Dentro del ministerio de un ebanista

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Hace cuarenta años, Steve Bell comenzó a construir gabinetes en su garaje. Esos humildes comienzos fueron creciendo a lo largo de las décadas para convertirse en Bellmont Cabinet Co., una empresa manufacturera galardonada que se especializa en el gabinete minimalista “sin marco”, del cual Steve fue uno de los pioneros.

Pero Steve ha sido pionero en algo más que la fabricación de gabinetes, porque está redefiniendo el ámbito laboral y lo que significa ser un cristiano trabajador.

Dios ama gabinetes

“Crecí sintiendo que, si uno tenía un auténtico llamado a la fe, debía dedicarse al ‘verdadero trabajo cristiano’, el servicio cristiano de tiempo completo. Todo lo demás era, en esencia, contentarse con menos”, recuerda Steve, cuyos padres estaban decepcionados porque él no deseaba seguir los pasos de su padre en el ministerio pastoral.

Un día en la universidad, estaba leyendo el libro Mover of Men and Mountains. de RG LeTourneau. Llegó a la parte en la que, después de años de dificultades, LeTourneau finalmente comienza a experimentar el éxito en su empresa manufacturera. Este éxito le generó mucha culpa. Fue a su pastor y le dijo: «¿Crees que debería vender mi empresa y convertirme en misionero en China, o algo de ese estilo?». El pastor le respondió: “Bob, ¿no lo entiendes? ¿No ves que Dios necesita empresarios tanto como necesita pastores, maestros y misioneros?”.

Este momento de lucidez para LeTourneau, quien se convirtió en uno de los grandes industriales de la era de la Segunda Guerra Mundial, pasó a ser también el momento de lucidez para Steve. Por primera vez se dio cuenta de que sus sueños y deseos para el sector empresarial y manufacturero no eran un motivo de culpa, sino una convicción del Señor.

“Creo que tenemos generaciones de personas que crecen en la iglesia que no entienden realmente la importancia de su trabajo y cómo Dios diseñó a cada ser humano no solo para trabajar, sino para desear trabajar, que su energía creativa nos atraviesa y se expresa en el trabajo de nuestras manos y nuestra mente”, dice Steve. “Dios no solo ama al ebanista; ama también los buenos gabinetes. Él ama, de hecho, el trabajo que hacemos. Tengo más de 300 empleados aquí que cada día se esfuerzan al máximo por hacer algo hermoso. Y Dios ama la belleza”.

Lamentablemente, a menudo la iglesia y el ámbito laboral son vistos como entidades separadas. Pero Steve dice que la relación entre ambos se asemeja más a lo que ocurre en el lapso de un latido cardíaco: la sangre ingresa para energizarse con oxígeno, y luego sale y hace su trabajo en el cuerpo. “De la misma manera, la iglesia es donde vamos a recargarnos para poder vivir nuestra fe de lunes a sábado”. Es un latido que palpita claramente a través de todo lo que Steve hace en Bellmont Cabinet Co.

Poner zapatos de trabajo a nuestra fe

“Este edificio de 200.000 pies cuadrados con estos 300 empleados es mi ministerio. Esta es mi iglesia. Aquí es donde Dios me envía de manera habitual para ser un canal de su gracia”, dice Steve. “Queremos que todos los que entren en contacto con Bellmont vean a Cristo reflejado en la forma en que realizamos nuestro negocio”.

(Video disponible solo en inglés)

Cada aspecto de la cadena de fabricación de Bellmont, empezando por los empleados, es una expresión de la fe de Steve. Hay capellanes libremente disponibles en el lugar, que hacen rondas regulares para conocer a las personas. En el taller, los empleados tienen la libertad de reír, escuchar música y disfrutar de la compañía de los demás mientras trabajan, una cultura intencional que aspira a manifestar a un Dios que aporta alegría a toda la vida.

Bellmont también tiene un fondo de apoyo familiar para empleados que atraviesan épocas financieras difíciles. “Tuvimos una persona aquí recientemente, cuyo apartamento se incendió y perdió todo. Literalmente saltó por la ventana con solo la camisa puesta”, dice Steve. «Bellmont pudo ayudarlo con ropa, muebles, el primer y último mes de alquiler, y logramos restablecerlo”.

Durante los últimos veinte años, Steve ha llevado equipos de empleados a viajes breves a países como El Salvador, Papúa Nueva Guinea, Congo y Letonia, donde utilizan sus habilidades para ayudar gratuitamente en varios proyectos de construcción. Han construido orfanatos, hospitales y centros de traducción, desarrollando relaciones profundas con las personas que han conocido. Lo único que pide Steve es que estén dispuestos y tengan una actitud de siervo. Su compañía paga la mitad, y a veces la totalidad, de los costos del viaje.

Algunos de sus empleados han llegado a conocer al Señor a través de estos viajes, al ver el amor de Cristo vivido de una manera tan tangible y práctica. Recuerda cómo, dos años atrás, un miembro del equipo se convirtió durante un viaje y se bautizó allí mismo, en el Mar Báltico. “Ese fue uno de los momentos más destacados de mi vida”, dice Steve. Otro compañero de equipo conoció a Cristo en un viaje a Letonia, mientras trabajaba en un campamento juvenil. Un par de años después, contrajo cáncer de hueso y falleció. Pero vivió para Cristo, hasta el final, como resultado de ese pequeño viaje de trabajo a Letonia.

Steve sabe que la forma que dirige su empresa no es la norma de la industria, pero a él le parece normal. “Siento que así es como deberíamos vivir nuestra fe”, dice. «Ponemos zapatos a nuestra fe y la ponemos en contacto con la realidad. Estamos involucrados en la vida de nuestra gente que entrega su vida en este negocio, y nosotros, a su vez, entregamos nuestra vida en ellos. Así debería ser”.

Cerrando el círculo con Billy Graham

Recientemente, Steve fue seleccionado para participar en el Foro Mundial del Trabajo (FMT) del Movimiento de Lausana, que se realizará en junio. Se unirá a 750 participantes como él, que están impactando el ámbito laboral en 120 países diferentes, para generar de manera conjunta un movimiento mundial de ministerio en el ámbito laboral.

Para Steve, su conexión con el Movimiento de Lausana y el FMT se remonta a setenta años atrás, cuando sus padres se hicieron amigos de toda la vida del fallecido Billy Graham, fundador del Movimiento. Steve mismo ocupó cargos gerenciales en varias de las cruzadas de Billy en el extranjero, que sentaron las bases y la visión de su futuro ministerio en el ámbito laboral con Bellmont y sus viajes de construcción al extranjero.

Ahora, en un momento en que Steve está haciendo la transición en la empresa para dejarla en manos de sus dos hijos, en realidad está cerrando el círculo. “El mayor impacto que esos viajes [con Billy Graham] tuvieron sobre mí fue que me di cuenta de que Dios no está limitado a nuestra caja evangélica occidental. Él tiene una caja mucho más grande y un plan y una concepción del mundo mucho más grandes de lo que jamás podríamos imaginar», dice. “Me apasiona volver a ver esta perspectiva más amplia en el FMT”.

En los próximos años, Steve espera liderar más equipos en proyectos de construcción en el extranjero, capacitar a jóvenes líderes empresariales y unirse a hombres y mujeres de todo el mundo llevando adelante el legado de Billy Graham hacia y a través de los ámbitos laborales del mundo.

Ore con nosotros
Por Steve Bell

Señor, por favor ayúdanos a comprender cuán importante es nuestro trabajo para ti y para tu reino en la tierra. Tú nos creaste a tu imagen. Como resultado, hemos recibido la capacidad de ser creativos. Ayúdanos a ver que somos canales de tu gracia común cuando aplicamos las habilidades y talentos que nos has dado. Oramos para que todo lo que hagamos se haga para tu gloria y para que otros te vean reflejado en nuestro trabajo.

Sara Kyoungah White es la editora principal y estratega de contenidos del Movimiento de Lausana.