A lo largo de la historia, Dios ha usado a personas en trabajos y negocios regulares para hacer avanzar su reino y cumplir sus propósitos. Lo mismo ocurre hoy. La principal fuerza de misión cristiana en el mundo consiste en profesionales, empresarios y estudiantes que se mueven transculturalmente para servir a Cristo a través de la vida y el trabajo. Puede que no aparezcan en las estadísticas de la misión, pero por la gracia de Dios su impacto es grande. Hoy en día, la mayoría de los grupos poblacionales no alcanzados o menos alcanzados viven en países que están cerrados a los misioneros tradicionales. Los profesionales y empresarios cristianos son bienvenidos en esos mismos países. Por lo tanto, creemos que Dios usará a estos grupos clave para cumplir su Gran Comisión.
Necesitamos realizar esfuerzos intensivos para capacitar a todo el pueblo de Dios en un discipulado de la totalidad de la vida, lo cual significa vivir, pensar, trabajar y hablar desde una cosmovisión bíblica y con eficacia misional en cada lugar o circunstancia de la vida y el trabajo cotidianos. Los cristianos que se desempeñan en muchos oficios, negocios y profesiones a menudo pueden ir a lugares donde no pueden ir los plantadores de iglesias y los evangelistas tradicionales. Lo que estos “fabricantes de tiendas” y personas de negocios hacen en el lugar de trabajo debe ser valorado como un aspecto del ministerio de las iglesias locales. Instamos a los líderes de iglesias locales a entender el impacto estratégico del ministerio en el lugar de trabajo y a movilizar, equipar y enviar a los miembros de sus iglesias como misioneros al lugar de trabajo, tanto en sus propias comunidades locales como en países que están cerrados a las formas tradicionales del testimonio del evangelio. Instamos a los líderes de misiones a integrar plenamente a los “fabricantes de tiendas” a la estrategia misional global. El Compromiso de Ciudad del Cabo II-A-3
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