que proporciona su apoyo. Tal vez la persona se rodee de amigos gays, trabaje en un establecimiento gay, frecuente bares o sitios nocturnos para gays, etc. Con este estilo de vida gay intacto, la persona se siente menos sola. Tiene un sentido de pertenencia.
Cuando uno pide a un homosexual que se entregue a Cristo, en la mayoría de los casos le está pidiendo que renuncie a su sentido de identidad y deje atrás un enorme sistema de apoyo. Enfrenta la posibilidad de ser tratado como traidor por las mismas personas que lo amaron, lo aceptaron y lo abrazaron. Y está cambiando eso por un sistema de apoyo completamente extraño y desconocido que podrá encontrar, o no, en la comunidad cristiana.
Entender el desafío de renunciar a una identidad por la que alguien luchó mucho, y a un amplio sistema de apoyo, debería ayudar a la iglesia a saber que necesita brindar mucho aliento, compañerismo y apoyo. ¿Echará raíces y florecerá la nueva identidad de la persona en la comunidad de creyentes, o se sentirá abandonada por sus viejos amigos de la comunidad homosexual y rechazada e incomprendida por los nuevos hermanos y hermanas en Cristo?
ARTÍCULOS ADICIONALES
Hay tres artículos adicionales que siguen a éste. Se brindan como documentos separados.
Artículo Nro. 2 – La homosexualidad y la iglesia. Este artículo habla acerca de la razón por la cual la iglesia debe hablar y ministrar a la vida de las personas afectadas por la homosexualidad.
Artículo Nro. 3 – La obra de Dios para redimir y transformar a las personas involucradas en la homosexualidad. Este artículo habla acerca de la manera en que Dios redime y transforma a las personas involucradas en la homosexualidad.
Artículo Nro. 4 – Capacitar a la iglesia para responder con la verdad y la gracia. Este artículo habla acerca de la manera en que la iglesia puede responder con la verdad y la gracia de Dios.
CONCLUSIÓN
Dios está llamando a la iglesia a responder con Su verdad y Su gracia a los hombres y mujeres afectados por la homosexualidad. Demasiados en la iglesia los reducimos a activistas que luchan contra la tradición y la moralidad bíblica. Demasiados hemos endurecido nuestro corazón para con ellos al punto de dejar de verlos como personas perdidas a quienes Dios quiere reclamar para su reino. Nuestro llamado es a alcanzar esos 155 millones de hombres y mujeres en todo el mundo con el amor de Cristo (Juan 13:34).
Los hombres y las mujeres homosexuales no están excluidos ni eximidos del amor, la gracia, la salvación y la sanidad de Dios. La pasión de Él debe ser nuestra pasión: que ninguno se pierda sino que todos tengan vida eterna.
Dios ha dado esta responsabilidad a todos nosotros. Creemos y tenemos plena confianza en la capacidad de la iglesia, a través de Cristo, para ganar a los hombres y mujeres homosexuales para Cristo. Estamos todos en esta obra juntos, a través de Cristo, cumpliendo la gran comisión. Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para alcanzar a las personas con las buenas nuevas del reino de Dios y para sanar a quienes necesitan sanidad. Quiera Dios capacitarnos a todos para responder con Su verdad y Su gracia, de modo que los hombres y las mujeres involucrados en la homosexualidad vean y sepan que Dios los ama y desea reclamarlos para Su reino.
© The Lausanne Movement
- El número de personas que se identifican como gays o lesbianas y la proporción de personas que tienen experiencias sexuales con otras del mismo sexo son difíciles de estimar en forma confiable por los investigadores, por varias razones. No obstante, estudios en varios países realizados por institutos de investigación y universidades creíbles han mostrado, en forma consecuente, que menos del 3% y tal vez menos del 2% de los varones son activos homosexualmente en un año dado. Se estima que la homosexualidad femenina es aproximadamente la mitad o menos de las tasas masculinas y parece caracterizar a menos del 2% de la población femenina. Pueden encontrarse excepciones en grupos y países específicos. Referencia: Hughes, John R. (2006). A general review of recent reports on homosexuality and lesbianism. Sexuality and Disability, 24, 195-205. La cifra de 155 millones de personas es una estimación que surge de calcular el 2% de la población mundial.
- Homosexuality: A New Christian Ethic, por Elizabeth Moberly (James Clark, 1983).