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II (2) La Paz de Cristo en el conflicto étnico

Luis Amaya 02 Feb 2013

En este artículo desearía explicar en breves palabras el cambio que Dios ha operado entre nosotros los gitanos, un pueblo poco estimado, perseguido y maltratado por varios siglos, pero que Dios ha transformado poderosamente.

Los gitanos hemos sido un pueblo discriminado, nómada y sin rumbo.

Nuestros orígenes todavía son un enigma. Hay varias teorías, pero al final te das cuenta que no hay suficientes documentos para demostrar de dónde procede el pueblo gitano.

Los gitanos llegaron a Europa probablemente entre el 1414 y el 1501.Desde esa fecha aproximada, se establecieron por diferentes lugares como España, Alemania, Francia y otros países (datos dados por Starkie Walter).

En principio los gitanos no fueron perseguidos, sino más bien recibidos con mucha gratitud, bien acogidos, y en algunos países, estimados.

Nuestro principal medio de vida era la quiromancia, en lo que más han destacado; también en la compra y venta de ganado. Eran diestros artesanos que arreglaban o soldaban vasijas de latón y cobre, trabajaban el mimbre y hacían todo tipo de cestas.

Los datos más antiguos nos demuestran que los gitanos no eran vagabundos, como siempre nos han presentado, sino que generalmente estaban económicamente bien situados: tenían oro, plata, vestidos de seda, joyas y alhajas.

Ellos llegaban y se presentaban a los reyes con ciertos documentos que llevaban consigo, como cartas del rey Segismundo de Bohemia y de príncipes de la casa Barthy. Estos y otros potentados dieron salvoconductos a los gitanos para que pudiesen pasar por los países de Europa sin ningún impedimento.

Pero el relativo bienestar se fue marchando con el paso del tiempo, sobre todo en determinados países.

EL PUEBLO GITANO EN ESPAÑA
En España, los gitanos fueron en su principio muy bien recibidos. Aún el rey Alfonso, en el año 1434, les dio salvoconductos para que pudiesen entrar  y salir por sus fronteras cuando lo estimasen oportuno, hasta que en 1499 los Reyes Católicos, en Medina del Campo, escribieron las famosas pragmáticas en contra de los gitanos, donde se decía que debían salir del país en el plazo de dos meses, o que dejaran sus oficios y vivieran en pueblos de menos de mil habitantes, que perdieran su identidad gitana, que dejaran de hablar su idioma, que no vistiesen sus propias vestiduras, bajo pena de muerte. La alternativa era que les cortaran las orejas, los echaran del país, y si alguien los acogía que los tomaran como esclavos.

Leyes similares hubo por todos los países. Desde ahí los gitanos empezaron a sufrir persecución, maltrato, discriminación; dejaron de gozar de libertad y en el mundo entero los gitanos fueron perseguidos.

Los gitanos juntamente con los judíos han sido los pueblos más perseguidos de la tierra. Los alemanes en los días de Hitler mataron a más de 6.000.000 de judíos y a más de 600.000 gitanos.

DIOS HA SIDO BUENO CON ESTE PUEBLO
En 1950, en un país llamado Francia, en la ciudad de Perpiñán, hubo un gran avivamiento en el pueblo gitano. Un hombre de Dios llamado Clement Le Cossec sintió el llamado de llevar el evangelio a este pueblo, y decidió hacer una campaña de evangelismo en esta ciudad, repartiendo unos tratados. Uno de ellos llegó a manos de una mujer llamada Duvil, que no sabía leer ni escribir, pero que se lo guardó en el bolso del dinero. Marchando ella a comprar de comer, al pagar, se le cayó el tratado y lo recogió y le dijo a la que vendía: ¿me puede leer el tratado? Se lo leyó, y el tratado decía: “Dios te ama, y te quiere salvar y sanar; si tiene un enfermo, Jesucristo puede sanarlo”. Ella estaba viviendo una situación muy angustiosa, pues tenía un hijo enfermo con una peritonitis tuberculosa, al que la ciencia nada podía hacer. Ella automáticamente fue en busca del pastor, lo llevó donde su hijo; oró por él y Dios hizo el milagro: lo sanó, y de ahí vino el gran avivamiento en el pueblo gitano.

Unos años más tarde unos hermanos españoles fueron a trabajar a Francia, y Dios tuvo su propósito con ellos; fueron tocados por Dios. Días más tarde sintieron en sus corazones el volver a España junto con varios hermanos más a traer el evangelio al pueblo gitano de España. Y con solo siete hombres de Dios que oyeron unos mensajes, en unos cultos, vino la gran revolución del evangelio en el pueblo gitano.

Eran personas analfabetas no sabían leer ni escribir, algunos ni bautizados por las aguas, pero, como dijo san Pablo: “no vengo a vosotros con palabras persuasivas de vana sabiduría, sino con demostración de Espíritu y poder”. Ellos no traían palabra, pero si poder. Oraban por enfermos y Dios los sanaba. La gente se convertía, traían los ídolos, y las cosas que no agradaban a Dios y las tiraban. Las vidas eran transformadas. Dios cambió los corazones, las vidas. Familias enteras se entregaban a Cristo.

Hoy Dios ha traído un cambio tan grande dentro de este pueblo, que desde 1960 aproximadamente en que entró el evangelio en el pueblo gitano en España de una forma tan grande, el pueblo gitano se ha rendido a los pies del Señor, y Él ha cambiado sus vidas poderosamente.

Hoy no trabajan en la quiromancia; hoy el 80 por ciento de los gitanos en España son vendedores ambulantes. También hay gitanos arquitectos, médicos, abogados, cocineros, futbolistas, policías, empresarios, etc.

Hoy hay muchísimos jóvenes universitarios. Dios cambió nuestras vidas, quitó las raíces de amargura, sanó nuestras heridas del alma, y de un pueblo que no era pueblo, hoy nos sentimos el pueblo de Dios.

En España hay una 1.000 Iglesias, más de 3.000 pastores y una gran membresía de más de 150.000 creyentes. Y más del 80 por ciento de los gitanos renunciaron al catolicismo y se identifican con las iglesias evangélicas.

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