Trata de personas, pobreza, pandemias, guerra… Enfrentamos a diario este tipo de sufrimiento humano en todo el mundo. Incluso los cristianos no se han librado de esto. Nos preguntamos: ¿Qué pasa con las promesas bíblicas de prosperidad y bienestar? ¿Cuál es nuestra responsabilidad como cristianos hacia las víctimas? ¿Cómo debe responder la iglesia mundial?
En este número, reflexionamos sobre estas cuestiones a través de los siguientes artículos: “Trabajar por la libertad en un mundo de explotación y trata: examinarnos para responder al desafío» de Marion Carson, «Un enfoque holístico para el alivio de la pobreza en Asia: llevar el shalom como Jesús» de Kumar Aryal, «Prosperidad, salud y florecimiento humano en África: comprender las implicaciones teológicas del sufrimiento» de Kwabena Asamoah-Gyadu y «Por qué el pentecostalismo ha tenido éxito entre los animistas: contextualización entre los pueblos tribales del norte de Luzón, Filipinas» de Julie Ma.
“Hay víctimas de la explotación y la trata en todo el mundo. Muchas han sido explotadas mientras escapaban de la persecución religiosa o étnica o [. . .] huyendo de la guerra», como los refugiados de Ucrania, escribe Marion Carson, que se ha encontrado con muchas de estas víctimas en su papel de capellán de Glasgow City Mission. Ella desafía a los cristianos y a la iglesia a que nos examinemos primero a nosotros mismos al abordar las causas de la trata de personas —“la falta de oportunidades, el capitalismo y la desigualdad (racial, social, religiosa y de género), entre otras”— y a que seamos «una voz profética contra los valores y las normas del mundo en el que la esclavitud puede florecer”. El artículo destaca las lecciones de la historia y de las Escrituras para guiarnos a la hora de prevenir «la esclavitud y la explotación de personas».
La pobreza es otro gran problema que enfrenta el mundo hoy. Es una cuestión «económica, material, política, social y/o mental» y «también espiritual», escribe Kumar Aryal. En su artículo, se centra en cuatro dimensiones interrelacionadas de la pobreza: económica, social, psicológica y espiritual. Por lo tanto, para aliviar la pobreza, el autor propone un enfoque holístico, examinando primero de forma exhaustiva las causas raíz de la pobreza. Algunas de las causas raíz de la pobreza en Asia analizadas por él son corrupción generalizada, población enorme, desastres naturales recurrentes y falta de educación. A continuación, utiliza el «marco de desarrollo holístico», que «propone una integración intencionada del desarrollo económico, psicológico, social y espiritual». El alivio de la pobreza «requiere mucho esfuerzo, intencionalidad y recursos», concluye.
“¿Cómo debemos esperar que alguien entienda el sufrimiento humano, ya sea como resultado de la guerra en Ucrania o de la pobreza, el hambre y la miseria en algunas partes de África?”, se pregunta Kwabena Asamoah-Gyadu. Al examinar las implicaciones teológicas de la prosperidad, la salud y el bienestar en un contexto africano, nos ayuda a entender por qué en África «se considera que la misión y la evangelización cristianas cumplen un mandato divino cuando pretenden incluir el alivio del dolor y el sufrimiento, ya sea físico o espiritual, y la injusticia social sistémica en su mensaje de conversión en la salvación”. Más allá de África, él cree que la realidad del sufrimiento en todo el mundo desafía a la iglesia mundial no solo a predicar la salvación en Cristo, sino también a ser «la sal de la tierra y la luz del mundo», llevando «esperanza y florecimiento a un mundo que necesita la intervención de Dios dentro de las difíciles circunstancias de la vida humana».
Asimismo, en Asia y otras regiones del Sur Global, especialmente entre los pueblos tribales de trasfondo animista, muchos creen que los espíritus tienen un poder sobrenatural para sanar y bendecir. Al comparar y analizar las cosmovisiones religiosas de los pueblos tribales y los cristianos pentecostales de Asia, Julie Ma descubre importantes similitudes entre ambos: «La primera similitud es la conciencia de que existe el mundo de los espíritus y su asociación con el mundo de los vivos», y la segunda similitud es «la creencia en el poder de los seres espirituales para sanar y bendecir; tanto los espíritus ancestrales, para los creyentes animistas, como el Espíritu Santo, para los creyentes tribales cristianos». Estos puntos religiosos comunes han contribuido a «la recepción del mensaje cristiano» y a «la rápida difusión de la fe cristiana en el Sur Global». Este estudio de caso ilustra la importancia de contextualizar el mensaje del evangelio, asegurando la pertinencia del evangelio para las necesidades sentidas de los receptores.
Espero que los artículos de este número lo lleven a reflexionar sobre las aleccionadoras condiciones de sufrimiento humano que nos rodean, respondiendo de forma holística a las necesidades físicas, emocionales, psicológicas y espirituales.
El Análisis Mundial de Lausana también está disponible en inglés, portugués, francés y coreano. Por favor, envíe cualquier pregunta y comentario sobre este número a analysis@lausanne.org. El próximo número se publicará en septiembre de 2022.