(7 noviembre 1918 – 21 febrero 2018)
Agradecemos a Dios por la larga y fructífera vida de Billy Graham, el fundador de Movimiento de Lausana, mientras se une a la gran nube de testigos, por su extraordinaria influencia y por el ejemplo que deja de una vida bien vivida y una carrera bien corrida. Quiera el Espíritu Santo usar la vida y la muerte del Dr. Graham —en sus propias palabras— “para aumentar la carga de ustedes por un mundo perdido y moribundo, y los haga volver a dedicarse a la prioridad y la urgencia de la evangelización”.
Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad. (Daniel 12:3)
El ministerio evangelístico ungido de Billy Graham estuvo acompañado de una mente sagaz y una visión de largo plazo.
La historia de su legado a través del Movimiento de Lausana se remonta al año 1955. El evangelista de 37 años había sido invitado por estudiantes universitarios de la Unión Cristiana Interuniversitaria de Cambridge (CICCU) para dirigir una misión a la Universidad de Cambridge junto con su asistente en jefe John Stott, de 34 años. Estos dos hombres forjaron una amistad que perduraría por el resto de sus vidas. Billy Graham llenaría estadios deportivos alrededor del mundo, mientras que el ámbito de evangelización de John Stott sería el ambiente universitario. Su trabajo en conjunto para establecer un movimiento que uniera la pasión evangelística con la reflexión teológica, y la ortodoxia con la ortopraxis, se constituiría en un punto de inflexión para los evangélicos.
En 1960, Billy Graham convocó a un pequeño grupo de líderes e influenciadores en Montreux, Suiza, con el propósito de discutir la manera de lograr una mayor unidad entre los evangélicos. Graham escribió: «Después de escuchar durante varios días discusiones y debates, y después de mucho tiempo en oración juntos, me convencí de que los evangélicos jamás se unirían hoy si no es alrededor de una palabra: evangelización». Esto llevó a la planificación del Congreso sobre Evangelización Mundial de 1966, con Carl Henry y otros (Berlín, 26 de octubre – 4 de noviembre de 1966). Allí se reunieron 700 participantes invitados, además de 300 observadores judíos y católicos romanos adicionales. El enorme prestigio del Dr. Graham atrajo a 100 periodistas y reporteros. Berlín 1966 proveyó un foro para el creciente movimiento evangélico mundial, que actuaría como sucesor espiritual de la Conferencia Misionera Mundial de 1910 en Edimburgo.
El saludo inaugural de Billy Graham en Berlín fue claro y apasionado:
Los elementos del fuego espiritual están aquí y podrían hacer que este Congreso sea tan significativo en la historia de la iglesia como la Conferencia Misionera Mundial que se llevó a cabo en Edimburgo, en junio de 1910. Necesitamos una mayor comprensión del mundo en el que trabajamos. Necesitamos una mayor unión entre los trabajadores. Necesitamos un mayor dinamismo. No necesitamos nuevas organizaciones o movimientos. No necesitamos un nuevo mensaje. Lo que necesitamos es una concesión fresca y mayor de poder sobrenatural para lograr nuestra formidable tarea de evangelizar a nuestra generación. Necesitamos un mayor entusiasmo.
Hoy, si la iglesia cristiana pudiera estar encendida con entusiasmo por el evangelio de Cristo, con el espíritu de devoción ardiente a la Persona de Cristo y con una pasión arrolladora por las multitudes que aún se encuentran sin Cristo, podríamos transformar nuestro mundo.
Planes para Lausana 1974
Cinco años después, en 1971, el Dr. Graham convocó una reunión para discutir la posibilidad de otro encuentro para evaluar el progreso desde 1966 y considerar más a fondo los principales temas mundiales —políticos, ideológicos, teológicos— en su relación con la evangelización. La planificación para el encuentro que se llevaría a cabo en 1974 en Lausana, Suiza, comenzó un par de meses después. Fue denominado Congreso Internacional sobre Evangelización Mundial (posteriormente Lausana I).
LEYENDA FOTO: Los participantes llegan al Palais de Beaulieu, lugar del histórico Congreso Internacional sobre Evangelización Mundial.
En su discurso de apertura en Lausana I, Billy Graham describió cuatro logros que esperaba ver:
- “Quisiera ver que el Congreso formule una declaración bíblica de la evangelización».
- “Quisiera que la iglesia se vea desafiada a completar la tarea de la evangelización del mundo”.
- “Confío en que podamos establecer cuál es la relación entre la evangelización y la responsabilidad social”.
- “Espero que se desarrolle una nueva ‘koinonia’ o comunión entre evangélicos de todas las convicciones en todo el mundo. Espero que se desarrolle aquí lo que me gusta llamar ‘el espíritu de Lausana’”.
Finalizó el llamado con la pregunta: “¿Por qué Lausana?” y una respuesta electrizante: “¡Para que la tierra escuche su voz!”.
Los expositores incluían a John Stott, Francis Schaeffer, Corrie ten Boom y Malcolm Muggeridge un intelectual público recientemente convertido. La revista TIME publicó un artículo de primera plana sobre este encuentro de diez días que había atraído a unos 2400 líderes evangélicos invitados de 150 países. Lausana I fue descrito como “un formidable foro, posiblemente el encuentro de cristianos de más amplio alcance que se haya realizado jamás”, un Congreso que “puso en evidencia el vigor de un cristianismo conservador, decididamente bíblico, y fervientemente enfocado en las misiones”.
LEYENDA FOTO: Billy Graham sentado junto al obispo Jack Dain, Malcolm Muggeridge y Jaroy Leber (de izquierda a derecha).
De este Congreso surgió la declaración bíblica que Billy Graham había deseado, El Pacto de Lausana, cuyo principal arquitecto fue John Stott. El Pacto demostraría ser uno de los documentos más importantes en la historia de la iglesia moderna, y moldearía el pensamiento evangélico por el resto del siglo. El Pacto de Lausana introdujo el término conocido “grupos poblacionales no alcanzados”, energizando la oración y el trabajo entre todos estos pueblos. La necesidad de ser salvos de la culpa, el castigo y el poder del pecado permanecerían siempre como elemento fundamental de la vida del movimiento. Sin embargo, El Pacto de Lausana también vinculó el compromiso evangélico con un ministerio de compasión. El Movimiento de Lausana sería conocido por la “misión integral”.
A partir de 1974, la frase “el espíritu de Lausana” de Billy Graham ganó aceptación como la forma en que los líderes debían vivir y relacionarse: era, decía, un espíritu de colaboración, estudio, humildad, esperanza y oración.
LEYENDA FOTO: Billy Graham y el obispo Jack Dain firman El Pacto de Lausana en el Congreso Internacional sobre Evangelización Mundial, el 24 de julio de 1974.
Se crea el Movimiento de Lausana
El Congreso eligió un Comité de Continuidad para explorar su futuro. Tanto Billy Graham como John Stott estaban entre sus miembros. Se reunió en la Ciudad de México, en 1975, bajo la presidencia del obispo Jack Dain. En esta reunión se creó el Comité de Lausana para la Evangelización Mundial (LCWE, hoy Movimiento de Lausana), y el cuñado de Billy Graham, Leighton Ford, fue elegido como su presidente desde 1976. El Comité tuvo desde el principio cuatro grupos de trabajo: Teología y Educación (hoy Teología), Estrategia, Comunicaciones e Intercesión. Estos grupos de trabajo continúan al día de hoy.
En julio de 1989 se celebró un segundo Congreso de Lausana en Manila, Filipinas, conocido popularmente como “Lausana en Manila” o Lausana II. De él surgieron cientos de nuevas colaboraciones estratégicas, principalmente en el mundo mayoritario. John Stott fungió como el principal arquitecto de El Manifiesto de Manila.
El Tercer Congreso sobre Evangelización Mundial de Lausana, realizado en octubre de 2010, atrajo a 4000 líderes evangélicos invitados de 198 países a Ciudad del Cabo, Sudáfrica, para escuchar lo que el Espíritu Santo está diciendo hoy a la iglesia en cada continente. La esencia de lo que percibieron está plasmada en El Compromiso de Ciudad del Cabo: Una confesión de fe y un llamado a la acción. Se han celebrado recientemente una serie de consultas mundiales sobre temas importantes identificados en este Compromiso. En julio de 2013, Michael Oh, Director Ejecutivo Mundial / CEO de Lausana, pudo llevar estas noticias al Dr. Graham.
El Dr. Graham había acompañado en oración los preparativos para el Tercer Congreso de Lausana. Doug Birdsall, ex Director Ejecutivo, había mantenido al Dr. Graham y a John Stott informados sobre su planificación. Doug estuvo haciendo arreglos para que tuvieran un último encuentro en la tierra, que debía ocurrir en 2007, pero lamentablemente no fue posible por la salud delicada de John Stott.
LEYENDA FOTO: Billy Graham se dirige a 2400 líderes evangélicos de 150 países en Lausana I.
Cuando Billy Graham fue entrevistado por Newsweek para su edición de agosto de 2006, le preguntaron cuál consideraba que había sido su legado más duradero. Se aventuró a decir que podría haber sido el resultado del Congreso de Lausana de 1974. Aunque el comentario nunca fue publicado, tal vez por el elemento sorpresa, o más probablemente por la explicación que necesitarían los lectores de Newsweek, por lo menos debe ser señalado.
Uno de los últimos saludos de Billy Graham para Lausana fue un fax dirigido a los que estaban reunidos en Ciudad del Cabo:
Hace 36 años —en 1974— 2700 participantes de 151 países se reunieron para la primera conferencia de Lausana. El mundo ha cambiado mucho desde entonces —política, económica, tecnológica, demográfica y aun religiosamente. Una de las tareas de ustedes durante Ciudad del Cabo 2010 será analizar esos cambios, y evaluar su impacto sobre la misión a la cual Dios nos ha llamado en esta generación.
Pero, en todas sus deliberaciones, oro para que nunca olviden que algunas cosas no han cambiado en los últimos 36 años, y tampoco cambiarán hasta que nuestro Señor vuelva. Por un lado, las necesidades más profundas del corazón humano no han cambiado: la necesidad de ser reconciliado con Dios, de experimentar su amor, perdón y poder transformador. Tampoco el evangelio ha cambiado: las Buenas Nuevas de que Dios nos ama y envió a su único Hijo, Jesucristo, al mundo para perdonarnos y salvarnos a través de su muerte y resurrección. Tampoco ha cambiado el mandamiento de Cristo a sus discípulos, el mandato de ir a todo el mundo y proclamar el evangelio, exhortando a hombres y mujeres en todo lugar a que pongan su fe y confianza en Jesucristo como Salvador y Señor.
Oro para que durante su tiempo en Ciudad del Cabo el Espíritu Santo no solo continúe lo que se ha hecho en conferencias anteriores, sino que él incremente la carga que ustedes sienten por un mundo perdido y moribundo, y que los lleve a volver a dedicarse a la prioridad y la urgencia de la evangelización. Quiera él también alentarlos y revitalizarlos en el estudio bíblico, la oración y la comunión. Cuando dejen Ciudad del Cabo, que puedan partir con un compromiso renovado de vivir para Cristo y una fresca determinación de caminar humildemente con él cada día. Nunca pierdan de vista su llamado, sino mantengan sus ojos en Cristo, cada día, mientras separan tiempo para estar con él en oración y estudio bíblico personal.
Agradecemos a Dios por la larga y fructífera vida de Billy Graham, mientras se une a la gran nube de testigos, por su extraordinaria influencia y por el ejemplo que deja de una vida bien vivida y una carrera bien corrida. En palabras del profeta Daniel, sin duda “brillará como una estrella”.
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Acerca del Movimiento de Lausana
El Movimiento de Lausana surgió del Congreso Internacional sobre Evangelización Mundial de 1974 convocado en Lausana, Suiza, por el Rdo. Billy Graham. John Stott fue el principal arquitecto de El Pacto de Lausana. El Tercer Congreso de Lausana sobre Evangelización Mundial (octubre 2010) en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, reunió a 4000 líderes cristianos que representaban a 198 países. El Compromiso de Ciudad del Cabo sirve como el plan de acción para las actividades del Movimiento.