El Tercer Congreso de Lausanne para la Evangelización Mundial, que tuvo lugar en 2010 en Ciudad del Cabo, reunió a miles de líderes evangélicos de todo el planeta en la ciudad africana. Como explica Samuel Escobar en un resumen excelente en la revista ‘Alétheia’ [i] , este congreso se nutre de los dos anteriores y refleja una iglesia mucho más global y menos influida por las iglesias en Europa y en Norte América.
Grupos, temas y expresiones de fe evangélica que antes no estaban presentes tuvieron un impacto en los temas y en la dinámica del congreso. Un ejemplo de ello es que la declaración de fe y la llamada a la acción práctica abordó por primera vez, de una forma clara y explícita, el tema de la relación del hombre con el medio ambiente, su impacto negativo en la maravillosa creación de Dios, incluyendo el cambio climático como ejemplo de la magnitud de este impacto, y la responsabilidad del hombre y de las iglesias en la gestión medioambiental de una forma sostenible.
En los dos congresos anteriores el cuidado de la creación y la preocupación del deterioro del medio ambiente apenas se trataron, reflejando el limitado interés del mundo evangélico en este tema.
Pregunto al lector: ¿Cuándo fue la última vez que oyó una predicación o asistió a un estudio sobre el tema? A lo mejor ha leído algo o asistido a alguna conferencia, pero sería bastante reciente. La información de la relación del impacto del hombre en la creación de Dios se ha limitado hasta ahora, especialmente en España, a unas conferencias de segundo término, temas subsidiarios o ‘exóticos’. Para descargar todo el artículo…II (6) La paz de Cristo para su creación sufriente