En el ámbito de la economía, el ministerio y la misión cristianos se han ocupado normalmente de cuestiones microeconómicas como el diezmo, los salarios del personal, la financiación de los edificios de iglesias, el apoyo a misioneros, los negocios como misión y la ayuda cristiana. Sin embargo, hay pocos análisis misiológicos de su macroeconomía.
En el mundo actual, creo que el ministerio y la misión cristianos (particularmente en contextos musulmanes) pueden ser renovados a través del aprendizaje de nuevas prácticas económicas a partir del estudio de la economía islámica. Esto es especialmente importante debido a la expansión del testimonio del islam como una religión progresista a través de la economía y la banca islámicas.[1]
Un panorama de la economía islámica
La banca y las finanzas islámicas suelen verse como la cara más amable del islam ante occidentales que exhibe su proyecto de modernización (clave también para la misión musulmana).[2] En materia de economía y desarrollo, existen muchas diferencias entre las visiones occidental[3] e islámica del mundo:
Cuadro 1: Cosmovisiones occidental e islámica[4]
Occidental | Islámica | |
Filosofía social | • Secularismo, liberalismo, materialismo • Los valores morales están divorciados de la esfera política y económica de la sociedad • Libertad humana absoluta para perseguir ganancias materiales | • Creencia y sumisión a Dios (es decir, el hombre sirve a Dios, Mahoma es el modelo, las ganancias materiales deben conducir al reparto y la justicia). • Camino espiritual/moral al vivir con realidades materiales |
Educación | • Aumentar la productividad humana • Mayores ingresos producen una vida mejor • El dinero es la fuente de la felicidad | • Factor moral en el desarrollo • Justicia social y económica |
Economía | • Interés propio ilustrado y capitalismo • Permitir que los mercados libres maximicen el beneficio personal | • Bienestar material y espiritual en la cooperación • Exhortar a las peronas a cooperar entre mercados y personas • Sacrificio por la causa común |
Estas diferencias surgieron como resultado de (1) la insatisfacción del islam con los modelos capitalistas y socialistas y las teorías del desarrollo, (2) el rechazo de la ideología de “alcanzar” a Occidente y (3) el compromiso de discernir la naturaleza y los valores del desarrollo económico desde un punto de vista islámico.[5] Examinemos tres aspectos de la economía islámica como ejemplos.
Zakat
El zakat (impuesto de la limosna) es uno de los cinco pilares del islam, en el que los musulmanes dan una proporción fija de su riqueza para causas específicas. Está vinculado a la oración y se cree que “purifica tanto a los que dan como a la riqueza que dan”. Sin su observancia, se invalida la eficacia de la oración.[6]
Cuando uno da el zakat, se purifica a sí mismo “a través de la restricción de la propia codicia y la impermeabilidad a los sufrimientos de los demás. El receptor, igualmente, se purifica de los celos y el odio hacia los ricos».[7] El Corán no establece qué y cuándo dar, pero especifica a quiénes se les debe dar: conversos, esclavos, deudores y los espiritualmente perdidos (Sura 9:60).
El zakat constituye el 2,5 por ciento de los activos anuales de una persona, pero existen diferentes proporciones para diferentes tipos de riqueza.[8] Los musulmanes por debajo de cierto umbral no necesitan pagar, pero existe un «requisito anual para que todos paguen un pequeño zakat al-fitr (fitrah) a los necesitados al final del Ramadán».[9] Se dice que dar limosnas durante el Ramadán es “70 veces más meritorio que en otras épocas del año”.[10]
Waqf: Fideicomisos musulmanes
Un vehículo islámico popular para la transferencia de activos es a través del waqf (fideicomiso islámico), una donación religiosa establecida bajo la ley islámica.[11] En el islam moderno, el waqf es una corporación, una “organización autónoma que los tribunales tratan como una persona jurídica”.[12] Dependiendo de las escuelas de derecho del islam, la administración y ejecución de los waqf varían, aunque ciertamente cambian con el tiempo.[13] En general, no existe una barrera legal para incluir a no musulmanes entre los beneficiarios, pero estos deben estar libres de adulterio, embriaguez, juegos de azar o transacciones con intereses. De lo contrario, sus derechos quedarán sin efecto.[14]
Los waqf pueden formarse reuniendo los recursos de miles de pequeños contribuyentes, mientras que los fundadores de los waqf pueden ser gobiernos y empresas. Los activos que respaldan las actividades de los waqf pueden consistir en efectivo y acciones. Sus operaciones pueden ser supervisadas por mutawallis (administradores o fideicomisarios de waqf) que actúan como una junta, no individualmente.
Banca islámica y financiación sin intereses
Hay más de 1500 fondos islámicos en todo el mundo, operados por 345 instituciones financieras islámicas en 29 países, con alrededor de 200 mil millones de dólares en activos administrados.[15] La banca islámica nació de la iniciativa privada entre renovadores musulmanes en Egipto, Pakistán y Sudán en la década de 1960, y encontró la oposición de regímenes seculares.[16] Hoy encontramos la banca islámica en África, Medio Oriente, el sudeste asiático y los Estados Unidos. Los bancos reflejan un sentido musulmán de que el capitalismo occidental no ha abordado los problemas económicos que afectan a la ummah (comunidad musulmana), tales como: (1) la desconfianza del sistema bancario moderno en la capacidad de las personas de bajos ingresos para poseer suficiente crédito o reembolsar préstamos, y (2) el cuestionamiento del islam de que las transacciones que devengan intereses (riba) son la base para el beneficio y el servicio.
La riba (cualquier rendimiento predeterminado o fijo en transacciones financieras)[17] no está permitido en la banca islámica.[18] Si bien los musulmanes seculares a menudo ignoran la riba, la banca islámica «elude» la riba implementando un principio de distribución de ganancias y pérdidas (PLS) de dos maneras: mudarabah y musharaka.
La financiación mudarabah (participación en los beneficios) es cuando el banco proporciona capital mientras que el empresario aporta esfuerzo y ejerce un control total sobre la empresa comercial. En caso de pérdida, el banco no gana nada o recibe un rendimiento negativo de su inversión, pero en caso de ganancia, los rendimientos se dividen en un porcentaje de capital negociado.
La financiación musharaka (ganancias y pérdidas) se produce cuando el empresario y el banco proporcionan capital y gestionan el proyecto conjuntamente. Las pérdidas se soportan de acuerdo con las aportaciones de capital de cada parte pero, si hay ganancia, las proporciones se negocian libremente.
El espíritu de PLS es que las «relaciones entre el prestatario, el prestamista y el intermediario se basan en la confianza financiera y la asociación».[19] El arrendamiento y el comercio de PLS están «permitidos en el islam porque implican trabajo empresarial y no simplemente préstamos de dinero».[20]
Además, los bancos islámicos también otorgan préstamos Qard Hassan, préstamos sociales o caritativos a individuos y organizaciones que necesitan fondos o activos reales (materiales, suministros, etc.), donde el rendimiento de estas cuentas proviene de un contrato de participación en las ganancias con el banco.[21] Para mitigar grandes fluctuaciones si un banco registra una pérdida, puede utilizar una «reserva especial de ganancias que les permita mantener estos pagos relativamente constantes y similares a las tasas de interés convencionales».[22]
Reflexiones sobre la economía islámica para el ministerio y la misión cristianas
Es importante para el ministerio o misión cristiana entender los aspectos materiales y económicos de los musulmanes porque, para ellos, las cuestiones de dinero, finanzas y economía se ubican en una matriz moral y ética con fundamentos teológicos coránicos.
Reflexionemos sobre las ideas de la economía islámica para reexaminar el ministerio y la misión cristianos, para ver la posibilidad de nuevos espacios para nuestra vida y testimonio en relación con las dimensiones socioeconómicas de la vida.
Ramadán, zakat y prácticas cristianas
El análogo cristiano del Ramadán es la Cuaresma, mientras que el zakat se puede comparar con el diezmo. En el cristianismo, se cree que los cristianos generalmente dan y ministran a los pobres en Navidad, pero teológica e históricamente, el vínculo entre el ayuno y el dar ha sido igual de fuerte durante la Cuaresma.
La Cuaresma es un ayuno de 40 días observado alrededor de febrero/marzo y culmina en el Viernes Santo y Pascua. Tradicionalmente, la Cuaresma alentaba a los cristianos a renunciar a varios aspectos consumistas o mundanos de la vida. Hoy, la Cuaresma puede implicar el ayuno de la televisión, las redes sociales o la compra de bienes no esenciales. Se observa principalmente entre las iglesias litúrgicas (por ejemplo, anglicanos, luteranos, metodistas y presbiterianos), mientras que la mayoría de los evangélicos no practican la Cuaresma mediante el ayuno o la solidaridad y la identificación con los pobres. Sin embargo, el mandato bíblico para hacerlo es claro:
El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura? ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dar la espalda a los tuyos? (Isaías 58:6-7)
Si los cristianos pudieran recuperar este vínculo en Cuaresma entre el ayuno, el cuidado de los pobres y la justicia social, resaltarían un poderoso punto en común con los musulmanes que se centra en el testimonio cristiano amoroso.
Waqf, banca islámica y riba
Si bien los waqf musulmanes desempeñan una miríada de funciones para ayudar a la ummah, tal vez el análogo cristiano moderno sean los fideicomisos y fundaciones. Sin embargo, los fideicomisos y las fundaciones son fuentes poco conocidas de apoyo financiero y financiamiento. Históricamente, jugaron un papel clave en la lucha contra las enfermedades y en la financiación de programas de alfabetización y becas. Las fundaciones cristianas, sin embargo, han financiado la misión financiando imprentas y traduciendo y distribuyendo Biblias. Pero existe un gran potencial para que los cristianos se involucren en la misión de maneras aún mayores.
Primero, como actores independientes de los caprichos a corto plazo de las fuerzas del sistema de libre mercado, los cristianos pueden abordar mejor proyectos estratégicos a largo plazo. En segundo lugar, pueden proporcionar capital inicial para estimular donaciones con nacionales (p. ej., subvenciones de contrapartida, fondos de refuerzo iniciales) para proyectos que requieren grandes gastos de capital que van más allá de la capacidad local, como la financiación de seminarios, la dotación de salarios de profesores y la dotación de recursos para bibliotecas. En tercer lugar, las fundaciones que se especializan en proyectos como la lucha contra enfermedades o el desarrollo comunitario[23] podrían financiar y ayudar a comunidades con estas necesidades en entornos de misión.
Finalmente, la Biblia prohíbe prestar dinero a interés (p. ej., Éx 22:25, Lv 25:36–37, Dt 23:19). Si bien Israel no podía cobrar intereses entre ellos, no había prohibición para los extranjeros siempre que los intereses se cobraran de manera justa (Dt 23:20; 24:10–15).[24] Históricamente, la iglesia se opuso a la usura antes del surgimiento del capitalismo mundial en los principales sistemas económicos, pero los cristianos hoy han ignorado esta historia. Debemos abordar esta ausencia y crear mejores plataformas comerciales en entornos musulmanes que sean moralmente atractivas.[25]
Conclusión
Una evaluación crítica de las dimensiones culturales y religiosas de la economía plantea nuevas preguntas, pero también proporciona nuevos enfoques sobre cómo el ministerio puede ser bíblicamente fiel en el entorno económico actual.
Si nuestra relación con la economía puede evaluar cómo el capitalismo moderno ha dado forma a sus prácticas, podemos estar mejor preparados para comprender cómo recuperar un evangelio más integral que sea verdaderamente una buena noticia para los pobres. Para hacer esto, se debe trabajar más para integrar las dimensiones socioculturales y religiosas de la economía en la misionología. Que el Señor nos ayude a crecer en mayor sabiduría y entendimiento en esta empresa.[26]
Notas finales
- John Cheong, ‘Islamic Banking and Economics: A Mirror for Christian Practices in Mission in Muslim Contexts,’ in Christian Mission and Economic Systems: A Critical Survey of the Cultural and Religious Dimensions of Economies, eds. John Cheong and Eloise Meneses (Pasadena: William Carey, 2015), 43.
- Rodney Wilson, ‘Islamic Banking: Opportunity or Threat?’ Islamic City Forum, July 26, 2008, https://www.islamicity.org/forum/forum_posts.asp?TID=12871&title=islamic-banking-opportunity-or-threat.
- This so called ‘Western’ worldview/capitalism/economics/banking system, has been adopted/practised in many parts of the non-Western world.
- Shujaat A. Khan, ‘Two Pathways to Development: Capitalist versus Islamic Approach,’ Hamdard Islamicus 21, no. 2 (1998): 9-11.
- Syed Farid Alatas, ‘Islam and Modernization,’ in Islam in Southeast Asia: Political, Social and Strategic Challenges for the 21st Century, eds. K.S. Nathan and Muhammad Hashim Kamali (Singapore: ISEAS, 2005), 214.
- Jonathan Benthall, ‘Financial Worship: The Quranic Injunction to Almsgiving,’ Journal of the Royal Anthropological Institute 5, no. 1 (1999): 27, 29.
- Benthall, ‘Financial Worship,’ 29.
- Ibid.
- Ibid.
- Ibid.
- Timur Kuran, ‘The Provision of Public Good under Islamic Law: Origins, Impact and Limitations of the Waqf System,’ Law and Society Review 35, no. 4 (2001): 815, 842.
- Ibid, 866.
- Ibid, 871.
- Ibid, 852, 861.
- Doyinsola Oladipo, ‘Global Islamic funds market grows 300% in decade – report,’ Reuters, January 26, 2022, https://www.reuters.com/markets/funds/global-islamic-funds-market-grows-300-decade-report-2022-01-26/.
- Rajesh K. Aggarwal and Tarik Yousef, ‘Islamic Banks and Investment Financing,’ Journal of Money, Credit and Banking 32, no. 1 (2000): 94; Yaroslav Trofimov, “Borrowed Ideas: Malaysia Transforms Rules for Finance Under Islam,” Wall Street Journal, April 4, 2007: A1.
- Aggarwal, ‘Islamic Banks,’ 96.
- ‘Allah permits trade and forbids riba’ (sura 2:275). All Quranic quotations are from Abdullah Yusuf Ali, The Meaning of the Holy Quran, 10th Ed. (Amana Publications, 1999).
- Fadzlan Sufian, ‘The Efficiency of Islamic Banking Industry in Malaysia: Foreign vs Domestic Banks,’ Humanomics 23, no. 3 (2007): 175.
- Trofimov, Borrowed Ideas, A1.
- Aggarwal, ‘Islamic Banks,’ 99.
- Trofimov, Borrowed Ideas, A1.
- Peter Frumkin, Strategic Giving: The Art and Science of Philanthropy (Chicago: University of Chicago Press, 2006), 221-223.
- In the New Testament, Jesus seems to support investment returns by interest (Matt 25:27, Luke 19:23). The biblical data on this is thus varied, necessitating deeper study to understand the full picture.
- Dennis Rodkin, ‘Faith and Finance,’ Chicago Tribune, February 6, 2005, https://www.chicagotribune.com/news/ct-xpm-2005-02-06-0502060481-story.html
- Nota del editor: Ver “El islam a través de la lente de la regla de oro”, por Colin Chapman y John Azumah en el número de julio 2018 del Análisis Mundial de Lausana https://lausanne.org/es/contenido/aml/2018-07-es/islam-a-traves-de-la-lente-de-la-regla-de-oro.