Global Analysis

Transformar la iglesia para que sea misional

un caso de estudio práctico de movilización en Taiwán

Ray Peng Nov 2018

El cristianismo ha experimentado un gran crecimiento desde que llegó a las costas de Taiwán hace 150 años.[1] Hoy hay unas 4000 iglesias en toda la isla. Además, hemos sido bendecidos también con numerosas organizaciones, medios, empresas editoras y prestigiosos seminarios cristianos. Sin embargo, aún hay mucho trabajo por hacer para responder plenamente a la Gran Comisión.[2]

Si bien tiene abundantes recursos, la iglesia taiwanesa está lamentablemente marcada e impregnada por una mentalidad introspectiva y estrecha.

Mentalidad estrecha

En base a los resultados de una encuesta que realizamos en 2017,[3] surge que, de estas 4000 iglesias, menos del 10 por ciento participa en misiones, principalmente dentro del círculo de la etnia china han (E1),[4] ya sea cerca o lejos. Si bien los cristianos constituyen 5 por ciento o más de la población de 23,55 millones en Taiwán, estas 4000 iglesias locales solo envían unos 600 misioneros de tiempo completo al exterior. Solo un puñado de estos pioneros están sirviendo actualmente en el contexto de avanzada de los Grupos Poblacionales no Contactados/Alcanzados (UUPG). Si bien tiene abundantes recursos, la iglesia taiwanesa está lamentablemente marcada e impregnada por una mentalidad introspectiva y estrecha.

El

10%

de las iglesias participan en misiones


Solo

600

misioneros de tiempo completo en el extranjero

En las últimas dos décadas las iglesias de Taiwán han madurado gradualmente, pasando de una mentalidad “receptora” a una mentalidad “dadora”. Sin embargo, nosotros, como movilizadores, enfrentamos obstáculos considerables para desafiar a las iglesias a comprometerse con obras más allá de sus propios muros:

  • Las iglesias de Taiwán necesitan mejorar en cuanto a equipar a discípulos para las naciones y no centrarse solo en aumentar el tamaño de sus propias congregaciones.
  • Los líderes de iglesia tienen que empezar a asignar recursos para los necesitados, en vez de sistemas de sonido o edificios.
  • Debemos alentar a nuestros obreros a cambiar el mundo, en vez de decirles simplemente que “no sean cambiados por el mundo”.

Movilizarse para la misión

No obstante, reconocemos que esta visión y esta carga deben venir de Dios, no del llamado de personas específicas o la campaña de una iglesia o institución. Con esta enorme tarea por delante, United Missions of Taiwan (UMOT) ha sido una plataforma de recursos en los últimos años, buscando cumplir la visión de movilizar a los cristianos taiwaneses para la misión.


Créditos fotográficos: Zoe Chen

Parecía una tarea imposible cuando entré a la oficina en mi primer día de trabajo, en enero de 2012. El ministerio era básicamente un nombre, sin recursos financieros significativos o programas que podrían conectarlo con las iglesias o las agencias de misión. Lejos de ser efectiva como una entidad de movilización, nos estaba costando sobrevivir. Lo peor era que no había un equipo, fuera del Padre, el Hijo, el Espíritu Santo y yo.

Dios trajo nuevas personas, nuevos colaboradores, oportunidades de ministerio, y más.

Pero teníamos una clara visión de seguir el sueño de las misiones. Con una clara visión, podíamos explicar a los colaboradores el “por qué”, que es más importante que el “qué”. “Cuando la voluntad está lista, los pies son ligeros”. Una vez que tuvieron el “por qué”, podían comunicar a su vez la visión a otros. El impulso comenzó a crecer desde ahí. Dios trajo nuevas personas, nuevos colaboradores, oportunidades de ministerio, y más.

Foco en las redes sociales

Cuando encaramos ese reto de conectar iglesias, denominaciones, organizaciones paraeclesiales, organizaciones de misiones y cristianos individuales, tenemos que usar las redes sociales y las tecnologías de la información y la comunicación (ICT) actuales. Esto vale especialmente para Taiwán, donde el 82,3 por ciento de la población son grandes usuarios de Internet.[5] Al adoptar una estrategia de comunicación integrada, transformamos gradualmente los materiales escritos tradicionales (artículos sobre misiones, materiales de capacitación, guías de oración para UUPG, y más) en nuevos formatos.

82.3%

de la población son grandes usuarios de Internet.

Este proceso involucró más que la mera digitalización de los contenidos para colocarlos en un sitio web de bajo tráfico. Creamos varias páginas de Facebook (fan pages), cada una con sus propios objetivos. Con una clara segmentación, el énfasis no sería fragmentado. Tenemos una página con más de 11.000 miembros enfocada solo en la oración, para orar de manera regular, inteligente, continua e interactiva.[6]

Hay otro grupo que se llama “Quiero ser un misionero”,[7] lleno de testimonios de misioneros, anuncios de organizaciones de misión, sugerencias para viajes de corto plazo, e información sobre eventos, conferencias o reuniones de oración. Entretanto, reconociendo la importancia de los recursos multimedios, contratamos personal para supervisar los contenidos digitales y la interacción, y un especialista en medios para la producción. Con una capacidad limitada en este pequeño equipo, hicimos videos cortos, dibujos animados, infografías e incluso toda una serie sobre “todo lo que usted quiso saber sobre cómo ser una iglesia misional y no se atrevió a preguntar”.[8]

Simultáneamente, continuamos con esfuerzos de movilización más tradicionales, como charlas, realizando cursos Kairos y Perspectivas de manera regular, y dejando pilas de libritos de oración en la entrada de iglesias. Al hacerlo, encontramos que los esfuerzos combinados valieron la pena, ya que “todas las cosas ayudaron a bien”.

Un recurso para el mundo de habla china

Por la gracia de Dios, durante los últimos seis años UMOT ha crecido, de un solo hombre a un equipo de 20 jóvenes dinámicos:

  • Servimos en colaboración con más de una docena de organizaciones de misión (tanto internas como orientadas hacia los chinos)
  • Organizamos un programa excepcional de estudios de Perspectivas en chino en cinco a siete ciudades diferentes cada semana.
  • Publicamos 12.000 copias de MissionPathway (un compendio de oración mundial en chino) trimestralmente.
  • Interactuamos con más de 300 iglesias anualmente.

Lo más importante es que hemos experimentado que la ola de misiones transculturales ya no es una mera consigna sino algo concreto e “íntimo y personal”.

Al estar basados en Taiwán, tenemos actualmente un nicho especial para servir como una plataforma de recursos para el mundo de habla china más extendido:

  • Taiwán, debido a su entorno religioso abierto, probablemente tenga la mayor capacidad de publicación cristiana entre todas las comunidades chinas en el mundo.
  • Con un entorno político cada vez más restringido en China continental (y ahora en Hong Kong) y la cantidad limitada de cristianos que leen chino en Norteamérica o en los países de ASEAN, Taiwán probablemente sea el último centro que queda para recursos cristianos chinos en el futuro inmediato.
  • Debido a lo que puede ofrecer Taiwán —calidad de edición, traducción, diseños gráficos y aun costos de impresión—, se encuentra en una posición de influencia considerable.
  • Más allá de traducir literatura en inglés sobre movilización para la misión o materiales de equipamiento al chino, nuestro deseo es hacer que estos materiales estén disponibles para personas de habla china en todo el mundo.

Un ejemplo hermoso de una situación en la que todos se benefician es el proyecto PrayerCast y su trabajo de colaboración con GoodTV y OneWay Ministries. Muchos sabrán que OneWay Ministries ha producido videos de PrayerCast para cada país[9] durante los últimos cuatro a cinco años. Sin embargo, es menos conocido el hecho de que estos videos están disponibles también en chino. Hay versiones dobladas y subtituladas, tanto en chino tradicional como simplificado.

Esto requirió una sinergia de trabajo de largo plazo entre tres partes:

  • Prayercast comenzó por conceder derechos de uso.
  • GoodTV, el canal de televisión cristiano más influyente de Taiwán (con más de cinco millones de espectadores diarios) tuvo la amabilidad de ofrecer la traducción y tiempo de transmisión para estos clips de oración.
  • Luego nosotros tomamos estos materiales completados y los entregamos a través de varios “canales” y “conexiones” a China continental y más allá.

Ahora, en todos los rincones del mundo, hay comunidades cristianas chinas orando por las naciones.

Ecosistema de misiones

Difícilmente el avance logrado habría sido tan grande sin un esfuerzo conjunto que involucró a todos las potenciales partes interesadas. Conferencistas en seminarios, candidatos para las misiones, veteranos en el campo, intercesores y aun maestros de Escuela Dominical, todo juegan un papel importante en la transformación de la iglesia para que sea misional. Estamos realmente ansiosos por ver un “ecosistema de misiones” que llegue de la iglesia china como un todo en el futuro próximo.

Más allá de personas que “van” o personas que “envían”, necesitamos levantar movilizadores de todos los tipos.

Más allá de personas que “van” o personas que “envían”, necesitamos levantar movilizadores de todos los tipos. A través de iniciativas como la compilación de información sobre oportunidades de extensión de corto plazo, la coordinación de cursos y centros logísticos en ciudades de entrada/salida y el trabajo en red con iniciativas de capacitación previas al campo para trabajadores de largo plazo, hemos visto algunos hechos apasionantes “para un momento como este”.

Mi lema siempre ha sido “Hacemos lo que decimos; decimos lo que hacemos”. Nuestra misión, desde su concepción en 1998, es movilizar a la iglesia para misiones transculturales, estimular el envío de misioneros y promover la educación para las misiones. Durante los últimos 20 años, ha habido veces que solo necesitábamos volver al “por qué”. Sea el uno por ciento parado en el frente o el 99 por ciento entre bambalinas, el llamado de nuestro Señor sigue siendo fuerte y claro. Lo que tiene que hacerse debe ser hecho en humildad y un sentido de unidad.

Implicaciones

Todo contexto es único. Aun limitados al mundo de habla china, la forma en que uno se acerca a una congregación china malaya metodista que habla hakka y lee chino simplificado o a una iglesia de inmigrantes que domina el cantonés y lee chino tradicional de la generación 1.5[10] en Norteamérica debe ser muy diferente. Sin embargo, hay algunos principios generales acerca de la movilización en contextos difíciles que pueden ser compartidos:

  1. Tenemos que pensar de manera innovadora en esta era de confusión. Nos vemos bombardeados con enormes cantidades de información a diario. Demasiado a menudo, intentamos usar la misma mentalidad para solucionar el problema nuevo. Pida a Dios que nos dé sabiduría para ser más creativos para encontrar nuestro nicho para su obra.
  2. “Glocalización” significa que tenemos que hablar el idioma de corazón del público objetivo con sinceridad y con una perspectiva global. El “idioma” no es solo la traducción del mensaje, sino su interpretación.
  3. Comunicar el “por qué” siempre es más importante que el “qué”. Tenemos que atenernos al plan.
  4. Por último, pero no por ello menos importante, la unidad es clave para lo que hacemos.

Sabiendo todo esto, quiero invitarlo a tomarse de nuestras manos en la gran empresa de despertar a las iglesias dormidas en todo el mundo y finalizar la tarea que tenemos por delante.

Notas